Interdicta plena: Morte'nte caligine
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Re: Interdicta plena: Morte'nte caligine
Antes que alcances a probar algún bocado después de tu oferta a Museo, éste prácticamente lanza a su hermana contra su madre y te salta encima con una emoción increíble. Te vas de espaldas contra el piso de la cocina, un saco de verduras amortigua tu cabeza.
Por supuesto, el niño fuera de sí está lejos de darse cuenta de la situación incómoda.
Mille grazie, signora… Mille grazie!
Concluyes, rápidamente, visto su gratitud infinita; que estaba esperando que se lo propusieras. Ahora, que lo has hecho, simplemente ha sido incapaz de controlarse. Tu padre, apenas logra reaccionar y se arroja al piso justo a tu lado para descubrir que sigues consciente y que la providencia te ha salvado.
Museo se reincorpora disculpándose profusamente, recupera a su hermana y vuelva sentarse. Mantiene la cabeza baja, mientras sigue alimentando a la pequeña.
¡Vaya, Anais! Lo único que faltaba es que termines con una contusión craneana. Dime, hija, puedes verme bien. Sigue mi dedo con la vista.
Lo mueve de izquierda a derecha, luego de arriba hacia abajo y finalmente en círculos. Estás algo aturdida, te demoras un poco en hacer caso a las indicaciones, provocando un momento muy incómodo. Cuándo mueves tus ojos, tu padre da un suspiro aliviado.
Por supuesto, el niño fuera de sí está lejos de darse cuenta de la situación incómoda.
Mille grazie, signora… Mille grazie!
Concluyes, rápidamente, visto su gratitud infinita; que estaba esperando que se lo propusieras. Ahora, que lo has hecho, simplemente ha sido incapaz de controlarse. Tu padre, apenas logra reaccionar y se arroja al piso justo a tu lado para descubrir que sigues consciente y que la providencia te ha salvado.
Museo se reincorpora disculpándose profusamente, recupera a su hermana y vuelva sentarse. Mantiene la cabeza baja, mientras sigue alimentando a la pequeña.
¡Vaya, Anais! Lo único que faltaba es que termines con una contusión craneana. Dime, hija, puedes verme bien. Sigue mi dedo con la vista.
Lo mueve de izquierda a derecha, luego de arriba hacia abajo y finalmente en círculos. Estás algo aturdida, te demoras un poco en hacer caso a las indicaciones, provocando un momento muy incómodo. Cuándo mueves tus ojos, tu padre da un suspiro aliviado.
- Leohan
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Re: Interdicta plena: Morte'nte caligine
Sto bene, tutto a posto, digo a mi padre, que exagerando me ha convertido en una paciente más. Non mi lo aspetavo, é tutto.
¡Ciertamente Museo está emocionado! Pues ha logrado contenerse muy bien, luego de mi propuesta. Me levanto y levanto también mi silla, que ha caído al suelo. Sonrío al niño con cariño.
Anais é bene, Museo, digo en referencia a todas las veces en que me sigue llamando señora. Siamo famiglia, certo?
¡Ciertamente Museo está emocionado! Pues ha logrado contenerse muy bien, luego de mi propuesta. Me levanto y levanto también mi silla, que ha caído al suelo. Sonrío al niño con cariño.
Anais é bene, Museo, digo en referencia a todas las veces en que me sigue llamando señora. Siamo famiglia, certo?
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Re: Interdicta plena: Morte'nte caligine
Caliope mira a Museo y el esfuerzo que hace, pero sigue callado, así que ella es quien responde.
Cierto, señora Anaís. La familia es lo más importante, por eso agradezco la que la vuestra hace por la mía.
Tu padre te mira de reojo, como recordándote la causa inicia de que la mujer esté en la casa. Han pasado varios días, pero probablemente la pobre siga pensando en la impertinencia de haber sugerido que es tu tía.
Tengo una sorpresa para el postre.
Al abrir la puerta del horno el aroma del bizcocho inunda completamente la sala, se trata de una deliciosa tarta de vainilla con frambuesas frescas. Sobre ella hay espolvoreado merengue rallado y un toque de hojitas de menta. Entonces Museo, sin considerar el riesgo de quemarse, toma el molde con las manos para ponerlo en la mesa emitiendo un leve chillido. Toma el cuchillo y te corta un trozo grande, lo pone rápidamente en tu plato y te acerca un tenedor limpio.
