[EO:M.P] Roleo grupal

[Baudelaire]

Difícilmente alguien de su propio país podría desconocer al buen físico, considerando que he atravesado toda Europa para llegar hasta aquí...

Le sonrío con la mitad de los labios a la mujer cuándo ríe al hacer el comentario sobre transformar el mundo, escucho atentamente su oferta y suspiro.

La miro directamente a los ojos.

Desconozco cuáles son los planes de la providencia para mí. Cuándo salí de mi patria, solamente con el rumor del legendario Rafael, nada sabía acerca de mi extraordinaria voluntad capaz de modificar la realidad. La verdad es que, hasta ahora, nada me ha parecido más incómodo. Salvo claro, mi encuentro con Amy.

Hago una breve pausa y continúo.

Ella es la responsable de mi despertar, pero la he perdido. Y también a mis compañeros de viaje tras cruzar el portal. Salgo de mi Galicia para cruzar Europa y llegar a León, luego el rey muere y descubro que hay otra Galicia aquí. Parece una obra que gira en círculos, nada tengo de hombre de ciencia y razón… pero la valoro. Más que mis truquillos para someter a mi entorno a mis deseos, que en realidad solamente sirven a lo contrario. Tengo mucho que aprender, pero la magia en mi vida ha significado muchos desafíos. Mi padre, moriría de inmediato al saber algo sobre mi devenir y mi nuevo poder. Uno que en realidad parece una horrible carga.

Sin embargo, si he sido elegido para llevarlo debo ser responsable. Mi honor me hace cumplir mis palabras, fue mi padre quién apuntó al gran Eyzaguirre… tras mi insistencia, claro. Si lo sobrenatural va a involucrarse en su mejoría, preferiría evitarlo. Me agradaría saber si ya viene de regreso de Venecia o si sería adecuado emprender el viaje hacia allá con la seguridad de que estará a mi llegada. Después de todo la república del Adriático está más cerca de mi casa que esta extraña tierra.

Me doy cuenta que he hablado demasiado y simplemente enrojezco antes de callarme.

[Toxizer]

- Tú mismo - suelta Anatilde con cierto enfado - No tengo ni idea de donde para ese tal Rafael. Si quieres, pasa aquí la noche y mañana te puedes ir a buscarlo. Yo iré al bosque a buscar unas raíces que necesito.

La muchacha se levanta y se marcha rápidamente. La noche pasa tranquila, tan solo rota por los gemidos de la vieja y por las palabras tranquilizadoras de Matilde. Un par de horas después, aparece Nuño en el claro. Tiene la ropa destrozada y presenta quemaduras por todo el cuerpo.

- Lo hemos logrado - dice levemente poco antes de caer desmayado al suelo.

Entre Matilde y tú lo metéis en la casa. Le ayudas a desnudarlo, y vas a buscar agua; poco después aparece Anatilde y las dos mujeres se afanan en salvar al buen cruzado. Cuando llega el amanecer la joven rubia abre una trampilla en el suelo.

- Jovencito, voy a dormir, pórtate bien con mi hermana y ayúdale en lo que te pida - te dice con firmeza - verás como pronto se recupera el Sarraceno.

Al mediodía, Nuño recupera la consciencia.

- Al acabar con la vida de ese mago bastardo logré detener la invocación demoníaca - tose ruidosamente y vuelve a quedar medio inconsciente.

Pasan un par de días, y Matilde te trae información sobre Rafael Eyzaguirre. Al parecer acaba de volver Salamanca.

[Baudelaire]

Estoy agradeciendo la gentileza de la mujer, justo cuando aparece Nuño. Corro rápidamente hacia él y haciendo uso de todas mis fuerzas, me aseguro de llevarlo a buen recaudo y me quedo en vela acompañándolo. Siempre atento a lo que pueda necesitar y para ayudar a las mujeres.

Cuándo despierta, ya pasado bastante tiempo, lo único que puedo es alegrarme y regalarle una sonrisa.

Por favor, descansa… Gracias.

A mitad de la frase vuelve a perder el conocimiento. Me siento ya más tranquilo y, a la vez, exhausto. Termino por rendirme al sueño.

Me despierta el anuncio del regreso de Rafael.

¿Es cierto lo que oigo?

Me levanto sobresaltado para confirmar.

¡Vaya! Parece que finalmente mis plegarias han sido escuchada. Muchas gracias.

Me es imposible evitar abrazarla torpemente, antes de alejarme avergonzado y con la cabeza baja. Repito muchas veces mis disculpas.

Perdón, lo siento. Estoy muy emocionado.

[Toxizer]

Nuño y Oleksyi pasan unos días con las tres brujas para recuperar fuerzas. Cuando el cruzado se encuentra mejor continúa enseñando al joven los misteriosos caminos de la magia sutil. El batini sabe que Oleksyi está impaciente por ver al erudito salmantino, así que en cuanto se recupera comienzan el viaje, mitad a pie y mitad mediante teletransporte místico. Al llegar a Salamanca se dirigen directamente a la universidad y tras hablar con uno de los profesores son conducidos al despacho de Eyzaguirre.

- Bienvenidos - dice afablemente el físico - mis colegas me han hablado de su situación Oleksyi. ¿ Quién es usted? - pregunta a Nuño, quien viste ropa de campesino.

- Soy Nuño, caballero de la Orden del Santo Sepulcro, estoy ayudando a este joven en su periplo - el mago evita cualquier referencia a su aventura.

