Interdicta plena: Morte'nte caligine

Desde la pureza del alma hacia la consagración inquisitorial

Moderador: Baudelaire

HERALDO HISTORIADOR (Baudelaire)

Re: Interdicta plena: Morte'nte caligine

#291

Mensaje por Baudelaire » 11 Jun 2020, 19:51

Tu padre ha caído de frente, lo ves de cara hacia el piso y mucha sangre alrededor. Temes lo peor, lo giras cuidadosamente y notas que tiene una horrible hemorragia en la frente. Con los ojos entreabiertos parece mirarte, su boca se prepara para decirte algo mientras te toma la mano.

Ha sido una linda mañana, hija. Cuida a tu madre. Se una mujer de bien, Anaís. Te amo.

Un escalofrío te recorre, aún a menor temperatura que el viento frío de hace unos instantes. Tu padre, el gran Alessandro Perugi, ha exhalado su último aliento en el mausoleo Médici. Afuera, se escucha mucho barullo. A contraluz, notas que en el primer peldaño hay un poco de grasa. Al bajar con tanta prisa lo evitaste… todo estaba preparado. Hasta tu madre habría aplaudido esta puesta en escena, lástima que es todo real.

El cadáver de tu padre yace sobre tu regazo, mientras de rodillas eres incapaz de llorar. Tu rabia ha superado por cientos de leguas a tu pena. Y, tu deseo de venganza, se alza desde el fondo de tus entrañas. Lo cuál, por cierto, nada tiene que ver con el último deseo de tu padre.

¿Cómo ser una mujer de bien luego de ésto? Elizabeta… ella ha planeado todo para atemorizarte, para evitar que pudieras notar algún inconveniente. Un hombre está parado a tu lado, ni siquiera lo has escuchado venir. Ha salido desde el interior, giras tu rostro hacia él: Bouvier. Envuelta en un pañuelo, solamente la hoja de una daga es visible. La clava en la frente de tu padre y deja caer la empuñadura en tus manos. Por reflejo, la tomas.

¡Guardias, guardias! Alessandro Perugi está muerto. Ha sido asesinado por su propia hija.

Todo parece nublarse de pronto. El plan perfecto y has caído redondita. Miles de distracciones, miles de falsas señales te impedían ver las cosas con claridad. El capitán te levanta y te mira con media sonrisa. La satisfacción es enorme.

Eres solamente una niña ingenua, Anaís. Y, pagarás con tu propia vida haber puesto en riesgo a la familia doxal.

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Leohan
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Re: Interdicta plena: Morte'nte caligine

#292

Mensaje por Leohan » 11 Jun 2020, 22:46

Miro al guardia de reojo. Mi visión está borrosa por las lágrimas. Parte de mí no entiende. Aquella parte que ha quedado tan atontada por lo sucedido que simplemente tomó el puñal, sin pensar. Parte de mí... ata nudos. Todas las trampas estaban puestas allí, y aquella forma drástica en que fuimos trasladados sin explicación.

Todo lo que quería era proteger a mis seres queridos. Ya sea mi padre, la familia de Calíope... o Angelino.

Y el universo- No. El doxe, según parece, continuamente ha conspirado contra ellos.

Considero mis opciones. Blandir la daga contra el hombre mientras está distraído o escapar del mausoleo y esperar que sea el guardia quien se resbale esta vez...

¿Para qué?

No tengo absolutamente idea alguna acerca de qué se trata ésto, digo. Quizás la próxima vez el doxe debería intentar hablar las cosas en vez de dedicar todos los recursos de la ciudad a molestarme, pero como sea. Vámonos de aquí.

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Re: Interdicta plena: Morte'nte caligine

#293

Mensaje por Baudelaire » 12 Jun 2020, 00:55

Y, entonces, habiendo subido la escalera hasta la superficie… escuchas la voz de Perséfone en tu cabeza.

Tú eres de la familia doxal, tú misma te has estado arriesgando. Eres descendiente de Enrico Dandolo. Tu madre tenía que seguir la línea, todo el mundo te estaba protegiendo a ti.

Aquella anciana de Padua se ha metido hasta en tu cabeza. Pero, a pesar del dolor que retuerce tu alma, eres capaz de atar el último cabo: Orfeo también quiso salvarte, él sabía tu linaje.

