
MANUEL CAYO, PRIMOGÉNITO BANU HAQIM
Manuel nació en una familia de militares de León en 1875, y desde que era pequeño quiso seguir los pasos de su padre y de sus hermanos mayores. Cuando tuvo suficiente edad, él y sus hermanos se unieron al ejército español, y conocieron por primera vez el combate en la Guerra de Cuba.
Sólo Manuel regresó de Cuba, herido gravemente, después de que el ejército español fuera derrotado por los Estados Unidos. Debido a su participación heroica, fue condecorado y ascendido, pero pronto le aguardaría un nuevo campo de batalla en Marruecos, donde España trataba de resarcirse de las pérdidas coloniales.
En su nuevo destino como teniente coronel, Manuel dirigió varias de las acciones contra las tribus bereberes. Como había hecho en Cuba, pronto se ganó la confianza de algunos de los nativos, aprendiendo su idioma, costumbres y tácticas. Después de la derrota en Cuba, Manuel era consciente que a pesar de la superioridad tecnológica era imposible mantener la colonia sin el apoyo local.
Pero sus superiores querían victorias rápidas. A pesar de sus avisos, el ejército español avanzó más de lo que permitían sus fuerzas, y en 1921 tuvo lugar el desastre de Annual, que acabó con miles de soldados muertos. Manuel apenas consiguió huir, pero el principal golpe llegó cuando la incompetencia de sus superiores fue disculpada por el gobierno de España.
Fue uno de los participantes en el golpe de estado del general Miguel Primo de Rivera, que estableció un gobierno dictatorial en 1923. Cuando llegó el momento de regresar a Marruecos, Manuel dirigió las operaciones que llevaron a la victoria. Fue ascendido en el nuevo gobierno, y dirigió la ocupación colonial de los territorios conquistados tras la derrota de los rebeldes.
Sin embargo, cuando el gobierno del general Primo de Rivera cayó, siendo sustituido por la Segunda República, los servicios de Manuel no contaron tanto como su lealtad al dictador. El gobierno republicano lo apartó de sus funciones y lo envió a un destino apartado en la colonia del Sahara. Tras un año amargado y solo, pues debido a sus heridas no podía tener hijos, había entregado su vida al ejército, recibió la visita de alguien que le ofreció un nuevo destino: Domingo Badía, representante español de los Banu Haqim.
Recibió el Abrazo y pronto encontró una nueva pasión en el mundo de la noche. Se convirtió en uno de los diplomáticos del clan y un consejero en estrategia. Durante las décadas siguientes se reunió con Vástagos y Cainitas de diversos clanes y sectas, negociando acuerdos y contratos de asesinato, y dirigiendo varias operaciones en beneficio del clan. Visitaba con frecuencia España y Marruecos, debido a su conocimiento de ambos países, lo que también le permitió mantener sus contactos militares en el ejército.
Durante este período también participó en el reclutamiento de nuevos miembros del clan, especialmente entre soldados, espías y diplomáticos que podían resultar útiles para los Banu Haqim. El adiestramiento de los nuevos reclutas se convirtió en una de sus principales aficiones, despreocupándose de las intrigas que se estaban produciendo en el interior de su linaje.
Cuando se produjo el Cisma en el clan Banu Haqim, Manuel se unió a la facción que se unió a la Camarilla. Él y su sire negociaron con varios Vástagos españoles y marroquíes buscando asilo para su clan. Para Manuel fue toda una sorpresa cuando supo que Eliécer de Polanco, del clan Lasombra, uno de sus antiguos contactos en el Sabbat, se había unido a la Camarilla y solicitaba sus servicios.
Ambos llegaron a un acuerdo, y así Manuel se convirtió en el Primogénito y representante de su clan en Madrid, trayendo consigo a sus asistentes, tanto ghouls como otros Asesinos. La guerra que ha estallado entre la Camarilla y el Sabbat le ha permitido desempolvar sus talentos como estratega militar, y al mismo tiempo, también ha negociado la llegada de nuevos guerreros de su clan para que ayuden en la lucha contra el Sabbat. En cierto sentido, la guerra se ha convertido en su pasión, y sus compañeros de armas en su familia.
