
Mithras fue un Matusalén Ventrue de la Cuarta Generación que gobernó durante siglos en Europa como Príncipe de Londres y monarca de las Baronías de Avalon.
El hombre que se convertiría en Mithras nació en la antigua Persia y sirvió en el ejército como general. Fue enviado contra los rebeldes que se ocultaban en las montañas. Tras una campaña larga y sangrienta, todos los rebeldes fueron eliminados excepto, que una noche entró en la tienda de Mithras sin ser molestado. Con su poder sobrenatural silenció al general y lo obligó a escucharle. No deseaba hacerle daño, sino que estaba impresionada por las capacidades del general y le dio a elegir entre la vida eterna o una muerte rápida. Mithras eligió vivir y esperó el momento para regresar, fingiendo su propia desaparición mientras exploraba sus nuevos poderes. Cuando regresó a la civilización humana fue reverenciado como la reencarnación viviente del "dios de la guerra" de varios pueblos. Como Señor de la Luz, Mithras se presentó como heraldo de la civilización y la moralidad, que pasaba el día guiando al sol en los cielos, por lo que sólo se presentaba de noche.
El Culto de Mithras se extendió rápidamente hacia el este y el oeste y cuando Mithras oyó hablar de Roma, decidió viajar allí. Los ejércitos romanos le fascinaron, pues en vida había sido un soldado, y los acompañó a los diversos rincones del Imperio, prefiriendo viajar a las intrigas y políticas Cainitas de la ciudad de Roma. Su culto se extendió entre los soldados y se convirtió en una de las grandes religiones mistéricas del Imperio Romano. El propio Mithras terminó por asentarse en la ciudad de Londinium hacia el año 71 -la guerra constante contra los bárbaros britanos resultaba de su agrado. Viajó por la isla durante mucho tiempo, enfrentándose a los vampiros nativos que no estaban contentos con su intrusión. Mediante retorcidas manipulaciones, Mithras consiguió ascender a una posición de "Primero entre iguales" entre los Cainitas nativos. Su refugio en el Mitreo de Londinium se convirtió en un lugar de reunión para varios eruditos, entre ellos su compañero de clan Bindusara y el Antediluviano Assamita Haqim.
Sin embargo, el reinado de Mithras fue desafiado por otro culto mistérico similar que con el tiempo se convertiría en la nueva religión de estado del Imperio Romano. Cuando la atención de Roma se apartó de Britania, muchos jóvenes vampiros culparon a sus sires por el declive de sus rebaños y estalló una guerra civil entre los Cainitas loales. Aunque Mithras se alzó victorioso decidió retirarse al letargo durante un largo período de tiempo.
Mithras despertó con la llegada de los normandos a Inglaterra en el siglo XI, aunque no regresó a Londres hasta el año 1085. Cuando regresó, los romanos se habían marchado, siendo sustituidos por los normandos y un triunvirato de antiguos Ventrue. Aunque intentó reconstruir su culto e influencia, al principio se encontró con la resistencia de otros Cainitas, pero mediante el subterfugio y la manipulación consiguió despejar su camino hacia el poder y finalmente se convirtió en señor de las Baronías de Avalon mientras la sociedad mortal se estabilizaba durante el reinado de Enrique II de Inglaterra. Regresó a Londres en 1154, ocupando su lugar como monarca y señor feudal supremo de las Islas Británicas entre los Cainitas durante la Larga Noche.
Durante la Guerra de los Príncipes, Mithras luchó contra los Toreador, estableciendo con ellos el Tratado de la Rosa de manera similar a la Carta Magna entre los mortales en 1212. Ese mismo año también se enfrentó con Horus, el vengador inmortal, en su dominio. Mithras resultó debilitado en la batalla, así que muchos barones Cainitas intentaron rebelarse contra él. Mithras respondió abriendo su concilio de consejeros, incluyendo a Cainitas de todas las baronías de Inglaterra. Durante esta época Mithras comenzó a viajar otra vez, siguiendo a los ejércitos del rey Eduardo I de Inglaterra. Cuando regresó en el año 1348, la Peste Negra arrasó Londres, dificultando la alimentación de los vampiros. Mithras reaccionó expulsando a los indeseables Tremere y Setitas, pero no resolvió el problema.
