Re: El legado de Osiris y un puñado de légamo
Publicado: 03 Dic 2021, 18:44
Las dos estudiantes, en simultáneo, hacen un comentario imprevisto.
Au moins vous ne deviendrez pas une boite de foie gras.
Claro, el famoso paté de ganso que tanto les gusta a la gente de Europa. Allá fuerzan a las pobres aves con sobrealimentacíon para hincharles el hígado, de donde se extrae tal manjar. Lamentas tal destino por un capricho humano y recuerdas que, aquí en el Nilo, los gansos locales son sagrados. Y, más allá de lo religioso de otras eras, sabes que siempre están en los lugares más bellos. Una marca de la belleza de la Tierra y sus paisajes más diversos.
La pianista interrumpe tus cavilaciones para felicitarte por ser tan erudito.
Portas una sabiduría más allá de tus años, personita cuyo nombre desconozco. Sí, me gustaría saber como llamarte. Aunque, de momento, voy a satisfacer tu curiosidad. Sí, efectivamente nos dirigimos hacia allá. Tendré un encuentro con herr Heinrich Schliemann. Se trata de un famoso mercader alemán que ha decidido dedicarse a la arqueología tras retirarse muy joven. Ha amasado una gran fortuna que se lo permite y como uno de mis mecenas, tiene el derecho a esta reunión.
Hace una breve pausa al levantar la mirada para observar una bandada de gansos locales que parece mostrar un movimiento helicoidal descendente hacia el navío. Su rapidez es tan exigua que, según tus cálculos, debería tomarles al menos media hora llegar hasta ustedes.
En cuanto a mi arte, es más que algo para observar. Me imagino que lo has sentido en tu corazón. Ya sea bajo la forma de rabia o desazón. De otro modo, si te ha resultado indiferente, he fracasado en mi oficio.
Se ríe de buena gana, para volver a mencionar que tus conocimientos son asombrosos.
¿Puedes contarme algo sobre esa isla? Tengo muy poco tiempo para acercarme a los asuntos científicos. Y, me parece, que tu curiosidad es la marca de alguien que quiere seguir dicha carrera.
Au moins vous ne deviendrez pas une boite de foie gras.
Claro, el famoso paté de ganso que tanto les gusta a la gente de Europa. Allá fuerzan a las pobres aves con sobrealimentacíon para hincharles el hígado, de donde se extrae tal manjar. Lamentas tal destino por un capricho humano y recuerdas que, aquí en el Nilo, los gansos locales son sagrados. Y, más allá de lo religioso de otras eras, sabes que siempre están en los lugares más bellos. Una marca de la belleza de la Tierra y sus paisajes más diversos.
La pianista interrumpe tus cavilaciones para felicitarte por ser tan erudito.
Portas una sabiduría más allá de tus años, personita cuyo nombre desconozco. Sí, me gustaría saber como llamarte. Aunque, de momento, voy a satisfacer tu curiosidad. Sí, efectivamente nos dirigimos hacia allá. Tendré un encuentro con herr Heinrich Schliemann. Se trata de un famoso mercader alemán que ha decidido dedicarse a la arqueología tras retirarse muy joven. Ha amasado una gran fortuna que se lo permite y como uno de mis mecenas, tiene el derecho a esta reunión.
Hace una breve pausa al levantar la mirada para observar una bandada de gansos locales que parece mostrar un movimiento helicoidal descendente hacia el navío. Su rapidez es tan exigua que, según tus cálculos, debería tomarles al menos media hora llegar hasta ustedes.
En cuanto a mi arte, es más que algo para observar. Me imagino que lo has sentido en tu corazón. Ya sea bajo la forma de rabia o desazón. De otro modo, si te ha resultado indiferente, he fracasado en mi oficio.
Se ríe de buena gana, para volver a mencionar que tus conocimientos son asombrosos.
¿Puedes contarme algo sobre esa isla? Tengo muy poco tiempo para acercarme a los asuntos científicos. Y, me parece, que tu curiosidad es la marca de alguien que quiere seguir dicha carrera.