Todo transcurre tan vertiginosamente que parece que nunca se ha levantado de su asiento, en el que puedes verlo ahora.
Tu padre le sirve a Caliope y ella a su hijo. Melpómene hunde la cara en el trozo de su hermano para quedar con la cara blanca. La risa inunda la cocina y la cena termina en un jolgorio cuándo para resarcirse, el querubín canta algo festivo… una de las mismas tonadas que escuchaste en casa de Perséfone en Padua.
Tu padre comienza acompañar suavemente con un tintineo de platillos mientras sigue, a tropezones, con una segunda voz. Según has aprendido de tu madre, está haciendo un juego de terceras y cuartas simulando una lira. La misma que habría tocado Angelino en aquella maravillosa noche de juerga después de tu accidente.
Cierto, señora Anaís. La familia es lo más importante, por eso agradezco la que la vuestra hace por la mía.
Tu padre te mira de reojo, como recordándote la causa inicia de que la mujer esté en la casa. Han pasado varios días, pero probablemente la pobre siga pensando en la impertinencia de haber sugerido que es tu tía.
Tengo una sorpresa para el postre.
Al abrir la puerta del horno el aroma del bizcocho inunda completamente la sala, se trata de una deliciosa tarta de vainilla con frambuesas frescas. Sobre ella hay espolvoreado merengue rallado y un toque de hojitas de menta. Entonces Museo, sin considerar el riesgo de quemarse, toma el molde con las manos para ponerlo en la mesa emitiendo un leve chillido. Toma el cuchillo y te corta un trozo grande, lo pone rápidamente en tu plato y te acerca un tenedor limpio.
Todo transcurre tan vertiginosamente que parece que nunca se ha levantado de su asiento, en el que puedes verlo ahora.
Tu padre le sirve a Caliope y ella a su hijo. Melpómene hunde la cara en el trozo de su hermano para quedar con la cara blanca. La risa inunda la cocina y la cena termina en un jolgorio cuándo para resarcirse, el querubín canta algo festivo… una de las mismas tonadas que escuchaste en casa de Perséfone en Padua.
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Tu padre comienza acompañar suavemente con un tintineo de platillos mientras sigue, a tropezones, con una segunda voz. Según has aprendido de tu madre, está haciendo un juego de terceras y cuartas simulando una lira. La misma que habría tocado Angelino en aquella maravillosa noche de juerga después de tu accidente.
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Re: Interdicta plena: Morte'nte caligine
Al escuchar el comentario de Calíope, entiendo un detalle:
Ya sea porque ella misma aún no lo cree, o porque prefiere ocultarlo; aún no le ha dicho a Museo que nosotros somos primos... Pensándolo bien, desde aquella vez, en la iglesia; no hemos tenido la oportunidad de hablar, una a una. Quizás convenga hacerlo en algún momento. Charlar acerca de lo que ocurrió ése día.
El postre es delicioso y, luego de un par de porciones, ya me siento llena.
Luego soy transportada, nuevamente, a la casa de la anciana Perséfone.
No es solamente la canción, en particular, sino la celebración sin protocolos. El canto por el gusto del canto mismo. Museo tiene un hermoso, casi angelical tono de contratenor; aquél que solamente los niños de su edad pueden alcanzar, y de entre ellos solo unos pocos logran dominar para el canto. Y en cuanto a mi padre, no tendrá una voz tan única ¡Pero no sabía que pudiera utilizar técnicas vocales así! Yo misma he tomado suficientes clases de canto para no avergonzarme públicamente, así que lamento no conocer la letra; o, siquiera, reconocer el idioma de la canción.
Me limito, pues, a aplaudir cuando la misma termina. Un placer sencillo. Gratuito ¿Es por éso que algo como el canto en familia luego de una comida no se practica en la aristocracia? ¿La percepción de que divertirse necesita tener un precio?
