Miro el efecto que he provocado y me aseguro de que el polvorín se mantenga cerrado durante el día.
Me tomará hasta el ocaso tener todo en orden, camaradas. Así que simplemente os pediré que nadie se acerque mientras esté trabajando. Cualquier distracción nos haría volar por los cielos…
Doy una carcajada seria y destemplada, saludo y me dirijo al interior. El gallo me avisa que es la hora de dormir, rápidamente manipulo algunas cajas y tomo algunos cartuchos para meterlos en mi morral. Del mismo modo; varios cepillos y pedernales para mantener mi fusil funcionando.
¡Qué hermoso amanecer!
Me dejo llevar al mundo onírico, pero mantengo cierta conexión con la realidad utilizando mis sentidos sobrenaturales. Despierto renovado y bastante antes de que las estrellas brillen en el firmamento, lo cuál es habitual considerando la bendición de Tengri.