[Estirpe de Oriente] El ascenso de las Cien Nubes y el final de los Wan Kuei

[Alexander Weiss]

Ayer estaba pensando en el último anuncio sobre Hombre Lobo 5ª edición y me acordé de uno de los finales que aparecen en "El Día del Juicio" para Estirpe de Oriente: El ascenso de las Cien Nubes.

Básicamente en ese final la Sexta Edad no llega con una batalla épica contra los Reyes Yama, sino con el fortalecimiento progresivo de la Muralla. Con sus vínculos espirituales cortados los Kuei-jin sufren las consecuencias. Primero los bodhissatvas y después los ancestros más poderosos desaparecen progresivamente, bien aislándose en los mundos espirituales o muriendo debido a la pérdida de conexión con ellos. Sólo los jóvenes menos iluminados sobreviven, muy reducidos.

Irónicamente el aislamiento de las Tierras Espejo también beneficia al Reino Medio, ya que los Mundos Yomi y los Reyes Yama también quedan aislados, imposibilitados de actuar a través de la Celosía.

En cualquier caso, en la nueva situción las almas condenadas ya no pueden escapar del Yomi Wan, y por lo tanto, no renacen como nuevos Muertos Hambrientos.

[NOVVS ANGELVS]

Eso explicaría que no hubiese Wan Kuei en Vampiro 5ª edición, y que viesemos vástagos en las tierras del Sol Naciente como aquella Príncipe de duodécima generación que aparece en la guía de La Camarilla.

[Pagliacci]

Se parece a la misma trama que siguieron en Mago la Ascensión, supongo que no tuvo muy buena acogida entre los aficionados de Estirpe de Oriente.

Eso explicaría que no hubiese Wan Kuei en Vampiro 5ª edición, y que viesemos vástagos en las tierras del Sol Naciente como aquella Príncipe de duodécima generación que aparece en la guía de La Camarilla.

Tanto en 4ª, como en 5ª edición, pasan por encima de Estirpe de Oriente como si no hubiera existido. No es que llegue una joven Viejo Clan y, ante los catayanos desaparecidos y la ciudad vacía, se convierta en Príncipe. También mencionan, de hecho, a un Lasombra atrincherado en Busan y moviendo las redes y medio de comunicación de Corea.

[Casemir]

Sí, todas las líneas tienen un apocalipsis soso, en el que en vez de pasar algo gordo se va apagando progresivamente.

[Alexander Weiss]

Si la 5ª edición tiene efectos espirituales sobre los Garou, creo que las demás líneas potencialmente se verían afectadas por ello.

En cuanto a Estirpe de Oriente, si la Gehenna llegó para los vampiros occidentales, posiblemente la Sexta Edad haya comenzado. En la mayoría de finales oficiales había un marchitamiento progresivo.

