-¿Marbh...? -Empezó a preguntar Erin, pero Victoria no la oyó.
-No te pases -le interrumpió ella dirigiéndose a Mateo, algo molesta al parecer por su comentario sobre su inteligencia-. Todos fuimos humanos una vez. Los hay que se vuelven locos, los hay que degeneran en poco mas que bestias. Y he oido que después de existir durante siglos, los hay que se vuelven tan listos que los demás somos poco mas que bebés en comparación -dijo lentamente, como si pretendiera intimidaros un poco-. Pero la mayoría nos quedamos igual. Quédate con eso.
-Pero no, no necesitamos matar a la gente para alimentarnos- respondió Victoria-. Podemos llevarnos sólo un poco de sangre y cerrar las heridas después, igual que hicimos con vuestras amigas. Pero teneis que entender una cosa -os advirtió-. Para nosotras la sangre no es simplemente comida. Es peor que una droga. Cuando tenemos sed, es como sentir una plancha de hierro al rojo vivo en la garganta. No podemos pensar en otra cosa. Y solo con olerla podemos perder el control con mucha facilidad -según hablaba, notais como los labios se le van contrayendo en una expresión ansiosa, y veis por un instante un resplandor violaceo en sus ojos. -Así que a veces ocurren accidentes. Tomamos más de lo que pretendemos... y la gente simplemente muere -termina diciendo, mientras su expresión vuelve a la "normalidad".
-¿Pero cómo nos has lla...? -empieza a pregntar Erin en susurros, pero Victoria vuelve a cortarla sin darse cuenta.
-Así que si pretendeis que Erin se quede con vosotros, teneis que pensar en esto: ¿Qué hareis si sucede algo así? -os advierte-. No bastará con que se alimente de los gatos callejeros del pueblo y que le dejeis daros un mordisquito de vez en cuando. ¿En cuanto el pueblo se quede sin gatos qué hareis? ¿Mirareis para otro lado si alguno de vuestros compañeros se desmaya por la anemia? ¿Y si el perro de vuestros vecinos aparece muerto una mañana? ¿Y qué pasará cuando crezcais? Si os vais del pueblo, ¿os la llevareis con vosotros? ¿Os arriesgareis a contarle a alguien que está aquí? ¿O la dejareis sola, mientras tiene que esconderse de todo el mundo, con la única compañía de su sed? ¿Y si os quedais? Si os casais, y teneis hijos, ¿creeis que estareis tranquilos sabiendo que ella está cerca de ellos? -dijo de forma ominosa-. Y cuando empeceis a envejecer, o si descubrís que teneis alguna enfermedad que os acabará matando, ¿no querreis que os convierta para vivir para siempre? Pero entonces ya sereis dos que necesiten alimentarse de sangre. ¿Qué sucederá entonces? Y sobretodo, ¿qué sucederá si durante todo ese tiempo, Erin mata a alguien por accidente?
Mientras hablaba, Saorise siente cómo Erin le agarra las manos con fuerza, cabizbaja. Aunque poco a poco dejó de notar el frío en sus manos, tal vez porque al estar en contacto con las de Saorise se estaban calentando.
-Si no sabeis qué responder -continuó Victoria-, es mejor que Erin no se quede. Y si pensais que el riesgo de que se quede puede merecer la pena por que proteja el pueblo, os adelanto que no podrá. Es demasiado pequeña para enfrentarse a ninguno de los nuestros. Yo llevo más tiempo muerta del que vosotros llevais vivos y tampoco tengo fuerza suficiente. Lo único que puedo hacer es desaparecer, pero ella no sabe.
-Yo me iré de aquí -respondió a Mateo-. Me hubiera gustado reducir este colegio a cenizas -masculló, lanzando una mirada cargada de odio o de rencor hacia las paredes y el techo- pero me conformo con irme y no volver a verlo nunca. Puede que busque al resto de mis antiguos compañeros, o puede que me reuna con una vieja amiga... -dijo, pensativa-. Pero no me quedaré. Ya le he dicho a Erin que si quiere seguirme no se lo impediré. Y puedo enseñarle a desvanecerse de la vista -aseguró-. Pero si no es capaz de aprender lo bastante rápido, o si tenemos que huir de lo que sea y me pierde de vista, no volveré a por ella -aseguró-. Si no es capaz de seguirme o de encontrarme, se quedará sola.
-Así que la decisión es suya -terminó-. Y vuestra.
UJN - Epílogo: Las Niñas Perdidas
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Pilgernd
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Re: UJN - Epílogo: Las Niñas Perdidas
Las palabras de Victoria calan en mí profundamente, dando más peso de todo lo anterior, aumentando la angustia, el miedo a lo que desconocemos, lo pequeños que somos ante ellas, especialmente Victoria, quien es más débil que los otros que hay allá afuera. Aquellos que hicieron algo tan horrible con los padres de Erin… con estas verdades, el peso de todo esto se hace más evidente, de los hechos, de lo que pasamos en este tiempo. Todo.
Una sonrisa boba se queda en mi cara, cierto alivio respecto a que no deben matar, pero que aún pueden hacerlo sin querer, condenadas a estar siempre atentas. Miro a Saorise dando la mano a Erin, quien luce como nuestra compañera, la que conocimos, pero a la vez tan diferente junto a Victoria, y esta ultima es mucho más diferente a nosotros, a la edad que aparenta.
Caigo en mis rodillas, riendo levemente. Unas lagrimas asoman en mis ojos, pero sin llegar a caer. Todo esto es demasiado, no somos más que simples niños y sobrevivimos a todo esto, nos creímos valientes, nos hicimos los valientes… nunca pensamos en los peligros más allá.
Suspiro sonoramente, y escucho lo que Victoria le propuso a Erin.
-No podremos proteger siempre a Erin… - digo mirando a Saorise – Pero sigue siendo nuestra amiga.
Miro a Victoria, fijamente.
-Pero… Erin, quizás si vas con Victoria puedas aprender más sobre lo que eres ahora – pienso bien, si fuese yo, me gustaría saber más – Aunque seria nuestra despedida… no fui un gran compañero, pero recuerdo las veces que jugamos en el patio y los trabajos que tuve que realizar contigo, que fueron muy pocos… la decisión debería ser tuya.
Si se queda, tengo que pensar bien lo que dice Victoria, ¿Qué pasara de aquí a 1 año, dos o quizás 10? ¿podre ayudarla tan bien como lo estoy diciendo ahora? ¿y si las cosas cambian tanto que no puedo mantener mi promesa?
Una sonrisa boba se queda en mi cara, cierto alivio respecto a que no deben matar, pero que aún pueden hacerlo sin querer, condenadas a estar siempre atentas. Miro a Saorise dando la mano a Erin, quien luce como nuestra compañera, la que conocimos, pero a la vez tan diferente junto a Victoria, y esta ultima es mucho más diferente a nosotros, a la edad que aparenta.
Caigo en mis rodillas, riendo levemente. Unas lagrimas asoman en mis ojos, pero sin llegar a caer. Todo esto es demasiado, no somos más que simples niños y sobrevivimos a todo esto, nos creímos valientes, nos hicimos los valientes… nunca pensamos en los peligros más allá.
Suspiro sonoramente, y escucho lo que Victoria le propuso a Erin.
-No podremos proteger siempre a Erin… - digo mirando a Saorise – Pero sigue siendo nuestra amiga.
Miro a Victoria, fijamente.
-Pero… Erin, quizás si vas con Victoria puedas aprender más sobre lo que eres ahora – pienso bien, si fuese yo, me gustaría saber más – Aunque seria nuestra despedida… no fui un gran compañero, pero recuerdo las veces que jugamos en el patio y los trabajos que tuve que realizar contigo, que fueron muy pocos… la decisión debería ser tuya.