Tu padre trató de hacértelo saber hasta el último segundo de su existencia, que la más importante eras tú. Tenías todo en tus manos para reclamar el poder terreno y decidiste ir por el poder espiritual. Ayudar a la gente que tenía problemas. Ayudar a tu propia familia, porque todas las personas que pisan en el mundo tienen la misma sangre.

Y, aunque la tuya sea llamada azul, es tan roja como la de cualquiera. Como la de tu madre o como la de Angelino… todo se conecta, los registros de bautismo se consignan en griego antiguo. Los monaguillos tienen la última pista que da cuenta de tu linaje.

Aquél del cuál intentabas huir. Perséfone Dandolo quería que te casaras con Di Ponti para poder resarcir la ofensa que hubo cometido para con la familia doxal. La nobleza obliga… empuja… corrompe… y mata.
Imagen
...
Ha pasado dos semanas desde la muerte de Alessandro Polo. Ni a tu madre ni a ti se les permitió asistir al funeral bajo el pretexto de que el cadáver fue creado para evitar el contagio de la peste. Aunque podría ser cierto, tu padre probablemente ya estaba recibiendo personas con peste a tus espaldas. Estaba buscando la muerte, lo hacía al insistir en atender a Orfeo.

La mansión Perugi se ha convertido en la nueva residencia de Elizabeta y Orfilio. De Caliope, Museo y Melpómene nada se supo. Lo único que pudiste recuperar fue la carta con la que Perséfone te respondía. La guardas en un pequeño cofrecito bajo las joyas de tu madre.

Tras ser perdonada por la burgomaestra, tu condena a muerte fue conmutada por el exilio. Uno bastante extraño, pues ahora tienes tu taller en una pequeña cabaña junto a los bosques cercanos a Venecia. Queda a un par de millas de un pequeño caserío y con un sendero oculto que te ha permitido visitar regularmente a tu madre en el monasterio. Siempre oculta, tu presencia es non grata en la ciudad. La que se llama la perla del Adriático por su riqueza inconmensurable, se muestra como un cascarón vacío por la falta de médula que muestre algo de compasión y misericordia.

Sigues siendo oficial del gremio, pero solamente estás autorizada para brindar servicios fuera de las murallas y los canales. Bouvier es el nuevo director, su viaje tenía mucho más de lo que podrías haber imaginado.

Es una mañana fresca y estás de visita en la tienda de abarrotes de aquel caserío sin nombre. La caminata ha sido agradable, un concierto de gorjeos y chillidos te siguen. Parece como si las criaturas del bosque están intentando subirte el ánimo. No has parado de llorar durante cada noche, apenas durmiendo y apenas comiendo. Sin embargo, ya es hora de buscar la justicia. Pues sabes que la venganza solamente te rebajaría al nivel de Elizabeta.

Bon giorno, signora Anaís.

Es la amable voz de la dueña del establecimiento. Has venido solamente un par de veces, pero ya has comenzado a sentir su cariño. Su nombre es Olina Polo, una mujer mayor… pero bastante más joven que Perséfone. Siempre te da algunas frutas demás sin que te des cuenta hasta llegar a tu cabaña.

Le indicas el pedido y le pagas, preguntándote cuál será el extra de esta ocasión. Lo que descubres rápidamente.

Ha llegado una carta desde Venecia a su nombre. El remitente es un tal Museo… viene con el sello del gremio de pescadores. Desconocía que tenía un hijo.

Te extiende el sobre para que lo tomes.

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Re: Interdicta plena: Morte'nte caligine

#294

Mensaje por Leohan » 21 Jun 2020, 04:27

Estas semanas han sido... diferentes. Aunque ciertamente la tristeza me azota, principalmente durante las noches, no he tardado tanto en adaptarme al cambio. Y, en cierto sentido, quizás eligiría vivir en un ligar así; incluso si no se me hubiera forzado.

Intenté explicar a mi madre lo ocurrido. Pero ya le habían explicado, y su estado... ella definitivamente no está bien. Parece una fiera más que una mujer, y no sé si verme sólo lo empeora. Definitivamente me empeora a mí. Pero Elizabeta ha dejado muy en claro que ella tiene ojos en el monasterio, y yo ya he perdido a uno de mis progenitores. Cuidar a mi madre es mi deber.

