Re: [Recurso] Celebrando la oscuridad
Publicado: 05 Oct 2021, 12:09
Día 5: EL PRIMER MORDISCO
Brandon se encontraba visiblemente nervioso. Podría considerarse que aquella era su primera cita. Es verdad que conocía a Victor desde la guardería, y habían sido amigos desde siempre, pero tomar la decisión de declararse e invitarlo a una cita parecía haber revolucionado por completo su mundo, como si estuviera a punto de salir con un desconocido.
No ayudaba que todavía mantuviera su atracción por los chicos en secreto. En eso Victor se había mostrado comprensivo y discreto, dándole espacio para que gestionara sus propios sentimientos, a la vez que le había aceptado con naturalidad, con su sonrisa llena de misterio.
Habían cambiado mucho desde que eran niños. Brandon era un alumno estrella, capitán del equipo de fútbol y todo un exponente del sueño americano, mientras que Victor de la noche a la mañana se había convertido en un...¿cómo decirlo? Alguien fascinado por las mariposas, y especialmente las polillas nocturnas, que vestía a la moda gótica y con una gran inteligencia intelectual, que a veces sorprendía para alguien de su edad.
Por supuesto, no todos aceptaban el aspecto y la actitud ambigua de Victor, que respondía con indiferencia a los insultos y pintadas sobre sus supuestas habilidades orales pintadas en las puertas de los baños del instituto.
Y allí estaba, esperando, más que puntual, como siempre, vestido de negro, con remaches plateados y camisetas negras que diseñaba él mismo. En contraste, Brandon se había vestido...bien, como si fuera a una cita perfecta.
Victor llevaba una bolsa de manzanas. No es sólo que le gustaran, sino que además aprovechaba los corazones para criar a sus gusanos de seda, una afición que había mantenido desde que era pequeño. Con un elegante giro de manos le ofreció a Brandon una, grande y roja.
-¿Quieres?
Brandon sonrió.
-¿Está envenenada?
-Ésta no -respondió Victor con una sonrisa-. No me importa que el príncipe sea más hermoso que yo.
Brandon dio un mordisco a la manzana roja. Fresca, jugosa, con un toque ácido. Y de repente Victor se le acercó con su sonrisa misteriosa.
-Todavía no nos hemos saludado. ¿Un beso para despertar al príncipe?
Brandon se sonrojó tanto como la manzana que sostenía en sus manos. En público. Miró de reojo a su alrededor y sintió el alivio de no ver a nadie.
-Bueno...pero yo...nunca...
-Me lo imaginaba. ¿Beso?
Los labios finos de Victor estaban a la espera, tentadores. Brandon cerró los ojos y se lanzó.
Sintió el sabor fresco y jugoso de la manzana roja. Sintió el mordisqueo de los pequeños dientes de Victor, y respondió jugando con los suyos, y mordiendo su labio inferior.
Sintió ¿mariposas en el estómago? De repente fue como si una crisálida se abriera y todo lo que le rodeaba cambiara. Victor era blanco como la nieve, con ojos negros como el ébano y su ropa...parecía hecha de alas oscuras de polilla. Sintió que él mismo había cambiado. De hecho, el reflejo en los ojos de Brandon le atrapaba ¿ése era él?
Tras unos instantes de eternidad, Victor se separó y lo miró con su sonrisa de misterio.
-Como imaginaba. El príncipe ha despertado. Bienvenido.
Brandon se encontraba visiblemente nervioso. Podría considerarse que aquella era su primera cita. Es verdad que conocía a Victor desde la guardería, y habían sido amigos desde siempre, pero tomar la decisión de declararse e invitarlo a una cita parecía haber revolucionado por completo su mundo, como si estuviera a punto de salir con un desconocido.
No ayudaba que todavía mantuviera su atracción por los chicos en secreto. En eso Victor se había mostrado comprensivo y discreto, dándole espacio para que gestionara sus propios sentimientos, a la vez que le había aceptado con naturalidad, con su sonrisa llena de misterio.
Habían cambiado mucho desde que eran niños. Brandon era un alumno estrella, capitán del equipo de fútbol y todo un exponente del sueño americano, mientras que Victor de la noche a la mañana se había convertido en un...¿cómo decirlo? Alguien fascinado por las mariposas, y especialmente las polillas nocturnas, que vestía a la moda gótica y con una gran inteligencia intelectual, que a veces sorprendía para alguien de su edad.
Por supuesto, no todos aceptaban el aspecto y la actitud ambigua de Victor, que respondía con indiferencia a los insultos y pintadas sobre sus supuestas habilidades orales pintadas en las puertas de los baños del instituto.
Y allí estaba, esperando, más que puntual, como siempre, vestido de negro, con remaches plateados y camisetas negras que diseñaba él mismo. En contraste, Brandon se había vestido...bien, como si fuera a una cita perfecta.
Victor llevaba una bolsa de manzanas. No es sólo que le gustaran, sino que además aprovechaba los corazones para criar a sus gusanos de seda, una afición que había mantenido desde que era pequeño. Con un elegante giro de manos le ofreció a Brandon una, grande y roja.
-¿Quieres?
Brandon sonrió.
-¿Está envenenada?
-Ésta no -respondió Victor con una sonrisa-. No me importa que el príncipe sea más hermoso que yo.
Brandon dio un mordisco a la manzana roja. Fresca, jugosa, con un toque ácido. Y de repente Victor se le acercó con su sonrisa misteriosa.
-Todavía no nos hemos saludado. ¿Un beso para despertar al príncipe?
Brandon se sonrojó tanto como la manzana que sostenía en sus manos. En público. Miró de reojo a su alrededor y sintió el alivio de no ver a nadie.
-Bueno...pero yo...nunca...
-Me lo imaginaba. ¿Beso?
Los labios finos de Victor estaban a la espera, tentadores. Brandon cerró los ojos y se lanzó.
Sintió el sabor fresco y jugoso de la manzana roja. Sintió el mordisqueo de los pequeños dientes de Victor, y respondió jugando con los suyos, y mordiendo su labio inferior.
Sintió ¿mariposas en el estómago? De repente fue como si una crisálida se abriera y todo lo que le rodeaba cambiara. Victor era blanco como la nieve, con ojos negros como el ébano y su ropa...parecía hecha de alas oscuras de polilla. Sintió que él mismo había cambiado. De hecho, el reflejo en los ojos de Brandon le atrapaba ¿ése era él?
Tras unos instantes de eternidad, Victor se separó y lo miró con su sonrisa de misterio.
-Como imaginaba. El príncipe ha despertado. Bienvenido.