Se ha entendido mal algo de mi mensaje. Con gratificacion inmediata no me refiero a ganar. Sino que por ejemplo en GTA V la gente hace misiones. Si te aceptan bien y si no tambien pero ahi en caso de ser rechazado tenes el modo libre, tus propias misiones, etc. En cambio si vas a rolear o haces una hoja que te tomo tiempo, trabajo y demas directamente te quedas sin jugar.
No se trata de tecnologia vs imaginación. Se trata directamente de arriesgarme a hacer un personaje gastar tiempo etc y no jugar o encender un motor y ponerme a dispararle a quien vea en linea.
Respecto a lo otro. Obvio que si compras un juego de rol muy limitado nadie va a jugar pero es ahi donde yo meto otra pregunta. ¿ por que gastar tanto en material que jamas usare mas que como lectura o idear personajes y criaturas magnificas, muy bien diseñadas y demas si no encuentras con quien jugar?.
Yo lo imagino re triste gastarme 6.500 pesos argentinos (segun el de la libreria nunca estuvo taaan barato) con todo lo que pasa, y despues estar mas solo que Bambi el dia de la madre.
Respecto a los lazos. Pues si a veces las agendas no influyen tanto si aman el rol. Pero lo que si es veneno es cuando uno o mas miembros del grupo pierden el interes.
Vos te das cuenta. Esta en tu mesa pero lo sentis distante, hasta incomodo por momentos
Quien antes te narraba con lujo de detalle como saltaba de dragon a dragon degollandolos hoy a lo sumo te escribe un texto tan frivolo y sintetico que horrorizaria al mas gris de los abogados.
Quizas si, quizas no pero a lo mejor te comenta que ya no se siente comodo de su edad o demas roleando y que quiere apuntar a otras cosas.
Es respetable y todo pero me olvide señalar que lo que mas te quita motivacion es a veces el libro del ABC de la vida. Que me habian mencionado en otro post. Si eso no mata el espiritu de una partida le devolvemos el dinero.
¿Hemos perdido la ilusión?
- Xenomorph93
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Re: ¿Hemos perdido la ilusión por los juegos de rol?
Combatiras al Wyrm alla donde habite y prolifere.
- Baudelaire
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Re: ¿Hemos perdido la ilusión por los juegos de rol?
Definitivamente siempre está la tecnología (todo listo, todo preparado) para las misiones que están precodificadas en el juego… versus la imaginación (todo espontáneo, todo incierto) que puede llevarte siempre mucho más allá de lo precodificado.
Mira mi partida de Edad Oscura: Inquisidor. He entregado a cada jugador su personaje, listo para llegar y jugar. Sin embargo, en nada limita su interpretación, pues han expandido sus breves historias hasta el infinito y más allá durante los preludios. Una anomalía doble, sin duda: no hay ni tiempo ni trabajo para comenzar (al menos nada que pensar respecto a como usar los puntos o aprender mecánicas) y se trata de un juego que nadie iba a jugar.
¿Era un riesgo? Definitivamente. En los videojuegos el riesgo es inexistente, si fallo… recupero la última grabación y repito. En el rol, si fallo… debo continuar la historia asumiéndolo. La tecnología es absolutamente limitada. La imaginación debería ser ilimitada, pero mientras más dependes de la tecnología… se hace más difícil imaginar, porque la programación te entrega todo listo.
Se puede argumentar que "he entregado todo listo", pero en realidad apenas he entregado palillos y lana. Cada personaje se está tejiendo y a gusto de cada jugador, sin dependencia alguna del manual. Se acaban los preludios ¿y? Entrego más información sobre las mecánicas y los detalles de cada orden. Así, todo es menos abrumador.
Por supuesto que es muy entretenido partir de cero e imaginar a tu personaje desde su nacimiento, cómo era su familia, cuando y en qué circunstancias eligió su destino (o el destino le eligió) y cuáles son sus motivaciones en la vida. Pasar entonces, a determinar como se ajusta el sistema para representar este concepto. O, a la inversa pensar en las puntuaciones y luego integrar todas las estadísticas a un concepto. Es cosa de gustos, pero encuentro y disfruto más pasar de la historia a la mecánica que a la inversa. Yo no juego a un integrante del clan Tremere por la taumaturgia, juego a un repartidor de pizza que en su tiempo libre leía el tarot y se fue metiendo cada vez más en lo oculto… hasta que fue inevitable. Sé que es igual de legítimo jugar por la taumaturgia y ya, para mí es insuficiente… necesito más contundencia y una historia que me haga ponerme en la piel de mi personaje.
