[MCB][Castillo] Hall- Escaleras

[Toxizer]

Los tres vástagos se reúnen en el hall del castillo.

[Darkhuwin]

Von Moltke abrió la puerta del castillo, sujetándola mientras ayudaba a Fedor a meter el valde. Simultáneamente, dirigía sus pensamientos al razonamiento de que no entendía muy bien por qué demonios tenían que llevar aquel recipiente tan grande si la niña, que estaba arriba en las habitaciones, sólo quería beber un poco. Con aquella cantidad de agua se abrevaba a un caballo. Pero entonces, se le ocurrió que a lo mejor podrían también bañarla, lo cierto era que el angelito olía como si hubiera estado viviendo entre mierda de mula durante meses.

Estando en aquellas cavilaciones, y con la sensación amarga del prácticamente insulso bocado que había probado y que, posiblemente, le había provocado más hambre de la que ya tenía, imaginó por un momento, que aquel cubo estuviera repleto de sangre. Estaba tratando de quitarse aquella torturadora imagen de la cabeza cuando, al girarse hacia las escaleras, se encontró de frente con la figura del caballero Kurt descendiendo los peldaños lentamente.

Su estampa era desalentadora. Estaba más pálido si cabe que antes. Sus brazos caídos y su rostro compungido, junto al hecho de que no iba con la niña al lado ni en brazos, indicaban cual podía haber sido la causa de su desdicha. Pero Helmuth no quiso adelantar acontecimientos sin antes preguntar:

-¿Qué ocurre sir Kurt? ¿Dónde está la pequeña?

[Baudelaire]

Me parece una eternidad todo el trayecto de regreso, pero trato de seguirle el paso al caballero que lleva el baldo come un dedal.

Al acercarnos a la puerta, él la sostiene mientras empujo el recipiente al interior con su ayuda.

Entonces contemplo al otro caballero con el semblante descompuesto, dejo el balde a un costado y trato de recuperar la compostura.

La pregunta llega y los destellos del suceso horrible se plasman en mi cabeza, atento a escuchar la confirmación oficial de lo que más temía.

[Endimion1]

Kurt observo a sus dos compañeros, cargando con todo aquel agua. Sin duda habían cumplido con su parte, algo que no podía decir de sí mismo. Su rostro, cari acontecido, era reflejo de lo que había sucedido con la joven Oana. Sabía que poco más podía haber hecho, aún así era el momento de contestar a sus compañeros en este castillo e informarles de las malas nuevas...

-Siento deciros que la pequeña Oana ha fallecido - dijo el Toreador con gran pesar. La antinatural afección que sufría se agravó nada más iros y convulsiones y sudor frío inundaron el cuerpo de la joven. Intente arroparla y estabilizarla pero desgraciadamente la enfermedad que le aquejaba, a mi juicio, no era de origen natural, por la virulencia y velocidad con la que se propagó. Me temo que la única solución posible era maldecirla con los poderes de mi sangre y creo que, a parte de irresponsable, hubiera sido un acto egoísta el condenar a la pequeña a una eternidad de servidumbre por el mero hecho de obtener más información de ella. Su inocencia debía ser preservada, por lo que, una vez expiró, me encargue de amortajarla y entregarla a la otra vida de la mejor forma posible. Si alguno desea presentar sus respetos he dejado su cuerpo en la habitación infantil, donde ella solía dormir. Creo que lo más sensato es continuar con nuestra búsqueda y, si os parece bien, buscar al hijo de Fedor para que lo que le sucedió a Oana no se vuelva a repetir. Además, tengo la sensación de que, más pronto que tarde, daremos con los responsables de la maldición que aflige al castillo y podremos o al menos yo podré, cobrarme justa venganza por el alma de la pequeña y el sufrimiento que le causaron en vida.

Tras esto espero a la respuesta de sus compañeros, con determinación renovada y con una nueva razón para acabar con aquella terrible maldición que sufría el Castillo del Bran.

[Baudelaire]

Al menos las estrellas pudieron anunciarme este triste desenlace.

Agradezco con un gesto al buen Kurt y les dejo preparar por dónde continuará nuestra búsqueda, mientras me retiro para rezar una pequeña plegaria por la niña.

Al cabo de un rato habré regresado y me imagino que tendrán el itinerario fijado.

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Mi personaje va y regresa, me imagino que Helmuth podría hacer lo mismo. Tampoco tiene mucho sentido publicar otro mensaje en la habitación infantil.

[Darkhuwin]

Helmuth Von Moltke, llevaba tiempo sin sentirse así. La culpa lacerante de su ansia lo arrastró al martirio de su propia conciencia. ¿Habría vivido la niña si él no se hubiese rendido a sus instintos? El agua llegaba tarde, como tarde llegaba él a todos los lugares que su sino le marcaba. ¡Por los mil Infiernos! ¿Es que aquel tormento no terminaría nunca? ¿No encontraría paz en aquel sendero nocturno de pecado eterno?

