#38
Mensaje
por Nyxe » 25 Jul 2024, 00:19
Doy la sangre a mi piel, como decía Anna, en el momento en el que entro al sedán y veo cómo están dispuestos los asientos. Había intentado evitarlo hasta ahora, pero estando tan cerca y jugandonos tanto, no podía arriesgarme a parecer creepy. Mi corazón pasa de no moverse en absoluto a martillearme el pecho en un solo latido tan pronto como mi cuerpo comienza a calentarse un poco. Definitivamente estaba nerviosa, sólo esperaba no empezar a sudar sangre.
-Sin ningún problema -miento, hablando con calma para ganar algo de tiempo mientras pensando en qué contarle. Sólo se me había ocurrido una cosa entre que entrábamos en el coche y nos sentábamos, y aunque me gustaría dejar a Ruth tan lejos de esto como pudiera... creo que no me quedaba otra que ceder un poco. No creía -o no quería creer al menos- que fuese a ponerla más en riesgo por esto que lo que se había puesto ella al salir en televisión. -Me llamo Louise, bueno, Luisa Vélez. Soy psicóloga en el Presbyterian de Brooklyn -digo el nombre del hospital en el que trabaja Leah porque no conozco otro. Confiaba en haber visto a Anna trabajar lo suficiente como para poder fingir ser psicóloga durante un par de noches-. Y creo que mejor empiezo por el principio.
-Existe un fondo de inversión catarí que tiene interés en desarrollar un nuevo plan urbanístico en Brooklyn -digo tras tomar aire, tratando de ordenar mis ideas-. Y somos muchos los que estamos en contra, porque por bonito que pueda sonar, consideramos que va a expulsar a mucha gente de esos barrios. Así que varios médicos, trabajadores sociales, dueños de pequeños comercios, maestros... hemos montado una plataforma para evitarlo.
-"Mierda, ¿por que mencionaste a los maestros?"- me reprendo a mí misma.
-Se que esto no tiene que ver con usted, es sólo para ponerle en contexto. La cuestión es que nos pusimos a investigar qué opciones legales teníamos para evitar que el proyecto siguiese adelante, y nos empezamos a encontrar con... demasiadas irregularidades. No la aburriré con los detalles pero el resumen es que hay muchas cosas que se han hecho de forma ilegal y dinero que estaá yendo a quien no debe, así tratamos de denunciarlo públicamente. Y... -digo poniéndome más seria y mirándola a los ojos- nos empezaron a llegar amenazas. Y como no nos detuvimos, empezamos a encontrarnos con gente que nos seguía a casa, frenos cortados... y algún compañero en el hospital vivo de milagro después de que le metieran a la fuerza en un coche. Así que claramente habíamos tocado hueso. Contratamos a investigadores privados -le lanzo una mirada breve a Tindalos-, porque veíamos que era algo más gordo de lo que pensábamos al principio, ¿y quien estaba moviendo esto? -pregunto mientras hago un gesto con la mano para enfatizar- Al Thani.
Hago una pausa. Estoy hablando más despacio de lo que acostumbro y quiero pensar que no es tan evidente que estoy mintiendo como que parezca una mezcla entre cansancio y que no esperaba tener que contar toda la historia del tirón.
-Seguimos tirando del hilo y vimos que no era la única cosa turbia en la que estaba metido -continúo-. Tráfico de sustancias que le explicaría mejor mi compañera -adelanto, para darle la oportunidad a que piense cómo explicarle lo que busca en el hotel-, de influencias, y como le he dicho, amenazas de muerte a figuras públicas más importantes que nosotras. Y podríamos denunciar todo esto, tenemos pruebas suficientes. Pero somos conscientes de que tiene recursos de sobra como para alargar cualquier proceso judicial lo suficiente como para que el proyecto acabe. Y eso suponiendo que no envíe a más matones.
Me apoyo contra el asiento, cruzándome de brazos al tiempo que suelto un suspiro de cansancio. No necesito fingirlo, realmente siento alivio de haber llegado hasta este punto.
-Así que por eso acudimos a usted -le explico-. Con las mismas pruebas, usted sí está en posición de suponer un peligro para él, sea ante nuestra justicia o ante su príncipe -me cuido de no mostrar ninguna expresión en el rostro al pronunciar esa palabra-, y de hacer que se largue de esta ciudad mucho antes. Y así todos nos libramos de él -le propongo finalmente-. No se preocupe -añado- hay más gente bien posicionada que ha sufrido por Al Thani y también va a ayudarnos, pero precisamente por lo que le he contado, no puedo revelar sus identidades aún, sólo puedo hablar de mi situación. -No podía decir el nombre de Sowiek todavía, y de hecho ni siquiera estoy segura de si oficialmente está viva o muerta.
-Entiendo perfectamente -añado, después de dejar que Chang lo procese- que después de lo que le he contado, le estoy pidiendo un compromiso muy grande sin darle nada tangible. Así que le propongo algo: Deme simplemente una forma de contactar con usted, un número de teléfono por ejemplo, y no tiene que implicarse más por ahora. Y para mañana por la noche, la llamarán y podrá saber con qué ayuda contamos y discutir sobre la mejor forma de proceder. Pero no yo no puedo decirle más, me temo que una vez le he dicho esto, soy poco más que la mensajera.
Creo que es la única verdad que le he dicho a Chang.
-"Todo sea por la Mascarada" -escucho decir a una voz familiar dentro de mi cabeza.