Ya sea porque ella misma aún no lo cree, o porque prefiere ocultarlo; aún no le ha dicho a Museo que nosotros somos primos... Pensándolo bien, desde aquella vez, en la iglesia; no hemos tenido la oportunidad de hablar, una a una. Quizás convenga hacerlo en algún momento. Charlar acerca de lo que ocurrió ése día.
El postre es delicioso y, luego de un par de porciones, ya me siento llena.
Luego soy transportada, nuevamente, a la casa de la anciana Perséfone.
No es solamente la canción, en particular, sino la celebración sin protocolos. El canto por el gusto del canto mismo. Museo tiene un hermoso, casi angelical tono de contratenor; aquél que solamente los niños de su edad pueden alcanzar, y de entre ellos solo unos pocos logran dominar para el canto. Y en cuanto a mi padre, no tendrá una voz tan única ¡Pero no sabía que pudiera utilizar técnicas vocales así! Yo misma he tomado suficientes clases de canto para no avergonzarme públicamente, así que lamento no conocer la letra; o, siquiera, reconocer el idioma de la canción.
Me limito, pues, a aplaudir cuando la misma termina. Un placer sencillo. Gratuito ¿Es por éso que algo como el canto en familia luego de una comida no se practica en la aristocracia? ¿La percepción de que divertirse necesita tener un precio?
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Re: Interdicta plena: Morte'nte caligine
Por supuesto que tu padre debe saber cantar, sino imposible que haya conquistado a tu madre. Las apariencias son más importantes que las acciones para Alessandro Perugi y su hermoso Hades, por lo que comienzas a conectar cabos sueltos.
Tu padre jamás ha ido a ver tu madre al teatro, pero es el único lugar en el que podrían haberse conocido. Y, siendo un físico notable, sabe distinguir la curvatura femenina más allá de los potajes de tu madre. Él fue capaz de descorrer el velo y lo debe haber hecho con mucha facilidad y, para ella, fue un asunto peliagudo. Siempre escondiéndose, en un cortejo furtivo en los rincones más oscuros para evitar las miradas inquisitivas.
Más o menos igual que con Orfeo, salvo que él jamás tenía que ocultarse… salvo de algunos Médici que renegaban de ti como su novia. Hija de un simple curandero eran las palabras en aquéllos días. Ese hombre ha curado la escarlatina de una mujer adulta. Solamente hay otro con un milagro semejante y que roza cualidades divinas, un tal Eyzaguirre en la península ibérica. Claro, la universidad de Salamanca es más antigua que la de Padua y con ello su equipamiento sin duda…
La celebración es un eco lejano, nada de lo que divagas está ocurriendo en la cocina. Estás entre sueños, despertando poco antes del alba. Lista para un nuevo día, tratando de recordar. Claro, terminada la canción tu padre y tu se dedicaron a lavar los platos mientras le comentabas acerca de tus proyectos nuevos del trabajo. En particular un nuevo cerrojo reforzado para un negocio de abarrotes exóticos en el que te han prometido, aparte de tu paga, una buena caja de dátiles.
Como se ha hecho habitual, los aromas de la cocina llegan rápidamente a tu habitación. Son unos cuantos pasos hasta allá y, para variar, serás la última en llegar y compartir el desayuno. El habitual pan recién horneado y la mantequilla fresca… ¿hasta cuándo tu padre estará con tal rutina de levantarse de madrugada para conseguir la leche y prepararla?
Quizás deberías reprenderlo, pero su rostro sonriente oculta la pena de su corazón. Para él, la ausencia de tu madre debe parecer una trepidad. Toda una vida juntos y, ahora, la mansión casi vacía.
Tu almuerzo está en aquel canastilla, espero que hoy te lo lleves, hija.
Te dice al terminar y salir para atender a sus pacientes. Ahora, gracias a ti, tiene más utensilios e instrumentos de diagnóstico. También gracias a las personas que generosamente siguen desbordando el macetero. Ya tiene más monedas que ramas, ¿quién decía que el dinero no salía de la tierra?
Ríes veladamente y tratas de organizarte para el día.
