[Aluche] Cazador y Presa (Miguel)

[Variable]

En algún lugar de Madrid había un pequeño local destrozado, en lo que había sido una antigua zapatería. Los antiguos escaparates estaban empapelados y pintados con pintura negra, con lo que se hacía imposible discernir el interior desde el exterior. El local había sido despejado para colocar dos bancas en las que estaban atados con varias cadenas que aseguraban torso y brazos dos sujetos. Junto a la puerta de salida había un hombre vestido con un traje paramilitar negro, un pasamontañas, un chaleco antibalas y una carabina. Al fondo había otra puerta, tras un pequeño mostrados, que daría a una trastienda. Otro hombre de negro armado vigilaba desde allí.

Miguel recuperó la consciencia. Ya no tenía la estaca y le estaban suministrando sangre desde una bolsa de sangre por goteo, directamente hacia su boca. Si cerraba los labios, estos se teñían del rojizo color del néctar que le alimentaba.

El otro hombre era un hombre mayor, que parecía estar bastante más tranquilo. Vestía una camisa a cuadros y unos pantalones tejanos. Tenía algo de barriga y la cara redonda, con la mirada de quien ha vivido lo suficiente como para temer por su vida.

[Pelaje-de-Luna]

Cuando Miguel recuperó la consciencia miró el local confuso desde su banca amarrado como estaba, aunque no tardó en darse cuenta de lo que estaba pasando a razón de los últimos recuerdos que tenía. Chupó y saboreó la sangre que le suministraban, curioso, ¿de quién sería? ¿o de qué?

De todas formas, tenía cosas más importantes en las que pensar y estas se agolpaban en su mente nublada. Dios, me siento idiota, mira que hacerme el chulo con los matones esos y esperar que me saliera bien pensó tan fuerte que casi temía que lo escucharan el resto. Bueno Miguel, tampoco es que pensases que iba a salir bien. Sólo no pensaste dijo otra voz en su cabeza. Tal vez cuando el cretino jefe dijo "última oportunidad" tendrías que haberte dado cuenta que no te iban a dejar ir tan fácil después. O tal vez tendrías que haber hecho caso a lo que te dijo la Voz desde el principio y salir por patas dijo otra, otra voz en su cabeza. Lo hecho, hecho está. Vamos a calmarnos dijo una última voz.

Mientras los pensamientos en forma de voces se precipitaban sobre su mente y Miguel chupaba distraidamente la sangre, comenzó a preocuparse más sobre su salud mental que sobre estar encerrado.
-Esto es por pasar tanto tiempo con sólo animales.-

[Variable]

El otro hombre secuestrado entornó los ojos hasta mirar a Miguel.

- ¿Qué clase de tortura le están infligiendo? -preguntó, desviando la mirada hacia el incesante goteo de sangre-. ¿Es usted un ermitaño?

La voz del hombre estaba cargada de calma, pero no estaba exenta ni de curiosidad, ni de temor por la respuesta.

[Pelaje-de-Luna]

-Hermitaño... una forma bonita de describir a alguien que habla solo y escribe garabatos en un libro.- Comentó, intentando mantener la compostura en tal situación.
-De momento estacas, ¿y a usted?-

[Variable]

- Disculpe, quizás he malinterpretado sus palabras -dice el viejo-. Y, por lo que parece, también lo de la sangre. Parecía algún tipo de tortura.

El anciano parece algo confundido por las respuestas de Miguel.

- Por cierto, no me he presentado: me llamo Raúl.

[Pelaje-de-Luna]

-Soy Miguel, un placer. Le daría la mano pero la situación está un poco complicada.
Examinó al hombre atado a su lado, como si de repente se diera cuenta de su existencia.
-¿Y cómo ha acabado usted en esta situación?-

[Variable]

- La verdad es que no tengo ni idea -repuso Raúl-. Me secuestraron en mi casa...

El viejo miró alrededor, analizando el entorno en busca de alguna forma de escapar.

- No sé ni quién es esta gente.

[Pelaje-de-Luna]

-Bueno entonces su caso no es muy diferente al mio.-

También miró los alrededores, fijándose en el hombre de negro.
¿Había alguna pista de en qué parte de la ciudad podrían estar?

[Variable]

El local no daba muchas pistas del lugar donde se encontraban, era un lugar cerrado y vacío, con los escaparates tapados, con lo que no se podía ver ni la calle.

- Como sea, parece que estamos en una mala situación.

[Pelaje-de-Luna]

-¿Quieres mi consejo? Relájate y espera a ver qué pasa.- Dijo Miguel, dando un fingido bostezo. -No sabemos de qué sería capaz esta gentuza.-

Espero que sea zona de ratas. piensa mientras se concentra en traer todas las ratas posibles de la zona con cuidado y de poco en poco, atrayéndolas con la Bestia como si de una melodía de flauta se tratase.