Trasteó un rato en el móvil mientras ponía algo de música. Se decantó por una remezcla electrónica del Blue Monday. Como sabía que sus gustos no eran para todos. La puso bajita. Le pareció perfecta para conducir... Al poco de comenzar, apoyó la cabeza en el asiento. Al volante las cosas se veían diferentes. A veces le gustaba solo conducir con la música y dar vueltas por ahí. La ayudaba a pensar pero, sobretodo, se sentía extrañamente libre.
- Oye, Sam, ¿antes tú podías "olerme" aunque no quisiera que me vieras?
La música le aclaró la mente un poco. La verdad es que los motivos de su ayuda le resultaban un poco extraños, e incluso diría que lo que deseaba era alejarla del cementerio. Si se ponía a pensar mal, la verdad es que había atizado en los puntos claves para distraerla. ¿Por qué estaría abierta la puerta de atrás? Y, ¿qué sería ese tic tac? Podía ser un reloj perfectamente, además, ¿por qué tres horas? Muchas respuestas pero consideró que lo mejor era correr un tupido velo para no enfadar al grandullón comprimido a su lado. Alguien que, desde luego, no parecía muy discreto pero que se había calzado a la cintura dos cuchillotes...
- Te agradecería que no le contases a nadie las cosas que te he dicho hoy, ni las que se digan. Mi vida ya es bastante... complicada.
Había dado por supuesto que Cristian era un vástago. Tenía un despacho como asesor jurídico y la matrícula de quién la había estado acosando era de una moto a su nombre. Además, había usado dones propios de su linaje pero nada le decía que el que respondía a ese nombre fuera un cadáver andante.
- Por cierto, supongo que abriste tú la puerta de atrás de la administración del cementerio, ¿no? - dejó caer, mientras recorría las calles rumbo a dirigirse a la Castellana. Por el camino, comenzó a barajar un cambio de vehículo y, también, un cambio de atuendo para su acompañante de esa noche.
(C) La extraña muerte de Esteban Espinosa
Moderador: Variable
Re: La extraña muerte de Esteban Espinosa (C)
Sam miraba frente a ellos, a la carretera. Con uno de sus brazos, se agarraba como podía al pequeño asidero que había sobre la puerta.
- Bueno, se trata de uno de los dones vampíricos que se aprenden con el tiempo -dijo-. A veces, los vampiros más veteranos podemos ser capaces de ver a vástagos más jóvenes que intentan ocultarse.
Se encogió de hombros, ajeno a la diatriba interna de Eva.
- No tengo necesidad de contárselo a nadie. Y, la verdad, no veo por qué eso iba a interesar a cualquiera de mis conocidos.
El camino hasta la Castellana iba a llevar bastante rato. La capital y su tráfico.
- Sí. Aunque yo no usaría el término abrir. Básicamente lo que hice fue reventarla.
- Bueno, se trata de uno de los dones vampíricos que se aprenden con el tiempo -dijo-. A veces, los vampiros más veteranos podemos ser capaces de ver a vástagos más jóvenes que intentan ocultarse.
Se encogió de hombros, ajeno a la diatriba interna de Eva.
- No tengo necesidad de contárselo a nadie. Y, la verdad, no veo por qué eso iba a interesar a cualquiera de mis conocidos.
El camino hasta la Castellana iba a llevar bastante rato. La capital y su tráfico.
- Sí. Aunque yo no usaría el término abrir. Básicamente lo que hice fue reventarla.
Siempre hay múltiples caminos para llegar a un destino: algunos empedrados, algunos asfaltados, otros son caminos que atraviesan bosques y otros se sumergen bajo las montañas. Cualquiera que sea el camino, el mío siempre es el de la no espada.
Re: La extraña muerte de Esteban Espinosa (C)
- Es bueno saber eso - dijo, - pero no es muy alentador para mí.
