VENAS OXIDADAS: Preludio

[Pagliacci]

[Baluar]

Malort siguió escondiéndo sus facciones entre las sombras, más tranquila ahora que su compañero la había soltado. Tenía que buscar una solución rápida que le permitiese salir airosa de la situación.

-Jimmy, baja la voz tío, no tengo ganas de que nadie me reconozca. Se trata de un tipo de enfermedad de enfermedad rara que ataca a la piel. Es muy jodida -le dijo en un tono de fingida confesión-. ¿Por qué te crees que estoy de baja? No puedo salir así a la calle y menos quedarme en la oficina, tío. Nadie aguantaría a mi lado más de 10 minutos.

Makalay miró a los ojos a su compañero para darle más peso a su confesión. Simuló el sentimiento de contar su verdadero cambio bajo la metnira a medias de una enfermedad. Al menos, en cuerto modo, no le estaba contando una mentira, sino una verdad a medias.

-Mira, me están dando unos tratamientos muy jodidos que valen más de lo que ganamos juntos al año. Necesito hacer trabajos extra, para poder darle de comer a mi hija y tratar de que no se me caiga la piel a cachos. Necesito tu ayuda. Creí que sería deferente venir aquí y hablar contigo. Ya sabes, camaradería y eso. Tómalo como un cumplido más que un intento de asquearte, colega.

Miró a ambos lados y bajó la voz más aún. Esperaba que ese supuesto golpe que le daba a su amigo le sirviese para ganar unos segundos.

-Necesito que me digas lo que sepas de los Glen45ers. Tenemos un trabajillo cn ellos aquí en el norte. Me extraña mucho que suban aquí. Por eso recurrí a ti, Jimmy. Eres el mejor.

Dejó que su amigo digiriera la información y volvió a hablarle.

-Si todo sale bien, quedaremos una noche y te contaré más de mi puta enfermedad. Sabes bien que todo lo hago por mi hija. Quiero que progrese y tenga una vida mejor que la mierda que deambula por las calles. A ti te pasa igual, Jimmy. Estamos juntos en esto, ¿no?

[Pagliacci]

A McNeill se le quedó la sangre helada, tardó unos cuandos segundos reaccionar, tiempo que Makayla había aprovechado para zafarse en dirección a un lugar más resguardado de miradas ajenas. La cara de Makayla era como si un niño pequeño hubiera hecho un collage de visceras y uñas, verdaderamente era impactante. Y aunque las palabras de Ellery tenían cierto sentido y coherencia el instinto le decía que habia algo más. En el rostro de McNeill se dibujó una media sonrisa, se acercó a Makayla, bastante más tranquilo y le susurro:

-Makayla, cuéntame lo que te pasa realmente, quizás pueda ayudarte...

[Pagliacci]

[Baluar]

Volvió a mirarlo con seriedad. A los ojos. Haciendo mella al saber que su verdad a medias había calado en su amigo. Al fin y al cabo su puto aspecto era verdad, no era una coña. Pero más que una enfermedad se trataba de una condena. La condena de un Dios terrible traspasada por un hijo de puta. Le recordó la de casos de niños cque hacían con SIDA porque sus padres eran lo suficientemente cabrones, descosniderados e hijos de puta como para no poner medio so pegarse un tiro. O los niños que nacían con mono porque sus madres eran unas putas yonkis incapaces de descerrajarse un tiro en el coño o chutarse hasta quedarse secas cuando descubrían que estaban preñadas. Maldecía aquella existencia y se maldecía a ella miasm. Definitivamente, no quería que su hija viviese en una mierda como Gary. Maldecía todos los cabrones que se enriquecían a costa de la miseria y, cerrando el círculo, se maldecía a ella misma por participar de aquella danza infernal.

-Joder, ya te digo que es una puta enfermedad, Jimmy. ¿Es que no lo ves? Ponte en mi situación, mamón irlandés. Ayúdame o déjame en paz. Te aseguro que si todo sale bien te ayudaré. Sabes que cumplo mis promesas...

