BLACK HAND X: Silencio, silencio. No hay orquesta.

Segunda Temporada

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Pagliacci
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BLACK HAND X: Silencio, silencio. No hay orquesta.

#1

Mensaje por Pagliacci » 29 Ago 2019, 15:41

Escena para: Jebediah, Baluar, PeteryPan, Galeorn e Ilitia.

https://www.youtube.com/watch?v=zRVdxo_Qfsw

Imagen

El viento arrastraba una voz cruel y el olor de la plaga, la calle estaba casi desierta, pero en los adoquines se apilaban los cadáveres de aquellos consumidos por la peste. Webster y Macmarmigan anduvieron en silencio, distantes el uno del otro, como náufragos en un mundo que se desmoronaba. El botánico sentía que su alma se resquebrajaba, su familia inmortal había sido aniquilada, su esposa llevaba casi dos semanas sin saber nada de él y, quizás, se hubiera unido a los muertos que se pudrían en el empedrado. Oscuridad, completa oscuridad, pero como en un túnel, se sentía atraído a Old Craig, viejo asilo, Bedlam nórdico de sueños marchitos. Aquella parecía la única salida, el único final. La mirada de su amante con el cráneo destrozado volvió a su mente, sus ojos apagándose en aquel sótano donde también él había muerto, McNeill…

Para Macmarmigan el olor era aún más penetrante y mientras seguía la llamada su mente trataba de apartar de sí el dolor que la enfermedad que empezaba a manifestarse le estaba provocando. Su piel quemada había empezado a desprenderse, cual leproso, su carne hervía con el calor de un virus recorriendo sus venas. Su joven hermano pronto se hundiría en la sima infecta que se había convertido esta ciudad, si no lo había matado antes aquel cabrón de Mesmer. Una cosa era segura, no debía, no podía confiar en nadie. Incluso los hombres de honor escondían secretos en la sociedad vampírica, pensó mientras recordaba el tercer ojo del maníaco De Molay.

Mientras se alejaban de aquel majestuoso pórtico marmóreo que fue el hogar y el templo de los Dunsirn, el industrial atisbó a cuatro criaturas colosales y musculosas adentrarse en él, seres de negro pelaje como el que habían torturado en el sótano. Tal vez un equipo de rescate, tal vez una expedición de castigo. Llegaban tarde en ambos casos y sucumbirían también a la espada del templario.

Un dolor agudo cruzó la mente de los dos arcanistas, ÉL había despertado, el Dios de la plaga, KUPALA. De pronto sintieron sus huesos retorcerse de dolor y su carne licuarse, el demonio había vuelto para beberse sus almas y consumir toda la ciudad. Fue entonces, cuando en la penumbra ya alcanzaban a ver Old Craig a doscientos pasos, cuando el agua comenzó a deslizarse desde la umbra a la realidad. El suelo vomitaba agua salada y pútrida, como si la ciudad entera hubiera sido transformada en una cloaca o quizás hubiera sido siempre así, pero ahora podían sentirlo. El negro líquido ascendía lentamente arrastrando los cadáveres, convirtiendo Edimburgo en un pantano, una marisma donde el dragón pronto saldría a cazar.

Webster recordó entonces el ouroboros, la serpiente de muerte y reencarnación, criatura ofidia de sabiduría y misterio, devorador primigenio de las profundidades. Aquel ouroboros era lo que se alzaba, aquel místico monstruo que había empezador a devorar a su presa tras un largo sueño.

Alice les esperaba en la puerta del Old Craig, cogiendo dulcemente la mano superviviente de una descompuesta Lady Leah. Sobre ellos, la fachada victoriana del manicomio se cernía aguda con sus largos ventanales, invitándoles a adentrarse en su fatídica morada. La niña mostraba odio y determinación en su rostro, una expresión cruel para un ser tan inocente. Lady Leah mostraba el horror de la locura, la desbordante revelación de quién sabe que va a morir y ha visto demasiado.

-Os esperábamos- dijo Alice, casi sin pensar- se oyen voces en el interior, una canción.- Todos podían oírlas si aguzaban el oído, un canto lejano, el batir de las olas sobre las rocas de la lejana Carcosa, un refugio en la tempestad.

Nachton Webster Macleod (PeteryPan)
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Re: BLACK HAND X: Silencio, silencio. No hay orquesta.