Esbozó una sonrisa, aunque era más de resignación que otra cosa. Sus armas cada vez le parecían más ínfimas y, por mucho que usase su talento, no le iba a poder servir de mucho ante sus nuevos congéneres. Sí, estaba lamentándose de nuevo porque la verdad le parecía que su ... estado entre la vida y la muerte no era muy beneficioso para todas las cosas a las que tenía que enfrentarse. Explorar el mundo, la oscuridad y sus seres no era algo que le apeteciera más allá de conocerlos en libros. Aunque entonces, no habría conocido a Sam y tampoco habría sabido aquello.
- Entonces, llevas mucho tiempo en esto, ¿no?
De haber podido respirar, hubiera soltado un gran y profundo suspiro. Cuando le saltó el aviso de tráfico denso en la Castellana decidió dirigirse hacia la M-30, esperando que fuera más rápido. La verdad es que había tardado la puñetera vida. ¿Habría llegado a personarse Ferrero en la gestoría Calatrava?
- No digas nada de quién fue tampoco, por fa - le sonrió, con un poco más de esperanza mientras se recordaba a sí misma que debía ser humilde y paciente. No era más que un tembloroso cachorrillo que hacía muy poco tiempo que había nacido. - Supongo que a Daniel tampoco le conoces.
O quizás sí. Parecía extrañamente sincero. O al menos le daba esa impresión. ¿Sería verdad? Lo mismo le estaba haciendo alguna novatada.
- Mi padre decía que un trabajo no tiene por qué ser bonito, si no eficaz. Si encontraste lo que buscabas... Está bien hecho. Aunque me lo pondrás un poquito más difícil cuando necesite echar un vistazo a los registros. Lo más lógico sería que aumentaran la seguridad.
Esbozó una sonrisa, aunque era más de resignación que otra cosa. Sus armas cada vez le parecían más ínfimas y, por mucho que usase su talento, no le iba a poder servir de mucho ante sus nuevos congéneres. Sí, estaba lamentándose de nuevo porque la verdad le parecía que su ... estado entre la vida y la muerte no era muy beneficioso para todas las cosas a las que tenía que enfrentarse. Explorar el mundo, la oscuridad y sus seres no era algo que le apeteciera más allá de conocerlos en libros. Aunque entonces, no habría conocido a Sam y tampoco habría sabido aquello.
- Entonces, llevas mucho tiempo en esto, ¿no?
De haber podido respirar, hubiera soltado un gran y profundo suspiro. Cuando le saltó el aviso de tráfico denso en la Castellana decidió dirigirse hacia la M-30, esperando que fuera más rápido. La verdad es que había tardado la puñetera vida. ¿Habría llegado a personarse Ferrero en la gestoría Calatrava?
- No digas nada de quién fue tampoco, por fa - le sonrió, con un poco más de esperanza mientras se recordaba a sí misma que debía ser humilde y paciente. No era más que un tembloroso cachorrillo que hacía muy poco tiempo que había nacido. - Supongo que a Daniel tampoco le conoces.
O quizás sí. Parecía extrañamente sincero. O al menos le daba esa impresión. ¿Sería verdad? Lo mismo le estaba haciendo alguna novatada.
- Mi padre decía que un trabajo no tiene por qué ser bonito, si no eficaz. Si encontraste lo que buscabas... Está bien hecho. Aunque me lo pondrás un poquito más difícil cuando necesite echar un vistazo a los registros. Lo más lógico sería que aumentaran la seguridad.
Re: La extraña muerte de Esteban Espinosa (C)
- Un tiempo, sí -dijo-. Aunque no me acuerdo de todo.
Enarcó una ceja.
- Sí, sí que lo conozco. He tenido con él algunos tratos. Es una buena referencia cuando necesitas saber cosas... Tienes un buen Sire.
Novatadas. No tenía pinta.
- Bueno. O no. Pulgoso tiene los registros, por si te interesan. Así te ahorras el viaje.
Enarcó una ceja.
- Sí, sí que lo conozco. He tenido con él algunos tratos. Es una buena referencia cuando necesitas saber cosas... Tienes un buen Sire.
Novatadas. No tenía pinta.
- Bueno. O no. Pulgoso tiene los registros, por si te interesan. Así te ahorras el viaje.
