El otro Tristán...

Moderador: Sebastian_Leroux

Avatar de Usuario
Kharthian
Narrador de Vampiro
Narrador de Vampiro
Mensajes: 258
Registrado: 15 Jul 2019, 17:14
Mensajes miarroba: 573
Antigüedad: 8 de Agosto de 2016

#1

Mensaje por Kharthian » 25 Mar 2017, 09:53

Tristán recorría lentamente las oscuras calles de Barcelona, no tenía prisa en llegar a ninguna parte, nadie le esperaba. Una pista más en su viejo reproductor mp3 (escuchar aquí): "I'm whole, I'm open, I'm starved, I'm broken, I'm lost and found...", siempre hay una canción para cada momento y esa era su canción en ese momento. Una presa distraida, vagando sola a altas horas de la noche, por una zona no muy segura, lo estaba pidiendo a gritos. No tardó en aparecer un tipo, feo como él solo, de detrás de una furgoneta.

Tristán: ¡Vamos, da la cara!

Desconocido: Ey, tío, no quería asustarte...

Tristán- con tono burlesco-: No estaba asustado... hasta ahora. Joder, menudo careto, ¿te atropelló un camión?

La persona que tenía delante no disumuló su molestia. Tampoco sus colmillos, inusualmente largos y algo retorcidos.

Desconocido: No pretendía hacerte más daño del estrictamente necesario, pero siento que eso no va a ser posible.

Tristán: Valiente mierda, yo también lo siento...

-----------------------------------------------------------

Dos minutos después, aquel desconocido yacía en el suelo. A su lado Tristán sujetaba un puñal empapado en sangre, sacó la lengua y la pasó por la oja y expresó después de escupir: "Puag, tan asquerosa como él. Ahora dime quién eres, sí, te hablo a ti". A unos metros de allí otro vástago contemplaba la escena, creía que su presencia había pasado inadvertida. Se equivocaba.

Desconocido 2: Vaya, veo que eres un tipo duro...

Tristán hizo un gesto de desprecio.

Desconocido 2: Guarda tu arma, yo no soy un simple Caitiff Nosferatu, a mí no podrás matarme e incluso si pudieras hacerlo, creeme, no querrías hacerlo.

Tristán: ¿A qué juegas?

Desconocido 2- sonriendo-: ¿Sabes quién me manda a buscarte?

Tristán: ¿Acaso crees que me importa?

Desconocido 2 - riendo-: Oh... claro que te importa, todo lo que concierne a Marc Socías es importante en esta ciudad. Te está esperando en el Chrysler de la esquina. Ve tranquilo, yo me ocupo de recoger tu basura.

-----------------------------------------------------------

Tristán se acercó al vehículo que ya esperaba con una puerta trasera abierta. Del interior una voz dulce y sibilina se dirigió hacia él.

Marc: Pasa, hombre, no te cortes.

Tristán entró y se sentó junto a aquella figura de rostro afable y buenas formas.

Tristán: Hola, buenas noches.

Marc- sonriendo-: Vaya, ya no pareces el mismo tipo que apuñalaba con saña a ese pobre vástago.

Tristán-devolviendo la sonrisa-: Seguro que nadie pensaría tampoco que tras esa mirada infantil y ese gesto dócil pueda haber alguien que haya disfrutado de esa escena tanto o más que yo. Es lo que tienen las apariencias, ¿verdad?

Marc- cambiando el gesto-: Suena a reproche o acusación...

Tristán: Me confundes con otro, con tu protegido, tal vez. Es muy aburrido estar continuamente juzgando a otros por sus supuestos defectos. Trato de disfrutar de las personas como un todo, ¿y qué si te ha gustado?

Marc: ¿Estás hablando de Jean-Luc?

Tristán- sin disimular su desagrado-: ¿De quién si no?

Marc: ¿Por qué ese desprecio?

Tristán: ¿Por qué no? Todo en él es despreciable: su actitud, su historia, sus formas... su puta cara. Pero lo que más me molesta son esos aires de superioridad moral: se cree mejor que nosotros y sólo es un cobarde que se niega a sí mismo todo cuanto es. Su vida ha sido muy fácil, no ha visto lo que nosotros, siempre ha mirado para otro lado...

