Webvampiro

"¿Reunión?" me digo a mi mismo mientras veo como se van congregando personas cual manifestación friki-hippie.

"Una mujer que no se por qué, me recuerda a alguien que no recuerdo" pienso casi soltando una leve carcajada por el comentario redundante. "Otra que parece conocer a quien no recuerdo" me digo a mi mismo mientras enarco una ceja, "Otra más que se une al coro en el último momento. Y dos hombres, uno que parece ser el listillo que coge lo que quiere cuando quiere, y el Chino Cudeiro... Sólo nos falta el jamaicano con los porros" me digo con una amplia sonrisa en mi rostro al visualizar la escena.

Escena que por fin parece terminar en cuanto el segurata hace uso de la tecnología para darle las nuevas a su superior. "Tic tac tic tac... ¿Cuánto tiempo ha pasado ya desde que ha aparecido la rubia? a mi me ha parecido una eternidad" pego un resoplido con cierto pesadumbre "creo que hoy se me va a hacer eterno si toda la gente tiene los mismos aires con los que me ha llegado ésta"

El corrillo de la patata parece que se interna en el edificio con el pistoletazo de salida de la mujer que responde a la rubia de bote. "Será pelo..." Cuando pasa cerca de mi, su fragancia me trae recuerdos, recuerdos que hacen que mi mirada no se pueda apartar de ella, entrecortando mis propios pensamiento en cuanto oigo su voz tan clara y nítida como casi una década atrás. El corazón empieza a latirme con más intensidad, con bastante más ansiedad. "¿Por qué nos tenemos que reencontrar precisamente aquí?, ¿casualidades de la vida? ¡ja! ¿en que se habrá metido esta ya..." termino con una cariñosa sonrisa en mis labios.

Parece que ella tampoco me ha reconocido, o le pasa como a mi, que no sabe como reaccionar, aunque hace 10 años aún podía usar el peine para hacerme un cuquipeinado. Así que prefiero seguir observando hasta comprobar cual de las opciones es la verídica.

Sigo al grupo en el último lugar. Observando los andares de Marga. Tengo que cerciorarme de que es ella y no un recuerdo de anhelo fugaz. De vez en cuando no puedo evitar mirar al resto ya que todos tienen cualidades que les hacen "diferentes" Sus miradas y los gestos suelen decir más de las personas que las palabras... y aquí hay gente que es mejor mantenerla lejos... hay miradas que parecen apisonadoras y otras, simplemente peligrosas.

Un dolor punzante de repenete emerge en mi lado derecho. Un dolor tan familair como aleatorio que hace que mi rostro se vuelva preocupado; aunque hoy, parece que la visión de un pasado agradable, hace que ese dolor sea como la luna en su estado menos brillante, menguante.

Al fin parece que llegamos al sitio de la "reunión", aunque parece más la sala del juez de la Barcelona antigua, donde directamente te engrilletan y ale, a picar piedra a la mina de los Picapiedra.

-"Niobe... tan bello como poco Catalán" digo mientras sigo escuchando al ver las ganas que pone por parecer imporante. "¿Eliseo? nunca había oído esa palabreja..."

Como no podía ser de otra manera, Marga se lanza la primera. "En eso parece que no ha cambiado, ni en ese pequeño detalle que le hace la mirada cuando se pone en plan perspicaz... un detalle tan nimio que no es reconocible a menos..." me digo a mi mismo con una sonrisa bastante crecida en mi rostro.

"¿Chiara?" no puedo evitar soltar una leve carcajada, leve pero no insonora. Realmente me ha sorprendido mucho este detalle. Desde luego esto acaba de dejar de ser una coincidencia, y la escena pasa de ser divertida, a curiosa yendo por el camino de la preocupación. "Menuda perra más lista está hecha la spaghetti"

-Chiara Buonasera- digo con sonrisa amable hacia Niobe, teniendo claro que si Marga no hubiera dicho el apellido, ni de coña me acordaría. Su nombre sí es recordable porque parece que estés llamando a una perra...

Pocos segundos de decir su nombre, miro de reojo hacia Marga con sonrisa picarona, teniendo claro, que si sigue siendo tan curiosa como antaño, al menos, me miraría sorprendida... a no ser que también lo supiera, que es más larga que el Ebro esta también.

