"Countdown" 3
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Montecristo (Jebediah_Gogorah)
Investigador ocultista
Re: "Countdown" 3
No sabe que ha llevado a sus compañeros de coterie a aquel antro de mala muerte. No le gusta. Desentona con el ambiente. Se siente observado y más presa que depredador. Había pasado muchas madrugadas en redadas infiinitas en antros como aquel, y estaba seguro que se habría granjeado decenas de enemigos durante aquella época.
Se tranquiliza al ubicar rápidamente a Pagliacci y verificar que mantiene una conversación distendida con otra tipa. Eso le relaja y consigue destensarlo y bajar, un poco, su nivel de amenaza. Se queda apoyado en la pared, prácticamente bajo el halo de una farola, en el justo espacio entre la sombra y la luz, en el preciso lugar donde su figura sea reconocida y a la vez, nadie caiga en su presencia.
Enciende un cigarro y deja que la lumbre ilumine algo su rostro, y espera a, o bien, ser introducido, o reagrupar a todos y largarse a aquel refugio subterráneo, como topos a la madriguera.
Se tranquiliza al ubicar rápidamente a Pagliacci y verificar que mantiene una conversación distendida con otra tipa. Eso le relaja y consigue destensarlo y bajar, un poco, su nivel de amenaza. Se queda apoyado en la pared, prácticamente bajo el halo de una farola, en el justo espacio entre la sombra y la luz, en el preciso lugar donde su figura sea reconocida y a la vez, nadie caiga en su presencia.
Enciende un cigarro y deja que la lumbre ilumine algo su rostro, y espera a, o bien, ser introducido, o reagrupar a todos y largarse a aquel refugio subterráneo, como topos a la madriguera.
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Pagliacci (Pagliacci)
Periodista
Re: "Countdown" 3
Vivían en un mundo extraño, algo más de veinte años atrás había estado buscando a Guadalupe sin descanso, aún recordaba las noches en vela pateando las calles, removiendo cielo y tierra para encontrarla y sacarla del arroyo. Recordaba el rostro macilento de Vanya dormido sobre el ordenador, él había sido un hermano para ella, siempre había estado a su lado, incluso en las aventuras, como aquella, en las que no llegaban a ninguna parte y la desesperación, el abatimiento y la tristeza se apoderaban de la periodista. Ahora era Guadalupe la que les ofrecía una salida, un salvavidas, cerrando un círculo que nunca se había llegado a dibujar.
La Caitiff suspiró profundamente, dejando que el aire frío se adentrara en sus pulmones, exhalando lentamente y sacando una parte del dolor y el estrés que llevaba a cuestas.
-Te lo agradezco mucho, haré lo que propones, les contaremos lo ocurrido y ojalá puedan ayudarnos.
Le tendió la mano, se sentía agradecida, una oleada de calidez recorría su interior, sus labios esbozaron una media sonrisa, tímida, como si no quisiera reconocer por completo aquella sensación que apenas podía recordar, la de sentirse humana de nuevo.
Se dirigió hacia la puerta del local y, al darse la vuelta, reconoció a Montecristo apoyado en la entrada del callejón. La sin-clan le hizo un gesto para que se acercara y abrió la entrada con la mano, dejando que el humo y el ruido se derramaran por un instante por el callejón.
-Este es Montecristo, el brujo.- Le dijo a Guadalupe, señalando a la figura distante que había surgido hacía unos segundos y ahora se aproximaba. Después se dirigió a él.- Esta es Guadalupe, mi… Mi amiga.
Las dudas se habían disipado y, aunque era difícil saber por qué y más aún decirlo en voz alta, confiaba en ella lo suficiente para poner su no-vida en sus manos. Con gesto decidido se acercó a la barra, donde Nyx y aquel tipo duro parecían trabados en su duelo de miradas.
La Caitiff suspiró profundamente, dejando que el aire frío se adentrara en sus pulmones, exhalando lentamente y sacando una parte del dolor y el estrés que llevaba a cuestas.
-Te lo agradezco mucho, haré lo que propones, les contaremos lo ocurrido y ojalá puedan ayudarnos.
