Karen Klausen
Descripción física:
Karen es una mujer cuyo aspecto no pasa desapercibido. Aunque su altura es superior a la media de su género sus gestos y forma de moverse gozan de la gracia de la aristocracia de la que proviene: dotándolos a partes iguales de fluidez y control. Sus facciones poseen un extraño encanto andrógino, lo que aunque no la convierte en una mujer de gran belleza si le dota de un muy personal y ambiguo atractivo. Tiene los ojos de un color azul cielo que quedan aún más remarcados en su rostro por un caro y moderno corte de pelo (rubio) que deja al descubierto su nuca. Su piel de porcelana y sus altos pómulos rematan una cara que no entra dentro de lo común.
Ese aire de exclusividad es reforzado por su ropa, pues la sobriedad es la seña de identidad de su vestidor. El negro y una oscura gama de grises y azules tiñen sus pantalones, camisas, faldas, vestidos, chaquetas, abrigos y trajes; siempre con cortes y patronajes a la última que le otorgan un porte de sobria y elegante sofisticación. A veces, en ambientes más informales, se atreve con algún color más vivo como el verde o el rojo intenso que debido a su altura puede lucir con la misma gracia. En conjunto, y para quienes le dan importancia a estas cosas, Karen resulta una Vástago en la que es difícil no fijarse (despertando, a veces, incluso el beneplácito en el Elíseo por parte de algún que otro Toreador).
De conocimiento público:
Es “vox populi” en la sociedad vampírica de Copenhague que Karen es un nombre importante en la vida política de la ciudad desde su época como mortal. Su influencia y control en esas esferas parece haberse mantenido hasta la actualidad. Parece estar al tanto de muchos de los sucesos que transcurren en los distritos de la ciudad y se muestra siempre muy interesada por los acontecimientos y devenires de Copenhague.
Suele mostrarse a primera vista como una cainita afable y educada. Normalmente parece estar sumida en sus propios asuntos o en los de su clan por lo que puede mostrarse algo altiva cuando considera que los demás le hacen perder su valioso tiempo con asuntos irrelevantes. Sin embargo, a priori, no tiene problemas en atender y conversar con quien busque su presencia, favores, ayuda o consejo; aspectos sobre los que ha conseguido tener cierta fama, recursos y posición.
Por otro lado, se dice que siempre ha cumplido con las normas de protocolo y con las Tradiciones de la Camarilla, de las que es tan férrea defensora como su sire, Greta Von Stauffenberg. Esto último, dicen, la relaciona a su vez directamente con los “Verdaderos Daneses” y sus líderes.