(C) La extraña muerte de Esteban Espinosa

[Livia]

En ese momento, decidió que iba a dejar de usar el móvil, el GPS, el Google Maps o Spotify. Estaban acojonándola de buena manera. La verdad es que hecha la ley, hecha la trampa así que decidió que todo lo que usaría de allí en adelante no sería suyo. Esa noche ya había empezado a usar "recursos de terceros", prestados a una persona anónima que se llamaba Eva Espinosa. Esperaba no haberle causado muchos problema a la gestoría Calatrava.

- No me voy a estrellar - dijo, con una sonrisa de autoconfianza. - Soy la primera interesada de que no le pase nada a esta preciosidad.

Le dio un par de toquecillos cariñosos en el salpicadero al vehículo. Y más le valía no tener ni el más pequeño accidente para que la situación irregular del vehículo no saltara a la velocidad del rayo en ningún sistema.

Cuando llegó a plaza de Castilla echó un vistazo para buscar el número al que correspondía el edificio de oficinas. El lugar era un poco complicado y buscar algo a simple vista era más complejo que dejarse llevar por la gentil - y más de una vez inútil- indicación del GPS. Así que supuso que iba a tardar un poco más localizar el edificio, antes de encontrar un sitio para aparcar.

- Bueno, ya hemos llegado - anunció, mientras iniciaba la ronda para encontrar un hueco dónde estacionar, que debía estar ni excesivamente cerca, ni tampoco muy lejos. Esperaba que a esa hora no iba a tener complicaciones. Ya sabía por qué el cabrón de Ferrero iba a todos lados en moto. Aparcar era un puto coñazo en Madrid.- Vamos al número 3. Si lo ves avisa. Y si ves una moto negra, potente, deportiva, también. Por que ese será nuestro hombre.

[Variable]

Mientras aparcaban, Sam señaló a una moto negra, deportiva y potente que era conducida por un motorista de traje negro y que salía en ese momento de la calzada para incorporarse al tráfico, unos diez metros por delante.

- ¿Una como esa?

[Livia]

Estaba ajustando el coche para que quedara la distancia perfecta entre dos vehículos, también como había un pivote justo junto al bordillo de la acera -supuso que para que la gente no hiciera el cafre-, maniobró, calculando por el espejo la trayectoria que formaría la puerta del copiloto al abrirse. No quería que Sam fuera a abrir de forma descuidada y le estropeara la pintura o le hiciera un bollo a la puerta.

En cuanto Sam le llamó la atención sobre la moto, a Eva se le fueron todos los putos modales y el más mínimo mimo para con Rocinante. Lo sacó de dónde estaba aparcándolo lo más deprisa que pudo sin importarle darle un golpe al coche de atrás, al de delante o llevarse un arañón del pivote.

- ¡Ese es! ¡No le pierdas de vista! - gruñó, Eva -¡Grandísimo hijo de Satanás! Cuando te pille... ¡Ya verás!

Iba a intentar seguirlo sin que se diera cuenta. Si eso era posible e iba a intentar que no la detectara, aunque eso, creyó que quizás no era muy posible. Regla número uno de los seguimientos: naturalidad y un par de coches por delante. Aumentó sus sentidos y poco después comenzó a concentrarse para usar el poder de la sangre e intentar evitar que se diera cuenta que le seguía.

- No te permito vernos.... No te permito vernos... - murmuraba entre dientes, intentando concentrarse en que ni les viera ni perderlo de vista.

[Variable]

- Le veo, le veo -dijo, espero un par de segundos-. Le sigo viendo.

Sam se agarró a la asidera con fuerza y esperó a que Eva saliera del aparcamiento.

- Por allí -señaló hacia el frente-. Chupado, no hay mucho tráfico... pero no hagas el loco...

[Livia]

- Tranqui... - respondió, mientras intentaba concentrarse en su mantra interior: que no les viera, que no les viera...

Maniobró deprisa para incorporarse al tráfico, pero después dejó un par de coches por delante. No iba a correr demasiado, ni iba a intentar llamarle la atención en modo alguno. Naturalidad. Esa era la clave para la mayoría de las cosas... Siguió la dirección que decía Sam y en la dirección en la que veía la moto.

No pensaba dejar escapar a ese cabrón por nada del mundo.

- Estate atento por si nos detecta.

[Variable]

Conduces durante varios minutos, persiguiendo a motorista. En un momento dado, ya en el Barrio del Pilar, el motorista da algunos giros en algunas calles y le pierdes. Llevábais algunos minutos callejeando, así que se puede entender que estará en algún lugar cercano.

Sin embargo, no ves la moto por ninguna parte.

[Livia]

Un coche frente a una moto era siempre una desventaja y no tardó en comprobar que así era. Por mucho que intentó esforzarse no le sirvió de nada. Al menos, ya sabía que debía estar por la zona pero como se hubiera dado cuenta que le estaban siguiendo, ya lo podía dar por perdido. Supuso que anularía su presencia con la misma facilidad con la que ella podía hacerlo con los mortales.

- ¡No! ¡Joder! - exclamó y le dio un par de golpes al volante, realmente frustrada. Comenzó a dar vueltas por la zona, intentando ver si podía ver la moto, si es que no se había dado cuenta que le estaban siguiendo y les había despistado. - A ver si distinguimos por aquí la moto aparcada. Lo mismo ha venido para acá para algo. Aunque como nos haya visto. Se nos ha escapado. No creo que sea capaz de verle. Quizás tú sí, Sam.

No se le ocurría otra cosa. Salvo, como no lo encontrase, iba a volver al edificio de oficinas para ver qué podía averiguar desde allí.

[Variable]

Sam se encogió de hombros.

- ¿Por qué le has seguido? ¿Es quien buscas?

Observó los alrededores.

- Tiene que haberse metido en algún lado, en la calle no tiene pinta que se haya quedado.

[Livia]

- Sí . Esa moto. Es Ferrero -dijo, Eva con voz queda. Y sabía que no verlo no era precisamente porque se hubiera metido en algún lado, que podría ser, sino que simplemente no deseaba que le vieran. Ese era un feo escenario porque suponía que, cuando volviera a casa, de seguro podría llevarlo pegado al trasero y delatar el lugar dónde habitaba. - Posiblemente, esté impidiendo que le veamos. Si se ve la moto al menos, se sabrá que está por aquí y no nos ha localizado.

No estaba muy contenta con el resultado. Quizás no había sido la mejor opción seguirlo. Echó un vistazo buscando tanto la moto, como posibles garajes dónde pudiera aparcar la moto o lugares dónde una moto de ese calibre pudiera esconderse. Iba a dar una vuelta por la zona con el coche para echar un vistazo. Posiblemente, fuera a visitar a alguien o se hubiera dado cuenta de que le seguían. Era un pijo, ¿por qué iba a vivir en el barrio del Pilar?

[Variable]

- La verdad es que no parecía enterarse de que le seguíamos. Quizás simplemente se haya metido en algún garaje o algo.

Hablando de garajes, había unos cuantos en la zona (todos los edificios parecían tener el suyo).