El chirrido metálico de sus pasos sobre la escalera de servicio resonó más de lo que debería. Una hebilla suelta, una tabla floja... no importaba. El sigilo se rompió en mil pedazos como una promesa mal hecha. Nyx se quedó inmóvil un segundo, el eco de su error rebotando en las paredes del pasillo trasero del museo.
Fue entonces cuando lo sintió.
Como si algo dentro de él se hubiese descosido. Una irritación punzante le recorrió la espalda, subiéndole por la nuca. Ese error no era suyo. No debería haber estado ocultándose en primer lugar. ¿Quién había decidido que debían actuar así? ¿Montecristo? ¿Pagliacci? ¿La maldita Mascarada? ¿El mundo?
Estaba harto.
Apretó los dientes, bajó los escalones de dos en dos y empujó la puerta trasera. El callejón lo recibió con un aliento sucio de gasolina y humedad. El sonido de los motores llegó a sus oídos incluso antes de verlos. Una caravana de motos venía rugiendo desde la esquina, como un enjambre de acero y cuero.
Y ahí estaba. La excusa perfecta.
Los miró avanzar con paso firme, sin esconderse, sin dudar. Ellos no esperaban encontrar resistencia. Nadie la esperaba de alguien como él. Era el momento ideal para romper la narrativa.
Se plantó a media calle. Las luces delanteras de las motos se clavaron en su abrigo como faros en la niebla.
-¿Venís a por nosotros?
Gruñó, alzando la voz para hacerse oír sobre los motores
-Pues bien. Aquí estoy.
Se llevó la mano al interior de la chaqueta, no por necesidad táctica, sino por el puro placer de tensar la situación, de arrastrarlos fuera de su línea recta, de prender la mecha. Tenía que hacer que cambiasen de opinión. Tenía que trastocar el plan. O reventarlo.
Porque no era un peón más. Porque alguien tenía que empezar a empujar las piezas al revés.
"Countdown" 6
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Voivoda
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Re: "Countdown" 6
Montecristo observó a Jameson marcharse algo desorientado por un callejón trasero del museo judío. El viejo periodista apenas había podido contener las lágrimas con las palabras de Pagliacci, pero era lo suficientemente astuto para llevarse el teléfono, irse por un lugar seguro y no hacer en ese momento las preguntas que habría en su mente. Conocía los códigos de la profesión y confiaba en la Caitiff. Montecristo podía presentir esas características y sintió una punzada de envidia al comprobar el vínculo que la paria tenía aún con aquel hombre. No pudo evitar pensar en Sienna y cómo sus propios lazos se iban desvaneciendo por el paso implacable del tiempo.
No obstante, el Tremere había dado su palabra. Su palabra de viejo policía. Y estaba dispuesto a echarle una mano a aquel tipo aunque no lo conociera. En el fondo es lo que siempre había hecho. Era su deber. Otro caso que se acumulaba al que sentía más punzante en sus pensamientos como era el de aquellas monedas gastadas. Su propia familia. Su propia historia.
Montecristo escuchó un griterío en una calle cercana, al que acompañaba el sonido de motores de motocicletas. Presintiendo que algo no iba bien apartó la vista de la silueta de Jameson y se encaminó hacia la fachada oeste del edificio con paso vivo. Se detuvo justo en la esquina desde la que podía ver la escena que se desarrollaba varios metros por delante.
Pagliacci se escondió agachada detrás de unos arbustos que caían justo debajo de una farola apagada. Dejó su rifle en el suelo para que su silueta no levantara sospechas y maldijo en voz baja. No se había terminado de recuperar del shock emocional del sufrimiento de Jameson cuando se encontraba de nuevo a aquella banda de moteros nocturnos con aquel gigante a la cabeza. Y por lo que parecía, Nyx había decidido que esta noche era en la que la sangre Brujah que corría por sus venas se mostraba en todo su esplendor.
La Caitiff sintió que la realidad se escapaba entre sus dedos como el agua de un río. No tenía ni dónde dormir de nuevo, el tiempo iba en contra del grupo, Montecristo no parecía centrado y ahora era Nyx quien perdía los papeles. No podía juzgarlos considerando que hacía 24 horas ella estaba bañada en sangre y barro, pero intuía que toda aquella situación no iba a tener un buen final.