Si se queda, tengo que pensar bien lo que dice Victoria, ¿Qué pasara de aquí a 1 año, dos o quizás 10? ¿podre ayudarla tan bien como lo estoy diciendo ahora? ¿y si las cosas cambian tanto que no puedo mantener mi promesa?
La locura, a veces, no es otra cosa que la razón presentada bajo diferente forma.
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Nilia-Niniel
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Re: UJN - Epílogo: Las Niñas Perdidas
-Mar... Marb Bheos, así nos dijeron que se llamaban ustedes. -Le respondo a Erin cuando Victoria termina de advertimos lo que puede pasar si ella se queda y lo que va a hacer.
Hasta que se me abren completamente los ojos al ver a Mateo dejarse caer de rodillas en el suelo y las lágrimas que le brotan de los suyos.
Y es que al verlo se me cierra la garganta y se me empiezan a humedecer los ojos a mí también, cosa que me hace tomar con un poco más de fuerza las manos de Erin; y pues aunque están heladas, de pronto parecen estarlo menos quizás ¿cómo si las mías calentaran las suyas? Y es que ¿cómo es posible todo esto? Como es posible que ellas deban alimentarse de sangre, que eso las pueda hacer matar, que ellos hayan matado a sus padres de esa forma tan cruel, que todo esto exista, que nosotros seamos los únicos que nos hemos enterado siendo solo niños y además, que no se pueda arreglar o hacer algo para que Erin vuelva a ser como nosotros.
Al escuchar el "No podremos proteger siempre a Erin…" de Mateo, siento una sensación horrible en mi pecho que me hace no poder contener las lágrimas que se me salen de los ojos, y es que si no es por el "Sigue siendo nuestra amiga" que agrega, quizás me hubiera dejado caer también, que esto es horrible y no sé.
-¿Que...? ¿Qué te gustaría hacer a ti Erin?
Le pregunto de nuevo ya que estoy más cerca y en contacto con ella, girándome para mirarla a los ojos.
No sé si Victoria escucha mis palabras, pero supongo que lo hace y es que si no le respondo a ella, es porque no sé qué decir. De seguro lo que dice es verdad sobre lo que puede pasar si Erin se queda, pero son cosas tan serias, que siendo una niña siento que no puedo comprender la totalidad de su gravedad y así, ¿Qué responder? No se siquiera, si alguna de nuestras profesoras sabría que decir y así menos lo sé yo.
Y si no sé qué responder; y si su afirmación es cierta, quiere decir que Erin no se puede quedar, pero ¿cómo? ¿Cómo la dejaría tener que irse, estar sola y sufrir más después de todo lo que ya ha pasado? ¡Somos los únicos que le quedamos!
Me imagino que mi silencio le dice todo lo que estoy pasando por dentro a Victoria y eso me intimida pues no se si va a decir algo más o si me va a juzgar y eso se siente como si tuviera una sombra a punto aplastarme detrás de mí.
Hasta que se me abren completamente los ojos al ver a Mateo dejarse caer de rodillas en el suelo y las lágrimas que le brotan de los suyos.
Y es que al verlo se me cierra la garganta y se me empiezan a humedecer los ojos a mí también, cosa que me hace tomar con un poco más de fuerza las manos de Erin; y pues aunque están heladas, de pronto parecen estarlo menos quizás ¿cómo si las mías calentaran las suyas? Y es que ¿cómo es posible todo esto? Como es posible que ellas deban alimentarse de sangre, que eso las pueda hacer matar, que ellos hayan matado a sus padres de esa forma tan cruel, que todo esto exista, que nosotros seamos los únicos que nos hemos enterado siendo solo niños y además, que no se pueda arreglar o hacer algo para que Erin vuelva a ser como nosotros.
Al escuchar el "No podremos proteger siempre a Erin…" de Mateo, siento una sensación horrible en mi pecho que me hace no poder contener las lágrimas que se me salen de los ojos, y es que si no es por el "Sigue siendo nuestra amiga" que agrega, quizás me hubiera dejado caer también, que esto es horrible y no sé.
-¿Que...? ¿Qué te gustaría hacer a ti Erin?
Le pregunto de nuevo ya que estoy más cerca y en contacto con ella, girándome para mirarla a los ojos.
No sé si Victoria escucha mis palabras, pero supongo que lo hace y es que si no le respondo a ella, es porque no sé qué decir. De seguro lo que dice es verdad sobre lo que puede pasar si Erin se queda, pero son cosas tan serias, que siendo una niña siento que no puedo comprender la totalidad de su gravedad y así, ¿Qué responder? No se siquiera, si alguna de nuestras profesoras sabría que decir y así menos lo sé yo.
Y si no sé qué responder; y si su afirmación es cierta, quiere decir que Erin no se puede quedar, pero ¿cómo? ¿Cómo la dejaría tener que irse, estar sola y sufrir más después de todo lo que ya ha pasado? ¡Somos los únicos que le quedamos!
Me imagino que mi silencio le dice todo lo que estoy pasando por dentro a Victoria y eso me intimida pues no se si va a decir algo más o si me va a juzgar y eso se siente como si tuviera una sombra a punto aplastarme detrás de mí.
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Nyxe
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Re: UJN - Epílogo: Las Niñas Perdidas
-Nosotras... usamos otra palabra -dijo Erin, mirando fugazmente a Victoria, que os mira a ambas pensativa sin decir nada totalmente inmovil. O más bien, abstraida.
-Yo... no me quiero ir con Victoria -dijo Erin, dubitativa-. Pero... no os puedo pedir eso. Ella tiene razón, es muy peligroso.
-Marbh Bheo... -dice Victoria en voz baja para sí, al parecer sin prestaros atención. Pero entonces vuelve en sí y dice en irlandés en voz alta y acusatoria: -Creía que eras mi amiga... -Mientras miraba a Erin. O tal vez a Saorise. Un segundo después, os dais cuenta de que no las mira a ellas, sino a algún punto entre las dos, al otro lado del pasillo. Entonces reconoceis con quien habla.
-...Elizabeth
-Lo eramos, antes de que te convirtieses en una asesina-. Escuchais la voz, más tenue que un pensamiento, del fantasma de la hija de Nora Fitzgerald respondiendole en el mismo idioma.
Victoria resopló antes de responder -Matar para comer no es asesinar.
-Sabes a lo que me refiero- dijo Elizabeth.
-Si -replicó Victoria.- ¿Y qué? Ellas nos mataron antes.
-Se rieron de vosotros, no os mataron- puntualizó Elizabeth.
-Nos destrozaron, Elizabeth. Nos dejaron muertos en vida, y casi nos mataron de verdad. -Aunque Victoria no estaba levantando la voz, los susurros de Elizabeth sonaban tan lejanos que parecía que Victoria estaba hablando sola. -¿No recuerdas acaso cuando Caitlin le quitó el inhalador a Charlotte para burlarse de ella? Acabó en el hospital, tú misma nos dijiste que casi la viste pasar al mundo de los muertos. ¿Hizo Dunne algo? No, claro que no. "Cosas de crios" dijo. Como hacía siempre.
-Pero ya no son las mismas personas.
-¡Yo sí lo soy! -exclamó Victoria-. Yo no he cambiado nada y al final fue por su culpa. Todavía recuerdo cada noche lo que nos hicieron. Lo que nos hizo Bain, y cómo tu hermano y tú nos abandonasteis.
-No os abandonamos, os fuisteis vosotras- respondió Elizabeth.
-Sí lo hicisteis -le acusó Victoria-. Nos dijisteis que podíamos quedarnos para siempre con vosotros. Pero Aindriú saltó desde el tejado y no volvió.
-Aindriú no quería seguir existiendo y decidió no quedarse con nosotros -se defendió Elizabeth-. No hay nada que hubieramos podido hacer.
