[Anaís] Reforzando la seguridad
Moderador: Baudelaire
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Re: [Anaís] Reforzando la seguridad
Al pasar frente a la tienda de abarrotes, la dueña te hace señas para que entres. Dudas un momento, pero quizás podrías atenderla con rapidez… aunque ya sabes que quizás se trate de alguna trivialidad que podría demorarte innecesariamente.
Lo cierto es que con el rabillo del ojo ves la capilla, la campana en lo alto parece desvencijada y oscila sin que sople el viento. La puerta frontal tiene marcas profundas en su madera y la cerradura parece forzada. Enfocas tu mirada al arbusto y parece intacto, lo que sea que haya ocurrido en el edificio… parece haber dejado el lugar secreto sin ser tocado. Hasta que comienza a perder sus hojas, una tras otra, casi como en una cascada.
El tallo, antes verdoso, comienza a marchitarse y las ramas parecen resquebrajarse. Tal nivel de desmoronamiento en una planta solamente lo habías presenciado en árboles de más de medio milenio… jamás aquí en la aldea.
La dueña cambia sus gestos por gritos y al regresar para posar tus ojos al interior de la tienda… descubres que una silueta en la penumbra parece esta estrangulándola. Te has dado cuente que haber ido a Venecia habría significado la muerte de la mujer, pero lo único que tienes a mano es el bolso. Lo haces girar como la honda de David y al soltarlo observas como golpea directamente en la cabeza a la criatura misteriosa.
Lo cierto es que con el rabillo del ojo ves la capilla, la campana en lo alto parece desvencijada y oscila sin que sople el viento. La puerta frontal tiene marcas profundas en su madera y la cerradura parece forzada. Enfocas tu mirada al arbusto y parece intacto, lo que sea que haya ocurrido en el edificio… parece haber dejado el lugar secreto sin ser tocado. Hasta que comienza a perder sus hojas, una tras otra, casi como en una cascada.
El tallo, antes verdoso, comienza a marchitarse y las ramas parecen resquebrajarse. Tal nivel de desmoronamiento en una planta solamente lo habías presenciado en árboles de más de medio milenio… jamás aquí en la aldea.
La dueña cambia sus gestos por gritos y al regresar para posar tus ojos al interior de la tienda… descubres que una silueta en la penumbra parece esta estrangulándola. Te has dado cuente que haber ido a Venecia habría significado la muerte de la mujer, pero lo único que tienes a mano es el bolso. Lo haces girar como la honda de David y al soltarlo observas como golpea directamente en la cabeza a la criatura misteriosa.
- Leohan
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Re: [Anaís] Reforzando la seguridad
El golpe es firme y con un sonido satisfactorio. Aunque probablemente nunca vaya a ser usado para bloquear puertas, la providencia le ha dado una función al horrible candado: ser una excelente plomada de cinco libras sobre la cabeza de mi oponente.
Corro hacia la tienda, sabiendo que tengo poco tiempo que perder. Tendré que agradecerle a Giancarlo, que no debe tener idea de cuanta razón tuvo de avisarme que venga aquí ¿Dónde está el resto de su célula? ¿Y qué está ocurriendo en la capilla?
Me abalanzo con determinación contra la criatura. Tendré que ser incesante y despacharlo lo antes posible.
Corro hacia la tienda, sabiendo que tengo poco tiempo que perder. Tendré que agradecerle a Giancarlo, que no debe tener idea de cuanta razón tuvo de avisarme que venga aquí ¿Dónde está el resto de su célula? ¿Y qué está ocurriendo en la capilla?
Me abalanzo con determinación contra la criatura. Tendré que ser incesante y despacharlo lo antes posible.
