Anathemae magna cum laude: Tèniri la porte aperta

[Baudelaire]

Tu maestro medita por unos segundos y asiente. Te confirma que es el momento de verificar el trazado directamente en el terreno y con la ayuda de los batidores será más sencillo, especialmente considerando que tú ya conoces el camino.

Id, id los tres. Yo me quedaré atendiendo al herido, que parece estar estabilizado. Todavía están las protecciones en el piso, así que estaremos protegidos en caso de un nuevo ataque. Id, id pronto.

Los batidores asienten y te miran, se presentan como Nicola y Osvaldo. Te permiten enrollar el pergamino y tomar un pequeño morral para cargar la brújula y el compás, antes de salir nuevamente al patio. Todo parece en orden, por el momento. Nuevamente aquella inusual brisa fría comienza a soplar y el cielo comienza a nublarse, podría comenzar a nevar en una media hora. Tiempo escaso, y quizás insuficiente, para terminar lo que deben hacer. Sin embargo, es la única oportunidad que tienen, así que te propones guiarles.

Están atentos a tus indicaciones.

[bleyd_master]

-De acuerdo, señores, marchemos prestos que el tiempo apremia y parece que la ventisca se nos echará encima.-

Recojo el morral el mapa y ropa de abrigo, así como también algo de agua y de ser posible una cuerda y un candil.

-Maestro, tenga cuidado y cuídese, volveré lo antes posible.

Espero que todo vaya bien… No me gustaría que la criatura vuelva a acecharnos en busca de venganza… era una terriblemente grotesca… Lo mejor será acelerar el paso y regresar con la misma presteza.

Guío a los hombres por la nieve, cruzamos sectores de arboladas con rumbo la zona de cuevas en donde recogí al pequeño felino perdido, me aseguro de que esta vez se ha quedado en casa y no esté escondido entre los pliegues de mi ropa. Aun así aprieto el paso, aunque el camino se hace duro por el manto blanco y el frío. No necesito revisar demasiado el mapa para orientarme, recuerdo bastante bien en donde se produjo el altercado. La verdad, me gustaría encontrar algún sobreviviente más… no sólo cuerpos o huesos.

[Baudelaire]

El maestro asiente y cierra la puerta. Efectivamente las predicciones son correctas, el viento comienza a soplar y los tímidos copos de nieve iniciales se vuelven más grandes y numerosos. Nicola avanza a tu derecha y, un poco más atrás, Osvaldo lo hace por la izquierda.

Comienzas a tantear tus ropas, mientras te miran con curiosidad, como preguntándose que te ocurre. En ese momento tu memoria te muestra que poco antes salir de la cabaña, maese Linoti había puesto un plato con leche para evitar que su gato se escapara. Más tranquilo, sonríes y continúas la marcha.

Nicola mira a Osvaldo y éste se encoge de hombros, sin saber que ha pasado. De cualquier modo lucen impresionados al notar que sin sacar la brújula te mueves rápido y sin desviarte. Ellos lo harían con un paso todavía más ligero, pero correrían el riesgo de perderse en la ventisca que ya les golpea el rostro. Así y todo, las narices detectan el aroma del gas… más sutil en esta ocasión. Lo cuál indica, sin duda, que el riesgo de explosión todavía es bajo. Quizás la fisura ha quedado bloqueada y el flujo es más lento.

La boca de la gruta está allí, intacta. Sin duda, todo sucedió del lado contrario, la fuente está más cerca de allá y por ello se ha conservado la estructura. Tocas el odre en que traes el agua y compruebas que ya está congelándose. El candil podrás encenderlo dentro, consumiendo lentamente el escaso que gas que hay ahora. Así se reducirá todavía más el riesgo de explosión.

¿Qué son esas huellas? ¡Otra vez esas pisadas!

Nicola apunta y Osvaldo se acerca para verificar antes de entrar.

Iba de salida y ha partido hace poco. Demorará bastante.

Indica el rumbo que siguen hacia otra colina más allá del acantilado.

