La canción es un clásico escocés que te hace estremecer y eres incapaz de sentir algo diferente a júbilo. El recuerdo quedará grabado por la eternidad y lo sabes. Nada podrá hacerte cambiar de parecer: es el mejor día de tu vida.
El ocaso en las quietas y cristalinas aguas se muestra maravilloso con sus colores y matices sutiles, coronado por las montañas y los gruesos nubarrones grises que cubren el cielo. Es evidente que será una noche magnífica.
Ilse te toma de la mano y te invita a meter los pies en el agua, sus sandalias y las tuyas se humedecen pronto. Nada les importa, porque es el momento de contemplar el infinito. La imagen es sobrecogedora y compartirla con ella convierte este momento en una sublime eternidad. .
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Los aromas húmedos y la carne de jabalí asada llenan el ambiente, mezcladas con… cadáveres humanos. Estás soñando, acabas de darte cuenta. Jamás has estado en aquél lago escocés, aunque lleves ese apellido. Pudiste engañar a todo el mundo con ese cuento de ser un caballero y el calabozo se vuelve bosque en el mundo onírico. El charco de tu propia orina, en el agua cristalina.
Pero Ilse, la hija del ama de llaves, la chica de tu vida en aquella casona de tu infancia… ella, ella sí es real. Tan real como tus ojos abiertos, el sueño interrumpido y la grotesca realidad que ahora si puedes observar. Las marcas en el muro te indican 6 días en el calabozo o, quizás, son las marcas de otro prisionero. Lo cierto es que tu ejecución es inminente y hay un buen plato con carne de langosta acompañada de hongos en salsa de eneldo.