-Fuisteis vosotros los que le incitasteis a hacerlo -le recriminó Victoria-. Pero me da igual. Charlotte y yo simplemente huimos. Y nos encontramos a una mujer que nos dio la fuerza para matar a Bain por habernos violado. No te haces a la idea del... alivio que sentí despues de aquello -dijo Victoria, y en la penumbra os parece que sus ojos azules brillaban... ¿húmedos?
Sentís la presencia de Elizabeth pasando entre vosotros, acercándose a Victoria. La miró fijamente durante unos segundos, hasta que finalmente le preguntó:
-¿Entonces por qué volviste?
-Porque no fue suficiente -explicó Victoria, casi entre dientes-. Porque quince años después aún lloro cuando recuerdo cómo se portaron conmigo, y verlas con su vida feliz cuando yo sigo aquí sin poder avanzar me hacía temblar de rabia. No se lo merecían. No se merecían ser más felices de lo que nosotras seremos nunca. Y ya no lo serán.
-Eres un monstruo -murmuró Elizabeth.
-No me digas -replicó Victoria con una sonrisa irónica, enseñando dos colmillos larguísimos que le crecían desde la mandíbula superior. -Todos somos asesinos, Elizabeth. Dunne y Caitlin nos mataron al dejarnos tan aisladas y destrozadas que caímos en las garras de Bain. Él nos mató cuando nos violó. Y vosotros lo hicisteis cuando nos abandonasteis. Simplemente soy la última que queda en pie, y da gracias de que no queme este sitio y termine de desterrarte a ti también, con niños dentro o sin ellos.
-¿Y ya estás contenta?
-Pues sí, la verdad es que sí. -reconoció Victoria.
-Me alegro entonces -dijo Elizabeth, aunque no conseguís distinguir si lo dice con rabia o sincceramente-. Y siento mucho no haber podido ayudaros cuando lo necesitasteis. Es verdad que no os lo merecíais.
Victoria se quedó plantada mirando al fantasma de Elizabeth sin saber qué decir mientras sus palabras se desvanecían en el aire. Y a por inhumana que hubiera parecido antes, en apenas unos segundos volvió a tener el aspecto de una niña. Una niña perdida y rota por dentro que había sufrido más de lo que nadie debería.
-Yo... no me quiero ir con Victoria -dijo Erin, dubitativa-. Pero... no os puedo pedir eso. Ella tiene razón, es muy peligroso.
-Marbh Bheo... -dice Victoria en voz baja para sí, al parecer sin prestaros atención. Pero entonces vuelve en sí y dice en irlandés en voz alta y acusatoria: -Creía que eras mi amiga... -Mientras miraba a Erin. O tal vez a Saorise. Un segundo después, os dais cuenta de que no las mira a ellas, sino a algún punto entre las dos, al otro lado del pasillo. Entonces reconoceis con quien habla.
-...Elizabeth
-Lo eramos, antes de que te convirtieses en una asesina-. Escuchais la voz, más tenue que un pensamiento, del fantasma de la hija de Nora Fitzgerald respondiendole en el mismo idioma.
Victoria resopló antes de responder -Matar para comer no es asesinar.
-Sabes a lo que me refiero- dijo Elizabeth.
-Si -replicó Victoria.- ¿Y qué? Ellas nos mataron antes.
-Se rieron de vosotros, no os mataron- puntualizó Elizabeth.
-Nos destrozaron, Elizabeth. Nos dejaron muertos en vida, y casi nos mataron de verdad. -Aunque Victoria no estaba levantando la voz, los susurros de Elizabeth sonaban tan lejanos que parecía que Victoria estaba hablando sola. -¿No recuerdas acaso cuando Caitlin le quitó el inhalador a Charlotte para burlarse de ella? Acabó en el hospital, tú misma nos dijiste que casi la viste pasar al mundo de los muertos. ¿Hizo Dunne algo? No, claro que no. "Cosas de crios" dijo. Como hacía siempre.
-Pero ya no son las mismas personas.
-¡Yo sí lo soy! -exclamó Victoria-. Yo no he cambiado nada y al final fue por su culpa. Todavía recuerdo cada noche lo que nos hicieron. Lo que nos hizo Bain, y cómo tu hermano y tú nos abandonasteis.
-No os abandonamos, os fuisteis vosotras- respondió Elizabeth.
-Sí lo hicisteis -le acusó Victoria-. Nos dijisteis que podíamos quedarnos para siempre con vosotros. Pero Aindriú saltó desde el tejado y no volvió.
-Aindriú no quería seguir existiendo y decidió no quedarse con nosotros -se defendió Elizabeth-. No hay nada que hubieramos podido hacer.
-Fuisteis vosotros los que le incitasteis a hacerlo -le recriminó Victoria-. Pero me da igual. Charlotte y yo simplemente huimos. Y nos encontramos a una mujer que nos dio la fuerza para matar a Bain por habernos violado. No te haces a la idea del... alivio que sentí despues de aquello -dijo Victoria, y en la penumbra os parece que sus ojos azules brillaban... ¿húmedos?
Sentís la presencia de Elizabeth pasando entre vosotros, acercándose a Victoria. La miró fijamente durante unos segundos, hasta que finalmente le preguntó:
-¿Entonces por qué volviste?
-Porque no fue suficiente -explicó Victoria, casi entre dientes-. Porque quince años después aún lloro cuando recuerdo cómo se portaron conmigo, y verlas con su vida feliz cuando yo sigo aquí sin poder avanzar me hacía temblar de rabia. No se lo merecían. No se merecían ser más felices de lo que nosotras seremos nunca. Y ya no lo serán.
-Eres un monstruo -murmuró Elizabeth.
-No me digas -replicó Victoria con una sonrisa irónica, enseñando dos colmillos larguísimos que le crecían desde la mandíbula superior. -Todos somos asesinos, Elizabeth. Dunne y Caitlin nos mataron al dejarnos tan aisladas y destrozadas que caímos en las garras de Bain. Él nos mató cuando nos violó. Y vosotros lo hicisteis cuando nos abandonasteis. Simplemente soy la última que queda en pie, y da gracias de que no queme este sitio y termine de desterrarte a ti también, con niños dentro o sin ellos.
-¿Y ya estás contenta?
-Pues sí, la verdad es que sí. -reconoció Victoria.
-Me alegro entonces -dijo Elizabeth, aunque no conseguís distinguir si lo dice con rabia o sincceramente-. Y siento mucho no haber podido ayudaros cuando lo necesitasteis. Es verdad que no os lo merecíais.
Victoria se quedó plantada mirando al fantasma de Elizabeth sin saber qué decir mientras sus palabras se desvanecían en el aire. Y a por inhumana que hubiera parecido antes, en apenas unos segundos volvió a tener el aspecto de una niña. Una niña perdida y rota por dentro que había sufrido más de lo que nadie debería.
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Nilia-Niniel
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Re: UJN - Epílogo: Las Niñas Perdidas
-No, no se. Tiene que haber una forma de que te puedas quedar si no quieres ir. Podemos ofrecernos nosotros para darte un poco de sangre si prometes tener cuidado o podemos hacer lo de buscar algún animal, que... alguna forma encontraremos, pues... no sé si me sentiría bien viéndote ir a algo tan ¿solitario?
Le respondo a Erin, pero creo que de forma algo impulsiva pues sé que si lo pienso fríamente es muy peligroso que se quede. Es muy peligroso, pero ¿yo podría seguir siendo una niña en paz sabiendo que ella tuvo que irse con Victoria porque aquí no nos atrevimos a que se quedara? Y es que, yo podría seguir teniendo mi casa cálida, a mi madre y a mi hermano; pero también sabría que ella ya no tiene a nadie y que estaría probablemente sola quien sabe dónde.