Cita:
Dejo al narrador que termine esta conversación. Él conoce mejor la figura de Marc y sus posibles intenciones

Sebastian_Leroux
Mensajes: 2974
Registrado: 16 Jul 2019, 13:10
Mensajes miarroba: 6.464
Antigüedad: 29 de Febrero de 2016

#2

Mensaje por Sebastian_Leroux » 26 Mar 2017, 23:02

Marc se hundió, aparentemente incómodo y reflexivo a la vez, en el acolchado sillón de cuero de su coche.
- Mmm, Jean Luc es... una inversión interesante. Y me gusta cuidar mis inversiones, malcriarlas incluso, siempre que sea necesario. Como esos terneros japonenes... ¿de Kobe, eran?. Los mejores pastos, masajes, música relajante... Increíblemente mimados, pero después el resultado es delicioso. E increíblemente rentable.
El toreador sacó una daguita, apenas un abrecartas con ínfulas, de uno de los compartimentos internos de la puerta del chrysler, y se la tendió a Marc. Además, sus colmillos empezaron a crecer en su boca mientras seguía hablando con Tristán.
- Un par de gotas bastarán. Como te digo, me gusta cuidar mis inversiones. Y protegerlas. Quería conocer con el tipo de amistades con las que se relaciona nuestro... conocido común. Sahir tiende a reunir una colección variopinta de especímenes a su alrededor, pero esta vez, el loco ha reclutado a un ser ciertamente peculiar. Vine aquí buscando conocer un aspecto más de la vida de Jean Luc y me he algo... alguien, aparentemente mucho más intersante. Veamos cuanto. ¿Un par de gotas por un par de gotas, amigo? Esa velocidad con la que te has movido en el callejón no se obtiene bebiendo el Merlot que huelo en tu aliento...
El vástago pinchó la punta de su dedo índice con uno de sus colmillos, para ofrecer, expectante, la pequeña esfera carmesí recién formada, a su invitado nocturno.

Avatar de Usuario
Kharthian
Narrador de Vampiro
Narrador de Vampiro
Mensajes: 258
Registrado: 15 Jul 2019, 17:14
Mensajes miarroba: 573
Antigüedad: 8 de Agosto de 2016

#3

Mensaje por Kharthian » 30 Mar 2017, 15:23

Tristán: Quiero dejar una cosa clara, Marc -y pronunció este nombre con delicadeza especial -, yo no soy una vaca, tampoco una buena inversión, ni el criado de nadie. Mi vida es mía, mi destino lo controlo yo y también soy yo el que decide regalar mi aprecio, mi lealtad o mi propio cuerpo. Eso me hace especial y eso lo hace especial, ¿no crees?- y acercó su muñeca a la boca de Marc-. Bebe con cuidado, mi sangre es puro óxido nitroso.

Los ojos desnudos de Tristán eran como una enorme embestida de otoño, fríos y bellos, con un aire de nostalgia que hacía que uno se preguntara cuán oscuros debieron de ser sus días. Ante Marc aparecía ilustre la figura de alguien que aspiró un día a ser humano y que sin éxito abrazó un destino muy diferente, un destino que sufría y adoraba a partes iguales. Sin duda delicioso.

Marc agarró aceptó su invitación y tras un corte con su daga se acercó a ella con sus labios, su olor era realmente embriagador. Tras un par de segundos bebió. "Ummmmm, tan dulce", pensó y pronto se sorprendió de encontrar un regusto tan amargo como la quinina, e igual de peligrosa, y sin embargo tan única. Décadas de maduración en un grandísimo recipiente y aderezada con cientos de actos infames, tan especial... tan intensa que simplemente no podía permitirse el perderla.

Tristán: ¿Te gusta?

Marc: Interesante, sin duda... y tú, ¿no quieres probar de la mía?

Tristán: Ni te lo imaginas.

Marc: ¿A qué esperas entonces?

Tristán: No puedo permitirme beber de alguien como tú, el loco lo sabría, siempre lo sabe todo.

Marc: Lástima...

Tristán -con todo interesado -: Sí, una verdadera lástima, aunque si por algún casual tuviera que marcharse... la cosa... ya sabes...

Marc -sonriendo -: ¿Qué se supone que sé?

Tristán: Piénsalo, ahora tengo que irme. Ciao.

Tristán abandonó el coche rápidamente, ante la curiosa mirada del vástago. También se despidió de su acompañante que a esas alturas ya estaba de vuelta: "cuídalo bien", expresó con picardía y se continuó su camino. Todos estaban muy entretenidos esa noche como para advertir la presencia de un sigiloso caitiff que presenciaba la escena con mucho interés.


Sebastian_Leroux
Mensajes: 2974
Registrado: 16 Jul 2019, 13:10
Mensajes miarroba: 6.464
Antigüedad: 29 de Febrero de 2016

#4

Mensaje por Sebastian_Leroux » 22 Abr 2017, 23:04

El nosferatu se aproximó al coche de Marc sin perder de vista al apuesto joven que se alejaba silbando con las manos en los bolsillos. La ventanilla del Chrysler bajó unos centímetros, suficientes para que la voz de Socías llegara a las deformadas orejas del otro vástago:
- ¿Cómo está Costello? Mañana le necesitaré entero de nuevo... - preguntó Marc con una mueca divertida.