—Mucho gusto, señoritas.—las saludé ya sabiendo sus nombres. "Locafolt y Vidal, no lo olvidemos Tzu que de conocer bien a la gente te puede ir esto", pensé sin borrar mi sonrisa amable. Si todos habíamos venido a lo mismo (que, en pro de mis probabilidades de éxito, esperaba honestamente que no) dudaba que su amabilidad fuera del todo sincera, pero era bueno saber que como mínimo seguían el rollo.—Por supuesto, ¿qué sería de una fiesta sin buenas compañías? Un aburrimiento, seguro.—asentí dándole toda la razón a la tal Blanca.—Uy, claro, claro, algo me dice que la noche será larga, seguro que tendremos tiempo para conocernos.—Luego llegaron varias personas más, pero no llegué a poder decidir si parecían amigables porque los hombres vigilando las puertas comenzaron a moverse.

Observé a los guardas de seguridad con cara de circunstancias, extrañado. Oye, llamadme loco, pero, ¿qué sentido tenía invitar a alguien para después no dejarlo pasar? ¿Es que pensaban tenernos aquí durante toda la noche para probar que nuestras intenciones eran fuertes o...? No me inspiró demasiada confianza. Claro que luego llegó la otra señorita y algo me dijo que con ella en concreto era mejor no meterse demasiado. "Llámame loco, quizá es porque no domino el idioma, pero algo me dice que no nos ha llamado invitados con el mejor tono" pensé con algo de sospecha. Miré al resto, como queriendo comprobar qué decidían hacer, y finalmente seguí a nuestra anfitriona con paso rápido para no quedarme atrás. Solo faltaría.

Al llegar a la estancia en la que se detuvo la mujer, no pude evitar soltar un silbido.—Caray, cuánto estilo.—murmuré admirando la decoración, antes de volver a centrarme en la dama de blanco. La gente comenzó a presentarse, yo creí que me había perdido algo. ¿No se suponía que ya tenían que saber quiénes somos? ¿O cómo va la cosa? Qué raro. "Bueno, a ver. Está Blanca, Malga, Chiala, y los dos que no se han presentado. Que no se me olvide". Traté de recordar el máximo de detalles que sabía de todos los "jefes" que estaban nombrando, que no eran muchos pero que probablemente me servirían de ayuda en algún momento. Llegó mi turno cuando vi que nadie más se presentaba.—Yo soy Tzu Wang, vengo de parte de Adán de la Cruz.—dije claro, observando pronto a los demás por si alguien reaccionaba de alguna manera algo... Peculiar.

Blanca:

yo...vengo de parte de Ignasi Fabra

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Marga escucha el nombre que comenta su amiga y hace memoria rápidamente. Ignasi Fabra... el animal social caído en desgracia... Sí, el antiguo Guardián del Eliseo. Torero... no, Toreador, relacionado con las artes. Le gusta dejar a los demás en ridículo... y es uno de los que buscan compañía inmortal. Marga no puede evitar sentir una punzada al saber que, como mínimo su amiga, está un paso por delante de ella en el horrendo objetivo que le ha traído esta noche aquí. En esas está meditando cuando escucha otra vez el nombre de su contacto:

Invitado calvo:

Chiara Buonasera

Marga se fija en el invitado, y éste le devuelve la mirada intensa y pícara. Algo se le viene a la cabeza... ¿De qué me suena esa cara...? ¿Esa mirada...? Marga le mantiene la mirada curiosa, intentando recordar qué cliente en el pasado le ha dado la confianza y complicidad que le sale con esa persona. Y al poco, cae en la cuenta, y no puede evitar abrir los ojos de sorpresa (algo que solo se daría cuenta quien la esté mirando directamente, como el invitado calvo). ¡Julián! ¡Ostias!Una vez reconocido, Marga no habla, pero su sonrisa se amplía aún más instintivamente, saludandole con las cejas. Sin pelo no lo reconocía, pero es él claramente. ¿Cuánto tiempo hace...?Solo un segundo después, vienen a su mente las repercusiones de que Julián se encuentre allí, y su rostro pierde la alegría espontánea que había reflejado sutilmente, volviendo a centrar su mirada en Niobe y en las intervenciones de los demás (pues su despiste momentaneo ha hecho que no escuchara a Tzu).

Blanca sigue a la anfitriona tan presta como puede, sin ir corriendo pero definitivamente no desea quedarse atrás-sobre todo para evitar conversaciones. Cuando llegan al despacho y Níobe se presenta,Rebeca ya está cien por cien segura de que los reunidos allí van por el mismo motivo que ella.Palabras como Guardiana y Elíseo no son sino las que, al ser pronunciadas ante ese grupo en el despacho, sacan a Rebeca de dudas, lo que en un instante tensa a Rebeca.