[Pagliacci]

McNeill asintió con comprensión, mientras le hablabas de niños con SIDA y enfermedades, pero era un cabrón duro de roer y sabía calar a las personas. Makayla no se iba a salir con la suya tan fácilmente.

-Nunca, en mis muchos años patrullando las calles de Gary junto enfermos de todo tipo, yonkis y despojos habia visto algo así- El irlandés seguía sorprendentemente lúcido para llevar un par de horas bebiendo- Te diré lo que quieras sobre los Glen45ers, pero no me mientas, dime la verdad, Makayla.

McNeill le hizo un gesto a la mujer con la que había estado bebiendo para que se fuera a la barra y no se acercara, ella le respondió con "que te jodan", después sacó un paquete de cigarrillos y te ofreció uno. Seguía oliendo a orina y humedad, plantados como estabais en la puerta de los lavabos. Sonrió y, como gesto de buena voluntad, comenzó a hablar:

- Los Glen45ers son una banda de poca monta, se dedican al trapicheo y los robos, principalmente. Chacho tiene una esquina en el sur, creo. Loot y Tamira son sus dos principales soldados, cuidado con Tamira, es sospechosa de un asesinato. No sé en qué estás metida, Makayla, pero esos tipos no valen una mierda, no son más que críos jugando a ser reyes de la calle.

Palusinsly te está buscando, ha estado haciendo preguntas, está detrás de ti, Makayla. Y sospecho que algo has tenido que hacer para tener a ese pedazo de mierda buscándote todo el tiempo, si me dices la verdad, quizás pueda ayudarte- Dijo al tiempo que sacaba una botellita de la chaqueta y comenzaba a desenroscarla.

[Pagliacci]

[Jebediah]

{ https://www.youtube.com/watch?v=T6XSWQXduAk - The Sky is crying by Gary B.B. Coleman }

La situación en la que se encontraba Pater Jefferson ahora mismo, respecto a sus compañeros, no era sino un fiel reflejo de su vida en Gary. Aislado. Desde que había venido de la guerra, intentaba noche tras noche, encontrar su sitio. Sí, de acuerdo, era un predicador, y la gente lo escuchaba. Sus palabras tenían peso e influencia en la vida de ciertas personas. Los sin hogar lo veían como a un dios clemente llegado para darles comida y cobijo. ¿Pero que había hecho Pater por él mismo?. Nada. Su fé le ayudaba a mitigar las respuestas y a alejar a los demonios, pero no le hacía sentirse pleno. ¿O acaso era aquella opresiva atmósfera de Gary que no te permitía prosperar?.

Cómo fuera, Padre se alejó de la furgoneta, aun rumiando las palabras de Zion... - Sí capullo, te llamas Zion, no Snowman... Snowman será cuando te pillen y te pongan la zanahoria en el culo... -pensó Jeremiah a sabiendas de que, al menos en su opinión, la caída de Modius era inminente; y probablemente el trabajo a realizar por ellos hoy y esa necesidad inmediata de efectivo del Príncipe, tuviera que ver con ello. Ampliar su zona de menudeo, no era sino una medida desesperada... o esa era la conclusión que sacaba Padre.

Le hubiese encantado fumar. Echarse un pitillo, bajo el neón del garito, viendo, sintiendo aquella lluvia incesante caer sobre él. A pesar de toda la mierda de Gary, al menos podías tener la libertad de fumar fuera. Con mala suerte, un tipo te robaría la cartera... Pero en Faluya. En Faluya amigo, podrías recibir el tiro de un francotirador, si se te ocurría realizar tal hazaña.

El "Last Drop" era demasiada tentación para Jeremiah. Aunque fuera un hombre de fé, habían cosas que superan los límites de tu creencia. Y él quería sentirlo... aunque no pudiera sentir el sabor de un buen Bourbon quemando la garganta... aunque tuviera que conformarse con el sabor de la vitae licuada con el vino de cartón de los vagabundos.

