Webvampiro

En mi casa no compramos nada online precisamente por eso, los mensajeros se exponen al virus y además son un foco de transmisión si son portadores. El virus puede aguantar en un objeto algunas horas si lo toca alguien infectado.

Yo tengo un debate interno con la compra, parte la hacemos online y parte en el super. En ese caso tengo dudas conmigo mismo, ya que gracias a la compra online he conseguido productos que en en supermercado estaban ya agotados. Y además ahora en Amazon Prime, que es la plataforma que usamos, te dejan las bolsas en la puerta sin llamar, lo que reduce el riesgo de contagio.

Ahora bien, he reducido a cero el resto de las compras online que impliquen que venga un mensajero, sea de Amazon o pedir comida, por ejemplo. Me parece inmoral someter a riesgo a un trabajador cuyas condiciones además son de pura explotación. De hecho, esta situación me hace replantearme a futuro qué hacer con algunos de esos servicios (sobre todo los de comida a domicilio) en los que nos convertimos en cómplices de modelos laborales de explotación salvaje.

Respondiendo a la pregunta directa, sí, me parece absolutamente inmoral comprar ahora algo que no necesitas.

Vamos a empezar que yo no compro a Amazon por explotadores y monopolistas.

Pero respecto al resto de empresas, sigo sin entenderlo. El tío tiene que ir a trabajar y realizar entregas igualmente todos los días. No aumentas su probabilidad de contagio, puesto que ni te toca, ni prácticamente te ve. Sí aumentas sus ingresos por comisión. Si dejas de comprar, pones en peligro su puesto de trabajo, pues si no hay paquetes que repartir, tendrán que prescindir de plantilla. Si yo fuera repartidor le tendría más miedo al paro que al virus.

En el caso del supermercado me parece aún más claro. Comprar tienes que comprar. Intentas acumular las compras para que sean las menos veces, pero tienes que comprar. Llendo al súper aumentas tus probabilidades de contagio y las de los demás, incluyendo a los trabajadores del establecimiento. Pidiendo a domicilio la cosa es mucho más controlada, ya que la gente no pasa por el pasillo toqueteando todo, tosiendo o estornudando. Es posiblemente mucho menos ecológico, pero de cara al contagio de la población me parece más responsable.

Estoy de acuerdo en que hay un debate, una balanza, entre riesgo de contagio versus mantener el trabajo. Pero en mi caso, por ejemplo, incluso aunque no viera al mensajero, antes de llegar a mi casa tiene que tocar un telefonillo y abrir dos puertas antes de llegar a la mía. Y vivo en un bajo, si no fuera así habria que sumar tocar el ascensor. No pidiendo le ahorro todos esos potenciales peligros.

Casemir escribió: ↑01 Abr 2020, 11:45 El viejo truco.

En los tiempos de la crisis financiera, mi jefe iba a despedir a una empleada ya al final llegaron a un acuerdo de reducción de jornada. Al principio le redujo la carga de trabajo, pero poco a poco se la fue incrementando, y al par de semanas trabajaba lo mismo que antes por la mitad. Reducción de sueldo, vaya.

A un amigo mío le han presentado un ERTE con trampa. Te hacemos el ERTE, tú sigues trabajando, y el 30% que el estado no te paga, te lo hacemos llegar nosotros. Una manera estupenda de ahorrarte un 70% de salario a cargo de las cuentas públicas. Mi amigo les ha dicho que no, pero después de un largo fin de semana de meditación puesto que tiene dos hijos y su mujer en una situación laboral incierta.

Es exactamente lo que nos han hecho en mi empresa. La cosa es que yo voy a no hacer nada. Entre que hay poca faena y la que hay me la paso por el forro. Todos contentos

Ayer compré un manual de rol online y en comentarios le puse a la tienda que me lo enviara cuando terminara el confinamiento, no sé si me harán caso.

Al menos en Chile, pedidos que debían entregarse en 48 horas se han dilatado a una semana o más.

Claramente, hay muchas personas que siguen trabajando en servicios de reparto (principalmente de otros países).

Incluso, es probable, que hayan grados de ilegalidad o explotación laboral asociada.

Su subsistencia depende del riesgo, pero de mi parte que NO tengo teléfono (fijo o móvil), imposible hacer pedidos.

Menos aquéllos que requieren tarjeta de crédito.

Me acaban de decir que sí, que sin problema, que los guardan hasta que pase todo. Mola.

¡Vaya! Todavía queda racionalidad en el mundo de los negocios.

¡Felicidades!

Mi madre es lo contrario a mí. Donde a mí me cuesta pedirle la hora a la gente, mi madre le da conversación a los semáforos.

El caso es que mi madre fue al Mercadona y le sacó conversación a la cajera, imagino que para agradecerle que trabaje en estas condiciones. Ella le contó que una mañana vino un hombre y compró una barra de pan. La mujer le explicó al hombre las dificultades logísticas que les suponía atender a la gente, y le pidió que intentara acumular compra para no venir cien veces. El hombre no le contestó, pero esa misma tarde volvió a comprar un kit kat, pasando por su caja con una sonrisa triunfal.