#2

Mensaje por PeteryPan » 30 Ago 2019, 18:33

Su interior se desintegraba como aquellas enredaderas muertas que agarradas a paredes de mansiones abandonadas se deshacen poco a poco entre cenizas y podredumbre, recuerdos de un pasado glorioso que ya no volvería y que tiempo ha despareció. Pero algo en su interior, algo profundo y antiguo, algo animal y primario, se sentía liberado, como bestia domesticada que vuelve al bosque y consigue recuperar su estado natural de monstruosidad oscura alejada de la luz de la civilización, que ilumina y esclaviza por igual. Los recuerdos de su esposa se difuminaban como el humo de un cigarro entre la niebla de la noche sin saber qué era verdad y que era imaginación, y sólo el rostro de McNeill, el auténtico amor de su corta vida, le ardía en la mente, enfureciéndolo y entristeciéndolo a partes iguales. Su sangre, muerta y vieja como el cadáver reseco de un árbol milenario, se arremolinaba metafóricamente alrededor de su pecho, rabia y codicia negra de un cadáver andante de larga familia y corta existencia, marioneta de poderes superiores que se camuflaban con promesas de conocimientos prohibidos.

En este caminar hipnótico y desquiciado se encontraba Webster y el Lobo, ajeno a la compañía desgraciada que recorría también el mismo camino que ellos, cuando el Mal se manifestó dentro y fuera de sus cuerpos. Dolor, arañazos en los huesos, carne derretida como cera caliente, martilleo en la mente… el botánico se agarró la cabeza y se retorció cual rama de olivo, presa de un daño que escarbaba el alma, raspándola como una uña rascando en un plato de plata.

Había despertado. El Ente. Uno de los Dragones. La Plaga tomaba forma. La Plaga engullía la ciudad.

Webster trastabillaba entre los cadáveres y el agua negruzca, salpicando y salpicándose, tropezándose mientras intentaba como podía seguir avanzando y agarrarse el cráneo, que parecía a punto de explotar. Chillaba, aunque no se escuchaba su propio grito, y el mundo a su alrededor daba vueltas. Gemía y respiraba con angustia, con dificultad. El Lobo se encogía y aullaba; Webster lloraba y tiritaba, castañeando los dientes. El pantano en el que se estaba convirtiendo la ciudad le llegaba por las pantorrillas, dificultando el caminar. Varias veces cayó sobre cuerpos y licuados podridos. El olor era nauseabundo, mareando al botánico y provocándole náuseas. Su nariz era sensible y desde el Abrazo y con aquella sangre poderosa lo era aún más; se colocó una mano en la boca y otra en la barriga, aguantando como pudo aquella vitae dentro de él. Un hilillo de sangre oscura cayó entre sus dedos, serpenteando como el ouroboros que ardió en su mente. El manicomio se levantaba cerca, fuente de aquel canto pútrido, y en él se superponía aquella serpiente caníbal y devoradora que ahora había despertado en este mundo condenado. Todos los engranajes y piezas comenzaban a encajar, haciendo un ruidoso y doloroso “clack” en su cabeza.

Cayó de rodillas dentro de aquella agua sucia y gélida, frente a aquellas dos emisarias de la Muerte. Su aspecto era desastroso: sus ropas manchadas de sangre seca y mojadas, su boca enrojecida por la vitae regurgitada, su rostro desencajado por el miedo, la avaricia y la locura, sus colmillos expuestos en expresión de amenaza. Se arrastró por el agua mientras escuchaba las palabras de aquella mujer, delirantes.

La canción sonaba, onírica y oscura, vórtice de manía divina que los arrastraba a las profundidades de aquella ciénaga milenaria.

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Re: BLACK HAND X: Silencio, silencio. No hay orquesta.

#3

Mensaje por Ilitia » 01 Sep 2019, 10:32

https://youtu.be/-90ecIORelY


"Rompen las olas neblinosas a lo largo de la costa,
Los soles gemelos se hunden tras el lago,
Se prolongan las sombras
En Carcosa.

Extraña es la noche en que surgen estrellas negras,
Y extrañas lunas giran por los cielos,
Pero más extraña todavía es la
Perdida Carcosa.

