Una brutal epifanía: la gente se muere en la calle

Desde la pureza del alma hacia la consagración inquisitorial

Moderador: Baudelaire

HERALDO HISTORIADOR (Baudelaire)

Re: Una brutal epifanía: la gente se muere en la calle

#91

Mensaje por Baudelaire » 27 Nov 2020, 14:06

Eres un hombre noble, por algo que va más allá de la sangre. Es así porque siempre has sabido poner al resto por delante de tus necesidades o conseguido sinergizar tus deseos con un mundo mejor.

Has llegado al hogar de Domingo, el león sobre el umbral de la puerta ya nada te produce. Pues, reconoces que es el temor lo que alimenta el poder del enemigo. Es en la fe que te alejas de aquel abismo de incertidumbre y las señales de los cielos son muy claras. Apenas vas acercándote a anunciar tu llegada, aparece Muadjit saliendo con un carrito... y casi te pasa por encima.

¡El arcángel Rafael ha venido! Mis disculpas por el exabrupto. Adelante, adelante... mi amo me ha encargado comprar algunas frutas. Está de muy buen ánimo, regresaré en un santiamén.

Igual que hace un momento con el padre que te impide darle alguna respuesta, el fiel mayordomo se marcha como una gacela. Dudas un momento, pero finalmente haces ingreso y cierras la puerta tras de ti. Avanzas recordando el primer encuentro con el buen samaritano que te ha auspiciado, un mecenas al que has salvado, un filántropo que ahora podrás proteger desde los cielos con lo que estarás pronto a aprender en la Inquisición sombría.

Es al llegar a un amplio salón que encuentras a Domingo sonriente leyendo concentradamente un libro. Observas el lomo y se trata del tuyo acerca de la peste. Te detienes a ponderar si deberías interrumpirlo y lo escrutas con la mirada en una auscultación a distancia. Miras su nariz, el color de su rostro, el borde de su cuello, la zona de la intervención quirúrgica y...

¡Rafael! Mi buen amigo, que gusto verte por aquí.

...en lugar de terminar por sorprenderlo. Resultas ser tú quien queda sobresaltado, casi como un felino llega a tu lado y te abraza. Ya tienes tu diagnóstico completo.

Avatar de Usuario
Charles_Castle
Mensajes: 94
Registrado: 07 Nov 2019, 00:55

Re: Una brutal epifanía: la gente se muere en la calle

#92

Mensaje por Charles_Castle » 09 Dic 2020, 01:39

Al entrar en la casa y hacer memoria del lugar para saber por donde podría estar Domingo; no puedo evitar recordar lo intenso que había sido todo aquello, la sorpresa y el nerviosismo causado por la salud de que aquel hombre y evitar su muerte que parecía tan cercana.

No puedo evitar soltar una pequeña sonrisa ya de tranquilidad de saber que por lo menos se encontraba bien, por lo que había dicho del mayordomo, por lo menos se encontraba de buen ánimo. Efectivamente, el maligno no se había salido con la suya en aquella ocasión.

Al llegar y ser saludado de aquella entusiasta manera, no puedo dejar de preocuparme por un momento por ls suturas y el reposo que debía llevar para que sus heridas cerraran

-¡Don Domingo, me alegro de verlo con tan buen ánimo! - digo una vez que me suelta del abrazo - ¿Pero no cree que debería estar en cama?, no ha sido cosa menor lo que le ha pasado y aunque se sienta bien su cuerpo debe descansar para cerrar sus heridas - le digo a manera de comentario aunque mi experiencia me dicta que debería reprenderlo, se comporta como un niño pequeño que debe ser obligado a tomar las medicinas

-Déjeme revisar las suturas, quizá deba cambiar el vendaje - le digo para que me deje auscultarlo.

HERALDO HISTORIADOR (Baudelaire)

Re: Una brutal epifanía: la gente se muere en la calle

#93

Mensaje por Baudelaire » 09 Dic 2020, 12:05

Domingo se sienta y te permite revisar sin dejar de sonreír. Verificas cada sutura, sigue en su lugar y notas que la regeneración de los tejidos es asombrosa. Casi como lo que relatan los salmos sobre la sanación realizada por los profetas. De algún modo, ese noble filántropo ha sido tocado por los cielos… y desde allí, el todopoderoso está obrando este milagro de una recuperación impresionante. Sentías exactamente lo mismo luego de haber salvado a tu amada Aanisa.