Tu padre jamás ha ido a ver tu madre al teatro, pero es el único lugar en el que podrían haberse conocido. Y, siendo un físico notable, sabe distinguir la curvatura femenina más allá de los potajes de tu madre. Él fue capaz de descorrer el velo y lo debe haber hecho con mucha facilidad y, para ella, fue un asunto peliagudo. Siempre escondiéndose, en un cortejo furtivo en los rincones más oscuros para evitar las miradas inquisitivas.
Más o menos igual que con Orfeo, salvo que él jamás tenía que ocultarse… salvo de algunos Médici que renegaban de ti como su novia. Hija de un simple curandero eran las palabras en aquéllos días. Ese hombre ha curado la escarlatina de una mujer adulta. Solamente hay otro con un milagro semejante y que roza cualidades divinas, un tal Eyzaguirre en la península ibérica. Claro, la universidad de Salamanca es más antigua que la de Padua y con ello su equipamiento sin duda…
La celebración es un eco lejano, nada de lo que divagas está ocurriendo en la cocina. Estás entre sueños, despertando poco antes del alba. Lista para un nuevo día, tratando de recordar. Claro, terminada la canción tu padre y tu se dedicaron a lavar los platos mientras le comentabas acerca de tus proyectos nuevos del trabajo. En particular un nuevo cerrojo reforzado para un negocio de abarrotes exóticos en el que te han prometido, aparte de tu paga, una buena caja de dátiles.
Como se ha hecho habitual, los aromas de la cocina llegan rápidamente a tu habitación. Son unos cuantos pasos hasta allá y, para variar, serás la última en llegar y compartir el desayuno. El habitual pan recién horneado y la mantequilla fresca… ¿hasta cuándo tu padre estará con tal rutina de levantarse de madrugada para conseguir la leche y prepararla?
Quizás deberías reprenderlo, pero su rostro sonriente oculta la pena de su corazón. Para él, la ausencia de tu madre debe parecer una trepidad. Toda una vida juntos y, ahora, la mansión casi vacía.
Tu almuerzo está en aquel canastilla, espero que hoy te lo lleves, hija.
Te dice al terminar y salir para atender a sus pacientes. Ahora, gracias a ti, tiene más utensilios e instrumentos de diagnóstico. También gracias a las personas que generosamente siguen desbordando el macetero. Ya tiene más monedas que ramas, ¿quién decía que el dinero no salía de la tierra?
Ríes veladamente y tratas de organizarte para el día.
- Leohan
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Re: Interdicta plena: Morte'nte caligine
Muchas gracias, le respondo. Probablemente sienta que no puede darse el lujo de entristecerse demasiado, y hace tanto trabajo para lograr evitar la melancolía que surge de la combinación de nostalgia y vacío. Mientras siga teniendo algo que hacer, no encontrará tiempo para recaer.
Me fijo en el patio interior, ahora clínica. Se nota una mejoría en su aspecto. Ya sea mi padre o Calíope, alguien se ha fijado de empezar a cuidar las plantas. Será, por supuesto, imposible que hagan lo mismo en el jardín cuyo mantenimiento es el trabajo de varios; así que es probable que la naturaleza se descontrole un poco en días venideros. Y en el tema de plantas, tomo algunas de las monedas del macetero, más para hacer espacio que por alguna necesidad específica; ya que sé que, de depender de mi padre, el dejaría que desborde antes de llevar una a su bolsillo.
Elijo un vestido de aspecto relativamente rústico y, en vez de mi morral habitual, llevo un bolso pequeño; dentro del cual coloco mis ropas de trabajo, de las que no tuve oportunidad de cambiarme ayer antes de la misa.
...Debería preguntarle a mi padre cómo se debe lavar la ropa, para yo también tener algo que hacer para la casa.
Pettina bene i capelli, Museo, digo, pasando cerca de antaño mi habitación. Partiremo presto. Yo misma voy a arreglarme mientras tanto para el día especial.
Me fijo en el patio interior, ahora clínica. Se nota una mejoría en su aspecto. Ya sea mi padre o Calíope, alguien se ha fijado de empezar a cuidar las plantas. Será, por supuesto, imposible que hagan lo mismo en el jardín cuyo mantenimiento es el trabajo de varios; así que es probable que la naturaleza se descontrole un poco en días venideros. Y en el tema de plantas, tomo algunas de las monedas del macetero, más para hacer espacio que por alguna necesidad específica; ya que sé que, de depender de mi padre, el dejaría que desborde antes de llevar una a su bolsillo.