Con el estallido de la Revuelta Anarquista, al principio Mithras rechazó unirse a la Camarilla, afirmando que "nunca se agazaparía en las sombras". En una conferencia entre su senescal Roger de Candem y representantes de los clanes Toreador y Ventrue en 1486 no obstante aceptó los principios básicos de la secta, aunque siguió negándose a unirse a ella. Las Leyes de la Sangre del dominio de Londres se parecían a las Tradiciones de la Camarilla. No obstante, la separación entre las Cortes de Avalon y la Camarilla permitió que Inglaterra se convirtiera en terreno neutral para la celebración de la Convención de Thorns. Durante este período también se produjeron varias insurrecciones Cainitas contra el dominio de Mithras, bajo la fachada de la Guerra de las Dos Rosas entre los mortales. Mithras destruyó a Nathaniel de Carlisle, Barón de Carlisle, por matar a su servidor Aethelwulf. Tras el asesinato de su senescal Roger de Candem en 1514, el Duque de Amber, un chiquillo de Mithras, se convirtió en senescal en ausencia del Príncipe, que a menudo se disfrazaba como un noble menor en la corte del rey Enrique VIII o viajaba por Europa. Cuando regresó y se encontró con que su chiquillo había cedido Escocia a los Toreador e incluso les había permitido introducir a sus peones en la corte real, retiró a su chiquillo como senescal y elevó a Valerius, otro Ventrue, como su mano derecha. Durante la Guerra Civil Inglesa entre los mortales, Mithras apoyó al bando de los Parlamentaristas para eliminar la influencia de los Toreador sobre la monarquía. Fue sólo mediante la mediación de la Justicar Violetta, del clan Toreador, que las relaciones entre Toreador y Ventrue mejoraron.
Después del terrible Gran Incendio de Londres de 1666, en el que estuvieron involucrados esbirros del Sabbat, espías Giovanni y mercenarios Setitas que buscaban el misterioso Fragmento de Sargón, Mithras adoptó un gobierno más personal sobre su dominio. Volvió a expulsar a los Setitas de Londres, en esta ocasión bajo la amenaza de Muerte Final si cualquiera de ellos era encontrado en su dominio. El Tratado de Durham de 1693 estableció la supremacía de los Ventrue de Gran Bretaña sobre los Toreador. Para evitar interferencias en la monarquía británica, proclamó la Corona como su dominio personal, prohibiendo la influencia de cualquier otro Vástago. En 1798 volvió a abandonar Londres en otro de sus viajes, visitando París y desapareciendo poco después, aunque se rumorea que se dirigió a Oriente, en lugares tan apartados como la India o incluso Australia. Regresó en 1885, y decepcionado con el gobierno de su senescal Valerius, que había aceptado la presencia de los Tremere en Londres, lo despidió y nombró a Anne Bowesley en su lugar.
Se dice que pasó un tiempo en un manicomio mortal, debido a la influencia provocada por su antigua amante, la Setita Kemintiri. Cuando sus manipulación fueron reveladas, huyó tras ser derrotada por la Toreador Regina Blake. Mithras recuperó el juicio y volvió a expulsar a los Setitas de Londres. Durante este período también se encargó de expulsar al rebelde William Biltmore y los Malkavian de Gales, contuvo la influencia de los Tremere manipulando a los Malkavian y se irritó ante la intrusión del Príncipe Drácula en su dominio.
Mithras cayó en letargo durante los bombardeos alemanes de Londres en la Segunda Guerra Mundial. Despertó a principios de la década de 1990, pero se mantuvo oculto mientras aguardaba su momento. En 1996 fue descubierto por los Lupinos, que reunieron a varias manadas y lo atacaron en su refugio. Consiguió derrotarlos, pero resultó terriblemente herido. Poco después Monty Coven, un antitribu Assamita, lo encontraba y diabolizaba. No obstante, el poder de Mithras era demasiado para el joven Cainita y poco a poco la conciencia del Matusalén comenzó a apoderarse de su nuevo cuerpo.
Cuando la Segunda Inquisición atacó Londres en el siglo XXI supuestamente Mithras se encontraba entre los caídos.