Durante mi vida he comprendido la sabiduría que contienen los dichos populares, pero también que tienen su cuota de alegoría que puede superar lo que está realmente presente en la realidad.
Me parece importante listar mis definiciones sencillas, que pueden ser debatidas (estoy más que encantado de hacerlo), para evitar lo más posible alguna confusión.
Valor de verdad: Lo que se asigna a una proposición luego de su análisis lógico, habitualmente dicotómico en cierto/falso, pero también en posiciones ambiguas que impiden conocerlo.
Proposición: Cualquier frase sujeta a escrutinio y determinar su valor de verdad (cierto, he caído en la circularidad con el concepto anterior ).
Falacia: Cualquier proposición que se intenta pasar por verdadera, cuándo en realidad es falsa.
Paralogismo: Similar a la anterior, pero carente de intención, producto de un error de razonamiento al usar las reglas de la lógica.
Razonamiento lógico: Aquél que cumple los principios fundamentales de las reglas de la lógica, principalmente respecto al operador "sí, entonces".
Premisa o antecedente: La primera parte de una proposición que debería ser la base para el análisis de ésta en su totalidad.
Conclusión o consecuente: La segunda parte de una proposición que debería obtenerse a partir de la premisa utilizando un razonamiento lógico.
Argumento sólido: Consiste en demostrar que tanto la premisa como la conclusión son ciertas y que el razonamiento para obtener dichos valores de verdad ha sido lógico.
El primer dicho popular que traigo a colación es: "No por mucho madrugar, amanece más temprano".
En el sentido alegórico, entiendo perfectamente que apunta a que a veces es innecesario levantarse antes del alba para realizar ciertas actividades. Debido a que existen limitaciones o complicaciones asociadas a realizarlas en las horas prematutinas.
En el sentido estricto, es un paralogismo. Yerra al omitir el hecho que en verano efectivamente amanece más temprano mientras más lejos del Ecuador se esté. Lo tienen muy claro quienes habitan en la Antártica, en que prácticamente durante 6 meses el Sol parece nunca ponerse y durante los otros 6… nunca salir.
El segundo me parece un poco más interesante: "Donde fueres, has lo que vieres".
Alegóricamente, es comprensible que tiene cierto sentido seguir las costumbres con las que te hubieres encontrado en algún lugar… porque así podrás evitarte complicaciones ligadas a elementos culturales.
Estrictamente, tiene un elemento paralógico, que es el hecho de pasar los límites de la moral propia por agradar a un círculo determinado. Este dicho me inspiró un poema basado en los suicidios masivos documentados luego de la captura del zapa inca por parte de Pizarro. Los españoles no siguieron (con toda razón) la premisa de seguir las costumbres locales, a menos que alguno haya decidido terminar con su vida del mismo modo que el pueblo inca… destrozado en el fondo de un acantilado, tras lanzarse por lo horrible que había ocurrido: ¡el Sol ha sido capturado!. Dando cuanta de que la religión andina igualaba al poder de nuestra estrella con el poder de su gobernante.
¿A alguien más le ha pasado ésto de encontrar este tipo de paradojas entre lo alegórico y lo estricto? Probablemente no, porque es muy rebuscado. Pero si alguien se anima, podría traer algún dicho popular y realizar este mismo análisis.