Esto no es una fiesta. Es una competición , se dice para sí misma,más no lo comparte en voz alta.

-Mi trabajo es que todo en la fiesta funcione de la manera adecuada y eso os incluye a vosotros. Sois...invitados diferentes a los que suelen venir. Así que necesito saber en nombre de quién venís.

Esas palabras dejan a Rebeca paralizada durante un momento; uno a uno el resto de los invitados revela el nombre de quién le ha solicitado tal velada nocturna, y nombres como Adán de la Cruz o Chiara Buonasera no hacen sino que Rebeca, durante unos pocos segundos, dude.

Pero sabe que cuanto más tarde peor será. Ni se había percatado de que no era su nombre el que preguntaban, sino el de...¿Cómo describirla? Bueno, no había palabras, exactamente.

-T...Tangerine-dice en voz baja, pero rápidamente corrige esos modales-.Vengo de parte de la señorita Tangerine. Solo Tangerine.

Sacarse esa espinita de la garganta había sido difícil y más en un lugar así, pero ya lo había dicho y esperaba no tener que repetirse...ni que se notara su pequeña preocupación ante la reacción de la Guardiana o más, de los invitados.

Estaba algo nervioso, la escenita con los de seguridad no le había gustado nada, pero no era del todo malo. Quizás las otros le tomen por un ricachón sin cerebro, podría jugar ese fallo a su favor. En lo que se armaban estos pensamientos apareció una mujer rubia. “Por fin aparece alguien” pensó Antonio para sí mismo. Antonio creía saber quién era, pero no le venia el nombre a la mente…

Mujer rubia:

- Perdonad, pero todo esto ha sido muy improvisado. Hay algunas cosas que no se han hecho bien. Por favor, seguidme…

Antonio dejó pasar a todos delante de él, incluso al extraño personaje que estaba apartado. No pudo dejar de ver a la mujer de blanco que rápidamente fue a entablar conversación con la anfitriona. “Ya tenemos a la reina del baile veremos cuanto aguantas en la pista sin desplomarte”

Una vez en el despacho se quedó fascinado por su decoración, sin duda muy fina y muy cara. Decidido que sería el último en presentarse, “Conoce a tu enemigo” pensó. Ya se iba haciendo un esquema de cada uno cuando vio que la chica tímida habia acabado, o eso pensó él, se presentó.

-Antonio block. Dijo haciendo un saludo con la cabeza.

-Vengo de parte de Roxanna. Roxanna Andic. Pero dejeme decirle que es un placer conocerla, he escuchado maravillas de usted, espero tener tiempo esta noche para... dejo alargar el final de la palabra con la intención de captar la atención de su interlocutora.

- Conocernos mejor. sentenció sin saber si había tenido el efecto deseado.

El juego entre los invitados empieza a verse. Algunos hablan por delante, imponiéndose. Otros se esperan a tener la última palabra mientras los más tímidos tardan en hallar las respuestas adecuadas. Níobe va escuchando a todos los presentes y va haciendo pequeños asentimientos de cabeza, como si estuviera repasando una lista mental. Posiblemente así sea.

- Vaya, vaya -dice observando a Marga y Julián, mirándoles con una media sonrisa- ¿La señorita Chiara les ha invitado a la vez? Cuando me lo comentó no terminé de creerlo -dice, soltando una risilla un poco descortés- Es curioso teniendo en cuenta que ella es sólo una g....-carraspea, dándose cuenta que se ha dejado llevar y que las palabras que salen de su boca pueden contener información de más- una graciosa invitada en esta fiesta. Tendré que preguntarle algunas cosas, pero no hay ningún problema en su presencia aquí.

La sonrisa se extiende cuando mira a Blanca, pero en sus ojos hay algo más, difícil de discernir para cualquiera que observe con atención. ¿Pena? ¿Sorpresa? ¿Burla? Un misterio que queda oculto entre aquella máscara pálida y de belleza sobrenatural, con ojos que parpadean sólo por inercia y unas mejillas sonrosadas sólo por el maquillaje.

(Off: para averiguar exactamente qué siente Níobe al respecto, quién quiera puede hacer una tirada en el chat que pasé y le informaría en su subforo)

- Ah, la muchacha de Ignasi eres tu. Entonces estarás bien acompañada querida- La expresión desaparece y se convierte en una expresión cándida y alegre, aparentemente sincera- Seguro que te llevarás un recuerdo imborrable de esta noche.