El sonido de varias armas produjo una peculiar sintonía metálica. Clac, clac, clac. Los miembros de aquella banda desenfundaron desde sus motos como siguiendo una coreografía perfectamente ensayada. Aquel pobre policía hizo lo propio, tentado de pedir refuerzos hasta que un par de aquellas armas apuntaron directamente en su dirección y uno de los que las empuñaba simplemente negó con la cabeza.
El líder del grupo, aquel enorme Nosferatu que tapaba innecesariamente su mirada con unas gafas y cuya barba larga seguramente escondía los destrozos del Abrazo en su rostro mostró una sonrisa de dientes desalineados al escuchar a Nyx.
- Vaya, vaya, tenemos un héroe...
La voz del Son of Blood enervó todavía más al Brujah. Nyx no sentía odio, rencor o miedo. Solo pura amargura. Estaba harto de que las cosas no salieran bien, de tener que esconderse, de planear movimientos como en una partida de ajedrez en la que otros parecían avanzar derribando las piezas sin ton ni son.
Nyx notaba cómo le hervía la sangre por dentro de pura rabia y estaba tentado de dejar salir a su Bestia. Al fin y al cabo, era su naturaleza más profunda. Aún así se mantenía aún en sus cabales lo suficiente para comprender que si no luchaba contra aquella furia probablemente todo se acabaría para él y, quién sabe, para sus compañeros de Coterie. Nyx sentía que era el único de los tres con la mente fría para las noches por venir... a pesar de su situación actual.
- Quizá podemos tener una charlita, sí -dice el Nosferatu al tiempo que, sin apartar la vista de Nyx, desenfunda con su mano izquierda la pistola que llevaba atada con el cinturón a la espalda y apunta al policía con una extraña precisión ya que sigue mirando al Brujah- Nos vamos tranquilitos todos a dormir, ¿te parece? -dice a Nyx como invitación para dejarse atrapar por los moteros.
OFF: Nyx debe tirar FV para evitar el Frenesí restándole 2 dados de Severidad de su Prohibición (así que son 3 dados a dificultad 2)
No obstante, el Tremere había dado su palabra. Su palabra de viejo policía. Y estaba dispuesto a echarle una mano a aquel tipo aunque no lo conociera. En el fondo es lo que siempre había hecho. Era su deber. Otro caso que se acumulaba al que sentía más punzante en sus pensamientos como era el de aquellas monedas gastadas. Su propia familia. Su propia historia.
Montecristo escuchó un griterío en una calle cercana, al que acompañaba el sonido de motores de motocicletas. Presintiendo que algo no iba bien apartó la vista de la silueta de Jameson y se encaminó hacia la fachada oeste del edificio con paso vivo. Se detuvo justo en la esquina desde la que podía ver la escena que se desarrollaba varios metros por delante.
Pagliacci se escondió agachada detrás de unos arbustos que caían justo debajo de una farola apagada. Dejó su rifle en el suelo para que su silueta no levantara sospechas y maldijo en voz baja. No se había terminado de recuperar del shock emocional del sufrimiento de Jameson cuando se encontraba de nuevo a aquella banda de moteros nocturnos con aquel gigante a la cabeza. Y por lo que parecía, Nyx había decidido que esta noche era en la que la sangre Brujah que corría por sus venas se mostraba en todo su esplendor.
La Caitiff sintió que la realidad se escapaba entre sus dedos como el agua de un río. No tenía ni dónde dormir de nuevo, el tiempo iba en contra del grupo, Montecristo no parecía centrado y ahora era Nyx quien perdía los papeles. No podía juzgarlos considerando que hacía 24 horas ella estaba bañada en sangre y barro, pero intuía que toda aquella situación no iba a tener un buen final.
El sonido de varias armas produjo una peculiar sintonía metálica. Clac, clac, clac. Los miembros de aquella banda desenfundaron desde sus motos como siguiendo una coreografía perfectamente ensayada. Aquel pobre policía hizo lo propio, tentado de pedir refuerzos hasta que un par de aquellas armas apuntaron directamente en su dirección y uno de los que las empuñaba simplemente negó con la cabeza.