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Anaís usa un punto de Convicción para aumentar su fuerza con Transfiguración de la Carne. Va a intentar enfrentarse al enemigo con los puños. Si eso demuestra ser ineficiente o si siente que está perdiendo el tiempo, va a tomar de nuevo su bolso con el candado y usarlo como un mayal
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Re: [Anaís] Reforzando la seguridad
Rezas con fervor para solicitar la Gracia de aumentar tu tono muscular y te lanzas hacia la criatura que yace en el suelo, mientras la dueña de la tienda se aleja hacia la puerta tratando de respirar. El primer puñetazo le llega directo al estómago, porque ya estaba de rodillas. El segundo va hacia su mentón, lanzándola contra el muro. Sigue de pie, pero tienes un instante para tomar el bolso y darle otro golpe con el candado.
En esta ocasión el crujido es horrible, le has partido el cráneo. A contraluz, puedes ver un par de cuernos y piel correosa. Desde su cerebro surgen unos pequeños filamentos amarillentos que comienzan a atrapar la sangre que sale: está regenerando la herida. Tomas de nuevo impulso para darle nuevamente, pero alguien toma tu mano y te hace retroceder. Es un hombre mayor, lo miras con atención: ¡el panadero!
Lleva en su mano una biblia y una cruz, comienza a realizar el sagrado rito del exorcismo contra el demonio. Jamas te habrías imaginado que Alessandro Contarini era parte de la inquisición sombría y tampoco que estaba dentro de la célula de Giancarlo.
Otra mujer y otro hombre se colocan a cada lado tuyo, ella carga un incensario y él… un cuenco con agua bendita. Afuera, otra mujer se lleva a la dueña de la tienda para evitar que contemple los acontecimientos. Te toma un momento, pero reconoces a la pareja. Se trata de Domenica Contarini, la hija del panadero y su primo Reinaldo Polo. Parece que la luz del todopoderoso ha llegado a tiempo para combatir la oscuridad.
Te invitan a seguir el cántico, mientras el demonio comienza a encorvarse. Chilla mientras se toma la cabeza, hasta que finalmente en una llamarada verdeazulosa se desvanece.
¿Anaís? ¿Qué haces aquí? No sabía que podías blandir tan bien un bolso ni que…
Alessandro duda, pero menciona la plegaria secreta de la inquisición sombría. Muy útil para evitar confusiones, especialmente considerando que puede haber agentes del enemigo infiltrados en ella.
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Así la Convicción se reduce de 5 a 4.
En esta ocasión el crujido es horrible, le has partido el cráneo. A contraluz, puedes ver un par de cuernos y piel correosa. Desde su cerebro surgen unos pequeños filamentos amarillentos que comienzan a atrapar la sangre que sale: está regenerando la herida. Tomas de nuevo impulso para darle nuevamente, pero alguien toma tu mano y te hace retroceder. Es un hombre mayor, lo miras con atención: ¡el panadero!
Lleva en su mano una biblia y una cruz, comienza a realizar el sagrado rito del exorcismo contra el demonio. Jamas te habrías imaginado que Alessandro Contarini era parte de la inquisición sombría y tampoco que estaba dentro de la célula de Giancarlo.
Otra mujer y otro hombre se colocan a cada lado tuyo, ella carga un incensario y él… un cuenco con agua bendita. Afuera, otra mujer se lleva a la dueña de la tienda para evitar que contemple los acontecimientos. Te toma un momento, pero reconoces a la pareja. Se trata de Domenica Contarini, la hija del panadero y su primo Reinaldo Polo. Parece que la luz del todopoderoso ha llegado a tiempo para combatir la oscuridad.
Te invitan a seguir el cántico, mientras el demonio comienza a encorvarse. Chilla mientras se toma la cabeza, hasta que finalmente en una llamarada verdeazulosa se desvanece.
¿Anaís? ¿Qué haces aquí? No sabía que podías blandir tan bien un bolso ni que…
Alessandro duda, pero menciona la plegaria secreta de la inquisición sombría. Muy útil para evitar confusiones, especialmente considerando que puede haber agentes del enemigo infiltrados en ella.