No hay tiempo para analizar si sus palabras esconden un doble sentido, pues el rostro se le tensa cuando escucha a Tzu. Tarda unos segundos en reaccionar y recuperar la misma cara despreocupada de anfitriona alegre.

- Adán de la Cruz....si, me sorprendió cuando me dijo que le traía. No me lo esperaba, la verdad.... -se encoge de hombros como quien no quiere la cosa, aunque es un gesto más forzado, más teatral, como si quisiera demostrar que no pasa nada...nada en absoluto- Pero sus razones tendrá para haberle invitado. Es tan buen anfitrión como cualquier otro. Ejem. Claro que sí.

Unos segundos pasan antes que pueda recuperar la línea de pensamientos. Unos breves instantes en los que se instala la duda en los que están en la sala, preguntándose qué tendrá ese tal Adán como para dejar meditabunda a la anfitriona.

No obstante, ella vuelve al mundo y ladea la cabeza cuando Rebeca al fin menciona a su contacto, en un gesto animado. Níobe se aparta de la mesa, de pie de nuevo con aquellos tacones de aguja de gravedad casi imposible.

- ¿Tangerine? - asiente con la cabeza- Si, fue muy cortés y me informó un poco de ti. Hasta me detalló el color de tu pelo...un poco más y me describe cosas más íntimas. Muy amable sin duda.

Parece que vaya a añadir algo más cuando Block da paso a su voz, como un gran final a toda la presentación. Ella le dedica la misma sonrisa amable con la que ha tratado a todos los demás invitados.

- Lo cierto es, señor Block, que alguna cosa nos ha comentado Roxanna sobre usted. Supongo que se sentirá cómodo en la fiesta. Bienvenido, bienveido.

De pronto, da una palmada, como queriendo remarcar que ahora va a hablar ella y que por lo tanto, se requiere silencio. De nuevo esa pequeña sombra de autoridad se instala sobre ella, como un reflejo de lo que pretende llegar a ser.

- Bien, hay una razón extra por la que os he traído a este despacho.- empieza, con todo alegre, pero firme. Poco a poco, el tono se va tornando más serio y con unos tintes extraños...casi ominosos- Entrando en esta fiesta, aceptáis las normas que se rigen en ella. Sólo tenéis que respetar una cuestión esencial: Nada de lo que veáis o escuchéis aquí podréis contarlo jamás. Vuestros contactos han dejado claro que os han detallado lo suficiente -dice remarcando la palabra con la sequedad del que no quiere repetirse- como para que sepáis qué os encontraréis una vez crucéis las puertas. Las consecuencias por vuestros errores en esta Casa se pagan....muy caro.

Un silencio pesado se instala en la habitación. Níobe no es amenazadora, pero las palabras han sonado con suficiente contundencia como para que todos sepan a qué se refiere. No es una simple cena de sociedad, es un encuentro de monstruos....y ellos podrían llegar a convertirse en el plato principal de un banquete.

- Recordad que aquellos que os han invitado me han hablado mucho de vosotros. Lo suficiente como para que las represalias de vuestras indiscreciones sean...extendibles a terceros. -Níobe no parece una persona acostumbrada a usar un tono frío a la hora de hablar, pero demuestra haberse acostumbrado rápido a ello- Esperemos que no se de esa situación.

No es buena idea hacer el tonto.

- Bueno, aquí queda todo dicho. Si lo tenéis todo claro, acompañadme. Si preferís marcharos, nadie os detendrá. Por ahora.

Sin esperar respuesta, avanza hasta la puerta del despacho, dejando atrás a los mortales y sus meditaciones.

Níone García: - Lo cierto es, señor Block, que alguna cosa nos ha comentado Roxanna sobre usted. Supongo que se sentirá cómodo en la fiesta. Bienvenido, bienveido.

“¿Qué quiere decir con que me sentiré cómodo? No sé si tomármelo como un cumplido o como…”

Níobe García: -…Las consecuencias por vuestros errores en esta Casa se pagan…muy caro.

Mientras Níobe hablaba a Block se le fruncía un poco el ceño “Ya no hay marcha atrás. No tengo más remedio que superar a estos individuos. Solo me queda ascender o caer en el olvido. Llegare hasta donde sea…” Pasó la mirada por cada una de las personas de la sala, nunca le habían gustado las competiciones, pero no las había evitado y esta tenía que ganarla. Para él estas personas no eran mas que cascarones vacíos que debía de apartar de su camino.