Nunca dejas de ser tan buen físico, ¿eh? Sabes, Rafael, jamás he tenido dudas de la providencia que reposa en tu legado. Y por ello, la clínica pública deberá hacerle honor a ello.

Se levanta y te invita a acercarte a la gran mesa del comedor. Sobre ella, y bien extendido, reposa un enorme pergamino. Observas con atención y parece el trazado realizado por un alarife experto… ¡es sorprendente! No sabes mucho de construcción, pero por las medidas marcadas te das cuenta que es enorme. Casi del tamaño de la plaza mayor de Salamanca y por los nombres de las calles, se ubicaría junto a los barrios más pobres.

A un costado está el listado de habitaciones y quirófanos, con el detalle de sus materiales y muebles. Todo perfecto, casi como extraído directamente de aquellos sueños de justicia que has tenido durante toda tu vida. Una bodega con hierbas, cada una con su dibujo botánico… una sala de clases, un despacho… ¡nada falta! Salvo, claro, pasar de la tinta a la mampostería.

¡Rafael! ¿qué te ocurre? ¿estás bien? Yo puedo morirme mañana, pero tú… ¡tienes que asegurarte que el proyecto llegará a buen término! De otro modo, todo habrá sido en vano.

Definitivamente debes haber estado, otra vez, sumido en tus divagaciones por demasiado tiempo. Pero la alerta de Domingo te trae de vuelta a la realidad.

Avatar de Usuario
Charles_Castle
Mensajes: 94
Registrado: 07 Nov 2019, 00:55

Re: Una brutal epifanía: la gente se muere en la calle

#94

Mensaje por Charles_Castle » 24 Dic 2020, 03:12

Una vez más me pierdo en los detalles, visualizo aquellas habitaciones, salones y pasillos llenos de físicos ayudando a los más necesitados a recobrar la salud perdida. Y así, poco a poco, lograr el reino de los cielos en esta tierra, mi tierra.

Al escuchar a Domingo salgo de mis pensamientos

-¿Qué? -pregunto extrañado de su pregunta para reconocer al instante que he debido de haber estado quieto por mucho tiempo perdido con mis visiones de la providencia - ¡Ah, no os preocupéis! Estaba sólo tratando de imaginar este proyecto y que con la venia de Dios sumada a vuestra caridad, seguramente las pobres almas de esta ciudad y del reino se verán beneficiadas. Es que es más grande de lo que pensaba que podría ser. Muchas gracias Don Domingo, no sé si pueda llegar a mostrar mi agradecimiento algún día - digo asombrado de la caridad de aquel hombre y que en verdad ha sido un enemigo del maligno en esta tierra.


-Pero tampoco hay que tomarse a la ligera lo que acaba de pasarle, no hemos descubierto quien os intentó matar - hago una pausa, miro al alrededor para ver si hubiera alguien escuchando y continúo -
Lo que he llegado a descubrir es que quizá en la azúcar os han puesto el veneno, una manera para que pasara desapercibido - digo con voz baja

HERALDO HISTORIADOR (Baudelaire)

Re: Una brutal epifanía: la gente se muere en la calle

#95

Mensaje por Baudelaire » 24 Dic 2020, 14:31

Domingo te sonríe y se acerca a una pequeña imagen de la santísima virgen que corona el fondo de la habitación. Reza una plegaria de gratitud por la vida que le has dado y pide humildemente por tu protección. Te acercas, por supuesto, para acompañarlo en ese pequeño acto de devoción. Una profunda paz te inunda, como nunca antes la has sentido, recordando la posibilidad que te espera en la orden de San Juan.

Claro, siendo parte de la inquisición sombría, aprenderías a vislumbrar agentes del enemigo actuando subrepticiamente. Podrías, por supuesto, desenmarañar el misterio del azúcar.

Amén, Rafael. Y que nunca más esos cubitos blancos dulzones porten una dolorosa muerte.

En esta ocasión, sí estás de regreso de tus cavilaciones a tiempo. El noble filántropo, por primera vez, recibe tu respuesta sin tener que conminarte a que se la otorgues. La imagen de la virgen, finamente esculpida en una piedra verdosa, despliega un tenue fulgor... justo en la aureola. Una señal de los cielos, sin duda. Haces la señal de la cruz y Domingo te sigue.

Supongo que, ahora que eres el rector de la universidad de Salamanca, tienes muchos compromisos. Lo noto por esa tonelada de rollos de pergaminos bajo tu brazo... así que te comentaré que, necesitarás el otro.

