Una cara de contradicción apareció en el rostro de Cesc. No entendía en que parte se estaba perdiendo con Daren. Él estaba contándolo, pero su manera. No le metía parafernalia, ni adornos innecesarios, ni siquiera le introducía parte de suspense, a su relato. Era simplemente, que las ideas no salían ordenadas en su cabeza.
Le hubiera gustado vomitarlo todo. Confesarlo de una manera diáfana y entendible. Haría el intento, pero no estaba seguro que el tanzano, le atosigara después con más dudas y preguntas... dudas y preguntas para las que seguramente no tendría respuestas.
- A ver, Egwu... intentaré relatarte los hechos como medianamente pueda ordenarlos... pero lo que intento decirte, es que tras la manipulación de Paula, ya no sé que puede ser real y que no... ¿y si tengo más recuerdos manipulados?... Entiendo que sólo una persona con el mismo poder de la sangre de Paula, podría sacarme la duda... e intuyo que encontrarla, y peor aún, revelarle nuestros secretos, no será tarea fácil.
El ventrue vio como el tremere se sentaba al otro lado dandole espacio. De nuevo, la expresión corporal jugaba su papel.
- Verónica siempre hablaba del cambio. Del cambio... yo pensaba que simplemente eran pretensiones de una chiquilla desesperada por llamar la atención de su sire, que vagamente le prestaba la atención necesaria. - Hizo una breve pausa - Ella siempre se reía de la relación de mi sire, al que no dejaba de llamarle mariconazo, conmigo... pero en la verdadera intimidad, me confesaba su envidia. - Se tocaba el corazón, como si realmente estuviera latiendo acelerado - No sé, tal vez estuviera viéndose con algún anarca, no te voy a ignorar que era muy popular con los hombres, y tal vez estuviera jugando con alguien más... o simplemente fuera influencia de pensamiento... no lo sé. El caso es que no paraba de hablar de los cambios, de los carcas de la Torre... como te digo... siempre lo ví como amagos de conducta, no como una realidad.
- Pero fui un ciego, Daren - levantó la cabeza, confesando - un ciego enamorado. Y los árboles no me dejaron ver el bosque. - Cerró los ojos con fuerza, intentando esforzar su mente. - Una noche, me llevó al Cementerio de Montjuic. No era la primera vez que nos veíamos allí. Sé que parece... creepy creo que decís los anglosajones, pero nos proporcionaba la intimidad y discreción que tanto ansiábamos. Pero esa noche, alguien más estaba alli. Me llevó hasta una explanada de hierba donde habían dos o tres tipos con palas y dos agujeros excavados en la tierra... - Un ligero temblor empezó a aparecer en las manos y notarse en la voz de Fornals. - Ahí vi la luz, comprendí que pasaba... intenté evitarlo Daren... no quiero... no quería perderla... - de nuevo intenta reprimir el llanto - Negocié con ella, saqué el revólver, amenacé a los tipos...
Las palmas de las manos de Francesc taparon su rostro - Hasta esta noche, los recuerdos que tenía es que había logrado escapar de allí. Me escondí en un nicho vacío y cuando esos estúpidos pasaron, salí y subiendo por una de esas escaleras de metal... maldita sea, los recuerdos son tan reales, puedo oír mis pasos metálicos, puedo sentir las ramas arañando mi piel... - no pudo evitar el lapsus - subí por unas escaleras de metal de esas que colocan para que los familiares pongan flores en los nichos más altos, y salté por un muro exterior del cementerio. Un árbol amortiguó mi caída. Bajé la ladera. - Las frases empezaban a ser cortas y robóticas, como si estuviera reconstruyendo la escena - Cogí un taxi. La camisa ensangrentada. Llegué a casa.
- Pero aquella, no fue la verdadera realidad de lo que pasó... Desconozco porque Paula me modificó los recuerdos, tal vez para protegerme... pero volviendo al caso que te expuse antes sobre Socías... ¿y si fuera la propia Paula la que está entorpeciendo la investigación?... ¿Quien iba a sospechar de ella, cuando lo que nos cuenta la coloca en Alta Traición?... ¿que mejor que quienes puedan acusarlas sean una panda de chiquillos a los que hacer desaparecer cuando le plazca? - abrió los ojos como platos, como un total loco... - ¿Crees que estoy paranoico, no es así?...
La enigmática pregunta quedó en el aire... aunque en realidad, venía acompañada de otra duda... ¿se había vuelto completamente loco nuestro abogado ventrue favorito?...