Abrió la pesada puerta abatible y entró en el tugurio. Quería sentirlo otra vez. Ese ambiente decadente del bar, esa atmósfera llena de vapores etílicos, y sobre todo esa sensación de soledad compartida, donde tu mierda no es tan mierda como la de los demás...

[Pagliacci]

El Padre entró en The Last Drop justo a tiempo de escuchar las últimas palabras de McNeill, la música irlandesa y el olor a alcohol inundaron sus sentidos. El Padre se acercó despacio, dejando que los densos olores de la cerveza y la orina se adentraran en sus pulmones y que la oscuridad del bar cubriera sus pasos.

Fuera Baggie estaba completamente empapado, la prostituta abrió la puerta de una casa abandonada y le sonrió invitando a seguirle, una velas dispuestas al azar sobre el precario suelo de madera eran la única iluminación presente, las goteras parecían cascadas y el suelo estaba húmedo y pegajoso. Pero la sed era implacable y Baggie se adentró en la casa espoleado por el dulce olor de la piel caliente.

https://www.youtube.com/watch?v=k421o8CKSac

En la calle, a lo lejos, muy lejos, en la oscuridad, un hombre blanco atraviesa la tormenta. Su voz se alza como un canto desgarrador, se acerca y el silencio le sigue allá por donde pisa...

[Pagliacci]

[Baluar]

Makayla seguía maldiciendo a su puta mala suerte. Tenía que reconocer que su nuevo aspecto había bajado un poco la borrachera de Jimmy.

-No te estoy mintiendo, Jimmy. Es una puta enfermedad. Lo creas o no. ¿Acaso crees que si no iba a tener este puto aspecto? No me jodas tío. Te he dicho que en unos días quedaremos y hablaremos más sobre mi enfermedad.

Miró al suelo unos segundos y, con media sonrisa le habló de nuevo a su viejo amigo.

-Espero que la cosa no sea contagiosa. No me gustaría verte así como yo.

Mudó el gesto y miró al infinito, a su izquierda, a la derecha del mamón irlandés.

-Gracias por lo de los Glen45ers, no me sonaban como una banda jodida, pero sigue pareciéndome raro que trabajen por aquí, cuando tienen su base en el otro lado de la ciudad. En cuanto a lo de Palusinsky -continuó-, no te prepcupes. Solo deseo que algún negrata al que haya jodido se lo curce una noche en un callejón oscuro...


Malort intentó desprenderse de su amigo dando por finalizada la conversación y encaminar la salida. Ya había tenido bastantes cagadas esta noche y solo acababa de empezar...

-Te juro que te llamaré en unos días, Jimmy. Solo déjame que pase lo gordo de la tormenta. Te pillaré una botella de esa mierda católica que te gusta beber...

Para poder pasar desapercibida por las miradas capciosas, cubrió su rostro con sus manos y simuló un ataque de tos para salir del local...

[Pagliacci]

[Zicken]

Baggie siguió a la prostituta prácticamente relamiéndose. No era el recipiente más jugoso que podría beber... pero bueno, en aquellos sombríos lugares no iba a encontrar un tentenpié mucho mejor que estuviera a su alcance. Una vez entraron en aquel antro y la puerta se cerró tras de él, las manos del vampiro se deslizaron por el cuerpo de la ramera. La mano derecha subía despacio para agarrar sus pechos, la izquiesda bajaba directa a la entrepierna. Baggie sobaba a la mujer, saboreando su piel, sintiendo el latido acelerado de su presa, la Bestia clamaba en su interior. Finalmente, Baggie la empujó contra una pared y la observó con un ansia depredadora que podría interpretarse por apetito sexual... aunque en realidad era otra cosa la que invadía al Gangrel. La prostituta podría pensar que su cliente quería un poco de sexo duro, pero no podía imaginar lo que ese hombre le iba a hacer.

Baggie se acercó a ella, rodeó su cintura y con una mano la agarró del pelo tirando hacia abajo para obligarla a mirar hacia arriba, quedando expuesto su delgado cuello.

-Va a ser rápido, pero intenso -advirtió Baggie.

Entonces el vampiro se abalanzó sobre su cuello dispuesto a succionar su rojo néctar.

