[Estirpe de Oriente] Las guerras de la carne

[Casemir]

Estoy echando un vistazo al conflicto de Shanghai y provincias de alrededor. Estirpe de Oriente, el básico, te cuenta que la ciudad vive de 1937 una guerra a tres bandas entre los kuei-jin locales, gaki japoneses y vástagos.

Lo que viene en el Companion es demasiado breve. Se menciona la guerra entre kuei-jin chinos y akuma japoneses. No sé si se refiere a akumas infernalistas, o a que los chinos les han otorgado estatus de akuma. Los vástagos no se mencionan.

¿Hay alguna fuente, preferiblemente oficial, en la que se describa el conflicto con un poco más de profundidad? Le echaré un vistazo a lo que hay de Shanghai en la biblioteca, pero en este caso es excesivamente extenso, me gustaría algo más resumido, aunque mejor explicado que lo de Estirpe de Oriente y Companion. He mirado, pero en Guerra en la Sombra no viene nada.

[Alexander Weiss]

Libro de Dharma Mil Susurros.

OMI, MAESTRO CIEMPIÉS ESCARLATA Y RONIN DE SHÁNGAI
Un respetado maestro y sensei de hin entre los Kuei-jin japoneses, Omi vivió una vida mortal humilde, primero como soldado y después como granjero en una pequeña aldea. Murió defendiendo su hogar de unos bandidos que quemaron su casa y mataron a su familia. Cuando luchó para regresar de las torturas del Yomi, el primer acto de Omi como Kuei-jin fue perseguir a los bandidos y matarlos a todos con sus manos desnudas. Sus acciones atrajeron la atención de sus compañeros Kuei-jin, que descubrieron a Omi en un sorprendente estado tranquilo y racional, con su sed de sangre saciada tras haber completado su venganza. Humildemente les pidió ayuda para aprender más de en qué se había convertido.
Omi demostró ser un estudiante capaz de las costumbres de los gaki y pronto se ganó un lugar entre ellos. Deseaba redimir la violencia de sus primeros actos después de tomar el Segundo Aliento y pasó gran parte de su kôa llevando máscaras de servidumbre como sacerdote errante, mendigo y médico. Equilibró su deseo de venganza con amabilidad y compasión por todos los seres vivos. Después vivió otra vez la vida de un soldado, después la de un artista, y otras muchas vidas desde entonces.
Después de un siglo de no vida, Omi reconoció que tenía talento para enseñar y se unió a un wu que se dedicaba a buscar y ayudar a los chih-mei y a otros Kuei-jin recién renacidos, educándolos sobre su lugar en la no vida o destruyéndolos para proteger el Reino Medio. Como maestro, los métodos de Omi a veces eran duros y a menudo heterodoxos, especialmente cuando se comparaban a los métodos directos y brutales utilizados por los Tigres Diablo para moldear a la fuerza a los nuevos Kuei-jin (a menudo literalmente). Sin embargo, sus éxitos hablaban por sí mismos, y muchos de los estudiantes de Omi eligieron la Senda de los Mil Susurros como su Dharma, siguiendo los pasos de su maestro.
Omi se opuso a la creciente marea de akuma en Japón que surgió a principios del siglo XX. Cuando los gaki influenciados por los akuma atacaron Shángai en 1937, Omi y unos pocos Kuei-jin japoneses leales a la Casa Bishamon lucharon contra los agentes de los Reyes Yama, algunos de los cuales habían sido estudiantes de Omi. El sensei consideraba una obligación corregir ese grave desequilibrio. Muy pronto Omi fue bien conocido entre los Mandarines Silenciosos de la Corte de la Carne de China. Aunque al principio sospecharon que el ronin Ciempiés Escarlata era un espía o un traidor, sus acciones demostraron su dignidad a ojos de la asediada Corte de la Carne. Le concedieron la posición de jina en la corte y confiaron el conocimiento de Omi sobre la naturaleza y costumbres de los gaki para luchar contra los invasores akuma.
Mucho después de que la guerra entre Japón y China terminara, los Kuei-jin continuaron su guerra de sombra en Shangái, con Omi-sama como general entre los Mandarines Silenciosos. Omi vivió varias máscaras mortales en Shangái y sus alrededores mientras cumplía su deber. Su presencia en la Corte de la Carne también lo hizo valioso para los uji de Japón, permitiéndole actuar como emisario de las Cortes Augustas ante las Casas Nobles de su tierra.
Recientemente, los Mandarines Silenciosos y sus aliados por fin terminaron de purgar Shangái de los invasores gaki, devolviendo con firmeza la Corte de la Carne al control del Quincunx. Sin embargo, en lugar de convertirse en un héroe para los Kuei-jin de la Corte de la Carne, Omi pronto se convirtió en un recuerdo desagradable de los bárbaros extranjeros que los habían atormentado durante tanto tiempo. Sin más necesidad de su ayuda, los mandarines de la Corte de la Carne sutilmente dejaron a Omi de lado, esperando que el ronin simplemente se marchara y fuera olvidado.
Por desgracia para ellos, Omi no está tan dispuesto a dejar su lugar de adopción. Todavía cree que queda mucho trabajo por hacer para devolver el equilibrio a la Corte de la Carne, da igual lo que piensen los mandarines. Ha comenzado a enseñar de nuevo, tratando de equilibrar su largo tiempo cazando akuma enseñando una conducta correcta a los nuevos Kuei-jin. Muchos consideran sus ideas y costumbres extranjeras, acompañadas de su Dharma, extrañas e inusuales, pero mantiene su número de estudiantes reducido y procura no llamar la atención de los mandarines de la Corte de la Carne, que tienen asuntos más importantes que atender. Sin embargo, en Shangái hay algunos Kuei-jin a los que les gustaría asegurarse de que Omi no tenga un lugar en el nuevo orden, y pueden estar dispuestos a tomar graves medidas para asegurarse de que se vaya.
Como tomó el Segundo Aliento relativamente tarde en su vida, Omi todavía parece un digno hombre maduro japonés (cuando no llevan un disfraz o una máscara, claro está). Su apariencia y actitud humilde a menudo llevan a los demás a subestimar al maestro Ciempiés Escarlata, que de hecho es un guerrero muy hábil, con una mente estratégica afilada como una cuchilla. Omi también es hábil en el dominio del Shintai Demonio, capaz de asumir una terrible forma de batalla que ha enviado a los akuma aullando de regreso al Yomi en muchas ocasiones.