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Re: [Anaís] Reforzando la seguridad
Observo antes que nada a mi bolso. Está manchado con sangre; pero no hay rastros del líquido amarillo, que debe haberse vuelto agua, como sucedió en mi casa con los animales infernales. Bien, significa que nadie ha oído la plegaria.
Le respondo apropiadamente. No hay duda: se trata de la célula inquisitorial de Giancarlo, perteneciente a la orden de San Teodosio ¿Quién diría que el núcleo de la familia del panadero tendría tantos inquisidores sombríos? Aunque supongo que es el punto de la organización: el ocultamiento a plena vista.
Ciertamente actuaron de forma muy ágil. Aunque yo sea, como dice Giancarlo, la mejor combatiente entre los Caballeros en este rincón del mundo… los exorcismos no están entre mis habilidades, y siempre es bueno emparejarse con inquisidores cuyas habilidades se sinergicen entre sí.
Giancarlo está lidiando con una emergencia, pero tenía algo que mostrarles. Me dijo que viniera en su lugar, aunque no sabía que estaríamos bajo el ataque de fuerzas demoníacas. Miro alrededor ¿Queda alguno más?
Contemplo mi arma improvisada. Si me encuentro en una pelea prolongada, quizás convenga cortar un extremo de la correa, lo cual me daría mayor versatilidad para definir el rango del arma.
Le respondo apropiadamente. No hay duda: se trata de la célula inquisitorial de Giancarlo, perteneciente a la orden de San Teodosio ¿Quién diría que el núcleo de la familia del panadero tendría tantos inquisidores sombríos? Aunque supongo que es el punto de la organización: el ocultamiento a plena vista.
Ciertamente actuaron de forma muy ágil. Aunque yo sea, como dice Giancarlo, la mejor combatiente entre los Caballeros en este rincón del mundo… los exorcismos no están entre mis habilidades, y siempre es bueno emparejarse con inquisidores cuyas habilidades se sinergicen entre sí.
Giancarlo está lidiando con una emergencia, pero tenía algo que mostrarles. Me dijo que viniera en su lugar, aunque no sabía que estaríamos bajo el ataque de fuerzas demoníacas. Miro alrededor ¿Queda alguno más?
Contemplo mi arma improvisada. Si me encuentro en una pelea prolongada, quizás convenga cortar un extremo de la correa, lo cual me daría mayor versatilidad para definir el rango del arma.
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Re: [Anaís] Reforzando la seguridad
Domenica, a quién solamente habías visto un par de veces en la panadería, te toca el hombre y te invita a seguirles al refugio.
La cruz de Acre tiene fama de reclutar gente llena de paranoia, pero supongo que San Teodosio no lo hace mejor… saben que nos gusta meter las narices en los asuntos del enemigo, con todo lo que ello implica.
Reinaldo, regresa desde el interior de la tienda, para confirmarte que todo está despejado.
Es bueno tener una caballera aquí, prima. Nos ha dejado preparado al demonio para el exorcismo, pero me parece interesante que nunca nos hubiéramos enterado que había alguien de otra orden en la aldea.
Una vez fuera, confirmas que el marchitamiento del enebro ha revelado aquella puerta que te indicaba Giancarlo y que ahora es abierta por Alessandro. Habrá que conseguir otra planta para volver a cubrirla… pero en otro momento, pues te hacen ingresar primero por un estrecho pasillo que comunica con una plataforma helicoidal que comunica con un subterráneo bajo el edificio contiguo. Oculto a plena vista, el refugio de esta célula inquisitorial.
El panadero te indica un pequeño taburete para que te acomodes.
Bienvenida, Anaís. He aquí nuestro lugar secreto, dónde se reúne "La rosa de pétalos violetas".
La mujer que se había llevado a la dueña de la tienda, la ha dejado tendida en una litera conmocionada por los acontecimientos y yace reposando en un sueño ligero. Reconoces a la última integrante: la hermana mayor de la pequeña Perséfone. Sabías que vive con su esposo en Florencia, por lo que solamente la habías conocido por la descripción de la niña.