El líder del grupo, aquel enorme Nosferatu que tapaba innecesariamente su mirada con unas gafas y cuya barba larga seguramente escondía los destrozos del Abrazo en su rostro mostró una sonrisa de dientes desalineados al escuchar a Nyx.
- Vaya, vaya, tenemos un héroe...
La voz del Son of Blood enervó todavía más al Brujah. Nyx no sentía odio, rencor o miedo. Solo pura amargura. Estaba harto de que las cosas no salieran bien, de tener que esconderse, de planear movimientos como en una partida de ajedrez en la que otros parecían avanzar derribando las piezas sin ton ni son.
Nyx notaba cómo le hervía la sangre por dentro de pura rabia y estaba tentado de dejar salir a su Bestia. Al fin y al cabo, era su naturaleza más profunda. Aún así se mantenía aún en sus cabales lo suficiente para comprender que si no luchaba contra aquella furia probablemente todo se acabaría para él y, quién sabe, para sus compañeros de Coterie. Nyx sentía que era el único de los tres con la mente fría para las noches por venir... a pesar de su situación actual.
- Quizá podemos tener una charlita, sí -dice el Nosferatu al tiempo que, sin apartar la vista de Nyx, desenfunda con su mano izquierda la pistola que llevaba atada con el cinturón a la espalda y apunta al policía con una extraña precisión ya que sigue mirando al Brujah- Nos vamos tranquilitos todos a dormir, ¿te parece? -dice a Nyx como invitación para dejarse atrapar por los moteros.
OFF: Nyx debe tirar FV para evitar el Frenesí restándole 2 dados de Severidad de su Prohibición (así que son 3 dados a dificultad 2)
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Nyx (DarkOsca)
Arquitecto
Re: "Countdown" 6
El mundo se partió.
No hubo pensamiento. No hubo decisión. Solo un rugido seco, mudo, que le estalló en el pecho y le empujó hacia delante. El insulto del Nosferatu: esa voz pastosa, condescendiente, cargada de falsa cortesía, fue todo lo que la Bestia necesitaba.
-Nos vamos tranquilitos todos a dormir
La frase no terminó de morir en el aire cuando Nyx ya se lanzaba a la carrera como un tren sin frenos. En sus ojos no había estrategia, ni palabras, ni lógica. Solo ira. Pura, líquida, brutal. Como un alud que arrasa con todo sin distinguir rocas de árboles, enemigos de aliados.
-¡¡¡¡AAAAAGGHHHHHHH!!!!
El grito no tenía forma ni nombre. Era una sentencia.
El abrigo se abrió a su espalda como alas rotas mientras el Brujah se abalanzaba directo hacia el gigante, sin importarle las armas, las balas o las consecuencias. Un monstruo contra otro. El Nosferatu tenía cara de acero, pero Nyx era puro fuego.
Unas balas rompieron el aire, pero no llegaron a tiempo. La rabia lo empujaba más rápido de lo que la lógica podía reaccionar. Un puñetazo buscó la mandíbula del motero más cercano, con la única intención de hacerlo volar. Luego vendría el siguiente. Y después el siguiente. Hasta que no quedara nadie en pie. O hasta que su cuerpo se desplomara bajo una lluvia de plomo.
No había marcha atrás.
Durante un segundo, un instante apenas, la parte más antigua y rota de su alma susurró que esto era lo único que siempre había querido: dejar de fingir, dejar de obedecer, dejar de planear. Solo romper. Solo destruir.
Solo gritar tan fuerte que el mundo tuviera que escuchar.
No hubo pensamiento. No hubo decisión. Solo un rugido seco, mudo, que le estalló en el pecho y le empujó hacia delante. El insulto del Nosferatu: esa voz pastosa, condescendiente, cargada de falsa cortesía, fue todo lo que la Bestia necesitaba.
-Nos vamos tranquilitos todos a dormir
La frase no terminó de morir en el aire cuando Nyx ya se lanzaba a la carrera como un tren sin frenos. En sus ojos no había estrategia, ni palabras, ni lógica. Solo ira. Pura, líquida, brutal. Como un alud que arrasa con todo sin distinguir rocas de árboles, enemigos de aliados.