El Aullido del Tigre Diablo: Los Diablos Celestiales están confundidos. No tenía que ser de esta manera. Se suponía que el final de la Edad de la Oscuridad tenía que llegar con una gloriosa batalla en la que se levantarían contra las legiones del Yomi y las arrojarían de regreso al infierno. Se suponía que tenía que llegar con la destrucción del mundo corrompido para que otro nuevo tomara su lugar. No tenía que ser una debilidad persistente. Algunos Tigres Diablo deciden llevar el conflicto a sus enemigos, castigando a los malvados en número cada vez mayor y luchando contra los cazadores de demonios y otros enemigos que se aprovechan de la debilidad de los Wan Kuei. Para otros, la revelación del número de akuma entre las filas del Dharma es desalentadora. De todos los Dharmas, los Tigres Diablo son los que tienen más posibilidades de tomar medidas extremas cuando llegue la Sexta Edad.
Camino de la Grulla Resplandeciente: Las Grullas Resplandecientes hacen todo lo que pueden para mantener el orden en las cortes, pero la pérdida de sus antiguos paraliza sus esfuerzos. Los Guardianes del Hielo Brillante también ven la oportunidad para reformar las cortes para que se adapten mejor a sus propios objetivos e ideales, aunque tienen que superar la oposición de otros Dharmas y facciones para hacerlo.
Canción de la Sombra: La separación de los mundos resulta devastadora para las Flores de Hueso, aisladas del Mundo Yin y de las voces de los fantasmas que las aconsejan y guían. Muchos arahats y maestros de las Flores de Hueso desaparecen en el Mundo Yin antes de que la Muralla se alce demasiado. Las Flores de Hueso que quedan intentan superar los cambios a su manera pragmática y desapasionada habitual, pero las filas del Dharma están mermadas y la Mente Fría que favorece la Canción de la Sombra se quiebra bajo la presión de la Sexta Edad.
Senda de los Mil Susurros: Más que ningún otro Dharma, los Árboles sin Raíces desaparecen en masa del Reino Medio. Circulan numerosos rumores de que los Ciempiés Sabios simplemente se han escondido. Otros afirman que por fin han encontrado el camino hacia la iluminación, completando las lecciones de sus mil vidas distintas, o que han huido hacia los mundos del espíritu y que ahora están atrapados más allá de la Muralla, más allá de alcance de cualquiera en el Reino Medio. Los Árboles sin Raíces que permanecen en el Reino Medio continúan con sus asuntos como siempre.
Danza del Dragón Asesino: Los Dragones Asesinos son quizás los menos afectados por los cambios en la Sexta Edad. Aunque la pérdida de contacto con el Mundo Yang es inquietante, eso permite a sus seguidores centrar su atención en el mundo material, algo que de todas formas suelen sentirse inclinados a hacer. La reducción de las filas del Dharma no es tan pronunciada como en otros casos (ya sea porque los Dragones tenían menos ancestros o akuma de lo que afirmaban). El mayor desafío al que se enfrentan las Cortes Doradas procede de los cazadores que acechan a los Kuei-jin, lo que puede provocar fácilmente una guerra abierta.

La Llama del Fénix Naciente: Mientras la Muralla crece y los mundos del espíritu se alejan, los Kuei-jin de la Corte de los Truenos Infinitos se dan cuentan de que sus seguidores desaparecen cada vez en mayor número. Los maestros de la Llama del Fénix Naciente desaparecen sin dejar rastro, pero siempre después de hacer preparativos y disposiciones para sus parientes mortales. Se extiende el rumor de que han alcanzado la iluminación y abandonado el mundo material. Otros afirman que los antiguos se han reencarnado y regresado a la Rueda, una vez purgado el Karma que los hundía en el Yomi. Incluso más sorprendentes son las afirmaciones de que los miembros más jóvenes del Dharma se han convertido en mortales. Aunque esos Kuei-jin murieron hace poco tiempo, sufrieron muertes normales y muchos creen que sus almas están fuera del alcance del Yomi. Esas historias pueden mover a otros Kuei-jin a abrazar el Dharma del Fénix Naciente.
Tempestad del Enfoque Interior: El supuesto equilibrio de este Dharma se convierte en una parálisis total ante la Sexta Edad. Los seguidores de este Dharma poco dispuestos a poner en peligro su existencia cuidadosamente cultivada, se mantienen al margen de las luchas políticas de las cortes, mientras ofrecen sus creencias a cualquier interesado. Desgraciadamente hay otros dispuestos a no permitir que estos herejes se queden al margen, sufriendo los ataques de los cazadores y otros Kuei-jin.
Rostro de los Dioses: Muchos de los Divinos desaparecen del Reino Medio, dejando sus cultos en manos de los jóvenes seguidores del Dharma. Estos nuevos dioses afirman que sus antiguos han regresado al cielo gracias a las oraciones de sus fieles. Al negárseles el acceso al mundo del espíritu los dioses jóvenes se enfrentan entre ellos por el control de los cultos y sus fieles mortales. Debido a su mala ocultación también reciben ataques devastadores de cazadores y Kuei-jin.
Espíritu de la Tierra Viviente: La Sexta Edad es el final absoluto de los Velos Cerúleos. Los seguidores de este Dharma viajan a los mundos del espíritu antes de que la Muralla se eleve demasiado. Otros cortan con los kamui, acabando con cualquier oportunidad de iluminación o eligen la Muerte Definitiva contemplando el Ojo del Cielo o cometiendo seppuku, a veces en pequeños grupos.
Devoradores de Escorpiones: Los seguidores de este Dharma se adaptan bien a la Sexta Edad. Sin los Reyes Yama o los mundos del espíritu para molestarles se deleitan en el caos extendido por las cortes y aprovechan todas las oportunidades de conseguir poder e influencia. Su mayor reto es sobrevivir a los cazadores y otros Kuei-jin, aunque ya se han enfrentado con ellos antes. Creen que la Sexta Edad, sin pretensiones de espiritualidad, les dará libertad para usar sus poderes y saciar sus deseos.