Y es que pienso en ello, pienso en ello y creo que se me empiezan a humedecer los ojos de nuevo ante la idea de que ella se vaya. Hasta que de pronto veo a Victoria observándome a mí, lo cual me deja inmovilizada de terror; hasta que... ¿En realidad mira a otra persona? Sigo con mi mirada la de ella y noto que en realidad mira entremedio de Erin y yo, y que ahí está ¿la niña fantasma? ¿Elizabeth?
Probablemente si fuera la primera vez que veo a alguien no humano se me hubiera parado el corazón, pero ahora casi siento un poco de alivio al verla aparecer, pues ¿ella podría detener a Victoria si nos intentara hacer algo? No... no lo sé, pero al menos podría intentarlo mejor que nosotros supongo; aunque ahora hablan, no pelean y creo que lo que empiezo a escuchar es lo más oscuro que tenido que comprender en mi vida.
Pues, ¿que a Victoria y una amiga que alguna vez tuvo las maltrato Caitlin? ¿Que la señora Dunne no hizo nada? ¿Y que eso llevo a que un hombre... las violara? Apenas ese pensamiento entra en mi mente una sensación totalmente agria llena mi garganta. Los adultos creo que aún no nos hablan directamente de esos temas a nuestra edad pero aunque sea tímida, no soy tonta. He visto casos en las noticias, lo he escuchado de otros en el colegio, he notado como a mi madre no le gusta que ande demasiado sola en las calles y es que; aunque yo nunca lo he vivido, ni me he tenido que preocupar realmente de eso... que te violen debe ser algo tan malo que no se puede explicar, y es que; ¿porque tuvo que pasarles eso?
Y lo que sigue ahora. ¿Qué alguien llamado Aindriú las abandono? y que ¿huyeron? y ¿que mataron al que las... violo? No lo puedo entender, pero eso al menos suena como algo que debería ser bueno para ellas, pero lo que continua... que vino aquí para vengarse de Caitlin y la señora Dunne y que, hubiera quemado todo incluso con nosotros adentro.
Se me quedan los ojos abiertos pues es horrible, todo esto es horrible y es que... Ahora Victoria hasta se ve solo como una niña asustada al igual que yo, y acabo de escuchar las muchas cosas horribles que le pasaron antes de convertirse en lo que es ahora; pero, también ella misma dijo que de poder nos hubiera matado para vengarse de ellas. Es extraño, es confuso, es aterrador y .... no sé, que puedo hacer algo ante algo tan grande y tan oscuro como esto, aunque quizás, no deba hacer nada, que es asunto de ellas ¿o no?
Lo que me debe importar es que Erin lo pase mejor, aunque, de pronto quiero decir algo y...
-No, no sé si deba decir esto pues ni siquiera lo entiendo. Pero, creo que ... Caitlin, se siente culpable de lo que cuentan que paso y eso supongo que quiere decir que aun piensa en ti, deseando arreglar lo que sucedió quizás... -Miro a Victoria, tengo miedo pero lo hago. -O al menos eso la escuchamos hablar con la señora Dunne, después de que intentamos contarles de todo lo que vimos nosotros.
No creo que la consuele, y puede que me intente matar por ello; pero me nació hacerlo y Erin. Miro a mi compañera. -Si quieres quedarte, por favor quédate con nosotros. No quiero que te sientas abandonada tú también. -Le digo en voz baja.
Le respondo a Erin, pero creo que de forma algo impulsiva pues sé que si lo pienso fríamente es muy peligroso que se quede. Es muy peligroso, pero ¿yo podría seguir siendo una niña en paz sabiendo que ella tuvo que irse con Victoria porque aquí no nos atrevimos a que se quedara? Y es que, yo podría seguir teniendo mi casa cálida, a mi madre y a mi hermano; pero también sabría que ella ya no tiene a nadie y que estaría probablemente sola quien sabe dónde.
Y es que pienso en ello, pienso en ello y creo que se me empiezan a humedecer los ojos de nuevo ante la idea de que ella se vaya. Hasta que de pronto veo a Victoria observándome a mí, lo cual me deja inmovilizada de terror; hasta que... ¿En realidad mira a otra persona? Sigo con mi mirada la de ella y noto que en realidad mira entremedio de Erin y yo, y que ahí está ¿la niña fantasma? ¿Elizabeth?
Probablemente si fuera la primera vez que veo a alguien no humano se me hubiera parado el corazón, pero ahora casi siento un poco de alivio al verla aparecer, pues ¿ella podría detener a Victoria si nos intentara hacer algo? No... no lo sé, pero al menos podría intentarlo mejor que nosotros supongo; aunque ahora hablan, no pelean y creo que lo que empiezo a escuchar es lo más oscuro que tenido que comprender en mi vida.
Pues, ¿que a Victoria y una amiga que alguna vez tuvo las maltrato Caitlin? ¿Que la señora Dunne no hizo nada? ¿Y que eso llevo a que un hombre... las violara? Apenas ese pensamiento entra en mi mente una sensación totalmente agria llena mi garganta. Los adultos creo que aún no nos hablan directamente de esos temas a nuestra edad pero aunque sea tímida, no soy tonta. He visto casos en las noticias, lo he escuchado de otros en el colegio, he notado como a mi madre no le gusta que ande demasiado sola en las calles y es que; aunque yo nunca lo he vivido, ni me he tenido que preocupar realmente de eso... que te violen debe ser algo tan malo que no se puede explicar, y es que; ¿porque tuvo que pasarles eso?
Y lo que sigue ahora. ¿Qué alguien llamado Aindriú las abandono? y que ¿huyeron? y ¿que mataron al que las... violo? No lo puedo entender, pero eso al menos suena como algo que debería ser bueno para ellas, pero lo que continua... que vino aquí para vengarse de Caitlin y la señora Dunne y que, hubiera quemado todo incluso con nosotros adentro.
Se me quedan los ojos abiertos pues es horrible, todo esto es horrible y es que... Ahora Victoria hasta se ve solo como una niña asustada al igual que yo, y acabo de escuchar las muchas cosas horribles que le pasaron antes de convertirse en lo que es ahora; pero, también ella misma dijo que de poder nos hubiera matado para vengarse de ellas. Es extraño, es confuso, es aterrador y .... no sé, que puedo hacer algo ante algo tan grande y tan oscuro como esto, aunque quizás, no deba hacer nada, que es asunto de ellas ¿o no?
Lo que me debe importar es que Erin lo pase mejor, aunque, de pronto quiero decir algo y...
-No, no sé si deba decir esto pues ni siquiera lo entiendo. Pero, creo que ... Caitlin, se siente culpable de lo que cuentan que paso y eso supongo que quiere decir que aun piensa en ti, deseando arreglar lo que sucedió quizás... -Miro a Victoria, tengo miedo pero lo hago. -O al menos eso la escuchamos hablar con la señora Dunne, después de que intentamos contarles de todo lo que vimos nosotros.
No creo que la consuele, y puede que me intente matar por ello; pero me nació hacerlo y Erin. Miro a mi compañera. -Si quieres quedarte, por favor quédate con nosotros. No quiero que te sientas abandonada tú también. -Le digo en voz baja.
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Nyxe
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Re: UJN - Epílogo: Las Niñas Perdidas
Victoria miró a Saorise con una expresión entre apenada y cansada y soltó un leve suspiro.