-¡¡¡¡AAAAAGGHHHHHHH!!!!
El grito no tenía forma ni nombre. Era una sentencia.
El abrigo se abrió a su espalda como alas rotas mientras el Brujah se abalanzaba directo hacia el gigante, sin importarle las armas, las balas o las consecuencias. Un monstruo contra otro. El Nosferatu tenía cara de acero, pero Nyx era puro fuego.
Unas balas rompieron el aire, pero no llegaron a tiempo. La rabia lo empujaba más rápido de lo que la lógica podía reaccionar. Un puñetazo buscó la mandíbula del motero más cercano, con la única intención de hacerlo volar. Luego vendría el siguiente. Y después el siguiente. Hasta que no quedara nadie en pie. O hasta que su cuerpo se desplomara bajo una lluvia de plomo.
No había marcha atrás.
Durante un segundo, un instante apenas, la parte más antigua y rota de su alma susurró que esto era lo único que siempre había querido: dejar de fingir, dejar de obedecer, dejar de planear. Solo romper. Solo destruir.
Solo gritar tan fuerte que el mundo tuviera que escuchar.
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Pagliacci (Pagliacci)
Periodista
Re: "Countdown" 6
https://www.youtube.com/watch?v=XuO8wqC ... w2cYOQXkG8
La Caitiff respiró el olor a neumático quemado del ambiente y sintió el peso del hierro que cargaba consigo. Había contemplado la posibilidad de utilizar a los Sons para atacar a los brujos, un enemigo común, era un trato que les beneficiaba a todos y que podían utilizar para sacar a Melinda. Pensaba en ello mientras se deslizaba lentamente entre los arbustos del exterior, tratando de no hacer ruido. Tampoco es que le resultara difícil pasar desapercibida, Nyx se estaba llevando todo el foco.
Tras haber acariciado la muerte final la noche anterior, la vampira no deseaba volver a tentar a la suerte, motivo por el cual, la violencia era la última opción. Entonces se desató el infierno, los gritos de Nyx y los disparos comenzaron a sucederse. La periodista se quedó helada unos largos diez segundos antes de poder reaccionar. Entonces, improvisó, haciendo lo que mejor sabía, buscar soluciones alternativas.
Cogió el teléfono, temblando, tratando de que no cayera al suelo. Tecleó rápidamente un número sencillo. Espero a que una voz le respondiera al otro lado:
- ¿Emergencias? ¡Por favor, ayuda! Una banda de moteros está disparando a la policía a las puertas del museo judío.
Colgó. Tomó aire profundamente. Se puso a grabar.
La Caitiff respiró el olor a neumático quemado del ambiente y sintió el peso del hierro que cargaba consigo. Había contemplado la posibilidad de utilizar a los Sons para atacar a los brujos, un enemigo común, era un trato que les beneficiaba a todos y que podían utilizar para sacar a Melinda. Pensaba en ello mientras se deslizaba lentamente entre los arbustos del exterior, tratando de no hacer ruido. Tampoco es que le resultara difícil pasar desapercibida, Nyx se estaba llevando todo el foco.
Tras haber acariciado la muerte final la noche anterior, la vampira no deseaba volver a tentar a la suerte, motivo por el cual, la violencia era la última opción. Entonces se desató el infierno, los gritos de Nyx y los disparos comenzaron a sucederse. La periodista se quedó helada unos largos diez segundos antes de poder reaccionar. Entonces, improvisó, haciendo lo que mejor sabía, buscar soluciones alternativas.
Cogió el teléfono, temblando, tratando de que no cayera al suelo. Tecleó rápidamente un número sencillo. Espero a que una voz le respondiera al otro lado:
- ¿Emergencias? ¡Por favor, ayuda! Una banda de moteros está disparando a la policía a las puertas del museo judío.
Colgó. Tomó aire profundamente. Se puso a grabar.
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Montecristo (Jebediah_Gogorah)
Investigador ocultista
Re: "Countdown" 6
{ https://www.youtube.com/watch?v=RmJsk0_Gt5E - In the Air by Marilyn Manson }
Montecristo había visto perderse en la oscuridad a Jameson, cabizbajo y curvado, con el peso de las preocupaciones en su espalda. Había visto esa expresión tantas veces en otros rostros; en otra época durante sus años de detective; en su propio rostro ahora cuando el charco del callejón le devolvía su reflejo, ahora deforme por las ondas causadas al ser pisado por un gato.