Pero aquello ya no importaba, carecía de sentido interrogar a Dios, si es que en realidad había uno. La pequeña ya había sucumbido a su afección, la ayuda no habría servido, en cualquier caso. Una muerte como aquella no se habría evitado nada más que de una forma impía y cruel. Y estaba claro que el caballero Kurt no había querido caer en el engaño de juzgar y remendar los designios del todopoderoso y cargar a la chiquilla con la maldición que ellos llevaban a sus espaldas.

No. Todos habían hecho lo que habían podido. Y como la mayoría de las veces, no había sido suficiente. Pero sólo les quedaba continuar. Seguir con su investigación, avanzar en sus pesquisas para, de alguna forma, darle sentido a todo aquel sinsentido y buscar algún culpable para entender aquel desgraciado suceso.

-¿Dónde decís que apareció la pequeña dama?– masculló el germano.

[Endimion1]

Fué en la habitación infantil. - repuso Kurt. Apareció de improviso, como si de una aparición se tratase. Según creo, y tal y como nos contó, se mantuvo escondida tras lo que fuera que sucedió en este desdichado lugar y, cuando se percató de nuestra presencia, se presentó ante nosotros.

El soldado aguardó, a la espera de que sus palabras hubiesen convencido al ventrue y que este, o la ventura, les entregará un nuevo camino o pista con la que continuar...

[Baudelaire]

Hombres aguerridos dudan en tomar un rumbo u otro, supongo que me tocará hacer una sugerencia.

Con algo de cordura y tino, procedo delicadamente a plantear mi hipótesis.

La niña era lo suficientemente pequeña, podría haber estado fácilmente bajo la cama o dentro de un armario. Al escuchar nuestras voces en la habitación contigua, supo que había alguien más. Juzgándolas diferente a otras que ya hubo oído anteriormente, pensó que serían personas desconocidas que venían desde el exterior. Entonces, en un momento de distracción, ¡bum! ahí está como surgida de la nada.

Hago una breve pausa.

Mi hipótesis más mística tiene que ver con una epifanía, una revelación del plan de los cielos que sigue inescrutable a mis esfuerzos. Ocultada por la maligna y ominosa presencia que aplasta este castillo. Parece que hemos sido convocados por el altísimo para confrontarlo. Aunque desconozco como estos viejos huesos podrían hacer mella a algún poder infernal como aquél con el cuál nos topamos hace poco. La noche eterna, por otro lado, puede ser halagüeña y apocalíptica al mismo tiempo.


Termino con aire severo.

Acaso la Gehenna ha comenzado o, en vez de tratarse de un período de juicio… es, en realidad, un lugar atemporal. Me pregunto, pero como muchas las personas que nos dedicamos a los asuntos escolásticos… tengo más dudas que certezas y me sigo haciendo más preguntas, sin poder evitarlo.

[Darkhuwin]

Tras escuchar las reflexiones de sus compañeros, el ventrue adoptó un semblante de determinación y firmeza para intentar darles algo de moral y mejorar su confianza. Durante sus años en el ejército y como capitán de la guardia Imperial, había aprendido a infundir valor y templanza a sus hombres mostrando la seguridad de quien sabe lo que hace, pese a soportar las mismas dudas que otros albergaban. La experiencia y los estudios siempre le daban a uno ventaja, pero la verdad y la infalibilidad era uno de los tesoros más quiméricos que podían perseguirse en los reinos de los hombres. Y en los pocos años que llevaba como vástago, no había tardado en descubrir, que aquella realidad, no era distinta, ni mucho menos, entre los condenados.

-Vayamos, pues, e investiguemos el resto de estancias. – propuso con rostro serio y aseverativo. Utilizando sus brazos y manos para dar énfasis a sus explicaciones. – Estoy seguro de que tiene que haber algún indicio en ellas que nos conducirá hacia el origen de la historia de la pequeña. Algo desde lo que podamos avanzar. – y añadió apesadumbrado. – No podemos perder más tiempo lamentando lo ocurrido ni haciendo hipótesis místicas sin tener una base real.

-Propongo empezar por la habitación más cercana a las escaleras – y comenzó a subir los peldaños hacia ella, sin esperar a que el resto contestara.

[Endimion1]

Kurt asintió al ventrue y, con porte regio, se puso al frente del grupo y se dispuso a comenzar su nuevo camino.

-Si no os parece mal yo iré en cabeza. -dijo el toreador de manera conciliadora. Tal y como dijo lord Helmut debemos ser precavidos y mantenernos unidos. Extendiendo mis sentidos podré advertirnos de cualquier anormalidad o presencia que more en el castillo.

A la espera de que todos estén preparados, y ante cualquier pertrecho que quiera llevar a cabo alguno de sus compañeros, Kurt aguardo para ponerse en marcha en cuanto todos estuvieran listos.