¿Requiere tiempo, trabajo y esfuerzo? Claro… ¿tiene que ser ese tiempo, trabajo y esfuerzo algo desagradable? Para nada. Sin embargo, entiendo que alguien pueda elegir dedicar ese tiempo, trabajo y esfuerzo en otra actividad que le resulte más gratificante como los videojuegos. Son todas opciones válidas para divertirse.
En la consola, el computador u otros medios para los videojuegos… divertirse está a un mínimo esfuerzo. En Paseo al inframundo he intentado reducir significativamente el tedio que puede significar zambullirse en el entramado de Edad Oscura: Inquisidor con todas sus complicaciones mecánicas y la cultura de cada orden. Mucho tiempo, que en el foro es escaso. Es difícil luchar contra la inercia de jugar en el foro como alrededor de la mesa. Porque si bien seguimos haciendo rol, se hace de una manera diferente que requiere más paciencia… algo que, definitivamente, se opone a la tecnología actual que apunta a la inmediatez y a la gratificación inmediata.
¿Cómo juego en mesa? Casi igual, porque la mayor parte de las partidas ocurren en eventos. Hay narradoras y narradores que eligen realizar la creación de personajes in situ, pero generalmente (salvo que todo el grupo tenga una gran experticia) terminan jugándolos una proporción ínfima del tiempo disponible (generalmente entre 3 y 4 horas). Legítimo, sin duda. Permite una mayor introspección, a costa de restar tiempo de acción.
¿Como juego en mesa con un grupo estable? Con toda la libertad de crear sus historias antes de los preludios, las puntuaciones se llenan antes de la primera escena con todo el grupo ya reunido, las discusiones respecto a si el "repartidor de pizza con tintes místicos" tiene consistencia ya ha concluído antes. No mido poderío ni me interesa que algunas reglas de creación se modifiquen, prefiero saltármelas para que la mecánica calce con el concepto. Nuevamente y como he hecho énfasis en todo este debate, depende de cada grupo. Mi experiencia personal es una entre millones y, probablemente, lejos del promedio o la zona en torno a la mediana.
Si, finalmente todo el esfuerzo del juego en mesa con un grupo estable depende del compromiso de todas las personas que participan. En la partida de Mano negra (Tal'Mahe'Ra): Gehenna que narraba el año pasado, un jugador simplemente desapareció sin dar mayores explicaciones después del segundo capítulo. Sin embargo, dos sesiones después había dos jugadoras nuevas listas para asumir el compromiso.
¿Valió la pena, el esfuerzo, la energía, el tiempo y todo lo demás? Sin duda. Y, mucho más que hacer clic en un botón de me gusta. De otro modo, todo el grupo habría puesto sus teléfonos sobre sus hojas de personaje, en lugar de lápices y anotaciones diversas en modo analógico.
¿Es difícil conseguir tal cosa? Por supuesto.
¿Es fácil frustrarse cuándo se falla? Sin duda, pero de fallo en fallo… quizás se llegue al éxito. Descorazonarse y perder la ilusión era más difícil en los '80 o los '90, cuando la tecnología era menos amable que ahora. Se requiere mucho temple y convicción para apelar a la imaginación en 2 mil 20. Y, por supuesto, comprendo la utilidad de la tecnología… de otro modo, estaría en una caverna pintando los muros y contando historias a la la luz de una fogata con una tribu.
Una cosa es usar la tecnología y otra, muy distinta, es la dependencia a ella. Que ya están de moda las clínicas de desintoxicación digital para vivir un rato casi como la tribu en la caverna.
Mira mi partida de Edad Oscura: Inquisidor. He entregado a cada jugador su personaje, listo para llegar y jugar. Sin embargo, en nada limita su interpretación, pues han expandido sus breves historias hasta el infinito y más allá durante los preludios. Una anomalía doble, sin duda: no hay ni tiempo ni trabajo para comenzar (al menos nada que pensar respecto a como usar los puntos o aprender mecánicas) y se trata de un juego que nadie iba a jugar.
¿Era un riesgo? Definitivamente. En los videojuegos el riesgo es inexistente, si fallo… recupero la última grabación y repito. En el rol, si fallo… debo continuar la historia asumiéndolo. La tecnología es absolutamente limitada. La imaginación debería ser ilimitada, pero mientras más dependes de la tecnología… se hace más difícil imaginar, porque la programación te entrega todo listo.
Se puede argumentar que "he entregado todo listo", pero en realidad apenas he entregado palillos y lana. Cada personaje se está tejiendo y a gusto de cada jugador, sin dependencia alguna del manual. Se acaban los preludios ¿y? Entrego más información sobre las mecánicas y los detalles de cada orden. Así, todo es menos abrumador.