Soy Jacinta, signora Anaís. Apenas había llegado a la aldea y me topo con este acontecimiento, ni siquiera he podido saludar a mi hermana… ¿sabéis algo de ella?
La cruz de Acre tiene fama de reclutar gente llena de paranoia, pero supongo que San Teodosio no lo hace mejor… saben que nos gusta meter las narices en los asuntos del enemigo, con todo lo que ello implica.
Reinaldo, regresa desde el interior de la tienda, para confirmarte que todo está despejado.
Es bueno tener una caballera aquí, prima. Nos ha dejado preparado al demonio para el exorcismo, pero me parece interesante que nunca nos hubiéramos enterado que había alguien de otra orden en la aldea.
Una vez fuera, confirmas que el marchitamiento del enebro ha revelado aquella puerta que te indicaba Giancarlo y que ahora es abierta por Alessandro. Habrá que conseguir otra planta para volver a cubrirla… pero en otro momento, pues te hacen ingresar primero por un estrecho pasillo que comunica con una plataforma helicoidal que comunica con un subterráneo bajo el edificio contiguo. Oculto a plena vista, el refugio de esta célula inquisitorial.
El panadero te indica un pequeño taburete para que te acomodes.
Bienvenida, Anaís. He aquí nuestro lugar secreto, dónde se reúne "La rosa de pétalos violetas".
La mujer que se había llevado a la dueña de la tienda, la ha dejado tendida en una litera conmocionada por los acontecimientos y yace reposando en un sueño ligero. Reconoces a la última integrante: la hermana mayor de la pequeña Perséfone. Sabías que vive con su esposo en Florencia, por lo que solamente la habías conocido por la descripción de la niña.
Soy Jacinta, signora Anaís. Apenas había llegado a la aldea y me topo con este acontecimiento, ni siquiera he podido saludar a mi hermana… ¿sabéis algo de ella?
- Leohan
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Re: [Anaís] Reforzando la seguridad
Hasta cierto punto, el estrecho pasillo que lleva a la cámara me hace recordar a la guarida de Angelino, aunque es menos laberíntica. Ciertamente será necesario encontrar un reemplazo para la planta, si se quisiere mantener su secreto.
Tomo asiento ¿así que ésta es la célula de Giancarlo? Me pregunto qué clase de cosas se hablan aquí. Todavía no me han asignado a una, así que no tengo mucha referencia acerca de las dinámicas ¿Acaso existen diferencias entre las formas de las órdenes de San Teodosio y la de los Pobres Caballeros de la Cruz de Acre?
Es interesante. Imaginé que me habría mencionado a su gente, considerando nuestras frecuentes reuniones. Pero parece que ha sido absolutamente discreto al respecto: una gran virtud, cuando se trata de la inquisición sombría.
Hola Jacinta, respondo, pensando en cómo dar la noticia respecto a Perséfone. Lo último que he oído acerca de ella es que haría una visita al palacio doxal en Venecia. Giancarlo está yendo por ella ahora mismo… No debemos sucumbir al pánico en este momento; y tampoco estamos completamente a salvo, pero tenemos motivos para creer que ella está siendo observada por nuestros enemigos. Así que Giancarlo se infiltrará al palacio para asegurarse de que esté bien.
No es una noticia agradable para darle a una hermana, pero ocultárselo sería aún peor.
Tomo asiento ¿así que ésta es la célula de Giancarlo? Me pregunto qué clase de cosas se hablan aquí. Todavía no me han asignado a una, así que no tengo mucha referencia acerca de las dinámicas ¿Acaso existen diferencias entre las formas de las órdenes de San Teodosio y la de los Pobres Caballeros de la Cruz de Acre?
Es interesante. Imaginé que me habría mencionado a su gente, considerando nuestras frecuentes reuniones. Pero parece que ha sido absolutamente discreto al respecto: una gran virtud, cuando se trata de la inquisición sombría.
