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El Toreador dibujó una sonrisa de confianza en su rostro, que dirigió a la pequeña, para disimular su preocupación. Fuera lo que fuese lo que hubiese acaecido en ese castillo estaba claro que, al menos, tres vástagos estaban detrás de ello. No era mucho pero, con un poco de suerte, este podría ser un buen punto de partida para comenzar con su investigación.

-Vaya, has tenido que ser muy valiente para sobrevivir a todo esto joven Oana. -asintió Kurt de manera aprobatoria. Ahora descansa pequeña, te lo has ganado. Solo una cosa más, supongo que las alcobas de los amigos de tu tío deberían estar prohibidas, para no molestar a los visitantes. Si pudieras decirme cuales eran para vigilar mas atentamente esa zona mientras velo tu sueño, no querría que nada malo me sucediese mientras dormís...

Tras sus palabras Kurt aguarda a la respuesta de la joven, esperando no haberla sobresaltado demasiado con su petición y rogando porque la historia de Fedor pueda depositar a la joven en los brazos de Morfeo. Aún quedan preguntas por hacer a la joven pero, sin duda, será mas adecuado hacerlas en el momento que despierte y esté más relajada.

La pequeña Oana, responde cansademente a Kurt.

- Tío Vladimir y los otros ocupaban las habitaciones de invitados, en esta, dormía uno de ellos, un tal Dragos - la pequeña bosteza y escucha embelesada la historia de Fedor.

Podéis ver cómo sonríe al dormir. Continúa en Habitaciones de invitados