Mi única otra responsabilidad estos días es mi oficio. Ni deberes sociales de visitar a hombres que no me interesan, ni la locura de los últimos tiempos, de tener la colectividad de la guardia veneciana en contra… o lidiar con las criaturas del inframundo. Y lo que hube podido descubrir es que… soy quizás mejor cerrajera de lo que pensaba. Sin distracciones ni ruidos, tengo la oportunidad de hacer mi trabajo rápidamente, lo cual me deja una gran parte del día libre en el taller.

Durante ese tiempo, suelo pensar.

¿Qué, exactamente, hice en forma incorrecta? ¿Qué secuencia de acciones me habría provisto de un mejor resultado?

Si no le hubiera dicho a Calíope que ella era mi tía, seguramente no se habría alterado en forma semejante. No se habría roto la pierna ¿ése fue el comienzo de todo, verdad?

Pero si no le hubiera ocurrido aquéllo, entonces no habría tenido motivo para buscar a Museo y Melpómene… toda la familia habría muerto por la escarlatina poco después. Quizás si hubiera utilizado las cortinas en la catedral en lugar de mi propio vestido, más adelante no habría sido cuestionada cuando intenté entrar al hospital con los niños. Sin éso, no hay enfrentamiento, ni prisión, ni juicio para mi padre…

Pero fueron las circunstancias extraordinarias las que permitieron a mi padre seguir cuidando de Calíope y los niños ¿Qué habrían hecho al salir del hospital? serían desalojados de su islote de todas maneras. Sin el contexto de la expulsión y ridículo de mi padre, mi madre jamás podría haber permitido que se quedaran. La situación en la que todos ganan no está allí.

Y después de éso... quién sabe cuántos fueron los hilos manipulados por Elizabeta ¿Puede toda la mala suerte que he tenido ser una coincidencia? ...Quizás el simple hecho de que yo viviese fuera suficiente como para arruinar todo. De todas formas, sólo vivir, para mí, implica "poner en riesgo a la familia doxal."

Quizás es más simple. Hacer lo que tenía pensado hacer el mismo día en que mi padre murió. Decirle que se fuera a Padua junto a la familia de Calíope lo antes posible, y que yo iría a buscarlos cuando se solucionara todo. Perséfone los recibiría bien. Sí, Venecia no era segura para ellos. Si yo tuviera que caer sola… pues, quizás éso pasaría, literalmente. Yo me habría resbalado con el escalón. Pero a diferencia de mi padre, habría sabido sobrevivirlo.


Ocasionalmente pienso en sus últimas horas. Parecía tranquilo. Y si estaba tan dispuesto y preparado para morir, quizás ésta sería la mejor forma… ¿Cierto?

Pero sólo ocasionalmente. La mayoría del tiempo reconozco a estos pensamientos por lo que son: mi deseo egoísta de justificar la tragedia inherente a ser parte de mi familia. Yo fuí quien hubo condenado a todo el grupo. Yo que me pensé una profeta. Más bien tengo un maleficio.

La acuarela mía con Orfeo la llevo siempre encima. No he terminado de decidir dónde quiero colgarla y, hasta que encuentre el lugar apropiado, no he querido ponerla en ninguno otro.

Me tomó un buen tiempo hacer una respuesta para Perséfone quien, nuevamente, me hubo indicado que no tenía suficientes datos como para responderme. Pues si quiere datos, datos tendrá. Trabajando con todos los detalles que puedo recordar, hago un complejo árbol genealógico personal: con nombres completos, años de nacimiento aproximados y lugares donde cada uno ha nacido y crecido, para que ella sepa exáctamente de qué Calíope, qué Museo, qué Melpómene y qué Apolo estoy hablando. Dejo signos de pregunta donde iría el nombre del primogénito de Calíope, aquél que podría o no ser quien yo conozco como Angelino. Después de pensármelo, elijo también agregar mi linea familiar materna, recordando el pergamino que encontré en la bañera de mi madre… aquel otro documento que es prueba de mi linaje. Estoy segura de que Elizabeta jamás podrá encontrarlo, aunque tampoco sé qué haría si de tenerlo entre mis manos.