Hola Jacinta, respondo, pensando en cómo dar la noticia respecto a Perséfone. Lo último que he oído acerca de ella es que haría una visita al palacio doxal en Venecia. Giancarlo está yendo por ella ahora mismo… No debemos sucumbir al pánico en este momento; y tampoco estamos completamente a salvo, pero tenemos motivos para creer que ella está siendo observada por nuestros enemigos. Así que Giancarlo se infiltrará al palacio para asegurarse de que esté bien.
No es una noticia agradable para darle a una hermana, pero ocultárselo sería aún peor.
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Re: [Anaís] Reforzando la seguridad
Jacinta se nota consternada y curiosa a la vez. Por supuesto, le preocupa la integridad de su hermana menor… al mismo tiempo que desea saber si tiene relación con su última carta.
Perséfone había estado ahorrando por meses, quería comprar un ajedrez para regalárselo a su novio. Nunca le he visto con algún chico y menos que se interese en alguno. Pensaba que se trata de un amigo imaginario, pero según me contáis seguramente es alguien de la corte. Esa chiquilla nunca pudo dejar pasar…
Entonces ata los cabos, ajedrez más palacio doxal es igual a Alessandro Dandolo. Mira a Reinaldo y Doménica que reconocen inmediatamente el pánico en su rostro. Con un simple gesto se marchan, dejándote con Jacinta y Alessandro el panadero. Es él quién toma la palabra.
Anaís, me temo que ya es tarde. Has llegado a tiempo hasta aquí, pero Giancarlo ya debe haber sido capturado. Sin embargo, ya está en marcha un plan de contingencia que significa que debemos irnos a tu cabaña. Este lugar ha dejado de ser seguro.
El panadero se levanta y saca el bulto del interior tu bolso, para luego devolvértelo. Observa el paño y nota una pequeña rasgadura por la que ha proliferado el moho. Ahora, el enemigo sabe exactamente dónde están y qué harán. Por ello, lo que sigue es solamente en gestos. Salen de la capilla e instala el candado en la puerta para quemar la tela, una hermosa distracción. Apunta hacia el norte, el sendero que lleva al monasterio en que tu madre recibió parte de su tratamiento antes de viajar a Padua.
Luego de varios minutos de carrera, están junto aquel arroyo en que encontraste una vez a Museo.
Muy bien, ¿y ahora? ¿qué hacemos?
Es Jacinta la que pregunta. La orden de San Teodosio y su Rosa de pétalos violetas trabajan con una coordinación increíble. Parecen ir varios pasos delante tuyo, manejan más información y tienen una capacidad para leer los detalles que les hace distintos a los caballeros de Acre. Si bien siempre has sido una mujer astuta, por primera vez desde tu consagración e incluso desde tu época de la escuela… te sientes completamente descolocada. Incapaz de hacerte una imagen completa de lo que realmente está ocurriendo, salvo que el enemigo tiene información equivocada.
El único detalle horrible es que la dueña de la tienda de abarrotes se ha quedado encerrada en el subterráneo, ya no tan secreto, de la capilla.
Perséfone había estado ahorrando por meses, quería comprar un ajedrez para regalárselo a su novio. Nunca le he visto con algún chico y menos que se interese en alguno. Pensaba que se trata de un amigo imaginario, pero según me contáis seguramente es alguien de la corte. Esa chiquilla nunca pudo dejar pasar…
Entonces ata los cabos, ajedrez más palacio doxal es igual a Alessandro Dandolo. Mira a Reinaldo y Doménica que reconocen inmediatamente el pánico en su rostro. Con un simple gesto se marchan, dejándote con Jacinta y Alessandro el panadero. Es él quién toma la palabra.
Anaís, me temo que ya es tarde. Has llegado a tiempo hasta aquí, pero Giancarlo ya debe haber sido capturado. Sin embargo, ya está en marcha un plan de contingencia que significa que debemos irnos a tu cabaña. Este lugar ha dejado de ser seguro.