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Turno de Olkesyi

[Baudelaire]

Aprovecho los días que paso con Nuño para saber un poco más de mis nuevos poderes, pero siempre atento a lo que pueda ayudar en el espacio que nos han permitido utilizar. Las mujeres siempre han sido muy amables y, antes de partir, les agradezco de todo corazón.

El viaje hacia Salamanca parece una eternidad, pero también lo ha sido la estancia en la aldea. Llegando a la universidad, mi corazón esta por salirse de mi pecho. Todo va demasiado rápido de pronto y, sin que pueda darme cuenta estoy frente al gran Rafael.

Mantén la calma… mantén la calma. Debo estar tranquilo.

Respiro profundo mientras Nuño responde y luego sonrío al gran físico, estirándole el boceto que he dibujado de las lesiones de mi padre.

Es un placer conocerle, eminencia. Sé que mis habilidades ilustrativas son limitadas, pero confío en que haber atravesado Europa desde Galicia hasta León es lo mejor que me haya podido pasar

Busco entre mis ropajes los vales de viajero que he guardado y se los entrego.

Pagaré generosamente por vuestros servicios de diagnóstico. Entiendo que habéis llegado hace poco, por lo que tan pronto tengáis la medicina para llevarla os entregaré el resto del dinero. Entiendo que buscáis construir una clínica gratuita, si al llegar a mi hogar mi padre se salva… os haré llegar un donativo cada mes, incluyendo preciosas hierbas y minerales de la ruta de la seda. Seguro os servirán para vuestras investigaciones y para vuestra desinteresada labor.

Le hago una profunda reverencia como muestra de profundo respeto, mientras murmuro una plegaria.

[Toxizer]

El reputado físico comienza a estudiar los bocetos que le pasas, al tiempo que va realizando una serie de preguntas sobre la enfermedad de tu padre, sobre las condiciones higiénicas de tu poblado, y sobre otros posibles afectados.

- Como bien dices joven, espero poder mantener mi propia clínica sin depender de poderes ajenos, y para ello serán bienvenidos tus donativos - vuelve a mirar sus apuntes - creo que podré curar a tu padre, pero tendré que hacerlo en persona, un simple brebaje no funcionará - vuelve a quedar pensativo - tengo que solucionar un asunto en el Reino de Hungría, así que antes podría pasar unos días en Galitzia. Si te parece bien Oleksyi podríamos abandonar Salamanca mañana por la tarde, cuanto antes me ocupe de la enfermedad de tu progenitor más oportunidades tendrá de sobrevivir.

[Baudelaire]

¡Maravillosa providencia!

Escucho al físico analizar la situación con mis bocetos y mis respuestas, para terminar sorprendiéndome con su anuncio.

Pues, enhorabuena. Atravesáis Europa cada dos de tres, así son los menesteres médicos. Encantado de viajar con vos y asegurarme que la travesía sea tranquila. Hungría es más cercano a mi patria, pero espero que el desvío os sirva a vuestras investigaciones. Indicadme cuándo querríais partir y yo me haré cargo de los preparativos. Mientras tanto, si necesitáis algún asistente para lo que os sea imprescindible estaré completamente dispuesto.

Le miro directo a los ojos con una sonrisa tan amplia como mi alegría, demostrando un gesto de humildad y buena voluntad.

[Toxizer]

- Normalmente no suelo viajar tanto, pero durante mi último viaje descubrí algo - mira de soslayo a Nuño - y debo asegurarme viajando a Hungría. Cuando su padre mejore quizás podría echarme una mano. Continuaré los preparativos, avíseme cuando todo esté dispuesto para partir.

El físico se despide de vosotros y al salir de la universidad llega la despedida de Nuño el Sarraceno.

- Oleksyi nuestros caminos se separan, pues no puedo abandonar mi guardia por el Camino de Santiago - te coge del hombro amigablemente - Te he enseñado todo lo que he podido en tan corto espacio de tiempo, pero tu camino como batini acaba de comenzar. Si esperas vivir una vida tranquila te puedes ir olvidando, pues los magos atraemos los problemas como la miel a las moscas - sonríe - si vuelves por estas tierras te encontraré. Sigue trabajando por y para la Unidad universal hermano. Que el Uno sea contigo.

[Baudelaire]

Asiento con un gesto sencillo, mientras observo a Rafael alejarse a dar una clase.

Al voltearme, llega la despedida. Ante el toque de su mano en mi hombro, simplemente lo abrazo y dejo que me de su discurso directo al oído.

Ha sido un honor, amigo.

Es todo lo que alcanzo a decir, antes de salir corriendo rumbo al puesto de diligencias.

Ya habrá tiempo de secarme las lágrimas.

Solamente paso la mano por mis ojos al acercarme a mi destino.

[Toxizer]

Rafael y Oleksyi parten raudos hacia el Principado de Galitzia. Durante el largo viaje tienen mucho tiempo para hablar sobre sus vidas y sus anhelos, y en cuestión de días llegan a conocerse bastante bien. Al joven rutenio le intriga un zurrón de cuero que el físico porta a todos lados, pero por educación y vergüenza ha evitado preguntarle.

El carruaje se encuentra cruzando una zona montañosa de los Alpes. Acaba de anochecer y los cocheros han decidido parar en una pequeña posada, pues la niebla es muy espesa y los caminos de montaña son traicioneros. Rafael decide buscar por las cercanías una flor endémica de esa zona de la cadena montañosa y Oleksyi lo acompaña encandilado por los excelsos conocimientos del erudito. Mientras Eyzaguirre está agachado mirando al suelo, su compañero puede ver claramente unos ojos rojos que brillan en la niebla a unos metros de ellos.