[Análisis] Estilos narrativos y coincidencias cósmicas

[Baudelaire]

Para quiénes me han leído antes; suelo enfatizar siempre la importancia de tener historia por sobre dados, mantener la diégesis (esa maravillosa coincidencia entre los que mi personaje y yo vamos experimentando dentro de la partida) y la co-creación que se da en los juegos de rol... que, en el fondo, son instancias para compartir y disfrutar (como cualquier otro juego).

Ayer sábado 23/septiembre, finalmente tuve la oportunidad de inscribirme para jugar en un evento presencial de rol. La partida estuvo magnífica, considerando que el narrador venía de España. Claramente lleva mucho tiempo en Chile, porque conoce a cabalidad nuestra versión del castellano. Según le consulté, es nativo de Aragón y pudimos conversar un rato antes de comenzar. Faltaba una media hora para la apertura de la biblioteca en que se desarrollarían las mesas.

Allí es dónde tocamos temas sobre la importancia de la regla de oro: por sobre todo, diviértete. Me permitió, sin mayores inconvenientes, agregar algunos rasgos interesantes a mi personaje. Ella, como espía, tenía una doble vida. Cuidando a una niña de familia noble, junto al resto del grupo (un guardaespaldas y un sacerdote), al mismo tiempo que tratando con los bajos fondos para tener información relevante.

¿Qué rasgos? Simplemente, que además de formar parte del séquito de la niña, era su profesora de ajedrez. La niña, además, había obtenido buenos resultados en los torneos. Siendo pública, además de su clase social y relevancia para los programas de farándula por su reciente ruptura de compromiso nupcial, justamente por su calidad como deportista y bien aspectada para convertirse en una joven campeona.

La probabilidad de encontrarme con un narrador extranjero en mi país y que concuerda profundamente con mi estilo narrativo es una coincidencia cósmica. El 93% del tiempo la pasamos interactuando narrativamente dentro de personaje, un 6% en explicaciones generales sobre el juego (Soles agonizantes) y sus mecánicas generales... el 1% restante fueron algunas tiradas. La digésis fue permanente, jamás alguna información que no tuviera relación directa con el grupo nos era presentando. Nada de combate táctico o similares.

Con una duración de algo menos de 3 horas, un desenlace inesperado y un epílogo gentil... nada más que aplaudir las coincidencias cósmicas. El contrato lúdico implícito se acordó al comienzo. Cada cual introdujo rasgos interesantes que quizás escapaban a lo estricto del manual, pero tuvieron una maravillosa recepción del narrador.

Al despedirnos me mencionó algo muy importante: "aquéllo de que el narrador está para entrenar al grupo es algo antiguo". Mi respuesta fue sencilla: "todo el mundo en la mesa debe divertirse, lo que te incluye". Supongo que nos volveremos a encontrar en otra ocasión, pero es muy grato saber que hay (al menos) otra excepción respecto a las partidas en que priman dados por sobre historia o si no está en el manual no sirve.