He mandado la carta hace dos días. Sigo esperando la respuesta.

Leo más, estos días. En el caserío hay un físico rural que ha accedido a prestarme algunos de sus libros luego de que le ayudara a abrir un estante para el cual hacía meses había perdido la llave. Es material desafiante, en ocasiones; pero cuando lo leo puedo imaginarme a mi padre, nuevamente un estudiante, con ojos brillosos y pensando en cuanta gente sería capaz de ayudar si lograra entender todo ésto.

Luego lloro nuevamente.

...Desearía haber podido recuperar el libro de Eyzaguirre. No es que crea que lograría aprender a curar la peste, pero por lo menos podría darme una idea de qué ocupaba su mente durante esos últimos días.
.
- -< { @ } >- -
.
Eh... No es mi hijo, respondo, sorprendida, a la mujer. Gracias.

Siento algo de alivio. Me había preguntado en ocasiones qué sería éstos días de Museo ¿dónde estaría su familia viviendo? Independientemente, parece que sigue en el gremio de pescadores. Quizás el director decidió tomarlo bajo su proverbial ala.

Las respuestas están en este sobre.

Que tenga un buen día, digo, rápidamente yéndome de la tienda para abrirlo, sin pretender esperar al camino de regreso.
Última edición por Leohan el 21 Jun 2020, 05:21, editado 1 vez en total.

HERALDO HISTORIADOR (Baudelaire)

Re: Interdicta plena: Morte'nte caligine

#295

Mensaje por Baudelaire » 21 Jun 2020, 04:56

El pergamino, suavemente humedecido y con un aroma salobre, revela que viene de cerca de los muelles. La caligrafía, definitivamente, viene de manos de Caliope; pero, la redacción o su completa falta, revela que ha copiado al pie de la letra lo que le hubo dictado su hijo.
Estimada signora Anaís:

Me disculpo por escribir solamente ahora, hubo problemas muchos en el traslado a casa del maestro. Es el hijo mayor del director del gremio de pescadores y nos trata con amabilidad mucha. Compartimos habitación con mi hermana y mi madre se encarga de las tareas domésticas. Estoy trabajando muy duro, me dicen harto que soy de talento. La próxima semana tendré un examen difícil, pero me preparo y me preparo bastante concentrado. Lo hago así, porque quiero que me vaya bien para honrar el favor suyo.

He podido recuperar cosas del signore Alessandro antes de que nos empujaran a patadas de la mansión. Estamos bien, solamente fue al comienzo, dos guardias detuvieron al resto y nos guiaron a un refugio de un caballero que decía llamarse filántropo o algo así. Luego de un par de noches nos vino a buscar el signore Giovanni, mi maestro, a quién ya he mencionado ¿cierto? Es que estoy muy nervioso.

Hay un libro enorme y pesado, junto con otros objetos. Puedo llevar uno o el resto, tendrán que ser dos viajes. Supongo que comenzaré con el libro, estaré mañana al alba en el arroyo a mitad de camino entre el monasterio y su aldea.

Perdón por mis problemas de palabras, es que no sé mucho de cartas. Mi madre no ha querido ayudarme, pues quería que fuera honesta y no hubo caso en insistirle que me corrigiese.

Muchas gracias nuevamente, espero encontrarnos pronto,

Museo Perugi

PD: Mi hermana le envía un abrazo.

Definitivamente Perséfone busca mantener la pureza en el corazón de su hijo, enseñándole a ser transparente y evitar las rimbombancias innecesarias. Pero lo que más te sorprende es que Museo firme con tu apellido o, al menos, el de tu padre. Parece un velado homenaje, entre la avalancha de agradecimientos que salen de la pluma y pintan el pergamino con tinta. Huellas, huellas imborrables.

Lo que sí tienes claro es que, deberás estar en el lugar puntualmente, de otro modo estarías retrasando a Museo. Su trabajo debe comenzar un poco después del alba y, según cuenta, está con buen rumbo.

Miras hacia todos lados, sintiéndote algo torpe leyendo tan ansiosa frente a la tienda. Un suave brillo blanquecino llama tu atención sobre el techo, tan pronto miras… Eurídice te saluda con un graznido para irse volando.

