El foso se adentraba en la tierra como una herida supurante en el cuerpo de la ciudad. Murray descendió las escaleras tembloroso, atribulado por las dudas y el miedo, hacia una oscuridad estelar y ctónica. Una vez hubo alcanzado el suelo, sus pies se posaron sobre la piedra húmeda, una roca oscura y desgastada, se dio cuenta entonces de que andaba descalzo. En la negrura una enorme criatura palpitaba oculta en la oscuridad, apenas podía verla, pero su olor era fuerte y penetrante, avasallador. Se movía viscosa y húmeda, dejando entrever formas inhumanas y alienígenas en la penumbra.
-Acércate- dijo aquel ser, con una voz hermafrodita y pegajosa.
BLACK HAND VI: Fomori (segunda parte)
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zarzaardiente
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Re: BLACK HAND VI: Fomori (segunda parte)
Al oír la voz, mi boca, se seca, al sentir la piedra en mis pies descalzos, cómo en un sueño, mi corazón se desboca y rompo a sudar, un sudor frío que me hace tiritar, o acaso es el miedo que siento al estar ante el dueño de ésa extraña voz.
Mi mirada intenta atravesar la oscuridad que preña el lugar, dónde se oculta el ser que me ha elegido, aunque eso, descubrir lo que me espera, hace que el temblor aumente, tal vez, el que me vea temblando no sea una buena idea, pero soy incapaz de controlarlo, pues todas mis energías se centran en aguantar mi templanza para enfrentarme a la visión.
Lo que había pensado, lo que me había imaginado, quedaba tan atrás que se iba borrando de mi mente a cada paso, sin poder detenerme, la voz me atraía y me repelía de igual forma, lo último que pensé, con la mente clara, fue en mis padres y en mis amigos, esperando no volver a verles, nunca más.
Mi mirada intenta atravesar la oscuridad que preña el lugar, dónde se oculta el ser que me ha elegido, aunque eso, descubrir lo que me espera, hace que el temblor aumente, tal vez, el que me vea temblando no sea una buena idea, pero soy incapaz de controlarlo, pues todas mis energías se centran en aguantar mi templanza para enfrentarme a la visión.
Lo que había pensado, lo que me había imaginado, quedaba tan atrás que se iba borrando de mi mente a cada paso, sin poder detenerme, la voz me atraía y me repelía de igual forma, lo último que pensé, con la mente clara, fue en mis padres y en mis amigos, esperando no volver a verles, nunca más.
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Pagliacci
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Re: BLACK HAND VI: Fomori (segunda parte)
https://www.youtube.com/watch?v=N6aPxaCpP78
Sin embargo, allí estaba Aileen Fergus, su distante madre, emergiendo de entre las tinieblas como un ángel. Su rostro era pálido y recto, hierático, su semblante arrogante y noble mostraba una herencia aristocrática y las venas azules cruzaban su piel. Sus pies descalzos flotaban sobre la piedra y de su espalda sobresalían unas grandes alas quirópteras y viscosas, chorreando un icor viridio.
La voz de su madre surgió hermafrodita de sus labios, brotando junta a ella una oscuridad majestuosa, mientras el mismo aire vibraba a su alrededor. Murray sintió el deseo de arrodillarse ante la aparición imposible de su progenitora, pues su mente ya estaba fracturada y su carne hacía tiempo que había dejado de responderle.
-Desde bien pequeño fuiste escogido para este destino, hijo mío, tuyo era el sino de ser el cordero del sacrificio. Nosotros, los Marijava, hemos servido a la Mano sin Luz desde sus orígenes, custodiando las tumbas de los antiguos, guardando el secreto de su misma existencia. Ahora ha llegado el momento de que el El más viejo despierte, entrégame, el libro únete a mí, acepta el legado de tu sangre. Abrázame.
Sin embargo, allí estaba Aileen Fergus, su distante madre, emergiendo de entre las tinieblas como un ángel. Su rostro era pálido y recto, hierático, su semblante arrogante y noble mostraba una herencia aristocrática y las venas azules cruzaban su piel. Sus pies descalzos flotaban sobre la piedra y de su espalda sobresalían unas grandes alas quirópteras y viscosas, chorreando un icor viridio.
