La Sombra, es un personaje creado inicialmente para la radio, llevado luego a la novela, el cómic y el cine. Se trata de un justiciero misterioso, oculto tras un sombrero de ala ancha, un largo abrigo y una especie de bufanda de color rojo, que cubre parte de su rostro. Combate a la criminalidad en la penumbra, armado con dos pistolas y poderes mentales. Anuncia su presencia con una risa siniestra. Su alter ego es el sofisticado millonario Lamont Cranston, aunque también protege su identidad secreta con otras dos apariencias: el aviador Kent Allard, y Fritz, un conserje de una comisaría de policía. En este modo de sostener una doble personalidad, el personaje se asemeja a otras figuras como Batman y El Zorro.
La Sombra cuenta con diversos poderes psíquicos, los cuales le fueron enseñados por los monjes tibetanos, gracias a los cuales dejó de ser el gánster Yinko, y halló la redención poniéndose al servicio del bien.
Su principal poder es la umbrakinesis, una habilidad psíquica que le permite manipular las sombras, y hasta usar la suya propia para fundirse con ella. De esta habilidad toma su nombre. Esa habilidad también le permite nublar las mentes y los pensamientos de los hombres con maldad en sus corazones, lo que ocasiona que sea invisible a los ojos de sus oponentes.
También posee dominio en menor medida sobre otras habilidades psíquicas, como la Telepatía y la Telekinesis, las cuales también usa con frecuencia.
La Sombra (
The Shadow, 1994).
En el Tíbet, después de la Primera Guerra Mundial, un estadounidense llamado Lamont Cranston, sucumbiendo a sus oscuros instintos, se establece como un señor de la guerra y un rey del opio bajo el alias de Yin-Ko (Chino mandarín para "Águila oscura") . Es secuestrado por sirvientes del Tulku , un hombre santo que exhibe poderes de otro mundo y conoce la identidad de Cranston. Le ofrece a Cranston la oportunidad de redimirse y convertirse en una fuerza del bien. Cranston se niega, pero es silenciado por el Phurba, una daga mística sensible voladora. Finalmente, Cranston permanece bajo la tutela del Tulku durante siete años. Además de someterse a un entrenamiento físico riguroso, aprende cómo hipnotizar a los demás, leer sus mentes y doblar sus percepciones para que no pueda ser visto, excepto, por supuesto, su sombra.
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