En una mesita contigua, yace un pequeño arcón que abre con suavidad. Tus visiones continúan, puesto que te parece ver salir dos querubines del interior. Como gasas translúcidas, desaparecen ante tus ojos luego de sonreírte. Primero la aureola y ahora este vuelo de ángeles que, según notas, ha pasado inadvertido a Domingo... pues sin parpadear, saca un nuevo rollo de pergamino.

¡Tiene el sello de Castilla! La corona ha aprobado el proyecto... el regocijo te hace olvidar por unos instantes tus recientes y extrañas epifanías, pero caes en cuenta que tras el buen filántropo, una pequeña figurilla parecida a una gárgola les observa. Esboza una sonrisa pícara que te hace saber que es un espía y vuela, sin desvanecerse, completamente sólido hacia las callejuelas.

Avatar de Usuario
Charles_Castle
Mensajes: 94
Registrado: 07 Nov 2019, 00:55

Re: Una brutal epifanía: la gente se muere en la calle

#96

Mensaje por Charles_Castle » 31 Dic 2020, 02:15

Me llevo la mano a la boca para tapar mi asombro y emoción, todo se mezcla en ese instante. Se me caen algunos de los papeles que llevo ante la impresión de aquellas las visiones que se aparecen ante mis ojos mostrándome una parte de la vida que no había percibido hasta aquel día, ¿así había sido toda mi vida o es apenas en estos días que el dedo divino me había tocado?

Si he de creer lo que el padre Francisco me dijo, llevo un buen trecho de mi vida tocado por la gracia divina y solamente hasta ahora que soy consciente... se me ha corrido el velo, ¿será así ya para siempre de esta manera? No lo sé, pero esta será una de mis muchas dudas con las que llegaré a la inquisición.

-¡Don Domingo, que excelente noticia! Pero que rápido se ha movido usted, ni quién creería que apenas ayer estaba en cama y hoy ya tiene todo un bosquejo del proyecto. En verdad que usted es un enviado del mismísimo cielo -le digo pues es su mérito y todo suyo que el proyecto esté tan avanzado.

HERALDO HISTORIADOR (Baudelaire)

Re: Una brutal epifanía: la gente se muere en la calle

#97

Mensaje por Baudelaire » 31 Dic 2020, 13:53

Lo que haya sido aquella pequeña gárgola y su potencial espionaje, se ve eclipsado por las emociones que te embargan y el discurso lleno de bendiciones que le entregas a Domingo con tu más profunda gratitud. Él sonríe ampliamente y te responde.

He movido algunos hilos que hace mucho ya había tendido, Rafael. Nada tan complicado para una persona con mis influencias. Si hay alguien que viene directamente de los cielos es el espíritu santo que ha guiado tu mano para sanarme. Lo que haga aquí en la Tierra está lejos de tu nivel de hacedor de milagros. Tu humildad desconoce límites.

Muy sabio, sin duda. Todo lo que dice es cierto, pero él también rebosa modestia. Conseguir tender todos los hilos y coordinar perfectamente a todas las personas que se requieren para alcanzar el objetivo es una gran proeza, sin duda. Lo cierto es que se escuchan pasos y Muadjit está de regreso con los encargos.

¡Oh! Justo a tiempo para contemplar el anuncio.

Deja el saco sobre una mesa y estrecha tu mano para felicitarte. Domingo retoma la palabra y con un gesto sencillo, le indica al mayordomo que puede retirarse.

De todos modos, me confesé ayer con el padre Francisco. Estaba muy contento por ti y me ha contado tu secreto.

¿De qué habla? ¿sabe que es la inquisición sombría? De ser así, él también debería ser un agente. O, quizás, se refiere a otra cosa. Lo único que te invade es la confusión. Y, con el rabillo del ojo, notas que la gárgola ha regresado al umbral de la ventana.

Avatar de Usuario
Charles_Castle
Mensajes: 94
Registrado: 07 Nov 2019, 00:55

Re: Una brutal epifanía: la gente se muere en la calle

#98

Mensaje por Charles_Castle » 09 Ene 2021, 05:06

Aún veo la puerta por donde se ha retirado Muadjit cuando las palabras de Domingo me hacen clavar mi mirada en sus ojos. "¿Acaso todo mundo sabe de esta inquisición, excepto yo? A este paso hasta mi amada resultará que lo sabía" pienso mientras escudriño sus ojos, sus expresiones.