La voz de su madre surgió hermafrodita de sus labios, brotando junta a ella una oscuridad majestuosa, mientras el mismo aire vibraba a su alrededor. Murray sintió el deseo de arrodillarse ante la aparición imposible de su progenitora, pues su mente ya estaba fracturada y su carne hacía tiempo que había dejado de responderle.
-Desde bien pequeño fuiste escogido para este destino, hijo mío, tuyo era el sino de ser el cordero del sacrificio. Nosotros, los Marijava, hemos servido a la Mano sin Luz desde sus orígenes, custodiando las tumbas de los antiguos, guardando el secreto de su misma existencia. Ahora ha llegado el momento de que el El más viejo despierte, entrégame, el libro únete a mí, acepta el legado de tu sangre. Abrázame.
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zarzaardiente
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Re: BLACK HAND VI: Fomori (segunda parte)
Mis ojos se centran en la visión, por mucho que me gustara que fuera real, mi madre, había muerto, así que no podía ser ella, algo, o alguien, tal vez el ser que me esperaba, estaba jugando con mi mente.
Aguantando el gemido que se formaba en mi garganta, me centro en sus palabras, así que había sido elegido desde mi nacimiento, mi tío, mi verdadero padre, lo sabría o sólo lo sabía ella, y quién diablos eran los Marijava, desde luego era la primera vez que lo oía. Aunque esas dudas daban lo mismo, no me iban a ayudar en ésta situación, tal vez por eso pude mover mis labios y lanzar mi última súplica, mientras hacía lo que ella me había pedido.
-Madre, no quiero morir, sálvame.- Dije a la visión onírica cuando le daba el libro y la abrazaba, a pesar de no creer que ella fuera mi madre, tenerla tan cerca había hecho que mis lágrimas comenzaran a fluir de mis ojos, empapando mis mejillas, desconociendo lo mucho que la echaba de menos hasta ése instante.
Aguantando el gemido que se formaba en mi garganta, me centro en sus palabras, así que había sido elegido desde mi nacimiento, mi tío, mi verdadero padre, lo sabría o sólo lo sabía ella, y quién diablos eran los Marijava, desde luego era la primera vez que lo oía. Aunque esas dudas daban lo mismo, no me iban a ayudar en ésta situación, tal vez por eso pude mover mis labios y lanzar mi última súplica, mientras hacía lo que ella me había pedido.
-Madre, no quiero morir, sálvame.- Dije a la visión onírica cuando le daba el libro y la abrazaba, a pesar de no creer que ella fuera mi madre, tenerla tan cerca había hecho que mis lágrimas comenzaran a fluir de mis ojos, empapando mis mejillas, desconociendo lo mucho que la echaba de menos hasta ése instante.
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Pagliacci
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Re: BLACK HAND VI: Fomori (segunda parte)
https://www.youtube.com/watch?v=7APF2mUo7bE
-No morirás, renacerás- dijo ella mientras tomaba el libro entre sus manos, un ouroboros se abrió paso en su mente, aquel fatídico signo reptiliano de reencarnación.
Aileen se transmutó en un ser hermoso y antiguo, de cuyas manos brotaban zarcillos escamosos y cuyo cuerpo era un crisol de enfermedades. Tan majestuosa como inhumana, aquella criatura teñía el aire de colores ultravioletas y de sonidos inaudibles. Murray sintió como aquel ser penetraba en él, despertaba en él, revelándosele que siempre había formado parte de su naturaleza. Por un instante, antes de morir, Murray sintió que estaba completo y el horror y la felicidad que la vacuidad de su vida vivida le produjeron incendiaron su alma. Cerró los ojos, moribundo y fue otro el que los abrió.
Kupala abrió sus ojos con un destello demoníaco, tres siglos atrapado habían sido poco más que un parpadeo en su existencia, a su mente acudieron los recuerdos del huésped que estaba consumido: Su familia, los rituales en el ocaso, las aventuras con Rashid, la sangre derramada en las calles de la ciudad. Desechó los recuerdos rápidamente, tratando de no contaminarse con la impura personalidad de Murray, reprimiéndolos poderosamente bajo su voluntad infernal.
En aquellas manos de tejido blanco y carnoso sostenía un libro, sus propias anotaciones. ¿Dónde estaba Lambach? Aquel discípulo errático, reluctante hijo pródigo, lo había abandonado de nuevo. Recordó las sanguijuelas que le habían capturado, las cohortes de Mithras, las legiones de Tiamat y una lágrima descendió por las mejillas de su cuerpo de carne y hueso.