Por supuesto que es muy entretenido partir de cero e imaginar a tu personaje desde su nacimiento, cómo era su familia, cuando y en qué circunstancias eligió su destino (o el destino le eligió) y cuáles son sus motivaciones en la vida. Pasar entonces, a determinar como se ajusta el sistema para representar este concepto. O, a la inversa pensar en las puntuaciones y luego integrar todas las estadísticas a un concepto. Es cosa de gustos, pero encuentro y disfruto más pasar de la historia a la mecánica que a la inversa. Yo no juego a un integrante del clan Tremere por la taumaturgia, juego a un repartidor de pizza que en su tiempo libre leía el tarot y se fue metiendo cada vez más en lo oculto… hasta que fue inevitable. Sé que es igual de legítimo jugar por la taumaturgia y ya, para mí es insuficiente… necesito más contundencia y una historia que me haga ponerme en la piel de mi personaje.
¿Requiere tiempo, trabajo y esfuerzo? Claro… ¿tiene que ser ese tiempo, trabajo y esfuerzo algo desagradable? Para nada. Sin embargo, entiendo que alguien pueda elegir dedicar ese tiempo, trabajo y esfuerzo en otra actividad que le resulte más gratificante como los videojuegos. Son todas opciones válidas para divertirse.
En la consola, el computador u otros medios para los videojuegos… divertirse está a un mínimo esfuerzo. En Paseo al inframundo he intentado reducir significativamente el tedio que puede significar zambullirse en el entramado de Edad Oscura: Inquisidor con todas sus complicaciones mecánicas y la cultura de cada orden. Mucho tiempo, que en el foro es escaso. Es difícil luchar contra la inercia de jugar en el foro como alrededor de la mesa. Porque si bien seguimos haciendo rol, se hace de una manera diferente que requiere más paciencia… algo que, definitivamente, se opone a la tecnología actual que apunta a la inmediatez y a la gratificación inmediata.
¿Cómo juego en mesa? Casi igual, porque la mayor parte de las partidas ocurren en eventos. Hay narradoras y narradores que eligen realizar la creación de personajes in situ, pero generalmente (salvo que todo el grupo tenga una gran experticia) terminan jugándolos una proporción ínfima del tiempo disponible (generalmente entre 3 y 4 horas). Legítimo, sin duda. Permite una mayor introspección, a costa de restar tiempo de acción.
¿Como juego en mesa con un grupo estable? Con toda la libertad de crear sus historias antes de los preludios, las puntuaciones se llenan antes de la primera escena con todo el grupo ya reunido, las discusiones respecto a si el "repartidor de pizza con tintes místicos" tiene consistencia ya ha concluído antes. No mido poderío ni me interesa que algunas reglas de creación se modifiquen, prefiero saltármelas para que la mecánica calce con el concepto. Nuevamente y como he hecho énfasis en todo este debate, depende de cada grupo. Mi experiencia personal es una entre millones y, probablemente, lejos del promedio o la zona en torno a la mediana.
Si, finalmente todo el esfuerzo del juego en mesa con un grupo estable depende del compromiso de todas las personas que participan. En la partida de Mano negra (Tal'Mahe'Ra): Gehenna que narraba el año pasado, un jugador simplemente desapareció sin dar mayores explicaciones después del segundo capítulo. Sin embargo, dos sesiones después había dos jugadoras nuevas listas para asumir el compromiso.
¿Valió la pena, el esfuerzo, la energía, el tiempo y todo lo demás? Sin duda. Y, mucho más que hacer clic en un botón de me gusta. De otro modo, todo el grupo habría puesto sus teléfonos sobre sus hojas de personaje, en lugar de lápices y anotaciones diversas en modo analógico.
¿Es difícil conseguir tal cosa? Por supuesto.
¿Es fácil frustrarse cuándo se falla? Sin duda, pero de fallo en fallo… quizás se llegue al éxito. Descorazonarse y perder la ilusión era más difícil en los '80 o los '90, cuando la tecnología era menos amable que ahora. Se requiere mucho temple y convicción para apelar a la imaginación en 2 mil 20. Y, por supuesto, comprendo la utilidad de la tecnología… de otro modo, estaría en una caverna pintando los muros y contando historias a la la luz de una fogata con una tribu.
Una cosa es usar la tecnología y otra, muy distinta, es la dependencia a ella. Que ya están de moda las clínicas de desintoxicación digital para vivir un rato casi como la tribu en la caverna.