En el otro lado de la calle, de pronto, la combustión grave de los motores se confundía con un creciente jaleo. Olía, aún sin asomarse, a problemas. Su hermano de aventuras, estaba ahora enfrente de aquellos hijos de puta de los Sons, casi en una postura suicida ante decenas de armas de fuego, que amartilleaban hacia su figura. Ya habían mandado a inmolar a su propio hijo de sangre, como para dejar ahora sólo a su compañero de coterie. El brujah parecía estar empezando a ser dominado por la bestia, y el tremere, pareció en un sólo segundo, sincronizar su propia bestia con la de Nyx. El rostro del policía rezumaba miedo por cada poro, lejos de la autoridad que se supone debería mostrar.
El brujo empezó a moverse de manera lateral usando las sombras que la enorme fachada del edificio producía, usando la capa de sombras*1 que los poderes de la contraluz le permitían y había perfeccionado, y el sigilo que durante tanto tiempo le sirvió para allanar moradas de manera extraoficial y que ahora había perfilado para asaltar a los miembros de su rebaño. Quería intentar flanquear a los moteros y atacar al tiempo que la inminente y aparente embestida del arquitecto se produjera.
-¿Venís a por nosotros? - Nosotros... -
La tensión podía palparse en el aire, allí, en aquella noche, en apenas un segundo de tiempo, y entoces, todo se precipitó, incluido su propio ataque lateral, con la mirada perdida y lastimera de un kamikaze enamorado... Se podía sentir, en el aire, esa noche... - Oh Lord...
*1 ->
Montecristo había visto perderse en la oscuridad a Jameson, cabizbajo y curvado, con el peso de las preocupaciones en su espalda. Había visto esa expresión tantas veces en otros rostros; en otra época durante sus años de detective; en su propio rostro ahora cuando el charco del callejón le devolvía su reflejo, ahora deforme por las ondas causadas al ser pisado por un gato.
En el otro lado de la calle, de pronto, la combustión grave de los motores se confundía con un creciente jaleo. Olía, aún sin asomarse, a problemas. Su hermano de aventuras, estaba ahora enfrente de aquellos hijos de puta de los Sons, casi en una postura suicida ante decenas de armas de fuego, que amartilleaban hacia su figura. Ya habían mandado a inmolar a su propio hijo de sangre, como para dejar ahora sólo a su compañero de coterie. El brujah parecía estar empezando a ser dominado por la bestia, y el tremere, pareció en un sólo segundo, sincronizar su propia bestia con la de Nyx. El rostro del policía rezumaba miedo por cada poro, lejos de la autoridad que se supone debería mostrar.
El brujo empezó a moverse de manera lateral usando las sombras que la enorme fachada del edificio producía, usando la capa de sombras*1 que los poderes de la contraluz le permitían y había perfeccionado, y el sigilo que durante tanto tiempo le sirvió para allanar moradas de manera extraoficial y que ahora había perfilado para asaltar a los miembros de su rebaño. Quería intentar flanquear a los moteros y atacar al tiempo que la inminente y aparente embestida del arquitecto se produjera.
-¿Venís a por nosotros? - Nosotros... -
La tensión podía palparse en el aire, allí, en aquella noche, en apenas un segundo de tiempo, y entoces, todo se precipitó, incluido su propio ataque lateral, con la mirada perdida y lastimera de un kamikaze enamorado... Se podía sentir, en el aire, esa noche... - Oh Lord...
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Voivoda
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Re: "Countdown" 6
Primero es una ola de rabia. Después se empequeñece el campo de visión, se tensan los músculos y las sinapsis neuronales empiezan a funcionar a toda velocidad para justificar el desenfreno violento del que vas a ser protagonista. La vista se vuelve rojiza, los colmillos asoman al exterior como dos finas cuchillas, los puños se cierran como dos martillos. Los pensamientos empiezan a languidecer hasta ser apenas ligeras líneas incoherentes de texto, los recuerdos corren hacia el inconsciente cerebral y una sensación de poder primigenio se apodera del cuerpo.