-Vaya, me extraña, según yo no tengo secretos; quizás ahora tenga alguno - digo buscando parecer jocoso, una broma - Conozco de mera vista al padre Francisco - digo tratando de sortear aquéllo, ya que el recuerdo de la gárgola espía me hacer voltear a ver dónde estaba discretamente

HERALDO HISTORIADOR (Baudelaire)

Re: Una brutal epifanía: la gente se muere en la calle

#99

Mensaje por Baudelaire » 09 Ene 2021, 11:36

La gárgola sigue observando impávida y, por un instante, se gira a mirar los planos de la clínica. Sin embargo, mantienes tus ojos sobre Domingo, quién procede a revelarte lo que le han contado.

¿Así que eres un gran cocinero, cierto? Te lo tenías bien guardado, pues el próximo lunes estará nuestro invitado: el rey Alfonso décimo. Me imagino que recuerdas que cuándo te hube comentado que le escribí acerca de tu trabajo.

Por supuesto que está grabado en tu memoria, pero me imagino que has estado muy ocupado con la puesta a punto de tus asuntos rectorales


Suspiras de alivio, solamente se ha revelado el secreto de tu talento culinario. Tarde, mal y nunca lo utilizas; pero cuando te hiciste el tiempo, tus vistas probablemente hubieron pasado mucho tiempo contando lo deliciosos que estaban tus preparaciones.

Su majestad se quedará aquí mismo, poco le importa el protocolo... según me comenta en su respuesta, porque prefiere compartir conmigo: su antiguo profesor de filosofía. Por ello, el padre Francisco me ha recomendado que te solicite estar a cargo de los asuntos alimentarios. Teme que, igual que conmigo, alguien podría intentar un atentado contra su vida.

Hela ahí, subrepticiamente, una primera misión de prueba: proteger a Alfonso décimo de un envenenamiento. La inquisición sombría sabe lo que hace, pero definitivamente necesitarás ayuda: ¡tu esposa! Imposible cocinar sin ella, ni coordinar con todo el personal de servicio ni menos hablar de filosofía con el rey.

Negarte es una opción, probablemente habrá una guardia especializada y un séquito de sirvientes para tales menesteres. Sin embargo, hay un riesgo asociado a ella... ¿estarás dispuesto a correrlo? Poco tiempo tienes para pensarlo, al ver que la gárgola se marcha. Ha escuchado y visto todo, seguramente va volando camino a su maligno amo.

Y, todavía, estás muy lejos de ser un verdadero inquisidor. El milagro de salvar a Domingo ha sido una situación imprevista, ahora deberías mantener todo bajo control.

Me imagino que lo decidirás durante el fin de semana, Rafael. Sea como fuere, necesitaré de todos modos una respuesta durante la misa dominical... ¿irás, cierto?

Tu esposa, por supuesto, estará disponible para los preparativos. Los ritos islámicos se llevan a cabo el viernes por la tarde, ¿cómo explicarle sin revelarle demasiado?

Avatar de Usuario
Charles_Castle
Mensajes: 94
Registrado: 07 Nov 2019, 00:55

Re: Una brutal epifanía: la gente se muere en la calle

#100

Mensaje por Charles_Castle » 19 Ene 2021, 03:36

"Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando estén pasando por diversas pruebas.", pienso en aquel versículo de la epístola de Santiago al escuchar todo éso. De la subida de nervios, baja y vuelve a subir, he aquí que resulta como viajar en un caudaloso río con solo una pequeña tabla.

-Claro que sí, no creo estar tan ocupado en la vida para faltar a misa, Don Domingo. Le daré mi respuesta ahí - digo con una sonrisa, aunque por dentro estoy sumamente preocupado. El enemigo de Don Domingo sabrá que viene el Rey y que mejor golpe que matarlo para causar gran tribulación en el reino, con Domingo y conmigo. "Dios mío" alcanzo a implorar por la guía del Todopoderoso.

-Pero no quiero quitaros más tiempo, ya he cumplido a lo que venía, que es ver que vuestra salud siga mejorando; y, supongo que también, tendrá algunas cosas que hacer ante la llegada del Rey a vuestra casa. Así que me despido. Hasta el Domingo - le digo a mi mecenas, sin mencionar su nombre, sería una broma que le harían a menudo sus amigos, 'nos vemos el domingo, Domingo'.

Ahora con esto deberé avisar a mi esposa, pero creo que primero es menester regresar con el Padre Francisco y advertirle de la gárgola.

Editor completo

Volver a “Preludio”