- Se recuperará.
- Yo le dije que no le diera muy fuerte si se resistía, Abott, no que se dejara cortar como un simple fuet - siguió hurgando en la herida el toreador.
- Nuestro acuerdo es claro y no estipula que seamos ni tus esclavos ni tu guardaespaldas, Socías.

- Aguafiestas. En todo caso, serías actores de teatro callejero...

- ¿El nuevo será un problema? - le cortó el Nosferatu, sin seguirle la corriente.
- Eso espero. Los que son cómo él siempre son un problema. Sólo hay que dirigirlos hacia el lugar adecuado y disfrutar el espectáculo a una distancia segura. Tristán es un semental purasangre – el chiste le hizo curvar sus labios en una sonrisa desagradable, pues Socías era el tipo de persona que disfrutaba de sus propias gracias más que de las de ningún otro - sin duda, y ha salido fuerte, pero aún está por ver que aguante toda la carrera al mismo ritmo. Yo me encargo de cabalgarle, vuestras tareas son otras. Como saber qué hace mi hermana. ¿Ha vuelto a su refugio directamente desde la fiesta?
- Sí, y no se ha movido de él - le contestó lacónico el nosferatu.

- Entiendo... Mañana quiero el informe habitual. Saluda a Costello de mi parte, me vuelvo a mi refugio. Esta ha resultado una noche de lo más ajetreada.
El Chrysler se perdió de por el lado opuesto de la avenida que se había tragado a Tristán unos minutos antes. Al segundo nosferatu aún le llevó un tiempo alcanzar la posición del primero, tiempo en el que un discreto observador que lo había contemplado todo, se retiró también para mantener una conversación con su mentor. Finalmente el segundo nosferatu llegó renqueante, haciendo un sonido desagradable cada vez que flexionaba la rodilla izquierda, la que le había roto el ghoul, y con numerosas manchas de sangre ya secas, manchando un traje rosoño de oficinista jubilado, recuerdos también del humano. El primer nosferatu le recibió con una mirada de desaprobación.
- ¿Qué? Era realmente rápido. ¿Podemos volver ya? Necesito comer algo.

- No todavía. La arpía no ha vuelto a su refugio esta noche.

- ¿De qué hablas? Socías se acaba de despedir para ir allá, os he oído.

- No, no esa arpía.

Y tras intercambiar una mirada cargada de significado para ambos, esta vez fue el turno de los dos vástagos de desaparecer, esta vez, de forma literal, de la escena.


Avatar de Usuario
Kharthian
Narrador de Vampiro
Narrador de Vampiro
Mensajes: 258
Registrado: 15 Jul 2019, 17:14
Mensajes miarroba: 573
Antigüedad: 8 de Agosto de 2016

#5

Mensaje por Kharthian » 30 Abr 2017, 13:16

Y la pequeña luz de la pantalla de un móvil rompió la oscuridad de esa fría y siniestra noche.

- Tristán, buenas noches, ¿todo bien por allí?

El ghoul odiaba ese tono tan correcto con el que Pau iniciaba siempre las conversaciones.

- Nos conocemos, Pau, déjate de florituras y dime qué quieres saber.

- Con lo terriblemente encantador que puedes ser y eliges tratarme con esa seriedad tan marcial. Eres todo un caso...

- ¿Y bien?

- Alicia quiere volver a casa, pero la Reina de Corazones, bloquea su camino. ¿Qué trágico destino el de esta Alicia condenada al anonimato, verdad? - expresó Pau con fingida pena.

- Muy trágico, Pau.

- Sabía que tú me entenderías. Y bien, ¿cómo nos la quitamos de encima?

- Todavía no lo sé, pero ya estoy trabajando en ello. He conseguido acercarme a ella, bueno, no sólo a ella, un golpe de suerte quiso también traerme ante mí hoy al mismo Marc.

- ¿Suerte? - cambió el tono por uno más serio- Es todo menos suerte lo que ha hecho que te encuentres con él hoy, pareces nuevo.

- Y tú - respondió con cierto enfado- si piensas que soy lo suficiente ingenuo como para así creerlo. No soy como esos chiquillos que vas dejando por ahí, no lo olvides...

- ¿Y sobre el loco?

- El loco no es un problema, y si se convierte en uno dejará de serlo rápidamente.

- Ese es mi chico - susurró dulcemente.

- Yo no soy tu nada - respondió tajante Tristán-, si no necesitas nada más, adios.

- Sólo una cosa, pronto volveré a la ciudad, muy pronto. Hasta entonces, cuídate.


Editor completo

Volver a “Cuentos al Amor de la Lumbre*”