Los cantos que cantarán las Híades
Donde flamean los andrajos del Rey,
Deben morir inaudibles en la
Penumbrosa Carcosa.

Canto de mi alma, se me ha muerto la voz,
Muere, sin ser cantada, como las lágrimas no derramadas
Se secan y mueren en la
Perdida Carcosa."
El canto de Cassilda




El helado Old Craig se alzaba con una hermosa e intimidante majestuosidad, invitando a las dos mujeres a entrar. Nunca antes Alice había estado tan cerca pero sentía como si una suave brisa la empujara hacia adentro. Seguía sintiendo la sed de venganza y el odio recorrer su espina dorsal pero, a la vez algo la impulsaba a dejar de lado esos sentimientos.

La música continuaba prácticamente inaudible para oídos poco desarrollados, los pies de ambas mujeres comenzaron a recorrer el camino hacia el interior del recinto. Las flores amarillas, que parecían haber sobrevivido al crudo frío invernal, se abrían gloriosas marcando el camino hacia el interior. Alice cogió con más fuerza a Leah, invitándola a seguir hacia dentro.

El final de su historia estaba cerca pero al menos esperaba poder dejar las cosas mejor de lo que se había encontrado.

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Re: BLACK HAND X: Silencio, silencio. No hay orquesta.

#4

Mensaje por Baluar » 01 Sep 2019, 23:51

MacMarmigan asintió en silencio a modo de saludo. Encendió su pipa con una cerilla y la lanzó lejos de sí, tras apagarla con dos secas sacudidas, impulsándola con los dedos índice y pulgar. Estaba cansado, bastante cansado y algo dentro de sí se revolvía. No había solución a la enfermedad y la forma de pasarla, la locura, no estaba a su alcance.
Movió en el aire su bastón, un circulo se describó hasta apoyarlo bajo su axila, acariciando suavemente la guarda. Por un momento la miró y recordó de su viejo mastín. Como un fiel compañero había muerto con la deflagración en la fábrica de vidrio. Cuánto había cambiado su vida desde que todo aquelló comenzó.
Levantó la vista y miró el escenario en el que estaba. Se adentó en silencio, sin esperar nada más. Se quería endrentar a lo que hubiese allí y lo haría de frente.
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Re: BLACK HAND X: Silencio, silencio. No hay orquesta.

#5

Mensaje por Pagliacci » 03 Sep 2019, 00:30

https://www.youtube.com/watch?v=BPFhc-v ... rt_radio=1

Los viajeros avanzaron a través de los pasillos del manicomio mientras la canción se escuchaba lejana, pero constante, el agua sucia e infecta había penetrado ya en los muros del Old Craig House y alcanzaba casi hasta sus rodillas. No había nadie, las celdas estaban vacías, ningún enfermero o doctora les recibió al llegar, las habitaciones habían quedado desiertas, salvo por el omnipresente signo amarillo rajado, pintado o vomitado en cada puerta, en cada umbral. El olor de aquel lugar era sorprendentemente floral, quizás por los pétalos de las flores lúteas que flotaban entre sus tobillos. Como un mantra subconsciente, la canción sonaba lenta y monótona, repetitiva y extraña, Macmarmigan conocía esa canción, era el canto de Calibraxis, la había oído de los labios de su falso padre.

Sin atreverse a encender las luces eléctricas en aquel ambiente pantanoso, los vástagos continuaron arrastrándose por entre las celdas invocados por una presencia intangible, la luz de una luna roja penetraba a través de las cristaleras, derramando una sangrienta bendición sobre los desventurados viajeros. A lo lejos, una sombra sobre un oscuro pasillo pareció moverse, una silueta casi humana, espectral. Los cainitas se acercaron a ella, siendo esta la criatura que los había llamado, era fantasmagórica y ultraterrenal, era un ser sin carne y sin huesos, un habitante del Olvido, un alma sin reposo. En su corazón palpitaba una luna negra que bombeaba una sangre oscura por todo su corpus, su mano derecha sostenía un largo puro y su izquierda un poderoso bastón sobre el que descansaba su inmaterial peso.

-Gracias por venir- dijo Kalhbaum con una sonrisa mientras daba una profunda calada a su puro- Supongo que tenéis algunas preguntas.