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Re: Interdicta plena: Morte'nte caligine

#296

Mensaje por Leohan » 26 Jun 2020, 17:42

Euri- llego a decir, antes de que la gaviota se vaya, nuevamente de regreso a Venecia con su compañero.

Anaís Medici, dice el sobre. Ninguna dirección, ninguna indicación. Y es a manos de la señora Olina que termina, para poder entregármela a mí… Sospecho que Eurídice, el ave que nos guía a nuestros destinos, es quien debe de haberlo traído; sabiendo que, mediante la tienda de abarrotes, lograría llegar a mis manos. La gaviota siempre.

Doblo la carta rápidamente y la coloco dentro de la bolsa; junto al saco de azucar, las nueces, la canela y las quince manzanas. Ahora que finalmente aprendí a cocinar compota, he pensado en hacer bastante para repartir, como buena vecina. Compartir es su propia recompensa, por supuesto, aunque no puedo evitar pensar en el beneficio adicional: la reputación que he obtenido en Venecia no parece haberme afectado aquí, de momento. Quizás convenga hacerme buenas amistades para que éso siga así.

...No importa. Debo volver a casa, y no puedo dejar que este tipo de pensamientos arruinen mi ánimo. Es curioso que Museo haya decidido tomar el libro, considerando que no hace mucho estaba pensando en el mismo. Quizás hay un sigificado detrás de todo aquéllo, incluso si tan lista estaba para dejar mi vida de mensajes divinos, éste podría ser uno que vale la pena.

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Re: Interdicta plena: Morte'nte caligine

#297

Mensaje por Baudelaire » 26 Jun 2020, 19:11

La aldea se nota inusualmente tranquila, quizás con un aire de misterio incomprensible, casi como si la carta de Museo viene a seguir ahondando tu búsqueda interior. Aquélla que, se supone, toda profeta debería continuar sin importar dolores o dificultades.

Tus pensamientos se alegran mientras caminas por el sendero que cruza el área menos rural, tomas la huella que se dirige a tu casa y ves una familia de conejos que te mira con curiosidad. Levantan sus orejas, como intentando escuchar lo que sale de tu cerebro, ¿tan fuertes son tus ideas o los estás diciendo sin darte cuenta? Lo cierto es que la mamá vuelve a su tarea de limpiar a unas 3 crías, mientras el papá se encarga de otras 3. La dos restantes curiosean entre unos arbustos… es una familia feliz y tu espíritu se eleva aún más.

Tendrás el libro y, con él, un poco de la herencia de tu amado padre contigo. Algo más que la sangre y, aunque tu madre tampoco está muy presente, sabes que solamente con profunda convicción deberías rezar cada día por su mejoría. Ningún físico puede curar lo que hay dentro de su cabeza, se necesita tiempo… y para un mentalista, mejor dejarla morir en paz. Nadie debería intentar tales sacrilegios de intentar devolverle la cordura a alguien. Aquéllo, lo sabes, estará siempre en manos de la providencia. Sin embargo, tal vez si Eyzaguirre hizo un milagro con su esposa. Otro innovador con mucho celo podría llevar a buen término algún tratamiento para Perséfone Dandolo.

Cuándo vuelves a mirar, la peludita pareja y su prole ya se han marchado. Reanudas la marcha con paso firme hacia tu cabaña, deseosa de poner manos a la obra con la compota. Para tu gran sorpresa, justo sentado en una roca al costado hay un soldado descansando. Inmediatamente reconoces los símbolos de la guardia florentina.

¿Ahora también te buscan de otro ducado? ¿solamente por casarte con Orfeo, ahora resulta que él también es de familia doxal por alguna línea desconocida igual que tú? Quizás sea solamente una mala impresión, puede que simplemente esté de paso. Un heraldo viajando con una importante declaración para el gobierno veneciano.

De cualquier modo, a menos que te quedes oculta por mucho tiempo, te va a ver y deberás terminar en algún tipo de interacción con él.

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Re: Interdicta plena: Morte'nte caligine

#298

Mensaje por Leohan » 02 Jul 2020, 21:50

Un pánico inicial me asalta al ver el uniforme de guardia ¿Un estandarte florentino? ¿Qué podría estar buscando aquí?