[bleyd_master]

-Esas huellas podrían ser de una criatura terrible… Tal vez un gran felino o algo parecido… de todas formas apresurémonos, el tiempo temo que empeorará.- Hago una pausa mientras reviso la pisada con mas atención.- Lo último que queremos es vernos envueltos en una tormenta de hielo en medio de la montaña.

GuÍo el camino intentando que el viento frío y la nieve no me congelen demasiado. Un intento que seguramente será infructuoso, tan solo un buen abrigo y no detenemos es lo más efectivo para mantenernos calientes, con suerte la zona de la detonación no se encontrará lejos y podremos revisar el lugar del accidente con cuidado.

[Baudelaire]

Nicola y Osvaldo asienten, se miran y comentan que podría ser un enorme lince. La ventisca se hace cada vez más brutal, apenas sigue siendo posible avanzar. Sin embargo, ya reconoces que están a unos cuantos pasos por el brusco cambio en la temperatura. El cielo sigue encapotado, le nieve sigue cayendo, pero el piso rechaza la capa blanquecina. Un círculo templado y un aura de tibieza emanan de la gruta, podría serla providencia que ha venido a reconfortarles o el fuego del inframundo que sigue rezumando desde el interior.

En cualquier caso, el sector parece agradable, al mirar en derredor se nota que la ventisca es brutal más allá del límite. Deben ser 2 lances de jabalina de diámetro, justo en torno a la colina.

Aquí estamos, las huellas de la criatura son frescas y salen de aquí.

Osvaldo confirma su hipótesis.

Tenías razón, demorará en regresar.

Nicola se gira mirando a la enorme gruta.

Es el momento de la verdad, antorchas encendidas y preparados para entrar. Quizás sea oportuno advertirles lo que podrá haber dentro.

[bleyd_master]

-Bien señores… Mucha precaución que hay gases en toda la cueva, tengamos cuidado con provocar una detonación; miren por donde pisan ya que el suelo esta cubierto de mugre, lodo y sabe el altísimo que inmundicias más.

Intento informarles de todo lo que recuerdo, no me gustaría que los chicos encontraran en este día su final.

-Las antorchas tal vez no sea buena idea, creo recordar que la cueva esta llena de algún tipo de sustancia brillante que permite la visión. Intentaré ayudarles en lo que me fuere posible. Aun así andemos con cuidado y que el señor esté con nosotros.

[Baudelaire]

Los batidores apagan las antorchas en la nieve, así cualquier chispa jamás llegaría a encender el gas. Proceden al interior y, efectivamente, todo está allí. Los extraños cristales en las paredes que hacen posible escrutar el interior y tener una idea general de por dónde se extiende la caverna con sus recovecos, giros y contrarios. Pero tratándose de expertos en exploración y orientación, junto a ti el segundo mejor cartógrafo de toda Europa… ¿cómo podrían perderse?

Pues, exactamente así. El piso se ha reblandecido desde la última visita, si bien soportó tu peso sin mayores dificultades la vez anterior, en esta ocasión simplemente colapsa. Se deslizan como por un tobogán con rumbo hacia el inframundo… perdiendo la noción de tiempo y distancia, pueden estimar al menos media hora sin poder detenerse y descendiendo fácilmente algo menos de una milla. Todo es vertiginoso, pero ningún daño les aflige.

Han caído en un gran lago subterráneo. El agua está, curiosamente, bastante tibia. El aire, sin embargo, está cargadísimo de azufre. Es incómodo respirar, pero similar a estar a gran altura. Nadan hacia la orilla más cercana, iluminados por gemas del tamaño de una roca de catapulta. Tonos verde intenso y un brillo como el de un gran faro marítimo.

[bleyd_master]

La caída se me hace eterna, temo por nuestro aciago destino mientras nos precipitamos en tan extraño lago. El agua nos envuelve mientras intento afanosamente alcanzar la superficie y, por fortuna, aparte del susto todo parece estar bien; aunque el aire es denso, horrible y rancio. Se nota que ha surgido de las profundidades de la Tierra. Tal vez cerca se encuentre alguna veta de magma.

¡Podría ser el Vesubio? ¿¡Cuán lejos podrían extenderse sus canales bajo tierra!? Dejo de divagar mientras alcanzo la orilla y tiendo una mano a mis compañeros, el espectáculo que nos encontramos es sin duda hermoso, las gemas decoran toda la estancia con un brillo hermoso que muestra a su pureza intentando competir contra el oscuro lugar en donde se encuentran.

