Webvampiro

Yo personalmente sigo sin ver esa actitud mayoritariamente solidaria en España. A lo mejor estoy demasiado influido (para mal) por lo que estoy viendo estos días en mi entorno laboral o vecinal más cercano, pero siempre he tenido la sensación, y estos días la refuerzo, de que vivimos en un país egoísta y depredador. Sí, llenamos las redes sociales de aplausos, nos apuntamos al postureo social con rapidez, pero es eso, sólo imagen hacia fuera. Hablo lógicamente de una generalización, todos conoceremos casos de lo contrario.

Pero muchos de los que ayer aplaudían a los sanitarios habrán votado partidos que han destrozado la Sanidad pública. No son pocos los compañeros que tengo que te preguntan con miedo cómo te las vas a apañar tú que tienes que ir al trabajo pase lo que pase mientras ellos suplican y pelotean a todo jefe viviente para que les manden a casa antes que a ti. No es normal que en los supermercados de mi barrio haya productos que te dé la cajera directamente y no estén en los estantes porque la gente hace acopio innecesario de ellos. O que en las farmacias estén atendiendo en la puerta y por turnos para que no se apelotone la gente exigiendo medicamentos que en muchos casos ni están recetados ni les van a dar uso. Es el país de no dejar pasar en una escalera mecánica, de cruzar en rojo los semáforos, de saltarse las colas, de escupir en la calle. de no dejar sitio a los abuelos en el Metro. Los que en el primer día del estado de alarma se van al campo o a la playa, preferiblemente lejos de donde ellos mismos viven, sin ningún tipo de preocupación por los demás.

Yo a todo esto no lo llamo picaresca. Creo sinceramente que somos un país en vías de desarrollo en cuanto a formación social, educación y vida colectiva. Y tengo esta sensación desde pequeño, no veo que haya cambiado nada en casi 40 años. Le ponemos nombres bonitos, somos "graciosos", "pícaros"... para esconder lo que le parecemos, y con razón, a la mayoría de europeos: una banda de gritones con poca educación.

Que sí, que todos tenemos un vecino que llevará la compra a la abuela o podremos ir al médico sin que un taxista en este momento nos cobre la carrera. No digo que todos los españoles sean así. Pero vamos, para mí esta situación de crisis saca lo peor de cada sociedad, y en la nuestra hay una notable lista de carencias. No somos efectivamente una sociedad estudiada como individualista, como decís de EEUU o Gran Bretaña, para empezar porque nuestra tradición católica y comunitaria, influida desde por la meteorología hasta por las costumbres, no tiene que ver con la anglosajona y protestante. Pero eso no nos hace ni por asomo ser una sociedad solidaria.

Evidentemente, cada uno tiene una perspectiva personal, por eso yo recurro a los datos de donaciones para apoyar mi opinión. No se trata de que el español medio se malo o bueno, egoísta o mártir desinteresado, todos tenemos algo de ambos. Pero como sociedad, las crisis no solo sacan lo peor de cada uno, sacan a relucir las fortalezas ante la adversidad, como la entrega del personal sanitario que va más allá de su responsabilidad laboral. Todo esto no es nada nuevo, la Sociología lo lleva estudiando desde el siglo XIX, los alemanes y los franceses los primeros, y aunque en el siglo XXI las diferencias culturales se están difuminando, queda un poso importante.

“Encuentro falaces y peligrosas todas las ceremonias conmemorativas -escribió- ¡Viva el olvido! Solo veo dignidad en la nada”.

Un perro andaluz.

También tendemos a enfadarnos más por los casos insolidarios de la gente que vanagloriarnos por los altruistas de la gente. Creo que va en nuestros genes.

Hombre, Trump y Johnson no han brotado del parlamento como champiñones, la sociedad los ha votado. En EEUU el pensamiento neoliberal y no intervencionista hace que muchos crean que el estado debería servir para poco más que hacer y mantener carreteras, en Reino Unido poco menos que han votado a este hombre para aislarse del resto de Europa. Y como comentaba, la histeria por el papel se ha repetido por todo el mundo, sin que creo que ello sea indicador de nada.

El sistema electoral de Estados Unidos, al menos, permitió que Trump fuera elegido con menos votos que su oponente. Porque finalmente lo que determina quién obtiene el cargo es el número de electores por estado. Con un sesgo así, por supuesto que se producen distorsiones.

Ya, pero no sólo es una cuestión de número de votos, sino también de representatividad.

Yo creo que muchas actitudes negativas que se están viendo son fruto de la ignorancia, la irresponsabilidad y del egoísmo, pero también estoy viendo cosas positivas. No puedo comparar con otros países, porque muchas veces se trata de factores no cuantificables, pero no veo que seamos especialmente insolidarios o que estas mismas actitudes no se den en otros lados.

En mi humilde opinión creo que uno de los problemas es que aún viéndolo venir, no se le dio la importancia que se debía. Ha habido países europeos que comenzaron a tomar medidas para limitar la circulación de personas y aislar a los infectados ya en febrero, pero en España creo que se tomó una actitud de exceso de confianza, viviendo durante semanas como "aquí no pasa nada" (manifestaciones, eventos deportivos, culturales, etc.) antes de que la realidad obligara a tomar medidas contundentes.

No se trata de extremos o categorías, sino dimensiones. Tener una sociedad más individualista también tiene sus ventajas, fomentan la competitividad, la iniciativa empresarial, el predominio del más fuerte. Yo no creo que la sociedad española sea mejor o peor que la americana, pero desde luego, está en un punto medio en cuanto a individualismo. Te invito a leer a Durkheim, además seguro que lo encuentras en francés y te resultará más interesante en versión original.

Gracias por la recomendación, buscaré al autor.