[Mu_]

Llevo tiempo cocinando en mi cabeza mi propia versión de la Sexta Era al estilo la Gehenita de V5.

En esta historia es fundamental la figura de una Kuei-jin que lleva mucho tiempo frustrada intentando subir su Dharma a sabiendas de que es muy poco el tiempo que le queda para contemplarlo y muy largo el camino por recorrer. Entonces un Rey Yama se alza y trata de aparecer en la Tierra. Sólo un esfuerzo de batalla brutal y la muerte de muchos Kuei-jin consiguen parar ese intento, pero se considera un signo de que la Sexta Era ha llegado y la batalla abierta de los Reyes Yama por el Trono de Jade ha comenzado.

A sabiendas de que es imposible para la inmensa mayoría de los Kuei-jin completar el Camino de Vuelta, se atreve a alzar la voz y denunciar el engaño de los Ancestros y maestros Dhármicos. Según ella, no hay tiempo para la Iluminación, y los Kuei-jin sólo pueden aspirar a luchar por sobrevivir y llevar las vidas de la forma más plena posible, el tiempo que tengan. Según ella, todo esto tiempo el sistema del Quincux ha permitido que unos poquísimos obtengan la iluminación, y todos los demás vivan al servicio de esta organización.

Para sorpresa de los mandarines del Quincux, encuentra miles de apoyos por todo el Reino Medio. No sólo su revelación convence y enfurece a los jóvenes, muchos Kuei-jin ya se encontraban atormentados por pensamientos similares, habían perdido la esperanza de completar su camino y habían sufrido abusos por parte del Quincux. También los seguidores de Dharmas Heréticos se unieron a cambio de que se reconociera su creencia como igual de válida.

Debilitados tras una batalla contra el mismo Infierno, el Quincux afronta una revuelta inesperada que no puede sofocar. La mayoría de sus enclaves caen. Nuevos Ancestros se alzan, pero no por Iluminación, sino por su propia fuerza o los apoyos de otros Kuei-jin. El Quincux se fragmenta, en algunos sitios se vuelve clandestino. Se resiste a desaparecer, sin embargo, y luchan en las sombras por su propósito original de ser el faro de la redención de los Muertos Ambrientos. Pero sus miembros están divididos en tres facciones:

* Aquéllos que tan sólo quieren completar su Camino de Vuelta.

* Quienes predican en secreto para captar y apoyar a los Kuei-jin que aún pueden salvarse.

* Los que combaten al nuevo movimiento y quieren traer de nuevo el orden... por la fuerza.

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Todo esto no es una simple historieta. Es una transición "dentro de juego" con unos objetivos de diseño.

La parte que siempre me rechinó de Estirpe de Oriente es que hicieron de la sociedad Kuei-jin una inmensa academia de Iluminación. Corrupta y llena de rencillas políticas, pero aún así la autoridad estaba emparejada con el progreso del Dharma, y situaba éste como el objetivo de cada individuo en esta sociedad.

Sinceramente, no es como creo que los asiáticos imaginaran a los vampiros. La redención de monstruos a través de la iluminación sí es un tema que puede aparecer en ciertas religiones e historias, como Serpiente Blanca. Pero debería ser un caso excepcional, no el objetivo común de toda una raza. En este sentido, creo que el juego se tendría que haber diseñado para que los jugadores, generalmente, formaran parte de esa minoría que busca la redención. O, por lo menos, haber dejado la religión (me refiero aún a los Dharmas), alejada de la política, y que los caminos del poder fueran diferentes, a menudo opuestos, a los de la Iluminación.

En esta historia que propongo el juego quedaría así:

* La situación cambia mucho de una ciudad a la otra, pero la estructura política generalmente depende de apoyos y el uso de la fuerza. No muy diferente a como es en los Vástagos.

* Casi todos los Kuei-jin son kanbujian, no siguen un Dharma concreto sino que encuentran sus propias convicciones (parecido a las de V5).

* Los personajes jugadores son, de hecho, kanbujian salvo que escojan un mérito para seguir un Dharma (ortodoxo o hereje).

