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Mensaje
por Baudelaire » 19 Oct 2020, 17:50
Las proposiciones son susceptibles de tener un valor de verdad, ser ciertas o falsas… incluso ambigüas: "está nublado".
Las interpretaciones, por su subjetividad, carecen de un valor de verdad. No son ni ciertas ni falsas, ni más válidas ni menos válidas. A diferencias de los análisis proposicionales, que utilizan la lógica y la racionalidad (primordialmente). Cuándo se realiza una interpretación, definitivamente hay en juego elementos irracionales involucrados que son infalsables.
El año pasado en el ápice de las protestas en Chile, un chico fue baleado e intentaron pasar por asfixia su asesinato por fuerzas policiales. La evidencia era concluyente, tres balas e identificada el arma. Era en el contexto de un saqueo que terminó con un incendio provocado por un carabinero.
En el metro, mientras esperaba a alguien a la salida, entablo conversación con alguien que me aborda. El interpretaba que el error del chico era haberse ido a meter al saqueo. Yo, que, en realidad todo el intento de encubrimiento y el asesinato carecían de toda justificación. Son interpretaciones respecto a un hecho concreto, los argumentos son irrelevantes.
Imagínalo en una película, ¿qué quería el director? ¿mostrar el conflicto? ¿darle la razón a mi interlocutor respecto a que el "error" era haber ido" ¿darme la razón a que los encubrimientos son sistemáticos en el actuar policial? Irrelevante, el presenta algo… el arte es un juego, hay suspensión de la incredulidad y elementos ficticios traspasados por las ideas de quién crea la obra. Yo puedo, como espectador, si dicho juego me hace o no sentido, si me conecto o no con la interpretación presentada. Y, probablemente, terminaré conectándome de un modo inesperado por la diferencia entre los códigos del director y mis propios códigos.
Las obras de arte, son asuntos emocionales, la comprensión es un acto racional. La crítica de arte es racional, ciertamente, pero la experiencia estética requiere dejar esa racionalidad de lado. Al menos para poder tenerla… a posteriori que entre la mente. Durante la contemplación, mi corazón es libre para sentir lo que sea e interpretar lo que se me muestra sin que se utilice la falacia de "el director es la autoridad y por ello lo que él dice es cierto". Repito: la intencionalidad es irrelevante, porque él no me conoce ni sabe lo que podré experimentar, puede intentar predecirlo… pero es un asunto de probabilidades y está lejísimos de ser una certeza.