-No tengo ni idea que son estas formaciones cristalinas…- Comento mientras me acerco a examinarlas e intentar tomar una muestra que nos servirá para iluminar el camino. Dejo a mis acompañantes el trabajo de revisar el área, tal vez sean capaces de encontrar una apertura o pasadizo, cuando habré acabado mi tarea me reuniré con ellos para plantear nuestro siguiente paso.

[Baudelaire]

Los batidores toman, cada uno a su turno, tu mano para acercarse a la superficie. Parecen leer tus pensamientos al tomar su nariz y mostrar un rictus de profundo malestar, para proponer tu misma hipótesis acerca del Vesubio.

Se despliegan con una coordinación impresionante para comenzar a explorar el terreno, justo después que mencionas tu desconocimiento acerca de los cristales. Te quedas solo, un rato, para poder tomar las muestras que quieres. Salvo por el detalle de tener que ser muy cuidadoso, porque el material que forma el mineral parece tener cierta capacidad para quemar la piel. Lo descubres al acercar un dedo a la superficie de una roca algo más pequeña que parece haberse desprendido de uno de los octágonos enormes.

Con sumo cuidado lo envuelves en un trozo de tela y sacas tu brújula. Gira un momento como un torbellino, indicando la presencia de alguna emanación desde las rocas que la ha alterado. Probablemente otro mineral con alto contenido ferroso.

Te alejas, instintivamente del muro de roca y compruebas que puedes orientarte. Tu hipótesis se confirma, debe ser el legendario volcán y están justo a unos cuantos metros del río de magna. Puedes observarlo desde tu nueva posición, por una pequeña hendidura en el lugar en que estaba la muestra.
Los batidores regresan y te observan mirando fijamente por el agujero. Te comunican sus hallazgos de múltiples pasajes laberínticos y, con sus descripciones, te basta para trazar un mapa preliminar. Será un largo camino hasta la superficie, pero ir descartando callejones sin salida lo hará más sencillo.

¿Quién osa interrumpir mi letargo de diez siglos?

Una voz sepulcral rompe abruptamente el trabajo de cartografiado a partir del relato. No hay más que el eco y ninguna persona o criatura a la vista. El pánico se hace presente y, por reflejo, te colocas formando un triángulo… manteniendo tus camaradas sus hombros pegados entre sí y también a los tuyos.

Responded pútridos humanos, antes que me decida a devorarles.

Ahora el timbre parece más claro, algo entre una fuerte resonancia torácica y el siseo de un gran lagarto.

[bleyd_master]

La sorpresa es despampanante, una voz poco amable que nos increpa e interroga. Proceso la información poco a poco… ¿cómo es que algo inteligente esta aquí? ¿por qué lleva diez siglos? ¿cómo diablos habla nuestro idioma con tal fluidez si lleva ese tiempo aquí encerrada?

Deseando no molestarla más o enfadarla decido resolver lo mas pacíficamente posible esta confrontación, un poco de adulación nunca ha hecho daño a alguien.

-¡Oh, gran señor! Perdonad nuestra intromisión en aquestos vuestros dominios!-

Hago un movimiento a mis compañeros para que intenten buscar la forma de huir de semejante trampa, mientras intento entretener a lo que sea que habla.

¡Hemos sido enviados por nuestro magnánimo líder! Nuestra misión es informar a vuestra magnificencia que corréis gran peligro, infieles han descubierto esta localización y se prepararan para asaltar el lugar en gran número con terribles y mortíferas armas. Destruirán el lugar sin exponerse a sí mismos, ya que temen vuestra ira y poder. Piensan hacer un asalto sorpresa con alevosía y crueldad mientras vos descansáis, pero por fortuna hemos sido capaces de llegar a tiempo y avisaros. Tendréis tiempo para preparar una defensa y mostrarles que aun seguís siendo el más grande y poderoso.

Espero que distorsionando la verdad y halagando a la criatura, no logre notar que la mitad me lo estoy inventando muy descaradamente.