Escrito originalmente por Bleyd Hunter
Sabeis hay una cosa que me encanta, el trabajar gratis, recibir ordenes y jugarme el culo por algo que me importa, esos momentos apoteosicos cuando te dan una palmadita en la cabeza y te dicen buen trabajo... No se vosotros pero servidor aqui no se va a arriesgar a montar un conflicto internacional por cuatro palabras, preferiria incluso irme a cazar hombres lobo por mi cuenta antes que ser mangoneado.
Serault os observa consecutivamente a todos, y con toda la calma del mundo y sin perder su media sonrisa se sienta en el sillón de la habitación y entrecruza sus manos:
- Caballeros, en relación a las quejas del señor Smagard, creo que debe de haber algún malentendido, y la falta de comunicación entre colegas profesionales es un lastre que puede llegar a pudrir hasta el negocio más prometedor. Así permítanme que aclare algunos puntos. En lo que a mí respecta, son ustedes socios míos. Y los socios lo son por libre asociación. Libre. Yo no obligo a nadie estar aquí. Ustedes están aquí por voluntad propia, o porque alguna norma o costumbre local que no tiene que ver conmigo, y por tanto entiendo que colaborarán para alcanzar nuestros objetivos comunes, objetivos que de ser alcanzados nos beneficiarán a todos. La pasividad no es admisible. El sabotaje activo directamente es intolerable. Volveré a este punto más tarde.
- En contra de lo que puedan transmitir mis anteriores palabras, estoy completamente de acuerdo con las palabras del señor Smagard. Nadie debería trabajar gratis: va en contra de la lógica, el mercado, y si me apuran, la decencia. Yo les hice una promesa el primer día: que les premiaría de manera proporcional a su esfuerzo y resultados. Yo no doy mi palabra a la ligera. Pasemos pues a concretar esa promesa.
- La sangre es sólo uno de los mercados en los que ejerzo de agente, en este caso como productor, además de proveedor. Mi ocupación principal, no obstante, tiene que ver con el intercambio de otro bien valioso, el más valioso, en realidad, en el comercio entre vástagos. Favores. Facilito favores. Busco Prestantes que estén dispuestos a proveerlos; busco Tomantes que estén en la necesidad de adquirirlos. La Tradición de la Prestación es un institución antigua y respetada en las ciudades de la Camarilla como esta ciudad suya. Pero como todas las tradiciones, tiene que adaptarse a los tiempos modernos. Hoy en día, no es práctico limitar el mercado de favores a un ambito local. Debe ser global. Abarcar países y continentes. En definitiva, se trata de traer a nuestras sociedades los avances que tanto bien han hecho a los mortales.
- ¿Qué ocurre si un vástago barcelonés necesita un favor y nadie en esta ciudad puede proveerle de tal dádiva? Bien, es posible que haya alguien en París que sea capaz del prodigio que ese vástago necesita. Ahí entra mi humilde persona (y la organización que represento), poniendo en contacto ambos personajes. Pero es posible igualmente que nuestro amigo parisino no tenga especial interés en adquirir un deudor en Barcelona, por la razón que sea. Ahí entro yo nuevamente. Como intermediario, posibilito que el Prestador parisino otorgue el favor al Tomante Barcelonés, de tal manera que yo quedo en deuda con el primero, mientras que el segundo queda en deuda conmigo. De manera similar a cuando ustedes realizan una transacción comercial empleando un banco como intermediario. Soy algo así. Un banquero de favores. Obteniendo una "comisión" en cada favor que facilito, por supuesto.
- Resuelta la duda general, volvamos a la queja particular del señor Smagard: ¿Cual será el pago? Un favor. Un favor de tamaño proporcional a la eficacia con la que me ayuden estas noches. ¿Quieren renovar su refugio? Hecho. ¿Quieren "renovar" el refugio de un rival? Hecho. ¿Quieren que un Tremere local trabaje para ustedes creando algún prodigioso artefacto o revelando alguna rito secreto de su clan? Hecho. ¿Quieren saber de dónde sacan la información los nosferatu locales? Hecho. ¿Quieren que su Primogénito quede en deuda con Ustedes para que les deje de dar la tabarra noche sí y noche también? Hecho ¿Quieren CAMBIAR al Primogénito? Bien, en ese caso concreto, deben saber que es regla de la casa que los favores que prestamos no pueden tener consecuencias políticas directas. Piensen en esa última palabra.
- Dicho lo cual, llevamos trabajando juntos sólo dos noches. Y en esta habitación hay gente que va camino de obtener un favor notable de mi persona. Y gente que debería de pagarmelo a mí, en oposición. ¿Dudas?