-Sí, eso dijo -le respondió-. Eso dijeron ambas. Pero... ni en mil vidas hubieran podido arreglarlo. Caitlin hizo que el resto de la clase me acosara a mí, y a dos amigos -empezó a explicarle a Saorise-. Dime, ¿cuantas palizas te tienen que pegar, cuanto se tienen que reir de ti, para que dos fantasmas que vivieron una guerra y murieron tosiendo se acerquen a consolarte? Y lo peor es que hubo un adulto, uno en todo el colegio que vió lo que nos hacían. ¿Te has preguntado alguna vez por qué teneis enfermería pero no enfermero? Él era el enfermero del colegio, y veía nuestros moratones. Pero en vez de ayudarnos, era un pederasta que abusó de nosotros. Eres lo bastante mayor como para saber lo que eso significa, ¿verdad? Nos decía que él nos protegería, pero que si le decíamos algo a alguien se burlarían más de nosotros. Y Caitlin... no se si se enteró o si sólo lo dijo para hacer daño y acertó de casualidad, pero cuando se burló de mi amigo Aindriu diciéndole que si le gustaba chupársela a Bain... él decidió saltar desde el tejado. -A Victoria se le estaba rompiendo la voz mientras lo contaba-. ¿Entiendes por qué no podía simplemente perdonarlas?
Sin embargo cuando Saorise le propone que ella también se quede, la mira como si no la comprendiera. Erin lanza a Saorise una mirada tensa, pero antes de que podais preguntaros qué ocurre, Victoria cae de rodillas al suelo y se echa a llorar, enterrando la cara en sus manos.
Victoria solloza más de una vez, de forma cada vez más tenue. Pero unos momentos después deja de hacer ningún ruido y apenas mueve levemente la cabeza. Tras varios segundos de silencio absoluto, justo cuando os planteais moveros o decir algo porque no parece que ella vaya a hacerlo, escuchais cómo coge aire enjuagándose las lágrimas. Veis cómo se esfuerza en secarse las lágrimas antes de levantar la cabeza, y cuando finalmente lo hace, notais unas manchas oscuras alrededor de sus ojos, como si se le hubiera corrido un maquillaje que estais seguros de que no llevaba cuando se echó a llorar.
-¿De verdad querrías que me quedara aquí -pregunta con la voz rota- sabiendo que he matado a Caitlin y a Dunne?
-Sí, eso dijo -le respondió-. Eso dijeron ambas. Pero... ni en mil vidas hubieran podido arreglarlo. Caitlin hizo que el resto de la clase me acosara a mí, y a dos amigos -empezó a explicarle a Saorise-. Dime, ¿cuantas palizas te tienen que pegar, cuanto se tienen que reir de ti, para que dos fantasmas que vivieron una guerra y murieron tosiendo se acerquen a consolarte? Y lo peor es que hubo un adulto, uno en todo el colegio que vió lo que nos hacían. ¿Te has preguntado alguna vez por qué teneis enfermería pero no enfermero? Él era el enfermero del colegio, y veía nuestros moratones. Pero en vez de ayudarnos, era un pederasta que abusó de nosotros. Eres lo bastante mayor como para saber lo que eso significa, ¿verdad? Nos decía que él nos protegería, pero que si le decíamos algo a alguien se burlarían más de nosotros. Y Caitlin... no se si se enteró o si sólo lo dijo para hacer daño y acertó de casualidad, pero cuando se burló de mi amigo Aindriu diciéndole que si le gustaba chupársela a Bain... él decidió saltar desde el tejado. -A Victoria se le estaba rompiendo la voz mientras lo contaba-. ¿Entiendes por qué no podía simplemente perdonarlas?
Sin embargo cuando Saorise le propone que ella también se quede, la mira como si no la comprendiera. Erin lanza a Saorise una mirada tensa, pero antes de que podais preguntaros qué ocurre, Victoria cae de rodillas al suelo y se echa a llorar, enterrando la cara en sus manos.
Victoria solloza más de una vez, de forma cada vez más tenue. Pero unos momentos después deja de hacer ningún ruido y apenas mueve levemente la cabeza. Tras varios segundos de silencio absoluto, justo cuando os planteais moveros o decir algo porque no parece que ella vaya a hacerlo, escuchais cómo coge aire enjuagándose las lágrimas. Veis cómo se esfuerza en secarse las lágrimas antes de levantar la cabeza, y cuando finalmente lo hace, notais unas manchas oscuras alrededor de sus ojos, como si se le hubiera corrido un maquillaje que estais seguros de que no llevaba cuando se echó a llorar.
-¿De verdad querrías que me quedara aquí -pregunta con la voz rota- sabiendo que he matado a Caitlin y a Dunne?
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Nilia-Niniel
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Re: UJN - Epílogo: Las Niñas Perdidas
De pronto, en un parpadeo o quizás en menos, se me abren completamente los ojos y me llevo con fuerza mi mano derecha a la boca, presionándomela contra mis labios pues... ¿qué mato? ¿Qué mato a Caitlin y a Dunne? ¿A la señorita Toole y a la directora?
Las palpitaciones de mi pecho se aceleran zumbándome en los oídos y siento como unas pocas lagrimas empiezan a brotar de mis ojos, marcándoseme en la sensibilidad de mis mejillas y tocando la mano que tengo ahí en mi cara, pues no puede ser... ¿Como puede ser que ellas dos, que son adultas y responsables del colegio puedan morir? ¿Desaparecer? Y es que, ¿qué va a pasar? ¿Qué van a hacer los demás profesores cuando las encuentren? ¿Los padres de los demás niños? ¿Mi propia madre? ¿Los otros profesores? ¿O la policía? Va a hacer un caos, no tendremos clases por meses y... ¿nunca más las volveré a ver a ellas? Y es que además a la señorita Toole como la conocía yo.
A ella yo la quiero, era buena profesora con nosotros, era amable y comprensiva, era la más joven y por eso la más parecida a los niños y siempre a mí me ayudaba cuando yo no me atrevía a hablar por mi timidez y es que como. ¿Como ella puedo haber hecho lo que me cuenta Victoria? Ella que con nosotros era buena, maltratando a otra niña; aunque... Lo angustiada que estaba cuando hablaba con la señora Dunne sobre el hecho de que creyó ver a Victoria en el patio, eso creo que no puede hacer más que comprobar todo ¿cierto?
Y es que quizás, ¿se volvió tan buena porque se sentía culpable de lo que hizo antes? Pues, ¿a una persona adulta le puede pasar eso? Pues sí, si se lo que significa lo que me dice Victoria sobre los abusos de Bain y es horrible, y que su amigó se haya suicidado, porque la señorita Toole le dijo eso... siendo verdad.
Por un momento no puedo respirar y las lágrimas me siguen saliendo de mis ojos, tanto porque mis profesoras ya nunca van a estar conmigo, como porque veo frente a mí a una niña como yo, pero totalmente destruida y es que no se... ¿Qué hago? ¿Qué hago?
Miro a Mateo y a Erin como queriendo que me den una respuesta, pero no lo hacen antes de que yo me vuelva a girar a Victoria. -Yo... yo... yo ahora sí que no sé qué hacer. -Comienzo a hablar aun con la mano en mi boca, pero ahora me la quito. -La.., la señorita Toole o... Caitlyn. Con nosotros era... era buena, quizás le profesora más amable de todas y ... no, no sé cómo pude haber hecho lo que me cuentas. Pe.. pero tras escucharla hablar de ti, se... sé que es verdad y es horrible. Pero también es horrible que ya no estén.
Y por tu culpa. De pronto se me cruza la frase en mi mente, pero no la digo.
-No, no sé si te puedas quedar como dije antes. La policía buscara a la culpable sin parar y... siendo sincera. No sé si yo podría estar en tranquila con ello después de esto. Aunque... no, no sé si lo quiera una simple niña como yo importe y no quiero estar siendo mala.
-Pero... E... Erin.
-Ella quiero se quede si quiere. Se... que pueden pasar cosas malas con ello, pero quiero intentarlo. A, aunque quizás estoy siendo demasiado idealista y no sé, no se... no se. Pero no quiero que ella se quede sola en cualquier lugar.