El panadero se levanta y saca el bulto del interior tu bolso, para luego devolvértelo. Observa el paño y nota una pequeña rasgadura por la que ha proliferado el moho. Ahora, el enemigo sabe exactamente dónde están y qué harán. Por ello, lo que sigue es solamente en gestos. Salen de la capilla e instala el candado en la puerta para quemar la tela, una hermosa distracción. Apunta hacia el norte, el sendero que lleva al monasterio en que tu madre recibió parte de su tratamiento antes de viajar a Padua.
Luego de varios minutos de carrera, están junto aquel arroyo en que encontraste una vez a Museo.
Muy bien, ¿y ahora? ¿qué hacemos?
Es Jacinta la que pregunta. La orden de San Teodosio y su Rosa de pétalos violetas trabajan con una coordinación increíble. Parecen ir varios pasos delante tuyo, manejan más información y tienen una capacidad para leer los detalles que les hace distintos a los caballeros de Acre. Si bien siempre has sido una mujer astuta, por primera vez desde tu consagración e incluso desde tu época de la escuela… te sientes completamente descolocada. Incapaz de hacerte una imagen completa de lo que realmente está ocurriendo, salvo que el enemigo tiene información equivocada.
El único detalle horrible es que la dueña de la tienda de abarrotes se ha quedado encerrada en el subterráneo, ya no tan secreto, de la capilla.
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Re: [Anaís] Reforzando la seguridad
Se ha vuelto obvio que saben algo que yo no ¿Por qué tanta seguridad que se trata de una trampa? Independientemente, no haber revisado el candado antes de ir a la guarida, fue un tremendo error.
Luego podremos preocuparnos por la amable Perséfone. Si Jacinta es de fiar, y no tengo motivo para pensar lo contrario, la situación es de máximo apuro. Y siendo yo la que mejor conoce a la ciudad, recae en mí la responsabilidad de guiar a esta célula.
Veo dos opciones, digo, pero no es que alguna me guste. La primera es ir al palacio doxal. Allí podremos verificar que nuestros miedos estén justificados y, entonces, hacer una investigación. Por otra parte, conozco de un lugar que sería un escondite perfecto para las fuerzas diabólicas. Independientemente, si tenemos razón, ambos lugares serán trampas excelentes.
Miro a Jacinta y luego a Alessandro.
Lo que elegiremos es dónde preferiremos lidiar con la trampa, entonces: el palacio doxal es un espacio más abierto que nos beneficiará, pero creo que deberíamos ir a la guarida… y derrotar al enemigo en su fuente.
No hay garantía que tenga razón en éste caso, pero hay evidencia, en que ya he visto criaturas demoníacas allí en el pasado. Por supuesto, en esta ocasión no contaré con la invaluable ayuda del grupo de Angelino, pero cinco inquisidores sombríos juntos deberían ser un buen reemplazo.
Necesitaré un arma, les digo. Al no haber ido a mi cabaña después de todo, me he quedado indefensa. Y si alguien tiene alguna especie de varilla fina o algo similar con lo que pueda improvisar una ganzúa, éso nos ayudaría para ingresar.
Luego podremos preocuparnos por la amable Perséfone. Si Jacinta es de fiar, y no tengo motivo para pensar lo contrario, la situación es de máximo apuro. Y siendo yo la que mejor conoce a la ciudad, recae en mí la responsabilidad de guiar a esta célula.
Veo dos opciones, digo, pero no es que alguna me guste. La primera es ir al palacio doxal. Allí podremos verificar que nuestros miedos estén justificados y, entonces, hacer una investigación. Por otra parte, conozco de un lugar que sería un escondite perfecto para las fuerzas diabólicas. Independientemente, si tenemos razón, ambos lugares serán trampas excelentes.
Miro a Jacinta y luego a Alessandro.