* El Quincux es una facción más, generalmente positiva pero puede aparecer a veces de forma negativa, que promueve los Dharmas ortodoxos, muchas veces de forma clandestina.

* Bola extra: como en V5, los Kuei-jin tienen que afrontar a los cazadores, en este caso veo la Segunda Inquisición solapada con Fuerza de Ataque Zero, que es lógico que haya crecido y se haya extendido por los países, con apoyo de los gobiernos.

[Alexander Weiss]

Yo siempre pensé que los Dharmas son fallidos y el regreso a las Cien Nubes es...el regreso al infierno, cargado de poder para los Reyes Yama.

Los Kuei-jin no dejan de ser criaturas condenadas, y sus pretendidas sendas de iluminación se construyen con los cadáveres de miles de personas y la condena de otras tantas.

[Mu_]

Jo, qué pesimista.

Yo, como buen orienalista pienso que hasta un monstruo (o hasta un matojo del campo) puede conseguir la suficiente iluminación como para elevarse por encima de su estado.

Sí, los Kuei-jin son asesinos, y los Dharmas lo normalizan cuando no lo incentivan. Pero si el Cielo no quisiera que matasen, ¿por qué les olbiga a que se alimenten de los vivos? Es algo que no podemos comprender en nuestra mentalidad humana, pero supongo que debe ser una respuesta parecida de por qué crea la maldad, la enfermedad, la muerte, el hambre, etc. La misma pregunta, por cierto, sirve para los Cainitas.

¿Entonces para qué sirve un vampiro? ¿Cuál es su papel en el Universo? Bueno, cuando los Kuei-jin terminan de entender esa pregunta imposible, ya han alcanzado las Cien Nubes.

Recuerdo también que se trata de ilumuniación, no de buen comportamiento. La iluminación está dentro de uno mismo y es evidente, pero a la vez bien escondida por nuestra mente hasta el punto de que no podemos verla. Sólo a través de la experiencia se puede ir consiguiendo que la conciencia, no la mente, comprenda.

[Alexander Weiss]

Imagínate que mañana alguien decide que lo mejor para alcanzar el cielo es masacrar una ciudad. Y funciona.

Los Kuei-jin, como otros vampiros, no han hecho más que buscar una justificación para afirmar que su mierda no huele, autoproclamándose campeones caídos (¡Los Ravnos también lo son y nadie se para a pensar que puedan tener razón!). Su origen es el de fugitivos del Infierno, que ellos mismos digan que son elegidos del Cielo porque el Cielo lo dice así me suena a cuento.

¿Y si el Cielo decidió simplemente que como los Wan Xian habían caído se acabó la tontería? No más Wan Xian. Por mucho que digan, los Kuei-jin no son sus herederos. No sirven para nada. No tienen un papel en el universo, más allá de haber regresado rompiendo el orden del mundo y sólo pueden mantenerse con la vida de este mundo. ¿Cuántas almas son condenadas durante la existencia de un Kuei-jin? ¿Cuántos nuevos Kuei-jin surgen de las muertes causadas por los anteriores? No me suena a equilibrio puro y kármico.

El mejor objetivo que puede alcanzar un Kuei-jin no es una seudoiluminación sobre una montaña de cadáveres, sino dejar de ser un monstruo.

Jo, qué pesimista.

Es optimismo con experiencia.

[Casemir]

Me parece una teoría chula, y a su manera bonita, aunque personalmente me gusta demasiado el tema de la Iluminación como para no dejarles una salida.

Al fin y al cabo, a diferencia de los Vástagos, los Kuei-jin son capaces de comprobar su progreso de iluminación. Los estadios superiores le permiten trascender sus límites materiales y llegar a un nivel de perfeccionamiento superior (subir rasgos por encima de 5). De la misma forma, les permite trascender su propia maldición para poder sustentarse de formas cada vez menos agresivas, llegando a poder vivir del aire, algo similar a lo que sucede con la Golconda.

No me parece demasiado creíble que si su destino final es el infierno, seres con tan inconmesurable poder y conocimiento como los bhoddisattvas no fueran capaces de darse cuenta en ningún momento.

Lo de que los Wan Xian no tengan propósito me parece lógico desde el punto de vista científico occidental, pero desde un punto de vista místico oriental todo lo que existe tiene un propósito para el Cielo o para el Universo. Nada sucede por casualidad. Ése es el centro para mí del juego.