[Alexander Weiss]

Respecto a los Vástagos extranjeros, creo que se mencionaba que se trataba de Tremere.

[Casemir]

No sé cómo se las arregla White Wolf para que incluso cuando los japoneses hacen una brutal e inhumana invasión de China, sigan quedando los japoneses de héroes y los chinos de malos.

[Alexander Weiss]

No conozco al autor, pero muchas veces deriva de una percepción personal o estereotipada. No sé cómo estarían las relaciones entre China y Estados Unidos en aquella época, pero cuando se abrió el mercado chino, en las películas de Hollywood comenzó a mostrarse una visión más favorable de China. Los villanos de la Segunda Guerra Mundial, la Guerra Fría y la Guerra contra el Terror han influenciado en los medios de comunicación.

No hace tanto tiempo debatíamos sobre cómo la visión actual había influido en una visión más "buenista" y menos defectuosa del Mundo de Tinieblas.

Respecto al Dharma de los Mil Susurros, desconozco cuáles fueron las intenciones del autor a la hora de escribir el Libro de Dharma, pero debo decir que el elemento japonés tiene gran importancia desde la visión del libro.

[Casemir]

No sé, quizás sea percepción mía, pero tengo la impresión de que, dentro de Asia, los chinos eran puestos con la visión más negativa, en muchos aspectos, por ejemplo:

* Los kuei-jin más dogmáticos, cerrados e intolerantes son los chinos, hasta el punto de ser casi inquisitoriales.
* Los más racistas suelen ser los chinos.
* Los wraith chinos tienen sometidos al resto de Asia.
* Los kuei-jin chinos se lanzaron en una guerra a conquistar América.
* Los Wu Lung tienen también ese aura racista y supremacista.

Y hay mucho más tufo que ahora en este momento no recuerdo.

En este caso, respecto a un conflicto en el que los soldados japoneses hicieron todo un crimen humanitario contra la población china, se encargan de darle la vuelta a la tortilla. Hacen que los invasores sean akumas al servicio de los Reyes Yama, en parte exculpando (lo hizo un Demonio), lo cual es un cambio del planteamiento inicial. Luego crean un héroe japonés que le saque las castañas del fuego a los chinos, y posteriormente esos chinos le hacen el vacío al japo porque como son tan racistas no les gusta verlo por ahí. Total, que al final los malos son los chinos y el japonés la víctima.

Acabo de recordar, por cierto, que el relato de Calles Asesinas tiene lugar en Shanghai. El protagonista es un Genji que hace un trato con los Bishamon, para poder matar a un agente de ellos en Shanghai, debe antes acabar con una kuei-jin china. Resulta diferente de otras versiones en que los japoneses no parecen akumas, y en que la ciudad parece estar en una inestable paz.

La verdad es que el relato es un poco crudo con cosas como "Los Bishamon son lo mejor que le ha ocurrido a esta ciudad. Sólo podría mejorarlo un bombardeo", o "nunca me ha importado matar a chinos", aunque está encuadrado con el tono que le quieren dar a las crónicas que propicia este libro.

[Casemir]

Por lo que he ido leyendo diseminado en módulos, la guerra terminó en el 99 o 2000, dentro del esfuerzo llamado "Plan de la Serpiente de Dos Colmillos", que consistía en expulsar a los extranjeros de Hong Kong y Shanghai y conquistar una única ciudad extranjera. En Hong Kong parece que no hubo éxito, pero en Shanghai sí, aunque los Gaki parecen no haber desaparecido del todo. En algunos libros hablan de Gaki, en otros de Akuma japoneses y puede que en otros de ambos.

No sé por qué White Wolf crearía una situación de una ciudad, que lleva invadida desde el 37 (unos 60 años) para pacificarla sólo en un par de años, cambiando lo poco que hay publicado. Esta trama viene contada casi siempre como parte de la metatrama del Gran Salto Hacia Fuera.

[Alexander Weiss]

Quizás en principio tenían pensado hacer algo parecido a Hong Kong, y luego decidieron que con Hong Kong llegaba para mostrar un conflicto semejante. De todas maneras si se pretende crear un escenario anterior al Salto Hacia Fuera puede resultar interesante. Shangai en la década de 1930 era una ciudad muy cosmopolita, como uno de los puertos de entrada a China.

[Casemir]

Me planteo que tendría gracia una crónica histórica, quizás empezando en el siglo XIX, e ir siguiendo los conflictos en distintos episodios históricos, aunque sin duda los años 30 y 40 serían extraordinariamente convulsos y puede que difíciles de jugar.