Siempre hay múltiples caminos para llegar a un destino: algunos empedrados, algunos asfaltados, otros son caminos que atraviesan bosques y otros se sumergen bajo las montañas. Cualquiera que sea el camino, el mío siempre es el de la no espada.
Re: La extraña muerte de Esteban Espinosa (C)
- No...¿No te acuerdas? - respondió, sorprendida.
La verdad es que la falta de memoria de su Sire la había atribuido a una situación personal, a alguna clase de suceso traumático que había bloqueado buena parte de sus recuerdos. Sí, vale, no era una experta en es materia pero sí que tenía conocimiento de ciertos tipos de amnesia o recuerdos reprimidos, sin tener que ser psiquiatra. Aquello la intrigó. ¿Sería un mal endémico de su nueva condición? Y, ¿por qué? ¿Qué sentido tenía? ¿Sería que el cerebro poseía capacidades limitadas de almacenamiento? ¿Y si no era la vejez la que condicionaba las pérdidas de memoria si no la propia capacidad del cerebro?
- Pero, si podemos regenerar nuestros cuerpos. Si el cerebro permanece intacto, funcionando e impidiendo la desconexión neuronal por el deterioro del envejecimiento y los elementos externos. ¿Cómo no es posible restaurar la memoria? - aquello no era ni más ni menos que una reflexión en voz alta, después de todo el trabajo interior que había hecho.
No pudo evitar esbozar una sonrisa cuando habló de su Sire. Le apretó un poquito más a Rocinante para ver si no desperdiciaba mucho de esas tres horas, aunque la verdad es que su idea era entrar sin llamar la atención y su "compi" no es que fuera poco llamativo que digamos. A ver qué se le ocurría cuando echase un vistazo preliminar al edificio de oficinas.
- Ferrero, o quién se esconda detrás de ese nombre, dudo que nos atienda si nos ve llegar. Puede hacer que no le veas- informó - Si los necesito, ¿cómo puedo contactarte?
La verdad es que la falta de memoria de su Sire la había atribuido a una situación personal, a alguna clase de suceso traumático que había bloqueado buena parte de sus recuerdos. Sí, vale, no era una experta en es materia pero sí que tenía conocimiento de ciertos tipos de amnesia o recuerdos reprimidos, sin tener que ser psiquiatra. Aquello la intrigó. ¿Sería un mal endémico de su nueva condición? Y, ¿por qué? ¿Qué sentido tenía? ¿Sería que el cerebro poseía capacidades limitadas de almacenamiento? ¿Y si no era la vejez la que condicionaba las pérdidas de memoria si no la propia capacidad del cerebro?
- Pero, si podemos regenerar nuestros cuerpos. Si el cerebro permanece intacto, funcionando e impidiendo la desconexión neuronal por el deterioro del envejecimiento y los elementos externos. ¿Cómo no es posible restaurar la memoria? - aquello no era ni más ni menos que una reflexión en voz alta, después de todo el trabajo interior que había hecho.
No pudo evitar esbozar una sonrisa cuando habló de su Sire. Le apretó un poquito más a Rocinante para ver si no desperdiciaba mucho de esas tres horas, aunque la verdad es que su idea era entrar sin llamar la atención y su "compi" no es que fuera poco llamativo que digamos. A ver qué se le ocurría cuando echase un vistazo preliminar al edificio de oficinas.
- Ferrero, o quién se esconda detrás de ese nombre, dudo que nos atienda si nos ve llegar. Puede hacer que no le veas- informó - Si los necesito, ¿cómo puedo contactarte?
Re: La extraña muerte de Esteban Espinosa (C)
Sam la miró a los ojos con una sonrisa.
- ¿Tengo cara de científico o algo de eso? ¡No tengo ni la más remota idea!
Dirigió la mirada hacia la carretera. Diez minutos más no se los quitaba nadie.
- Sílbame. ¿Sabes?
- ¿Tengo cara de científico o algo de eso? ¡No tengo ni la más remota idea!
Dirigió la mirada hacia la carretera. Diez minutos más no se los quitaba nadie.
- Sílbame. ¿Sabes?