Manuel era un hombre mediados los cincuenta años cuando fue Abrazado. Es bastante alto, robusto, fibrado y en forma. Su escaso cabello pelirrojo está salpicado de canas, y tiene barba y bigote bien cuidados. Sus ojos son azules y curiosos, capaces de cambiar de una mirada afable a la cruedad en cuestión de un momento. Suele vestir con trajes formales, especialmente cuando se reúne con otros Vástagos, y usa un bastón gastado de contera de plata. Sus manos son callosas y llenas de cicatrices, por los que en ocasiones utiliza guantes. En conjunto, parece un caballero un poco anticuado.
Le encanta hablar y desplegar su anecdotario, en parte real y en parte de otras personas que ha conocido. Frecuenta la compañía de militares retirados, políticos y empresarios que ha conocido, desenvolviéndose con educación y elegancia. Cuando habla de negocios es un hombre práctico y justo, que sabe hasta cuándo tiene que soportar las faltas de respeto para salirse con la suya.
Abrazo: 1932
Generación: 9ª
Disciplinas: Celeridad 2, Hechicería de Sangre 3, Ofuscación 4, Presencia 3
Humanidad: 5
AHMED ABDEL-SALAM, ALGUACIL DE MADRID
Ahmed nació hacia 1903 en una aldea cerca de la ciudad de Tetuán, en una familia bereber pobre. Huérfano de padre y maltratado por su tío, huyó de casa, comenzó a ganarse la vida en las calles, tratando de conseguir algo para sobrevivir como podía, recurriendo a la mendicidad, pequeños recados y hurtos.
En una ocasión le robó la cartera a un español, y el caballero sin inmutarse le dijo:
-Devuélveme la cartera, y te daré un trabajo.
Ahmed desconfió, pero hizo lo que le decía. Y así conoció a Don Manuel Cayo, quien le dio un techo bajo el que vivir, lo convirtió en su recadero, y al mismo tiempo se preocupó de darle una educación. Ahmed aprendió español, y por su parte Don Manuel aprendió marroquí de él, así como las costumbres de los bereberes y árabes. Don Manuel era un hombre soltero, por lo que Ahmed se convirtió en su protegido.
Cuando tuvo suficiente edad, Don Manuel consiguió mediante su influencia que fuera aceptado como cadete en el ejército, recibiendo formación militar. Su origen marroquí despertaba recelos y desconfianza, pero Ahmed se esforzó por salir adelante.
Fue gracias a su ayuda que Don Manuel consiguió salvar la vida durante el desastre de Annual. Hizo creer a los rebeldes bereberes que era uno de ellos, y los engañó para conseguir que su protector se pusiera a salvo.
En los años siguientes Ahmed continuó trabajando como auxiliar del ejército español y ocasional espía. La ayuda de Don Manuel le ayudó en su propia carrera militar. Durante este período también se casó y tuvo varios hijos. Sin embargo, en 1936 unos rebeldes marroquíes lo capturaron y torturaron, pidiendo un rescate por él.
Permaneció encerrado durante semanas, hasta que finalmente su protector reapareció, ofreciéndole continuar a su lado. Fue así como se unió a las filas de los Banu Haqim.
Ahmed fue adiestrado entre los guerreros de Alamut, y cuando completó su adiestramiento, el propio Don Manuel lo reclutó como asistente. Desde entonces no se ha separado de su lado, participando en numerosos contratos y planes al servicio del clan de los Asesinos. Mientras su sire actúa como diplomático y mente maestra, Ahmed actúa como su puño ejecutor. Con el paso del tiempo ha reclutado varios asistentes ghouls, que le ayudan en su trabajo.
Cuando Don Manuel se trasladó a Madrid, Ahmed lo acompañó, y desde entonces se ha ocupado tanto de la seguridad de su sire como de la de otros Vástagos que han pagado su precio. Desde la muerte del anterior Alguacil luchando contra el Sabbat, Ahmed ha ocupado su puesto, coordinando a arcontes y otros guerreros de la Camarilla. Sabe que la lucha contra los Cainitas no es fácil, pero hasta el avispero más rebelde puede terminar cayendo.
Ahmed era un hombre de unos treinta años cuando fue Abrazado, aunque parece algo mayor. Es bajo y delgado, con un ligero aire cómico de comadreja, con su larga nariz, fino bigote y pequeños ojos negros. Su pelo rizado y negro tiene algunas canas. Es especialmente delgado debido a las privaciones que sufrió justo antes de recibir la sangre. Suele vestir con ropa práctica, con negros y grises, y a menudo cultiva un aire inofensivo y simpático. Sin embargo, cuando cumple sus obligaciones se comporta como todo un profesional práctico, que conoce su oficio y le gusta hacer las cosas bien.