Anduvo por fin, ascendiendo las escaleras hacia el exterior de aquel pozo umbral, libre por fin de los grilletes impuestos por el Rey Amarillo. Esperaba encontrar allí a los hijos de El más viejo, sus infectos discípulos, no estaban. Pero sí encontró una docena de manadas de Danzantes, preparados por volver a bailar la espiral negra, listos para recorrer el oruoboros de nuevo. Contempló sus ejércitos con satisfacción, henchido de orgullo inmortal al ver que su legado había pervivido. El Devorador de Almas tenía hambre, un hambre insaciable y toda una ciudad se desplegaba ante él, marchita y corrupta, lista para la cosecha.
-No morirás, renacerás- dijo ella mientras tomaba el libro entre sus manos, un ouroboros se abrió paso en su mente, aquel fatídico signo reptiliano de reencarnación.
Aileen se transmutó en un ser hermoso y antiguo, de cuyas manos brotaban zarcillos escamosos y cuyo cuerpo era un crisol de enfermedades. Tan majestuosa como inhumana, aquella criatura teñía el aire de colores ultravioletas y de sonidos inaudibles. Murray sintió como aquel ser penetraba en él, despertaba en él, revelándosele que siempre había formado parte de su naturaleza. Por un instante, antes de morir, Murray sintió que estaba completo y el horror y la felicidad que la vacuidad de su vida vivida le produjeron incendiaron su alma. Cerró los ojos, moribundo y fue otro el que los abrió.
Kupala abrió sus ojos con un destello demoníaco, tres siglos atrapado habían sido poco más que un parpadeo en su existencia, a su mente acudieron los recuerdos del huésped que estaba consumido: Su familia, los rituales en el ocaso, las aventuras con Rashid, la sangre derramada en las calles de la ciudad. Desechó los recuerdos rápidamente, tratando de no contaminarse con la impura personalidad de Murray, reprimiéndolos poderosamente bajo su voluntad infernal.
En aquellas manos de tejido blanco y carnoso sostenía un libro, sus propias anotaciones. ¿Dónde estaba Lambach? Aquel discípulo errático, reluctante hijo pródigo, lo había abandonado de nuevo. Recordó las sanguijuelas que le habían capturado, las cohortes de Mithras, las legiones de Tiamat y una lágrima descendió por las mejillas de su cuerpo de carne y hueso.
Anduvo por fin, ascendiendo las escaleras hacia el exterior de aquel pozo umbral, libre por fin de los grilletes impuestos por el Rey Amarillo. Esperaba encontrar allí a los hijos de El más viejo, sus infectos discípulos, no estaban. Pero sí encontró una docena de manadas de Danzantes, preparados por volver a bailar la espiral negra, listos para recorrer el oruoboros de nuevo. Contempló sus ejércitos con satisfacción, henchido de orgullo inmortal al ver que su legado había pervivido. El Devorador de Almas tenía hambre, un hambre insaciable y toda una ciudad se desplegaba ante él, marchita y corrupta, lista para la cosecha.
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zarzaardiente
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Re: BLACK HAND VI: Fomori (segunda parte)
La idea de vivir no puede luchar contra el capullo de la mente de Kupala, ahora dueño de mi ser pero, mi congoja, mis sueños rotos, no impiden que sienta que todo está bien, que todo ha terminado cómo debía terminar.
Mi familia y mis amigos, los pocos que me han querido, o respetado, estarán mejor sin mí, al no ser yo, mis enemigos y el resto de miserables que ocupan la ciudad, cómo una enfermedad, deberán enfrentarse a la nueva encarnación de Kupala, y a su hambre atrasada, esperando que todos paguen el precio.
Mi yo queda eclipsado bajo el peso de la otra inteligencia, poco a poco me desvanezco, otra aventura comienza para mí, nuevos retos, y, tal vez, un futuro .
Mi familia y mis amigos, los pocos que me han querido, o respetado, estarán mejor sin mí, al no ser yo, mis enemigos y el resto de miserables que ocupan la ciudad, cómo una enfermedad, deberán enfrentarse a la nueva encarnación de Kupala, y a su hambre atrasada, esperando que todos paguen el precio.
Mi yo queda eclipsado bajo el peso de la otra inteligencia, poco a poco me desvanezco, otra aventura comienza para mí, nuevos retos, y, tal vez, un futuro .