Bajo mis ojos hacia el suelo un segundo y después vuelvo a mirar a victoria, aspiro una vez fuerte por mi nariz para evitar que se me salgan mocos, mientras las manos me tiemblan a los costados de mi cuerpo.
La tintura negra que tiene ella en sus ojos, no es normal lo sé, probablemente sea algo sobrenatural que le pasa al llorar por lo que es ahora, pero no se; creo que algo asi ya no me aterra tanto al menos.
Las palpitaciones de mi pecho se aceleran zumbándome en los oídos y siento como unas pocas lagrimas empiezan a brotar de mis ojos, marcándoseme en la sensibilidad de mis mejillas y tocando la mano que tengo ahí en mi cara, pues no puede ser... ¿Como puede ser que ellas dos, que son adultas y responsables del colegio puedan morir? ¿Desaparecer? Y es que, ¿qué va a pasar? ¿Qué van a hacer los demás profesores cuando las encuentren? ¿Los padres de los demás niños? ¿Mi propia madre? ¿Los otros profesores? ¿O la policía? Va a hacer un caos, no tendremos clases por meses y... ¿nunca más las volveré a ver a ellas? Y es que además a la señorita Toole como la conocía yo.
A ella yo la quiero, era buena profesora con nosotros, era amable y comprensiva, era la más joven y por eso la más parecida a los niños y siempre a mí me ayudaba cuando yo no me atrevía a hablar por mi timidez y es que como. ¿Como ella puedo haber hecho lo que me cuenta Victoria? Ella que con nosotros era buena, maltratando a otra niña; aunque... Lo angustiada que estaba cuando hablaba con la señora Dunne sobre el hecho de que creyó ver a Victoria en el patio, eso creo que no puede hacer más que comprobar todo ¿cierto?
Y es que quizás, ¿se volvió tan buena porque se sentía culpable de lo que hizo antes? Pues, ¿a una persona adulta le puede pasar eso? Pues sí, si se lo que significa lo que me dice Victoria sobre los abusos de Bain y es horrible, y que su amigó se haya suicidado, porque la señorita Toole le dijo eso... siendo verdad.
Por un momento no puedo respirar y las lágrimas me siguen saliendo de mis ojos, tanto porque mis profesoras ya nunca van a estar conmigo, como porque veo frente a mí a una niña como yo, pero totalmente destruida y es que no se... ¿Qué hago? ¿Qué hago?
Miro a Mateo y a Erin como queriendo que me den una respuesta, pero no lo hacen antes de que yo me vuelva a girar a Victoria. -Yo... yo... yo ahora sí que no sé qué hacer. -Comienzo a hablar aun con la mano en mi boca, pero ahora me la quito. -La.., la señorita Toole o... Caitlyn. Con nosotros era... era buena, quizás le profesora más amable de todas y ... no, no sé cómo pude haber hecho lo que me cuentas. Pe.. pero tras escucharla hablar de ti, se... sé que es verdad y es horrible. Pero también es horrible que ya no estén.
Y por tu culpa. De pronto se me cruza la frase en mi mente, pero no la digo.
-No, no sé si te puedas quedar como dije antes. La policía buscara a la culpable sin parar y... siendo sincera. No sé si yo podría estar en tranquila con ello después de esto. Aunque... no, no sé si lo quiera una simple niña como yo importe y no quiero estar siendo mala.
-Pero... E... Erin.
-Ella quiero se quede si quiere. Se... que pueden pasar cosas malas con ello, pero quiero intentarlo. A, aunque quizás estoy siendo demasiado idealista y no sé, no se... no se. Pero no quiero que ella se quede sola en cualquier lugar.
Bajo mis ojos hacia el suelo un segundo y después vuelvo a mirar a victoria, aspiro una vez fuerte por mi nariz para evitar que se me salgan mocos, mientras las manos me tiemblan a los costados de mi cuerpo.
La tintura negra que tiene ella en sus ojos, no es normal lo sé, probablemente sea algo sobrenatural que le pasa al llorar por lo que es ahora, pero no se; creo que algo asi ya no me aterra tanto al menos.
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Nyxe
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Re: UJN - Epílogo: Las Niñas Perdidas
-No, tienes razón -dijo Victoria con una mirada triste, aceptando las palabras de Saorise-. No puedo pediros algo así.
-Yo... -dijo Erin volviendo la vista hacia ella -perdona Vicky, pero creo prefiero quedarme con ellos -y dio un paso acercándose a vosotros. No había mostrado ningún signo de sorpresa cuando Victoria dijo que había matado a Toole y a Dunne, por lo que seguramente ya lo supiera. Quizá incluso hubiera estado delante.
Victoria asintió soltando un leve suspiro. -Entonces ten mucho cuidado, y recuerda lo que te he contado. -Victoria dudó un momento antes de añadir -Y si alguna vez necesitas ayuda, escríbeme. -Pareció que Erin iba a decir algo, pero Victoria la cortó -Sí, ya se que te dije que no lo hicieras. No te preocupes, tú hazlo. -Victoria se quedó cabizbaja unos momentos antes de levantar la vista hacia vosotros -Sé que no significará nada para vosotros que os diga esto, pero de verdad que siento lo que ha pasado. No tiene arreglo, pero... ojalá las cosas hubieran ocurrido de forma diferente. No os merecíais esto ninguno. Y... -la voz comenzó a rompérsele- os prometo que os agradezco lo que habéis hecho.
Entonces veis como una lágrima resbala por su mejilla, pero no es transparente, sino oscura. Negra o tal vez roja, no podéis distinguirlo bien en la penumbra.
-Lo siento, y gracias -dijo, y desapareció antes de que se extinguiera el sonido de su última palabra.
* * *
El colegio volvió a cerrar después de que encontrasen los cuerpos de vuestras profesoras, pero a pesar de lo que podría parecer después de lo que había pasado, pronto se descartó el asesinato como causa. Los cuerpos no tenían ninguna sustancia, herida o marca, más que de haberse golpeado contra las sillas y las mesas al caer. La conclusión a la que llegaron los médicos fué que les había fallado el corazón a ambas. La señora Dunne era lo bastante mayor como para que pudiera suceder, y la señorita Toole resultó tener una enfermedad congénita. Su tío y su abuela también habían muerto de un infarto, aunque no tan jóvenes. Todo el mundo coincidía en que era demasiado extraño que a ambas les ocurriera en la misma noche, pero podía haberse debido a un bajón de tensión después del estrés que habían acumulado. Ambas tenían la tensión bajísima, y sencillamente no había otra explicación posible.
Erin siguió viviendo en el ala norte del colegio. Al principio fue complicado, intentaba alimentarse de animales que pudiese atrapar y un poco de los niños que dormían en el colegio. En ocasiones tuvo que pediros algo de sangre. No dolía cuando os mordía, de hecho al contrario, era una sensación increiblemente agradable. Pero os dabais cuenta de que no era algo que pudierais darle a menudo, no le bastaba con un poco de sangre como cuando os hacían una analítica. Realmente os notabais débiles y cansados cuando se alimentaba de vosotros.
Sin embargo, poco a poco fue aprendiendo a cazar, pues era más fuerte y rápida que los humanos. Los primeros meses sólo era capaz de atrapar mascotas, pero poco a poco fue volvienose capaz de cazar gatos callejeros, palomas y ratas. En menos de un año, os contaba que iba al bosque por la noche y se alimentaba de ciervos, zorros y conejos. Disfrutaba mucho de correr por el bosque, por lo que os contaba. Y si los animales se alejaban, era capaz de pasarse semanas hibernando sin que le entrase el hambre.
No os resultaba dificil verla, o más bien, a ella no le costaba ir a veros. A veces podíais salir por la noche a jugar y ella se reunía con vosotros a escondidas. Otras, se colaba por la ventana en la habitación de alguno y podíais jugar o charlar en voz baja hasta un buen rato después de que os tuvieseis que ir a dormir. Y conforme fueron pasando los años y teníais más libertad para salir, más a menudo podíais verla.