Le tendió la mano, se sentía agradecida, una oleada de calidez recorría su interior, sus labios esbozaron una media sonrisa, tímida, como si no quisiera reconocer por completo aquella sensación que apenas podía recordar, la de sentirse humana de nuevo.
Se dirigió hacia la puerta del local y, al darse la vuelta, reconoció a Montecristo apoyado en la entrada del callejón. La sin-clan le hizo un gesto para que se acercara y abrió la entrada con la mano, dejando que el humo y el ruido se derramaran por un instante por el callejón.
-Este es Montecristo, el brujo.- Le dijo a Guadalupe, señalando a la figura distante que había surgido hacía unos segundos y ahora se aproximaba. Después se dirigió a él.- Esta es Guadalupe, mi… Mi amiga.
Las dudas se habían disipado y, aunque era difícil saber por qué y más aún decirlo en voz alta, confiaba en ella lo suficiente para poner su no-vida en sus manos. Con gesto decidido se acercó a la barra, donde Nyx y aquel tipo duro parecían trabados en su duelo de miradas.
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Nyx (DarkOsca)
Arquitecto
Re: "Countdown" 3
En una negociación es tan importante tener clara la situación de poder respecto a la otra parte como el punto en el que se encuentra el proceso. Según Nyx, este punto está cercano al de no retorno pero quiere todavía dar una última oportunidad.
-Es vuestra elección seguir colaborando con esos impresentables. Todavía estamos a tiempo de establecer nuestras propias normas.
Mantiene, por penúltima vez la mirada del motero y prepara su salida de la escena por si fuera necesario.
-Es vuestra elección seguir colaborando con esos impresentables. Todavía estamos a tiempo de establecer nuestras propias normas.
Mantiene, por penúltima vez la mirada del motero y prepara su salida de la escena por si fuera necesario.
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Re: "Countdown" 3
Montecristo saludó a la mujer de origen centroamericano sin comprender del todo cuál era su papel en aquella extraña noche. Pero si Pagliacci confiaba en ella, él confiaría en ella. O al menos no mostraría una hostilidad evidente. Había demasiados frentes abiertos que ponían en peligro la subsistencia de la Coterie como para despreciar el encuentro con una amiga. Aunque fuera en un lugar tan peculiar y aparentemente ajeno a vuestras andanzas como aquel antro de moteros.
El tipo volvió a ponerse las gafas de sol antes de levantarse apoyando al mismo tiempo los puños en la mesa. Su más de metro noventa, sus tatuajes, y una cierta aureola de inhumanidad resultaban francamente intimidatorios. Nyx luchaba entre el temor instintivo que le provocaba y la sangre caliente que circulaba por sus venas y que le incitaba a no arredrarse ante nadie.
Aquel enorme motero daba la conversación por terminada, y los miembros de su banda que le rodeaban entendían que debían explicarle a Nyx que no había más que hablar si acaso el Brujah tenía alguna duda. Pagliacci, Guadalupe y Montecristo observan la escena entre la nube de humo y el ambiente cargado del local. La Caitiff se inquieta pensando que no es ni el lugar ni el momento adecuados para un enfrentamiento. El Tremere siente el peso del día acercándose y observa con cierto temor el escenario.
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Pagliacci (Pagliacci)
Periodista
Re: "Countdown" 3
https://www.youtube.com/watch?v=LfgNorryffc
Regresar al local fue como sumergirse de nuevo en un océano de humo, ruido y sensaciones que amenazaron con desbordarla. No le costó mucho darse cuenta de que la reunión no había ido bien, Nyx y aquel tipo se miraban con hostilidad contenida, la tensión se podía cortar con un cuchillo y el Brujah ya se levantaba, preparado para irse. Pero la periodista había encontrado en aquel callejón un hilo de esperanza, la promesa de una respuesta y había atisbado algo de humanidad bajo su piel fría. Pese a la desazón evidente que mostraba su coterie, no iba a dejar pasar esta oportunidad, tenía que saber.