Abrazo: 1936
Generación: 10ª
Disciplinas: Celeridad 4, Hechicería de Sangre 3, Ofuscación 3, Potencia 1
Humanidad: 6
ELIAS LAMAK
Elias nació en Batrún, en el Líbano, a principios del siglo XIX, en el seno de una familia religiosa de cristianos maronitas. Era el más pequeño de seis hermanos y hermanas, y desde su infancia sintió la llamada de la religión. Pronto aprendió a leer y escribir ayudado por uno de sus tíos, un sacerdote, y finalmente, y gracias a una donación generosa, consiguió ingresar en un monasterio para completar su formación.
La sencilla devoción de Elias fue acompañada de una sorprendente erudición. Puso en orden la biblioteca del monasterio, copió los documentos más valiosos y estropeados, y fue apreciado por sus hermanos y el abad. Con el tiempo se hizo famoso, sacerdotes y eclesiásticos de Siria y el Líbano acudieron al monasterio para consultar la erudición de Elias.
Algunos afirmaban que podría convertirse en santo, pero el destino tenía previsto otro destino muy diferente para el tranquilo monje erudito. En el año 1860 estallo una guerra civil en Siria, y drusos y cristianos maronitas se enfrentaron. Miles de cristianos fueron asesinados, y el monasterio de Elias fue atacado y saqueado. El propio Elias fue herido de gravedad.
En el monasterio se encontraba un agente de un antiguo Vástago Banu Haqim, quien avisó a su señor de lo ocurrido. El vampiro decidió salvarlo mediante su sangre, y Elias entró en su nueva vida lleno de terror, creyendo que había perdido su alma.
Durante semanas permaneció mudo y quieto, con la mirada perdida, y su sire creyó que había perdido la razón. Decidió llevarlo a Alamut, donde quizás podrían curar las heridas de su mente.
En Alamut Elias fue recibido por la comunidad de los eruditos Banu Haqim, que ya habían oído de su fama. Con palabras amables lo ayudaron a aceptar su nueva condición, y le abrieron las puertas de la sabiduría de los antiguos libros y documentos que atesoraba la fortaleza del clan.
El conocimiento fue la tabla de salvación de Elias, que se dedicó al estudio y la investigación como había hecho en vida, adoptando a sus hermanos de clan como había hecho con sus hermanos monjes. Aunque realizó ocasionales viajes, casi siempre permanecía dedicado al estudio, aprendiendo idiomas y los conocimientos esotéricos de su condición. En secreto comenzó la búsqueda de una salida a la maldición de Caín.
Se encontraba enfrascado en sus estudios cuando se produjo el Cisma de los Assamitas. Elias vio en el fanatismo de los seguidores de la Senda de la Sangre el mismo odio que había provocado la muerte de sus hermanos, y cuando tuvo la oportunidad huyó. A través de sus contactos encontró un refugio en Madrid, que le pareció apropiado.
Aunque todavía sigue entregado a sus estudios sobre la historia de la Estirpe y las propiedades de la sangre Cainita, en los últimos años Elias ha adoptado una actitud más activa, reuniéndose con eruditos de otros clanes. Es una figura respetada por su sabiduría, y sus compañeros de clan lo custodian como si se tratara de un santo, pues posee grandes conocimientos y conoce ritos de la sangre muy poderosos.
Elias tenía unos sesenta años cuando fue Abrazado. Es un hombre bajo y robusto, con el rostro arrugado de un asceta, cráneo rapado, barba blanca y bigote. Sus ojos negros transmiten sabiduría, y suele vestir con ropas sencillas y negras, que le dan un aspecto sacerdotal. Siempre se muestra muy educado, aunque por lo general habla poco, sumido en sus meditaciones personales. Mantiene su fe sencilla, y en medio de sus estudios siempre encuentra una pausa para rezar, y en ocasiones acude a misas nocturnas.
Abrazo: 1860
Generación: 9ª
Disciplinas: Auspex 3, Celeridad 1, Fortaleza 3, Hechicería de la Sangre 5, Ofuscación 2
Humanidad: 7