Miro alrededor. Parecería estar solo, a diferencia de mi experiencia con las tropas en Venecia. Quizás no valga la pena tener miedo. Después de todo, fueron dos guardias quienes ayudaron a la familia de Calíope a escapar. También la guardia personal de Elizabeta me había ayudado amablemente, antes… ¿me pregunto si han sido ellos mismos?

Independientemente, estoy yendo a mi hogar, y no pretendo dejar que la presencia de este hombre me detenga. Esta primavera me ha quitado muchas cosas, pero no pretendo dejar de enfrentar a mis problemas.

Buongiorno, signore, le digo con buen florentino en mi acento favorito. È un viaggio lungo da Firenze. Cosa la porta qui?

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Re: Interdicta plena: Morte'nte caligine

#299

Mensaje por Baudelaire » 02 Jul 2020, 23:02

El hombre se pone rápidamente de pie y se disculpa.

Excusi, signora! Sono Giancarlo Médici, per servire.

Te hace una profunda reverencia y, por supuesto, en nada te sorprende ya su apellido.

Vengo de parte del doce de Florencia, con un mensaje para Anaís Perugi viuda de Médici. Si tenéis a bien de indicarme alguna tienda de abarrotes, me he quedado sin provisiones. Y todavía queda un largo trecho hasta la ciudad, me parece.

Busca en su morral un pergamino, lo extiende un poco y revela un mapa de toda la región del Veneto. Es de impecable calidad y con una hermosa firma a pie de página: Tenuto Linoti. Un nombre imposible de desconocer para alguien de la nobleza, pues se trata del mejor cartógrafo de Europa. Algo así como la versión de Bouvier entre los cerrajeros, pero para su propio gremio.

Según me ha indicado mi primo en segundo grado Apolo Médici, medio-hermano de Orfeo, la mansión de la familia se halla a 10 pertigazos de la catedral de San Marcos.

Unos ruidillos de ardillas interrumpen el relato, giras la cabeza y ves como se escabullen de regreso a sus madrigueras en un roble cercano. El alboroto hace que una pequeña bandada de fratinos sale de una rama y tras volar por encima de tu cabaña, se posan del otro lado en un ciprés.

La distracción es insuficiente, porque es evidente que desconocías que tu amado esposo tuviera tal tipo de parentesco. Aunque, conociendo ya a las familias nobles y el incesto habitual, podría ser que tu suegro o tu suegra podrían haber dejado descendencia por otro lado.

Así y todo, la cadena de movimientos en la floresta, persiste. Un grupo de tejones surge tras una zona rocosa y se baten en una pequeña escaramuza con otro que aparece de unos arbustos más densos. El croar de ranas arborícolas parece hacer su aporte a la extraña melodía. Y, en el arroyo cercano, se escucha el chapoteo de los peces.

¡Ea! Vaya si tenéis muchas bestias en vuestro entorno, signora. Debe ser muy agradable vivir aquí en medio de la espesura, disfrutando de la tranquilidad que tanto hace falta en la ciudad.

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Re: Interdicta plena: Morte'nte caligine

#300

Mensaje por Leohan » 03 Jul 2020, 19:18

Sonrío ante la casualidad. Igual que siempre e incluso aquí, parece que no hay forma de evitar toparme con mi propia familia.

Debo estar de acuerdo, respondo. Quizás sea rudimentario, pero tiene su propio encanto ¡Y mucho más limpio! No hay tanto trabajo como en la ciudad, pero es suficiente como para mantener un hogar como éste. Yo misma estaba pensando en la posibilidad de hacer una huerta en algún momento, para no tener que comprar demasiada comida, aunque antes de aprender a cultivar tendría que aprender a cocinar.

Debe de haber sido la providencia que lo ha hecho cansar, agrego, ya que Anaís Perugi soy yo misma. Hace tan solo dos semanas me he mudado aquí. Vengo de la tienda de abarrotes, pero le puedo acompañar si usted lo desea, una vez que haya dejado mi bolsa dentro de la casa. Me gustaría saber qué acontece en Florencia éstos días. Aunque acostumbro llamarme a mí misma Medici, a coste de burla de mi padre, decido no corregirle.

La verdad es que tanto no conozco acerca de la familia de Orfeo. A la mayoría no los he visto luego de ambos irnos a Venecia.

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