Pero con el paso del tiempo también se fue haciendo evidente que Erin no crecía. Como estabais acostumbrados a verla, no era algo fácil de notar, pero al comparar fotos anteriores o simplemente al pensar en la edad que aparentaba, era fácil darse cuenta de que mientras vosotros alcanzabais la adolescencia y continuabais creciendo, ella seguía teniendo once años. Sin embargo, eso no dificultaba que os reunierais con ella, a veces incluso saliendo a plena vista, pues resultaba que la gente no veía a Erin. Finalmente, esta os contó a qué se debía.
Victoria regresaba de vez en cuando al pueblo para comprobar qué tal estaba Erin. Nunca llegasteis a verla, y sabíais que no podríais hacerlo a menos que ella quisiera. Pero había enseñado a Erin a desaparecer de la vista igual que ella, lo que evitaba que cuando os juntabais, tuvieseis que hacerlo a escondidas. Por lo que Erin os dijo, Victoria había ido a Dublín y se había reunido con su amiga Charlotte, la otra niña con la que huyó del colegio. Estaba muy contenta de haberse reconciliado con ella después de haberla abandonado hacía años. Aunque al principio os preocupaba la idea de que Victoria rondase por el pueblo sin que lo supierais, Erin os aseguró que había cambiado, y que no se alimentaba en el pueblo. No le gustaba la sangre de los animales, y en Dublín al parecer podía conseguir toda la que quería.
También seguíais hablando con Nuala con cierta regularidad. Había muchas cosas que no podíais arriesgaros a contarle por teléfono, porque hasta muy tarde no pudo hacerse con un móvil. Tampoco tenía manera de volver al pueblo, porque ya no tenía familia ahí y por tanto no podía convencer a nadie de que la dejase ir. Pero aparte de eso estaba bien, y aunque os echaba de menos, también tenía muchos amigos allí y os decía que seguramente se quedase cuando cumpliese los dieciocho.
Sin embargo, poco a poco se fue acercando el momento del que os había advertido Victoria. No os podíais quedar toda la vida en el pueblo, para vosotros se os empezaba a quedar pequeño y la mayoría queríais estudiar, viajar, o simplemente iros fuera de casa de vuestros padres. Y Erin os insistió en que no os quedaseis en el pueblo por ella. A la noche del último día del curso, después de la fiesta y los abrazos, os reunisteis con Erin y fuisteis al patio de vuestro antiguo colegio otra vez. Ella ya había decidido lo que iba a hacer, ya lo habíais hablado, y seguramente fuese lo mejor.
Al llegar, os encontrasteis con tres figuras que os estaban esperando. La primera y la mas alta era Nuala. A pesar de que os había pasado alguna foto, resultaba extraño verla aún así después de seis años, pues tanto la forma de la cara como del cuerpo le habían cambiado. También se notaba en su ropa que llevaba mucho tiempo en la ciudad, parecía que intentara vestir como una roquera. La segunda era Victoria, y sería mentira decir que ella seguía igual que como la recordabais, porque tampoco era cierto. Aunque tenía la misma altura de Erin, hasta cierto punto os sorprende verla bastante más pequeña de lo que recordabais. Y la tercera era otra niña, igual de pálida que Erin y Victoria, con el pelo liso y negro recogido en una coleta. Lo cierto era que se daba un aire a Nuala y podría ser su hermana pequeña, aunque no tenía los ojos azules sino de un castaño clarísimo, casi dorado.
Nuala corrió hacia vosotros a daros un abrazo en cuanto os vio, y tras los “cuanto tiempo” y “cómo has cambiado”, dio un paso atrás y os presentó a la otra niña.
-Esta es Charlotte, es la amiga de la que os he hablado alguna vez. -Resultaba extraño oír la voz de Nuala por primera vez al natural, era algo más grave de lo que la recordabais. -Qué pequeño es el mundo, ¿no? -dijo, lanzándole una mirada a Victoria y esta le respondió con una sonrisa. Una sonrisa que parecía genuina.
-Encantada de conoceros finalmente -dijo Charlotte con una voz muy tranquila y educada.
Os sentasteis en las escaleras del colegio, como solíais hacer hace tiempo, pero la conversación no fue muy larga. Nuala y Erin se contaron cómo habían sido sus últimos seis años, pero nadie dijo mucho más. No había nada que quisierais contarle ni recordarle a Victoria y a Charlotte, y ellas tampoco mostraron intención de compartir nada con vosotros. Hubiera sido una conversación muy incómoda.
Finalmente llegó la hora de la despedida. Mientras Erin todavía hablaba con Nuala, Charlotte y Victoria os dijeron, en voz baja, -No volveréis a vernos, os lo prometemos- y se apartaron un poco para que os pudierais despedir de Erin. Su piel estaba fría cuando os dio un abrazo, pero era algo a lo que ya os habíais acostumbrado.
-Gracias por haberos quedado conmigo estos años -dijo, tratando de contener las lágrimas-. Pero ahora sí, es hora de que vaya.
-Al menos nos hemos podido ver una vez más -dijo Nuala-. La última no nos pudimos despedir como es debido.
Erin asintió y dijo -Adiós, os voy a echar de menos- antes de volver junto a Victoria y a Charlotte.
-¿Nos vamos entonces? ¿Estás lista? -Le preguntó Victoria, tendiéndole la mano, al igual que hizo Charlotte. Erin os dirigió una última mirada antes de volverse hacia ellas y tomarles las manos.
-Sí, vámonos -dijo, y apenas un instante después, ninguna de las tres estaba ahí. Habían desaparecido sin hacer el más mínimo sonido o movimiento, y sin dejar ningún rastro ni huella que pudiera sugerir que alguna vez estuvieron ahí. Salvo quizá por el susurro de dos voces, tan apagadas y lejanas que parecían meras imaginaciones, que dijeron en aquel momento:
-Adiós.
-Yo... -dijo Erin volviendo la vista hacia ella -perdona Vicky, pero creo prefiero quedarme con ellos -y dio un paso acercándose a vosotros. No había mostrado ningún signo de sorpresa cuando Victoria dijo que había matado a Toole y a Dunne, por lo que seguramente ya lo supiera. Quizá incluso hubiera estado delante.
Victoria asintió soltando un leve suspiro. -Entonces ten mucho cuidado, y recuerda lo que te he contado. -Victoria dudó un momento antes de añadir -Y si alguna vez necesitas ayuda, escríbeme. -Pareció que Erin iba a decir algo, pero Victoria la cortó -Sí, ya se que te dije que no lo hicieras. No te preocupes, tú hazlo. -Victoria se quedó cabizbaja unos momentos antes de levantar la vista hacia vosotros -Sé que no significará nada para vosotros que os diga esto, pero de verdad que siento lo que ha pasado. No tiene arreglo, pero... ojalá las cosas hubieran ocurrido de forma diferente. No os merecíais esto ninguno. Y... -la voz comenzó a rompérsele- os prometo que os agradezco lo que habéis hecho.
Entonces veis como una lágrima resbala por su mejilla, pero no es transparente, sino oscura. Negra o tal vez roja, no podéis distinguirlo bien en la penumbra.
-Lo siento, y gracias -dijo, y desapareció antes de que se extinguiera el sonido de su última palabra.