Nyx había dejado de fingir, planear y obedecer y se lanzó con un ansia criminal sobre el motero que tenía más cerca, al que tiró con su inercia de su cabalgadura mecánica y empezó a destrozarle la cara golpeándole con una saña asesina que hizo saltar la sangre hacia el rostro del Brujah, que gruñó satisfecho... y dolorido. No había escuchado el disparo, pero llegó a ver el fogonazo y milésimas de segundo después el picotazo debajo de su oreja izquierda al tiempo que la bala arrastraba piel y músculo. Después de retroceder por el impacto, se giró para observar a su atacante mientras el tipo que tenía debajo no volvería a mirarse en un espejo nunca más...
Montecristo había aprovechado de manera innata la oscuridad para moverse con rapidez felina flanqueando al grupo hasta encontrar una posición de ataque... En ese instante observó al líder del grupo, aquella bestia de metro noventa de altura, desenfundando con la rapidez de un cowboy del oeste y haciendo que Nyx se trastabillara por el impacto del tiro. El Tremere tenía experiencia en tiroteos, los recuerdos vinieron a su mente desde aquellos años pasados de patrullas y encuentros desagradables por toda la ciudad. Uno de los tipos estaba fuera de combate, pero el líder tenía el arma lista y los otros cuatro moteros desenfundaban las suyas. Tenía cerca a dos de ellos para atacarles por la espalda, aunque era consciente de que no tendría tiempo de evitar una ensalada de tiros...
Pagliacci da un respingo inconsciente con el disparo, llega a ver a Nyx sacudirse ligeramente por la bala, a los moteros comenzar a desenfundar, al policía correr hacia el coche seguramente en busca de refuerzos y, al mismo tiempo, cuelga la llamada y le da al REC de la cámara del teléfono. Sabe que en Nueva York las fuerzas del orden llegan con rapidez, no habrá demasiado tiempo para recrearse, si bien su propia experiencia reciente le hace sentir al mismo tiempo que unos segundos pueden ser devastadores. Montecristo no está en su campo de visión, pero sí que comprende que Nyx está fuera de sí, presa de la furia asesina de su propio Clan, y que lo más probable es que se lance a pecho descubierto hacia la Muerte Definitiva...
OFF: En la escena hemos avanzado apenas unos segundos, pero explico por qué la dejo aquí y algunas mecánicas.
Nyx se lía primero a puñetazos con el que tenga más cerca (va el primero por ser combate cuerpo a cuerpo por sorpresa), después recibe el disparo (el combate a distancia). En ese intervalo de tiempo cuento con que Montecristo está realizando una Maniobra de Sigilo y por tanto le voy a dar un +1 dado a la acción de ataque que indique y actuará el primero después de este post (he dejado que elijas la descripción de a quién atacas y cómo). Después actuarán los moteros (armas listas para disparar, no harán más) y después sería turno nuevo en el que según cómo quede cada uno y las acciones a realizar determinaremos el orden.
Nyx Ansia 2, Pagliacci Ansia 2, Montecristo Ansia 1
Nyx 2 niveles de Salud Superficiales. Salud 3/5 (tirada del disparo: https://discord.com/channels/6032459677 ... 5806821426 ). 2 éxitos + 2 del arma/2= 2
Puedes dirigir la interpretación de tu personaje en el Frenesí si quieres, también gastar 1 punto de FV si quisieras que el PJ tuviera algo de lucidez durante el siguiente turno y en todo caso no tienes penalizaciones de ninguna clase.
-
Nyx (DarkOsca)
Arquitecto
Re: "Countdown" 6
-Mantengo el frenesí, no gasto FV para controlarlo.
Los gritos del motero ya no tenían forma humana. Le reventaba la mandíbula a puñetazos, uno tras otro, con una furia mecánica, casi ritual. La sangre le empapaba los nudillos, la cara, el cuello. Una parte lejana, oculta, enterrada, le decía que ese cuerpo ya estaba muerto… pero esa parte estaba enterrada por una razón.