Lo que elegiremos es dónde preferiremos lidiar con la trampa, entonces: el palacio doxal es un espacio más abierto que nos beneficiará, pero creo que deberíamos ir a la guarida… y derrotar al enemigo en su fuente.
No hay garantía que tenga razón en éste caso, pero hay evidencia, en que ya he visto criaturas demoníacas allí en el pasado. Por supuesto, en esta ocasión no contaré con la invaluable ayuda del grupo de Angelino, pero cinco inquisidores sombríos juntos deberían ser un buen reemplazo.
Necesitaré un arma, les digo. Al no haber ido a mi cabaña después de todo, me he quedado indefensa. Y si alguien tiene alguna especie de varilla fina o algo similar con lo que pueda improvisar una ganzúa, éso nos ayudaría para ingresar.
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Re: [Anaís] Reforzando la seguridad
Doménica cruza la vista con Reinaldo al reunirse con ustedes, para luego posar sus ojos en Alessandro. Probablemente él es el líder de la Rosa de pétalos violeta, un nombre que te sigue intrigando.
Parece todo despejado, tío. De seguro es en aquella mansión, hemos recogido el correo secreto y nos indica que hay un cargamento de telas que viene de Florencia.
El panadero se mesa la barba blanquecina y añade.
Es lo que nos había comentado Giancarlo. Que utilizaban a ese comerciante, un tal Piero, para encubrir sus propias cajas llenas de inmundicias. Él nunca supo de qué se trataba.
Por supuesto, la fuente no está en Venecia, sino muy cerca de la aldea. Lo mencionó el heraldo en su visita, que estaban convencidos que las criaturas habían sido invocadas por aquí. Aunque eso del mercader de telas es un dato que desconocías. Aprovecharse un hombre ingenuo para pasar sus impíos artefactos e ingredientes alquímicos corruptos.
Conozco a ese tal Piero, algunas señoras hablaban mucho de los servicios extra que entregaba. Pero me parece que se había entregado a la castidad, todas ellas se mostraban frustradas. Después hizo un viaje a Bavaria… desconozco el resto de la historia.
Los tentáculos del enemigo se extienden de ciudad en ciudad según informa Jacinta. Pasando por estos mismos parajes, incluso aquella guerra en ciernes podría haber sido originada por demonios infiltrados en cada palacio. La orden de San Teodosio está compuesta por gente que sabe como buscar conexiones y pistas ocultas al ojo inexperto. Más preocupación por discernir y menos por golpear.
Anaís, el candado tenía un moho capaz de transmitir imágenes y sonido a su maligno amo. Giancarlo ha sido consagrado hace muy poco y desconocía tales sortilegios. Lo que hemos hecho es hacer que busquen en tu cabaña. Vendrán directo a nuestra trampa, en lugar de ir hacia la que han puesto en Venecia. Una vez allá, seguro podrás recuperar tus armas sin problemas.
Alessandro habla con sabiduría, ha refutado tu idea de marchar a la ciudad directamente al boca del lobo… porque, en realidad, el pastor de la bestia está aquí al lado. Sigues, de todos modos, temiendo por la pequeña Perséfone y el ajedrez que le lleva al otro Alessandro.
Nunca he comprendido mucho a la cruz de Acre, pero jamás está demás contar con una gran caballera como tú.
Doménica te palmea suavemente el hombro dándote confianza. Jacinta, junto al panadero, parece demasiado tranquila. Pero lo que realmente te preocupa es saber que está haciendo Giancarlo en el palacio doxal… sirviendo de carnada viva.
Parece todo despejado, tío. De seguro es en aquella mansión, hemos recogido el correo secreto y nos indica que hay un cargamento de telas que viene de Florencia.
El panadero se mesa la barba blanquecina y añade.
Es lo que nos había comentado Giancarlo. Que utilizaban a ese comerciante, un tal Piero, para encubrir sus propias cajas llenas de inmundicias. Él nunca supo de qué se trataba.