Elijo un vestido de aspecto relativamente rústico y, en vez de mi morral habitual, llevo un bolso pequeño; dentro del cual coloco mis ropas de trabajo, de las que no tuve oportunidad de cambiarme ayer antes de la misa.
...Debería preguntarle a mi padre cómo se debe lavar la ropa, para yo también tener algo que hacer para la casa.
Pettina bene i capelli, Museo, digo, pasando cerca de antaño mi habitación. Partiremo presto. Yo misma voy a arreglarme mientras tanto para el día especial.
- HERALDO HISTORIADOR (Baudelaire)
Re: Interdicta plena: Morte'nte caligine
Antes que puedas terminar la frase, Museo está parado frente a ti con los ojos brillantes y la boca entreabierta. La emoción le desborda, tanto como la baba y los mocos. Está completamente despeinado y, claramente, sigue con la misma ropa con la que lo encontraste por primera vez en el cementerio.
Por supuesto, siempre ha olido a canal y como sigue nadando para pescar… es difícil que se le quite. Ahora que lo piensas tampoco Caliope tiene ropa de cambio, solamente ha lavado la suya, pero en nada quita que esté igual de raída. Ni siquiera la pequeña Melpómene, que ahora duerme en su cuna, tiene algo para ponerse.
¿Acaso tendrían algo más en su islote? ¿es el único entre los canales? ¿cuántas otras familias han ocupado tales lugares, estrechos e insalubres, para tener un lugar dónde pasar la noche? Miras al niño que casi salta, en medio de la enorme mansión Perugi, sin haber tratado de curiosear por allí. Solamente ha hecho uso de tu antigua habituación, ha seguido cuidando a su hermana pequeña y proveyendo de su parte en la comida.
El lujo y la opulencia le son completamente ajenos, así que simplemente terminas tu acicalamiento y tomas de la mano a Museo, que se ha quedado quieto en el mismo lugar mientras lo haces. Salen de la mansión y suben a una góndola pública, pagas con las monedas que has recogido y te diriges hacia los muelles.
Tras descender y caminar un poco sobre la pasarela, llegan frente a la puerta de la capitanía de puerto. Justo al costado, el escudo del gremio de pescadores pende oscilando ligeramente con la brisa marina.
Museo ahora que está saltando de verdad, tratando de cogerlo.
Por supuesto, siempre ha olido a canal y como sigue nadando para pescar… es difícil que se le quite. Ahora que lo piensas tampoco Caliope tiene ropa de cambio, solamente ha lavado la suya, pero en nada quita que esté igual de raída. Ni siquiera la pequeña Melpómene, que ahora duerme en su cuna, tiene algo para ponerse.
¿Acaso tendrían algo más en su islote? ¿es el único entre los canales? ¿cuántas otras familias han ocupado tales lugares, estrechos e insalubres, para tener un lugar dónde pasar la noche? Miras al niño que casi salta, en medio de la enorme mansión Perugi, sin haber tratado de curiosear por allí. Solamente ha hecho uso de tu antigua habituación, ha seguido cuidando a su hermana pequeña y proveyendo de su parte en la comida.
El lujo y la opulencia le son completamente ajenos, así que simplemente terminas tu acicalamiento y tomas de la mano a Museo, que se ha quedado quieto en el mismo lugar mientras lo haces. Salen de la mansión y suben a una góndola pública, pagas con las monedas que has recogido y te diriges hacia los muelles.
Tras descender y caminar un poco sobre la pasarela, llegan frente a la puerta de la capitanía de puerto. Justo al costado, el escudo del gremio de pescadores pende oscilando ligeramente con la brisa marina.
Museo ahora que está saltando de verdad, tratando de cogerlo.
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Re: Interdicta plena: Morte'nte caligine
Antes de entrar, me detengo para pasarle el peine por el cabello a Museo y lavar su cara con un pañuelo. En cuanto a su olor, supongo que no será tan problemático ¡Ya que de seguro no hay alguien aquí que huela a algo distinto a los canales! La emoción de Museo parece incontenible, lo que probablemente juegue a nuestro favor.