La Caitiff se acercó directamente hacia el motero con pintas de tipo duro, sabía que cualquier oportunidad de enredar el asunto ya se había agotado. Confiaba en Guadalupe, seguiría su consejo, diría la verdad. Con suerte, conseguiría algo de ayuda, en el peor de los casos, sólo habría perdido unos pocos minutos. Caminó con paso seguro, dejando atrás a la otra sin-clan y al brujo, se colocó junto al arquitecto y dijo:
-Me llaman Pagliacci, entre otros nombres. Necesitamos vuestra ayuda, no sólo los Shelby nos están extorsionando, sino que nos podríamos quedar sin refugio y, además, en ese territorio se mueve la mano negra, con la cual podrían estar relacionados. Esos malnacidos fueron los que acabaron con ella - dijo señalando a Guadalupe- Y conmigo. Es personal.
Queremos comprar protección durante dos noches e información, quiero encontrar a nuestro asesino. Podemos pagar en la misma moneda, sabemos quién y porqué está detrás del ataque a la universidad.
Respiró profundamente, era un todo o nada, las cartas estaban sobre la mesa. si aquello no funcionaba, habrían de dormir en los túneles de metro o en algún otro refugio improvisado.
Regresar al local fue como sumergirse de nuevo en un océano de humo, ruido y sensaciones que amenazaron con desbordarla. No le costó mucho darse cuenta de que la reunión no había ido bien, Nyx y aquel tipo se miraban con hostilidad contenida, la tensión se podía cortar con un cuchillo y el Brujah ya se levantaba, preparado para irse. Pero la periodista había encontrado en aquel callejón un hilo de esperanza, la promesa de una respuesta y había atisbado algo de humanidad bajo su piel fría. Pese a la desazón evidente que mostraba su coterie, no iba a dejar pasar esta oportunidad, tenía que saber.
La Caitiff se acercó directamente hacia el motero con pintas de tipo duro, sabía que cualquier oportunidad de enredar el asunto ya se había agotado. Confiaba en Guadalupe, seguiría su consejo, diría la verdad. Con suerte, conseguiría algo de ayuda, en el peor de los casos, sólo habría perdido unos pocos minutos. Caminó con paso seguro, dejando atrás a la otra sin-clan y al brujo, se colocó junto al arquitecto y dijo:
-Me llaman Pagliacci, entre otros nombres. Necesitamos vuestra ayuda, no sólo los Shelby nos están extorsionando, sino que nos podríamos quedar sin refugio y, además, en ese territorio se mueve la mano negra, con la cual podrían estar relacionados. Esos malnacidos fueron los que acabaron con ella - dijo señalando a Guadalupe- Y conmigo. Es personal.
Queremos comprar protección durante dos noches e información, quiero encontrar a nuestro asesino. Podemos pagar en la misma moneda, sabemos quién y porqué está detrás del ataque a la universidad.
Respiró profundamente, era un todo o nada, las cartas estaban sobre la mesa. si aquello no funcionaba, habrían de dormir en los túneles de metro o en algún otro refugio improvisado.
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Montecristo (Jebediah_Gogorah)
Investigador ocultista
Re: "Countdown" 3
El ambiente era insoportable. Aire espeso y cargado de humo y vapores etílicios; Sonidos de músicas estridentes y de madera contra marfil; Barbas indomables y barrigas cerveceras;Tatuajes carcelarios y chalecos fraternales. Montecristo quiso salir más rápido de lo que había entrado. No obstante, Pagliacci se adelantó y casi de manera cómica, ante la diferencia de aparente amenaza de ambas figuras, tiró un all in al motero.
Sólo esperaba que su jugada saliera bien. Había desvelado su as en la manga como moneda de cambio y aquello podría suponer un riesgo ante aquellos desconocidos. Pero sí, le salía bien, tendrían refugio y protección durante un tiempo, y aquello, en estas noches, era de un valor incalculable. Del mismo valor que la no vida.
Sólo esperaba que su jugada saliera bien. Había desvelado su as en la manga como moneda de cambio y aquello podría suponer un riesgo ante aquellos desconocidos. Pero sí, le salía bien, tendrían refugio y protección durante un tiempo, y aquello, en estas noches, era de un valor incalculable. Del mismo valor que la no vida.