Siempre hay múltiples caminos para llegar a un destino: algunos empedrados, algunos asfaltados, otros son caminos que atraviesan bosques y otros se sumergen bajo las montañas. Cualquiera que sea el camino, el mío siempre es el de la no espada.
Re: La extraña muerte de Esteban Espinosa (C)
En aquel momento Eva no estaba mirándole y empezó a balbucear una especie de disculpas incoherentes que no llegaron a cuajar en sus labios. Desvió unos segundos la vista de la carretera, con la expresión preocupada de quién espera que alguna de sus palabras hubiera sido incorrecta. Su intención no había sido despreciar su inteligencia ni... pero se encontró con una sonrisa y ese nubarrón desapareció de inmediato.
- ¡Mierda! - dijo, dando un frenazo al reaccionar ante un semáforo en rojo, que le había pasado desapercibido por estar a otras cosas.
No quiso decir más al respecto, pero en esos instantes le devolvió una sonrisa tímida.
- Sí, claro que sé pero... - se llevó dos dedos a la boca para emitir un sonido similar a un silbido, pero algo bajo. Es el que usaba para llamar a Ber y Cipi. Es el único que sabía. Sonrió, aceptando la broma. - No, en serio, ¿me dejas tu teléfono? O tu wassap. O tu usuario de telegram, que es más seguro.
En cuanto el semáforo se puso en verde, arrancó, aunque algo más despacio. Estaban ya cerca del edificio de oficinas, según el GPS. Había pensado en que lo mejor iba a ser echar un vistazo en coche por fuera, si el número correspondía a algún edificio que se pudiera rodear en vehículo, para hacerse una idea preliminar de qué podría encontrarse dentro.
- ¡Mierda! - dijo, dando un frenazo al reaccionar ante un semáforo en rojo, que le había pasado desapercibido por estar a otras cosas.
No quiso decir más al respecto, pero en esos instantes le devolvió una sonrisa tímida.
- Sí, claro que sé pero... - se llevó dos dedos a la boca para emitir un sonido similar a un silbido, pero algo bajo. Es el que usaba para llamar a Ber y Cipi. Es el único que sabía. Sonrió, aceptando la broma. - No, en serio, ¿me dejas tu teléfono? O tu wassap. O tu usuario de telegram, que es más seguro.
En cuanto el semáforo se puso en verde, arrancó, aunque algo más despacio. Estaban ya cerca del edificio de oficinas, según el GPS. Había pensado en que lo mejor iba a ser echar un vistazo en coche por fuera, si el número correspondía a algún edificio que se pudiera rodear en vehículo, para hacerse una idea preliminar de qué podría encontrarse dentro.
Re: La extraña muerte de Esteban Espinosa (C)
- ¿Todavía gastas uno de esos cacharros? -dijo-. No deberías. Tú silba, me vale que lo hagas así: apareceré.
Parecía algo incómodo por la forma de conducir de Eva, como si le diera algo de respeto.
- Mejor que no te distraigas.
Parecía algo incómodo por la forma de conducir de Eva, como si le diera algo de respeto.
- Mejor que no te distraigas.
Siempre hay múltiples caminos para llegar a un destino: algunos empedrados, algunos asfaltados, otros son caminos que atraviesan bosques y otros se sumergen bajo las montañas. Cualquiera que sea el camino, el mío siempre es el de la no espada.
Re: La extraña muerte de Esteban Espinosa (C)
Se mostró bastante confundida al respecto, aunque regresó la vista a la carretera de inmediato. ¿Cómo iba a localizarlo con un silbido? Eso era algo... imposible.
-Bueno, soy una chica del siglo XXI. Necesito mis cacharros. Aún tengo que ponerlo fino con una seguridad de primera pero..le tengo metidas un par de cositas chulas - torció un poco el gesto, como si dudara -No, en serio. Intento tener precauciones y también he realizado exhaustivo análisis de todos los algoritmos de rastreo con todas las variables que esos tipos... puedan estar rastreando para evitar saltar entre el ruido. No sé mucho de ellos, la verdad. ¿Tú sí sabes?