El fogonazo no lo vio. El zumbido del proyectil tampoco lo escuchó. Solo sintió cómo la carne se abría en su cuello, bajo la oreja, y cómo el mundo se inclinaba por un instante. Tropezó, tambaleó, y entonces rugió, un bramido ancestral, de animal herido y furioso, y sus ojos se clavaron en el líder.
Ese era el siguiente.
Ese era el que había que romper.
Se lanzó a la carrera, jadeando, con las pupilas dilatadas y la piel tirante por el frenesí. Si alguien intentaba interponerse, sería arrollado. Si le disparaban, lo sabrían después. En su mente ya no quedaba espacio para nada más que destrucción.
Los gritos del motero ya no tenían forma humana. Le reventaba la mandíbula a puñetazos, uno tras otro, con una furia mecánica, casi ritual. La sangre le empapaba los nudillos, la cara, el cuello. Una parte lejana, oculta, enterrada, le decía que ese cuerpo ya estaba muerto… pero esa parte estaba enterrada por una razón.
El fogonazo no lo vio. El zumbido del proyectil tampoco lo escuchó. Solo sintió cómo la carne se abría en su cuello, bajo la oreja, y cómo el mundo se inclinaba por un instante. Tropezó, tambaleó, y entonces rugió, un bramido ancestral, de animal herido y furioso, y sus ojos se clavaron en el líder.
Ese era el siguiente.
Ese era el que había que romper.
Se lanzó a la carrera, jadeando, con las pupilas dilatadas y la piel tirante por el frenesí. Si alguien intentaba interponerse, sería arrollado. Si le disparaban, lo sabrían después. En su mente ya no quedaba espacio para nada más que destrucción.
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Pagliacci (Pagliacci)
Periodista
Re: "Countdown" 6
La periodista no se podía creer lo que estaba viendo, lo que estaba grabando. Su perplejidad dio paso a la indecisión, la indecisión a la ansiedad y la ansiedad a la determinación de poner fin a aquello cuanto antes. Detuvo la grabación, en la que Nyx se mostraba en frenesí, y tecleó rápidamente en el teléfono, frenéticamente, sintiendo que cada segundo contaba. Entró en youtube, maldijo los inoportunos anuncios y reprodujo un vídeo que emitía el sonido de una sirena de policía, esperando que se oyera entre el tumulto, los disparos y los gritos de la pelea. En el mejor de los casos detendría la pelea, en el peor, quizás distrajera a alguno de los pistoleros. Subió el volumen al máximo y se movió hacia otra posición, tras un coche y, desde la oscuridad, gritó con todas sus fuerzas:
-¡Alto, policía de Nueva York. Depongan las armas, están ustedes rodeados!
-¡Alto, policía de Nueva York. Depongan las armas, están ustedes rodeados!
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Montecristo (Jebediah_Gogorah)
Investigador ocultista
Re: "Countdown" 6
Montecristo había conseguido moverse con cierto sigilo entre las sombras aprovechando la atención que la banda proporcionaba a su engallardado hermano brujah. Instintivamente, echo mano a la sobaquera, intentando encontrar su preciado revólver, sin saber todavía, como en medio de una ensoñación, si disponía o no de él.*1.
Por eso se vió, en apenas unas décimas de segundo en dos situaciones... en ambas, su objetivo estaba claro, y más ahora que veía que un malherido Nyx, cabalgado por su bestia, se abalanzaba hacia el lider de los Sons. -Divide y vencerás. - Se disponía a un enfrentamiento cuerpo a cuerpo con el jefe motero, o le asestaba un tiro a quemarropa. En esa misma ensoñación, el suelo del callejón adquiría un aspecto ajedrezado. - Mata al rey y caerán los peones.
*1
Por eso se vió, en apenas unas décimas de segundo en dos situaciones... en ambas, su objetivo estaba claro, y más ahora que veía que un malherido Nyx, cabalgado por su bestia, se abalanzaba hacia el lider de los Sons. -Divide y vencerás. - Se disponía a un enfrentamiento cuerpo a cuerpo con el jefe motero, o le asestaba un tiro a quemarropa. En esa misma ensoñación, el suelo del callejón adquiría un aspecto ajedrezado. - Mata al rey y caerán los peones.
*1
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