Alice y Lady Leah reconocieron la luna negra, era la misma marca que Gotsdam había ocultado en su piel entre los símbolos druídicos, pero aquella segada forma no parecía un tatuaje ahora, sino un órgano venoso y vivo en el interior del magister.

Macmarmigan quedó consternado, la espada de Nul había acabado con Kalhbaum, como podía haber sobrevivido. Como el espectro de Banquo le acechaba, había vuelto para torturarle una vez más, recordándole sus manos ensangrentadas en la perdida Carcosa. Aunque, quizás, fuera esta su última oportunidad de redimirse, aquel hombre había tratado de protegerle, a su manera, quizás fuera la única familia que le quedara.

Wesbter odiaba en parte a aquel hombre, lejano responsable de su muerte, era él quién había alimentado su curiosidad por lo sobrenatural, el que había enviado a investigar los rumores del manuscrito. No podía haber sido tanta casualidad que él lo encontrara, había dispuesto de él como un recurso prescindible, su vida mortal, su familia, había sido sacrificada, gastada por un hombre macabro que ahora sabía que había maniobrado tras el telón.

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Re: BLACK HAND X: Silencio, silencio. No hay orquesta.

#6

Mensaje por Baluar » 04 Sep 2019, 09:09

La verdad le estalló en la cara como un globo. Sospechaba que, de no haber muerto la cosa que lo convirtió en lo que era, su padre también podría estar vivo. Y así era.
¿A qué viene esta fanfarria, herr Kalhbaum? -preguntó levantado el lado derecho de su labio, mostrando asco y decepción-. El sufrimiento que ha generado en mi familia y el que habrá generado ese miserable de Mesmer tiene explicación? Dígame que sí, que todo esto tiene sentido o, si puedo, volveré a cortarle la cabeza.
Su voluntad estaba desmoronándose y, de haber estado vivo, las sienes le punzarían a causa del estrés y del cansancio.

-Si lo que vimos en el lago era mentira, todo esto también lo será. Cuéntenos algo que merezca la pena creer.
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Re: BLACK HAND X: Silencio, silencio. No hay orquesta.

#7

Mensaje por PeteryPan » 06 Sep 2019, 18:13

Aquel lugar irradiaba una energía fluida, caótica y seductora, llena de infamia y podredumbre, como el olor agridulce de la comida pasada. El Lobo tiritaba, alerta e inseguro, mientras el Botánico se arrastraba como una marioneta por aquella agua emponzoñada, como un explorador de aquellas novelas de aventuras que su esposa y él disfrutaban tanto de leer… la lejana América y sus junglas venenosas, que se tragaban a los incautos y a los valientes, e incluso a los hábiles. Aquí el verde ensombrecido lleno de ojos amenazadores era suplantado por una luz trémula, rojiza como sangre y como rabia, que convertía a aquellos espacios abandonados, vacíos e inundados en salas infernales o propias del purgatorio, marcadas por aquel ser oculto y maligno que los atraía hasta allí. Aquel signo del color de los girasoles y del color del sol radiante, color corrompido por aquella entidad maliciosa.

Parecía que el viento inexistente arrastraba voces lastimeras a través de las aguas pútridas, aunque lo único que parecía real era aquel extraño olor floral que lo invadía todo, como si realmente todo fuera una alucinación y detrás de aquella realidad se extendiera un idílico paisaje. El agua estaba fría, helada, y penetraba entre las ropas, sensación muy incómoda que se sumaba a la incipiente locura que le rascaba el cráneo y a los trastos que tenía que ir apartando, o al lodo, inexplicablemente acumulado, que atrapaba los pies y amenazaba con hacer resbalar la suela de sus encharcados zapatos. En aquel contexto onírico de perturbación mental y física sombras reflejadas y fantasmas paseaban y se escuchaban. Pero una de aquellas figuras destacaba, espectral, como la fuente de aquel canto de sirena. Cada uno de ellos, compañía ausente, se acercó a la imagen que transitaba entre lo real y lo irreal; cada uno de ellos reaccionando a aquella revelación.