Por supuesto, la fuente no está en Venecia, sino muy cerca de la aldea. Lo mencionó el heraldo en su visita, que estaban convencidos que las criaturas habían sido invocadas por aquí. Aunque eso del mercader de telas es un dato que desconocías. Aprovecharse un hombre ingenuo para pasar sus impíos artefactos e ingredientes alquímicos corruptos.
Conozco a ese tal Piero, algunas señoras hablaban mucho de los servicios extra que entregaba. Pero me parece que se había entregado a la castidad, todas ellas se mostraban frustradas. Después hizo un viaje a Bavaria… desconozco el resto de la historia.
Los tentáculos del enemigo se extienden de ciudad en ciudad según informa Jacinta. Pasando por estos mismos parajes, incluso aquella guerra en ciernes podría haber sido originada por demonios infiltrados en cada palacio. La orden de San Teodosio está compuesta por gente que sabe como buscar conexiones y pistas ocultas al ojo inexperto. Más preocupación por discernir y menos por golpear.
Anaís, el candado tenía un moho capaz de transmitir imágenes y sonido a su maligno amo. Giancarlo ha sido consagrado hace muy poco y desconocía tales sortilegios. Lo que hemos hecho es hacer que busquen en tu cabaña. Vendrán directo a nuestra trampa, en lugar de ir hacia la que han puesto en Venecia. Una vez allá, seguro podrás recuperar tus armas sin problemas.
Alessandro habla con sabiduría, ha refutado tu idea de marchar a la ciudad directamente al boca del lobo… porque, en realidad, el pastor de la bestia está aquí al lado. Sigues, de todos modos, temiendo por la pequeña Perséfone y el ajedrez que le lleva al otro Alessandro.
Nunca he comprendido mucho a la cruz de Acre, pero jamás está demás contar con una gran caballera como tú.
Doménica te palmea suavemente el hombro dándote confianza. Jacinta, junto al panadero, parece demasiado tranquila. Pero lo que realmente te preocupa es saber que está haciendo Giancarlo en el palacio doxal… sirviendo de carnada viva.
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Re: [Anaís] Reforzando la seguridad
Una parte de mí se siente indignada ¿en serio no iremos a asegurarnos de que Perséfone y Giancarlo se encuentran bien? Incluso Jacinta parece tener sus prioridades desordenadas: ¿cómo es que no tiene urgencia alguna para conocer el estado de su propia hermana?
Pero algo es seguro: no puedo ir a buscarlos sin el apoyo completo de la célula de Giancarlo. Como él dijo, es una trampa perfecta. Me conviene no discutir e ir a la cabaña y hacer nuestra propia trampa, como ellos sugieren. Aunque de seguro nos esperará una terrible pelea allí. Las fuerzas oponentes ya han podido ver lo que yo logré por mi cuenta ¿Qué es lo que considerarán necesario utilizar contra semejante cantidad de inquisidores sombríos?
No es una batalla que no esté dispuesta a luchar, igualmente. Las tropas infernales que intenten derribarme son tropas que no atacarán a mi ciudad.
Muy bien. Vamos, digo resignada. Aunque si seguimos sin noticias de Giancarlo iré a Venecia. Espero tener su apoyo en ese momento.
Pero algo es seguro: no puedo ir a buscarlos sin el apoyo completo de la célula de Giancarlo. Como él dijo, es una trampa perfecta. Me conviene no discutir e ir a la cabaña y hacer nuestra propia trampa, como ellos sugieren. Aunque de seguro nos esperará una terrible pelea allí. Las fuerzas oponentes ya han podido ver lo que yo logré por mi cuenta ¿Qué es lo que considerarán necesario utilizar contra semejante cantidad de inquisidores sombríos?
No es una batalla que no esté dispuesta a luchar, igualmente. Las tropas infernales que intenten derribarme son tropas que no atacarán a mi ciudad.
Muy bien. Vamos, digo resignada. Aunque si seguimos sin noticias de Giancarlo iré a Venecia. Espero tener su apoyo en ese momento.