Níobe Garcia: - Bueno, aquí queda todo dicho. Si lo tenéis todo claro, acompañadme. Si preferís marcharos, nadie os detendrá. Por ahora.

Block se apresuro a salir por detrás de Níobe, quería ver si ella le prestaba atención, incluso si le dirigía unas palabras. “esta Mujer es demasiado volátil, debo tener cuidado con como la trato. ¿La mayoría de ellos serán así? Parece que su lado humano esta siempre en lucha con su lado más oscuro”

Rebeca:

T...Tangerine. Vengo de parte de la señorita Tangerine. Solo Tangerine.

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Otro nombre a recordar. Tangerine, de los Nosferatu. Un escalofrío recorre su espina dorsal, aunque no se mueve del sitio. Algunas palabras le vienen a la mente al recordar ese nombre, y ninguna le tranquiliza. De aspecto horrendo... creciendo en enemistad... con la reciente muerte a manos de unos enemigos... su relación se ha tornado odio...

Antonio:

-Antonio Block. Vengo de parte de Roxanna. Roxanna Andic. Pero dejeme decirle que es un placer conocerla, he escuchado maravillas de usted, espero tener tiempo esta noche para... Conocernos mejor.

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Roxanna Andic.Marga vuelve a hacer memoria, uniendo invitados y contactos. Toreador, joven, moderna... Y bien relacionada, tanto por familia de bien como dentro de los... vampiros. Todavía se le hacía difícil dar verosimilidad a la existencia de estas criaturas, pero Chiara le había dado pruebas irrefutables. Le parece estar en una película de terror... solo que lo verdaderamente terrorífico es que no se trata de una película. Aleja esos pensamientos funestos de su cabeza, y se centra en Antonio, buscando su mirada sin éxito.

Niobe:

Vaya, vaya.¿La señorita Chiara les ha invitado a la vez? Cuando me lo comentó no terminé de creerlo. Es curioso teniendo en cuenta que ella es sólo una g.... una graciosa invitada en esta fiesta. Tendré que preguntarle algunas cosas, pero no hay ningún problema en su presencia aquí.

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Marga sonríe ante ese comentario, pero la deja un tanto intranquila. Graciosa invitada en esta fiesta no es la mejor referencia que se puede tener -piensa mientras mira fugazmente a Julián, intentando observar si su antiguo conocido se ha dado cuenta de esa sutileza de Níobe.

Níobe:

La sonrisa se extiende cuando mira a Blanca, pero en sus ojos hay algo más, difícil de discernir para cualquiera que observe con atención. ¿Pena? ¿Sorpresa? ¿Burla? Un misterio que queda oculto entre aquella máscara pálida y de belleza sobrenatural, con ojos que parpadean sólo por inercia y unas mejillas sonrosadas sólo por el maquillaje.

Ah, la muchacha de Ignasi eres tu. Entonces estarás bien acompañada querida. Seguro que te llevarás un recuerdo imborrable de esta noche.

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Las palabras de la vampira dedicadas a Blanca no pasan desapercibidas para Blanca, habiéndose fijado en detalle en la enigmática reacción que ha tenido hacia su amiga [ver tirada al final del post]. Un recuerdo imborrable de esta noche...No sabe por qué, pero no le ha parecido un comentario inocente sino funesto. Por unos segundos siente que su amiga puede no salir bien parada esta noche, y la mira con algo de preocupación que intenta disimular. Ninguno de ellos puede salir bien parado esta noche.

Níobe:

Adán de la Cruz....si, me sorprendió cuando me dijo que le traía. No me lo esperaba, la verdad.... -se encoge de hombros como quien no quiere la cosa, aunque es un gesto más forzado, más teatral, como si quisiera demostrar que no pasa nada...nada en absoluto- Pero sus razones tendrá para haberle invitado. Es tan buen anfitrión como cualquier otro. Ejem. Claro que sí.

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Adán de la Cruz, Toreador... muchos vampiros de ese clan...Pero la reacción de Níobe le hace saltar las alarmas. No es la mejor escondiendo sus emociones... y calla algo sobre ese vampiro...

Níobe:

Lo cierto es, señor Block, que alguna cosa nos ha comentado Roxanna sobre usted. Supongo que se sentirá cómodo en la fiesta. Bienvenido, bienvenido.