Para sus parámetros no estaba abusando de la red. Algunos mensajes. Llamadas de teléfono. Sí, vale accesos a la biblioteca nacional con scans incluídos y algunas búsquedas pero eran... ¡genéricas! ¿O no? Esto de vivir en el medievo era una tortura. Vale, tenía que reconocer que tenía un pequeño problema de dependencia digital pero no es que se despertara cada noche para coger el móvil y ver cómo tenía el wassap, el telegram, los mails, las redes sociales y las noticias del día. Se mordió el labio... ¿y si la estaba cagando?
En ese momento, se acabó el Spotify, se acabó el GPS y se acabó todo. Arrancó el móvil del salpicadero para apagarlo con una mano mientras conducía. Ya le había metido otro miedo más en el cuerpo. ¡Había que joderse!
-¡Oh! No te preocupes. No soy el Pera - dijo, refiriéndose a un legendario ex- ladrón de coches - pero sé un poco. Gajes del oficio.
Con eso estaba intentando tranquilizarlo. Con eso y una sonrisa.
-Bueno, soy una chica del siglo XXI. Necesito mis cacharros. Aún tengo que ponerlo fino con una seguridad de primera pero..le tengo metidas un par de cositas chulas - torció un poco el gesto, como si dudara -No, en serio. Intento tener precauciones y también he realizado exhaustivo análisis de todos los algoritmos de rastreo con todas las variables que esos tipos... puedan estar rastreando para evitar saltar entre el ruido. No sé mucho de ellos, la verdad. ¿Tú sí sabes?
Para sus parámetros no estaba abusando de la red. Algunos mensajes. Llamadas de teléfono. Sí, vale accesos a la biblioteca nacional con scans incluídos y algunas búsquedas pero eran... ¡genéricas! ¿O no? Esto de vivir en el medievo era una tortura. Vale, tenía que reconocer que tenía un pequeño problema de dependencia digital pero no es que se despertara cada noche para coger el móvil y ver cómo tenía el wassap, el telegram, los mails, las redes sociales y las noticias del día. Se mordió el labio... ¿y si la estaba cagando?
En ese momento, se acabó el Spotify, se acabó el GPS y se acabó todo. Arrancó el móvil del salpicadero para apagarlo con una mano mientras conducía. Ya le había metido otro miedo más en el cuerpo. ¡Había que joderse!
-¡Oh! No te preocupes. No soy el Pera - dijo, refiriéndose a un legendario ex- ladrón de coches - pero sé un poco. Gajes del oficio.
Con eso estaba intentando tranquilizarlo. Con eso y una sonrisa.
Re: La extraña muerte de Esteban Espinosa (C)
- Sí, va en serio. Tú silba.
Escuchó todo lo que dijo ella sobre cómo usaba su teléfono, sobre cómo lo protegía. La verdad es que no tenía ni idea de lo que decía, no la entendía muy bien.
- Los Otros, sí -dijo-. Bueno, tú sabrás lo que haces, yo la verdad es que, como no tengo ni idea de lo que hablas, prefiero dejar esos cacharros apagados.
Tampoco parecía conocer al "legendario ex-ladrón", a juzgar por su cara.
- Con que no te estrelles me basta.
Con esas palabras, parecía que estaban llegando al lugar.
Escuchó todo lo que dijo ella sobre cómo usaba su teléfono, sobre cómo lo protegía. La verdad es que no tenía ni idea de lo que decía, no la entendía muy bien.
- Los Otros, sí -dijo-. Bueno, tú sabrás lo que haces, yo la verdad es que, como no tengo ni idea de lo que hablas, prefiero dejar esos cacharros apagados.
Tampoco parecía conocer al "legendario ex-ladrón", a juzgar por su cara.
- Con que no te estrelles me basta.
Con esas palabras, parecía que estaban llegando al lugar.
Siempre hay múltiples caminos para llegar a un destino: algunos empedrados, algunos asfaltados, otros son caminos que atraviesan bosques y otros se sumergen bajo las montañas. Cualquiera que sea el camino, el mío siempre es el de la no espada.