* * *
El colegio volvió a cerrar después de que encontrasen los cuerpos de vuestras profesoras, pero a pesar de lo que podría parecer después de lo que había pasado, pronto se descartó el asesinato como causa. Los cuerpos no tenían ninguna sustancia, herida o marca, más que de haberse golpeado contra las sillas y las mesas al caer. La conclusión a la que llegaron los médicos fué que les había fallado el corazón a ambas. La señora Dunne era lo bastante mayor como para que pudiera suceder, y la señorita Toole resultó tener una enfermedad congénita. Su tío y su abuela también habían muerto de un infarto, aunque no tan jóvenes. Todo el mundo coincidía en que era demasiado extraño que a ambas les ocurriera en la misma noche, pero podía haberse debido a un bajón de tensión después del estrés que habían acumulado. Ambas tenían la tensión bajísima, y sencillamente no había otra explicación posible.
Erin siguió viviendo en el ala norte del colegio. Al principio fue complicado, intentaba alimentarse de animales que pudiese atrapar y un poco de los niños que dormían en el colegio. En ocasiones tuvo que pediros algo de sangre. No dolía cuando os mordía, de hecho al contrario, era una sensación increiblemente agradable. Pero os dabais cuenta de que no era algo que pudierais darle a menudo, no le bastaba con un poco de sangre como cuando os hacían una analítica. Realmente os notabais débiles y cansados cuando se alimentaba de vosotros.
Sin embargo, poco a poco fue aprendiendo a cazar, pues era más fuerte y rápida que los humanos. Los primeros meses sólo era capaz de atrapar mascotas, pero poco a poco fue volvienose capaz de cazar gatos callejeros, palomas y ratas. En menos de un año, os contaba que iba al bosque por la noche y se alimentaba de ciervos, zorros y conejos. Disfrutaba mucho de correr por el bosque, por lo que os contaba. Y si los animales se alejaban, era capaz de pasarse semanas hibernando sin que le entrase el hambre.
No os resultaba dificil verla, o más bien, a ella no le costaba ir a veros. A veces podíais salir por la noche a jugar y ella se reunía con vosotros a escondidas. Otras, se colaba por la ventana en la habitación de alguno y podíais jugar o charlar en voz baja hasta un buen rato después de que os tuvieseis que ir a dormir. Y conforme fueron pasando los años y teníais más libertad para salir, más a menudo podíais verla.
Pero con el paso del tiempo también se fue haciendo evidente que Erin no crecía. Como estabais acostumbrados a verla, no era algo fácil de notar, pero al comparar fotos anteriores o simplemente al pensar en la edad que aparentaba, era fácil darse cuenta de que mientras vosotros alcanzabais la adolescencia y continuabais creciendo, ella seguía teniendo once años. Sin embargo, eso no dificultaba que os reunierais con ella, a veces incluso saliendo a plena vista, pues resultaba que la gente no veía a Erin. Finalmente, esta os contó a qué se debía.
Victoria regresaba de vez en cuando al pueblo para comprobar qué tal estaba Erin. Nunca llegasteis a verla, y sabíais que no podríais hacerlo a menos que ella quisiera. Pero había enseñado a Erin a desaparecer de la vista igual que ella, lo que evitaba que cuando os juntabais, tuvieseis que hacerlo a escondidas. Por lo que Erin os dijo, Victoria había ido a Dublín y se había reunido con su amiga Charlotte, la otra niña con la que huyó del colegio. Estaba muy contenta de haberse reconciliado con ella después de haberla abandonado hacía años. Aunque al principio os preocupaba la idea de que Victoria rondase por el pueblo sin que lo supierais, Erin os aseguró que había cambiado, y que no se alimentaba en el pueblo. No le gustaba la sangre de los animales, y en Dublín al parecer podía conseguir toda la que quería.
También seguíais hablando con Nuala con cierta regularidad. Había muchas cosas que no podíais arriesgaros a contarle por teléfono, porque hasta muy tarde no pudo hacerse con un móvil. Tampoco tenía manera de volver al pueblo, porque ya no tenía familia ahí y por tanto no podía convencer a nadie de que la dejase ir. Pero aparte de eso estaba bien, y aunque os echaba de menos, también tenía muchos amigos allí y os decía que seguramente se quedase cuando cumpliese los dieciocho.
Sin embargo, poco a poco se fue acercando el momento del que os había advertido Victoria. No os podíais quedar toda la vida en el pueblo, para vosotros se os empezaba a quedar pequeño y la mayoría queríais estudiar, viajar, o simplemente iros fuera de casa de vuestros padres. Y Erin os insistió en que no os quedaseis en el pueblo por ella. A la noche del último día del curso, después de la fiesta y los abrazos, os reunisteis con Erin y fuisteis al patio de vuestro antiguo colegio otra vez. Ella ya había decidido lo que iba a hacer, ya lo habíais hablado, y seguramente fuese lo mejor.
Al llegar, os encontrasteis con tres figuras que os estaban esperando. La primera y la mas alta era Nuala. A pesar de que os había pasado alguna foto, resultaba extraño verla aún así después de seis años, pues tanto la forma de la cara como del cuerpo le habían cambiado. También se notaba en su ropa que llevaba mucho tiempo en la ciudad, parecía que intentara vestir como una roquera. La segunda era Victoria, y sería mentira decir que ella seguía igual que como la recordabais, porque tampoco era cierto. Aunque tenía la misma altura de Erin, hasta cierto punto os sorprende verla bastante más pequeña de lo que recordabais. Y la tercera era otra niña, igual de pálida que Erin y Victoria, con el pelo liso y negro recogido en una coleta. Lo cierto era que se daba un aire a Nuala y podría ser su hermana pequeña, aunque no tenía los ojos azules sino de un castaño clarísimo, casi dorado.
Nuala corrió hacia vosotros a daros un abrazo en cuanto os vio, y tras los “cuanto tiempo” y “cómo has cambiado”, dio un paso atrás y os presentó a la otra niña.
-Esta es Charlotte, es la amiga de la que os he hablado alguna vez. -Resultaba extraño oír la voz de Nuala por primera vez al natural, era algo más grave de lo que la recordabais. -Qué pequeño es el mundo, ¿no? -dijo, lanzándole una mirada a Victoria y esta le respondió con una sonrisa. Una sonrisa que parecía genuina.
-Encantada de conoceros finalmente -dijo Charlotte con una voz muy tranquila y educada.
Os sentasteis en las escaleras del colegio, como solíais hacer hace tiempo, pero la conversación no fue muy larga. Nuala y Erin se contaron cómo habían sido sus últimos seis años, pero nadie dijo mucho más. No había nada que quisierais contarle ni recordarle a Victoria y a Charlotte, y ellas tampoco mostraron intención de compartir nada con vosotros. Hubiera sido una conversación muy incómoda.
Finalmente llegó la hora de la despedida. Mientras Erin todavía hablaba con Nuala, Charlotte y Victoria os dijeron, en voz baja, -No volveréis a vernos, os lo prometemos- y se apartaron un poco para que os pudierais despedir de Erin. Su piel estaba fría cuando os dio un abrazo, pero era algo a lo que ya os habíais acostumbrado.
-Gracias por haberos quedado conmigo estos años -dijo, tratando de contener las lágrimas-. Pero ahora sí, es hora de que vaya.
-Al menos nos hemos podido ver una vez más -dijo Nuala-. La última no nos pudimos despedir como es debido.
Erin asintió y dijo -Adiós, os voy a echar de menos- antes de volver junto a Victoria y a Charlotte.
-¿Nos vamos entonces? ¿Estás lista? -Le preguntó Victoria, tendiéndole la mano, al igual que hizo Charlotte. Erin os dirigió una última mirada antes de volverse hacia ellas y tomarles las manos.
-Sí, vámonos -dijo, y apenas un instante después, ninguna de las tres estaba ahí. Habían desaparecido sin hacer el más mínimo sonido o movimiento, y sin dejar ningún rastro ni huella que pudiera sugerir que alguna vez estuvieron ahí. Salvo quizá por el susurro de dos voces, tan apagadas y lejanas que parecían meras imaginaciones, que dijeron en aquel momento:
-Adiós.