[Pagliacci]

Young mean dead: https://www.youtube.com/watch?v=lRlbVdTfE08

McNeill fijó su mirada en la de Makayla y tragó con calma, dejando que el licor lavara su amargura. No creía ni una palabra de lo que le decía, le estaba soltando una sarta de excusas y estaba claro que Ellery se había metido en algo muy turbio, pero si no quería contar con él, le podían dar por culo. Él no era la madre de nadie y no pensaba interrogarla. Quizás la siguiera o quizás no, joder, pero había dejado claro que no quería su ayuda.

-Bien, ten cuidado, Ellery. Al menos págame una ronda, dijo mientras volvía a acercarse a la atractiva mulata que bebía en la barra.- Después detuvo su mirada en el recién llegado predicador y pareció comprender. Jimmy McNeill le sonrió al apuesto forastero y le hizo señal para que se acercará a beber con él.

***

Al otro lado de la calle, Baggie comenzó a beber ávidamente del cuello de la prostituta mientras a su alrededor la lluvia se filtraba por los numerosos agujeros del techo. La sangre fluyó por su garganta lenta, exquisita, saciando sus lujuriosas pulsiones. La damisela sintió el éxtasis orgásmico del beso antes de desplomarse confusa en el suelo, la sangre tenuemente empapaba su pecho, las velas titilaron, el lugar parecía la escena de un esotérico sacrificio.

Baggie comenzó a sentir, como fogonazos, destellos fríos que atravesaban su mente, los recuerdos de la mujer. La paliza que le habían dado la noche anterior. Baggie sintió en propia carne los golpes que el chulo le propinaba, las patadas cuidadosamente apuntadas para no dejar moratones, la cándida mirada de su hijo de 6 años clavada en ella, sus ojos marrones hundidos, las costillas marcados por el hambre. Baggie vivió esos flashbacks como latigazos, tortuosos segundos en la piel de su víctima, miró a lo que había de ella tirada sobre la madera. Un nombre, Sara, se disolvió en su consciencia. Un sentimiento de miseria y lástima se apoderó de él cuando vió a la mujer arrojada sobre el suelo húmedo.

***

Amazing grace: https://www.youtube.com/watch?v=CDdvReNKKuk

Un hombre se acercaba por la calle a The Last Drop, aún está a un centenar de metros, su voz ronca entona Amazing grace, pero atraviesa diáfanamente la tormeta, su pies mojados se arrastran, un tablón de madera cuelga de sus hombros, la lluvia vuelve ilegible lo que hay en él escrito, de su mano derecha cuelga un cinturón agrietado y sus ojos brillan con determinación...

"Estaba perdido, pero fui hallado. Estaba ciego, pero ahora puedo ver..."

[Pagliacci]

[Zicken]

Baggie se quedó paralizado en frente de la abatida prostituta, mientras asimilaba lo que acababa de sentir. Nunca era una experiencia cómoda ni mucho menos, pero el éxtasis del Beso siempre compensaba. Aún así, en el fondo de su muerto corazón, sintió lástima por la mujer... y rabia. Se puso en cuclillas para ponerse a su altura, la miró directamente a esos ojos moribundos y le puso una mano en el hombro.

-¿Quién te hizo aquello la noche anterior? ¿Quién te pegó? -preguntó con un tono más enfadado que tranquilizador, aunque más comprensivo de lo que solía mostrar el Gangrel. Estaba dispuesto a vengarse por lo que le hicieron... y además así tendría otra presa con la que desfogarse... y con esa no tendría compasión- Dímelo y recibirá su merecido.

Mientras tanto, la lluvia a su alrededor empezaba a escucharse algo más tenue al tiempo que sus venas empezaban a asimilar la sangre de la mujer. No era la primera vez que algo así le sucedía al Gangrel, la sangre que alimenta su sed a su vez le cambia por dentro... pero hacía falta mucho más para inhibir los sobrenaturales sentidos de Baggie. Entonces, mientras intentaba hablar con la prostituta, le pareció percibir algo...