Mientras Níobe hablaba a Block se le fruncía un poco el ceño. Pasó la mirada por cada una de las personas de la sala, (...)

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Marga, que no le quita ojo a Antonio, observa como frunce un poco el ceño tras los comentarios de la vampira. Y entonces sí que sus miradas se cruzan, dedicándole su mejor sonrisa y haciendo un sutil saludo con su cabeza. No parece estar muy receptivo... o quizás sea su forma de ser. Los de su tipo parece que siempre están enfadados -reflexiona para sí misma.

Níobe:

Recordad que aquellos que os han invitado me han hablado mucho de vosotros. Lo suficiente como para que las represalias de vuestras indiscreciones sean...extendibles a terceros.

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El rostro de Marga ya estaba serio cuando Níobe comenzó a explicar las "reglas" de la fiesta, pero se torna funesto durante unos segundos cuando la vampira hace alusión a terceras personas. Durante unos instantes se muerde el labio, toma aire silenciosamente, y vuelve a poner su mejor cara. Finalmente, cuando la anfitriona los invita a subir, su mirada busca fugazmente la de Blanca y la de Julián, invitando a subir, pero no espera a sus reacciones. La mujer sigue a Níobe y a Antonio (que se ha apresurado a ir tras ella) en su subida a la fiesta...

Mientras voy escuchando a Niobe, poco a poco voy dándome cuenta del desprecio que nos tiene por mucho maquillaje que ponga en sus palabras y sus sonrisas... el botox sigue siendo botox; y en su discurso voy dándome cuenta, que tal vez tenía que haber puesto más atención a lo que me contaba Chiara. "¿Cómo iba a pensar que lo que salía por su boca no eran exageraciones, por no decir chaladuras?, ¿acaso pude ver a ese maestro del que me hablaba algunas veces?, cualquier persona cuerda pensaría que no decía más que chorradas para manipularme" resoplo apesadumbrado mientras voy analizando lo que pueda recordar de las palabras de la spaghetti. Aunque en mi caso, tampoco es que importe mucho el cómo...

No es que ignore el discurso de Niobe, pero estoy acostumbrado a guardar la información como hacen las vacas con su comida. Todo para dentro, y cuando lo necesite, regurjito la información y la analizo en profundidad. Ahora tengo que recopilar datos, sin olvidar la perorata de Niobe, que tendré que ponerme con ella después. Al menos, a grandes rasgos.

Al cabo de unos minutos, una timida sonrisa hace desaparecer la preocupación de mi rostro. "Si lo que decía Chiara era en parte verdad, o si realmente no mentía, entonces tal vez la sugerencia de cómo conseguir lo que necesito, también puede existir... aunque todo es un poco surrealista, debo admitir, así que mejor no hacerse muchas ilusiones al respecto"

Las cabilaciones se cortan en cuanto Niobe no sólo nos amenaza a nosotros, algo que puedo aceptar ya que es una consecuencia directa de la decisión de estar hoy aquí, "aunque Chiara a mi no me dejase mucha elección" sino que alardea sin tapujos de hacer daño a gente que ni siquiera tiene nada que ver con esta... lo que mierdas sea esto. Es en ese entonces donde mi mirada se torna agresiva. No por decisión propia, sino que es un impulso irreflexivo de quien antepone su gente a él mismo. "Lo único que importa, es que puedan empezar de cero, sin palos en las ruedas..." me repito a mi mismo para canalizar esa ira y así poder volver a relajar mi rostro.

Y al fin la elección, aunque nuevamente con esa aparente amabilidad falsa. Con buenas palabras nos da a elegir. Seguirla y subir al siguiente piso, o marchar y mas que posiblemente tener que ir vigilando las espaldas a partir de hoy. "Uy sí, que elección tan VOXera... hija de puta..." termino con una muesca de disgusto en mi rostro.

Por suerte el destino siempre consigue calmar mi negativa suspicacia, aunque al final termine pasando lo sospechado, pero al menos, de esta manera se hace el camino más llevadero. En este caso es la mirada cómplice de Marga la que lo ha conseguido. Y sólo con ese simple hecho, mi equilibrio mental vuelve a estar neutro. "Al fin y al cabo tu situación seguro que es la más simple de todos... ¿Qué más da cuando y cómo...? ¿Desde cuándo haces estas locuras por ti? céntrate Julián, no me seas cagón ahora..."