All'inizio, lasciami parlare a me digo. Ma stai vicino. En la práctica, está garantizado que Museo podría impresionar a cualquier pescador, pero en cuestiones de interacciones sociales, nunca ha tenido experiencias similares.
La gaviota Eurídice, que nos ha acompañado para la buena suerte, reposa encima del edificio mientras nosotros ingresamos. Recordando aquella vez en que mi madre me introdujo al gremio de cerrajeros, siendo yo no tanto más adulta que Museo; me dirijo a un hombre obeso en un escritorio, tomando la pequeña mano de Museo.
Buenos días digo, en tono formal ¿Me podría informar acerca de integrantes del gremio que puedan estar interesados en adquirir un nuevo aprendiz?
All'inizio, lasciami parlare a me digo. Ma stai vicino. En la práctica, está garantizado que Museo podría impresionar a cualquier pescador, pero en cuestiones de interacciones sociales, nunca ha tenido experiencias similares.
La gaviota Eurídice, que nos ha acompañado para la buena suerte, reposa encima del edificio mientras nosotros ingresamos. Recordando aquella vez en que mi madre me introdujo al gremio de cerrajeros, siendo yo no tanto más adulta que Museo; me dirijo a un hombre obeso en un escritorio, tomando la pequeña mano de Museo.
Buenos días digo, en tono formal ¿Me podría informar acerca de integrantes del gremio que puedan estar interesados en adquirir un nuevo aprendiz?
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Por supuesto, Anaís está suficientemente consciente de convenciones sociales como para no hacer la conversación tan directa. Si a veces escribo las oraciones juntas es por el formato de foro, para que no tengas que escribir un post dedicado a "Buenos días, señora"
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Re: Interdicta plena: Morte'nte caligine
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Por supuesto, es comprensible que el formato foro requiera ciertos ajustes en los diálogos.

Eurídice se las arregla para entrar y posarse en el escritorio, ir al techo ha sido solamente un engaño. Definitivamente es un ave muy astuta, aunque para el secretario parece algo irrelevante, lo que te tranquiliza levemente.
Tras el saludo, parece ignorarte un rato hasta que termina de hacer algunas anotaciones. Sin levantar la cabeza emite un murmullo incomprensible que podría ser señal de alguna molestia porque una mujer esté dentro o un saludo informal. Difícil superar tal duda, porque Museo simplemente intenta sacar a su mascota de encima del escritorio. Ella se resiste y vuelca el tintero en unos documentos que parecen importantes.
Nuevamente sientes que todo se arruina antes de siguiera haber comenzado, pero el hombre de una imperturbable actitud, busca en un cajón un paño para quitar la tinta derramada. Todavía a gachas sobre sus documentos grita hacia el interior anunciándote.
Una señora trae a su hijo para la prueba…
Museo, con su ave en los brazos, te mira confundido y te pregunta.
¿Por qué el señor piensa que eres mi mamá?
Intentas responder, pero otro grito llega desde adentro en una jerga incomprensible. Si alguien es capaz de destrozar el buen veneciano, es el director del gremio… o, al menos supones que esa es la persona que ha respondido desde adentro. Suena como el chillido de un tejón persiguiendo a un gatito entre los arbustos.
Incapaz de descifrar el acertijo, el secretario te hace una seña apuntando a la oficina interior. Te quedas quieta unos instantes, hasta que comprendes que Museo debe entrar por su cuenta, porque el hombre te detiene al avanzar.
Te arrodillas frente a él y le sonríes invitándolo a ser educado. Sabes que lo ha sido, al menos intentó evitar el estropicio de Eurídice y todas las cosas en tu habitación original siguen en su lugar… como el resto de todo en la mansión Perugi.
El hombre te apresura y apenas tienes unos segundos para decirle algo al niño, antes que con otro gesto y todavía con la nariz entre sus documentos, te invite con una rudeza inusitada a esperar afuera.