“¡Aquel hombre!”, pensó rabioso para sus adentros el hombre y el animal. Él era el inicio, la causa y el final. Las manos que manipularon todo tras el telón. Ser maldito alimentado por la negrura de una luna muerta. Sus dientes sonrieron intimidantes a través de sus labios rojo y sus puños se cerraron, agresivos. Sus sentidos y sensaciones, así como sus emociones y reacciones, seguían a flor de piel, excitados y excitables, y aquella atmósfera, aquel canto, aquella llamada a la muerte y a la desesperación lo estaba poniendo contra las cuerdas. ¿Qué nuevas revelaciones destructoras de cordura esperaban ahora?

El Lobo erizaba el pelaje. El Botánico ansiaba el conocimiento.

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Re: BLACK HAND X: Silencio, silencio. No hay orquesta.

#8

Mensaje por Pagliacci » 09 Sep 2019, 18:49

El espectro habló con lentitud, sabedor de poseer la perspectiva temporal que los muertos sin reposo, ajenos a las vicisitudes de los vivos, parecen disfrutar. Su voz era disarmónica, procedente de otro mundo, de otra realidad y su corpus parecía compuesto de un humo negro y titilante que, como tinta en el agua, flotaba calmado entorno a su oscura luna negra.

-Hace mil quinientos años la región fue atacada por la peste, la criatura comealmas consumió a los licántropos que la protegían y luego digirió sus espíritus durante siglos. Sólo la detuvo el poder demoníaco de Tiamat, cuyas venas contenían una fuerza impía. Pero ésta se encerró en Carcosa, una prisión dantesca construida para atrapar a Hastur.

He tratado desesperadamente de evitar la apoteosis de Kupala, de que corrompiera esta ciudad como hizo con los Dunsirn o los Aulladores blancos. Gotsdam, Lady Lynch y yo levantamos el Arcanum con el fin de encerrar la carne del monstruo en sus mazmorras y de eliminar a sus seguidores. No ha funcionado.

Pero preveíamos este fracaso, enviamos a los arcanistas a rastrear a los adoradores de El rey Amarillo para enfrentarlos a la Bestia. Y vosotros, vosotros lo liberasteis, rompisteis sus cadenas y su presencia alienígena consumió las mentes de los débiles de voluntad.

La supervivencia de esta ciudad depende de que el avatar de la locura quiera sacrificarse, depende del martirio de Blackwood, de que mastique la infección que nos aflige. La locura debe quemar la peste, llevársela como el agua cristalina la sangre en el filo de una espada, pues la demencia no deja nada a su paso sino vidas huecas, hombres vacíos de sentido, pero con vida. Sin la espada de Nul, su cooperación es fundamental y, por eso, os necesito.

Quiero que entréis ahí para pedirle a ese demonio que anteponga el bien común a sus deseos egoístas, quiero que apeléis a la parte humana del poseído, que le recordéis a Blackwood que una vez fue humano y tuvo sentimientos, que las vidas de todos aquellos que alguna vez le importaron penden de un hilo y que, si no combate a Kupala, la ciudad está condenada.

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Re: BLACK HAND X: Silencio, silencio. No hay orquesta.

#9

Mensaje por Baluar » 09 Sep 2019, 22:44

El final se encontraba cerca. Ignoró por completo lo que quedaba de su padre. Si no lo había reconocido, no sería él quien lo hiciera.

-Alea iacta est.

Encendió la pipa y dio una profunda calada y lanzó de nuevo la cerilla hacia la figura. Su familia, aquello por lo que había dado su vida y parte de su no existencia sería pasto de la nada. Todo aquello por lo que luchó su padre sería pasto de alguna sanguijuela.

-Dejemos la cháchara para la taberna. Hay una ciudad que salvar.
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Re: BLACK HAND X: Silencio, silencio. No hay orquesta.

#10

Mensaje por PeteryPan » 15 Sep 2019, 09:40

El Lobo gemia peligro con aquellas palabras y el Botánico no era capaz de entender del todo el discurrir de aquellas confesiones. Todo su embrollo interno ya era suficientemente difícil de manejar para verse arrastrado por más y más fuerzas fuera de su control. Pero algo de voluntad se encendió dentro de él y el instinto de supervivencia del Lobo y la perspicacia del Botánico formularon una pregunta:

-Pero... ¿cómo apelar a la humanidad de un poseído cuando se encuentra entre las garras de un ser tan antiguo y maligno? ¿Qué podemos decirle para que todo esto no esté perdido?

El frío de las aguas resultaba ahora refrescante.

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