En ningún momento te ha mirado a los ojos, ignorante que posees la misma jerarquía que su jefe: dirección de un gremio completo. Quién, de cualquier modo, debería enterarse del desaire que te ha hecho su secretario.
Sales para evitar mayor conflicto, luego de haber depositado toda tu confianza en Museo que se llevó a Eurídice a la entrevista.
- Leohan
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Re: Interdicta plena: Morte'nte caligine
Quizás no sea ni necesario decirlo, pero el gremio de pescadores es muy diferente al de cerrajeros.
Son los olores los que lo definen de inmediato. Sin embargo, también hay una sensación algo más rústica. Sureña, incluso, especialmente en la forma en que la gente habla y se mueve. Y todo está tan poblado y lleno.
Busco una pared en la cual apoyarme mientras espero.
Incluso como directora de mi gremio, no es necesario que yo pase demasiado tiempo manejando asuntos administrativos, ya que hago la mayoría de mi trabajo en mi propio taller. Pero con tantos jóvenes como Museo, aspirantes a formar parte del enorme y poderoso gremio, sería natural que su jefe se dedicara a labores como su reclutamiento.
...¿Qué pensaría yo si viene a mi escritorio un niño de seis años, acompañado por una gran gaviota, a pedirme un trabajo? Incluso si la personalidad encantadora de Museo logre cautivarme a mí, personalmente, me costaría mucho recomendarlo. Por otra parte, Eurídice no es un ave cualquiera: es una gaviota que ha sido entrenada para encontrar los mejores sitios de pesca ¡Y por Museo mismo! Es un argumento que yo podría usar de estar presente. Espero que él tenga la astucia para hacer lo mismo.
Parece un poco injusto. Por supuesto que en ese sentido, los aspirantes con más edad y dialéctica tendrán mejores chances, lo cual es de hecho un problema: es sentido común que aquel que aprendiere un oficio en edad más temprana se volverá mucho mejor al llegar a la adultez.
...Preocuparme no me sirve de mucho. Y tampoco estoy en una posición de ocuparme. Sólo queda esperar y confiar en el niño. Si ésto sale bien, creo que en un sentido aún mayor que en cualquier otro favor que le podría haber dado, la suerte de Museo daría un giro.
También debería considerar el asunto de conseguir nuevas ropas para Museo, así que empiezo a fijarme en qué clases de vestimentas utiliza la gente de por aquí.
Son los olores los que lo definen de inmediato. Sin embargo, también hay una sensación algo más rústica. Sureña, incluso, especialmente en la forma en que la gente habla y se mueve. Y todo está tan poblado y lleno.
Busco una pared en la cual apoyarme mientras espero.
Incluso como directora de mi gremio, no es necesario que yo pase demasiado tiempo manejando asuntos administrativos, ya que hago la mayoría de mi trabajo en mi propio taller. Pero con tantos jóvenes como Museo, aspirantes a formar parte del enorme y poderoso gremio, sería natural que su jefe se dedicara a labores como su reclutamiento.
...¿Qué pensaría yo si viene a mi escritorio un niño de seis años, acompañado por una gran gaviota, a pedirme un trabajo? Incluso si la personalidad encantadora de Museo logre cautivarme a mí, personalmente, me costaría mucho recomendarlo. Por otra parte, Eurídice no es un ave cualquiera: es una gaviota que ha sido entrenada para encontrar los mejores sitios de pesca ¡Y por Museo mismo! Es un argumento que yo podría usar de estar presente. Espero que él tenga la astucia para hacer lo mismo.
Parece un poco injusto. Por supuesto que en ese sentido, los aspirantes con más edad y dialéctica tendrán mejores chances, lo cual es de hecho un problema: es sentido común que aquel que aprendiere un oficio en edad más temprana se volverá mucho mejor al llegar a la adultez.
...Preocuparme no me sirve de mucho. Y tampoco estoy en una posición de ocuparme. Sólo queda esperar y confiar en el niño. Si ésto sale bien, creo que en un sentido aún mayor que en cualquier otro favor que le podría haber dado, la suerte de Museo daría un giro.
También debería considerar el asunto de conseguir nuevas ropas para Museo, así que empiezo a fijarme en qué clases de vestimentas utiliza la gente de por aquí.