Re: [Recurso] Celebrando la oscuridad
Publicado: 30 Oct 2023, 19:30
Texto de Alexander Weiss
DÍA TREINTA: HERENCIA
Will Hampton no pudo evitar un gruñido de desánimo cuando la puerta de la casa de su padre se abrió con un chirrido. Las sombras retrocedieron, y minúsculas alimañas huyeron a la oscuridad. El interior olía a humedad y a cerrado, y le llevaría buena parte del día deshacerse de todos los tratos y hacer algo parecido a un inventario si quería sacar algo de provecho de lo que podía haber dentro.
Desde la muerte de su madre, Will y su padre se habían distanciado. Le había dicho que necesitaba viajar, seguir los pasos de ella, y Will aceptó que quizás necesitara algo de tiempo de duelo.
Sin embargo, la ausencia del padre de Will se prolongó durante semanas, después, meses y después años. Cuando regresó, había cambiado. Él le echó en cara que los había abandonado, discutieron y su padre había vuelto a marcharse.
De vez en cuando recibía una postal desde un lugar lejano, en un hotel de carretera. Un amago de disculpa y perdón, pero después de nuevo la ausencia.
Y finalmente, un día Will había recibido una carta llena de documentación. Su padre había muerto y quería dejarle algo. Will pensó en renunciar, ya que no quería nada de aquel hombre que se había convertido en un desconocido. Había hecho una vida sin él, y no le había ido nada mal, pero al mismo tiempo quería echar un vistazo para encontrar respuestas sobre su pasado.
Rebuscó en la casa llena de trastos, a la caza de fotos viejas de sus padres y sus abuelos, y finalmente encontró un maletín escondido en un rincón, lleno de armas y libros viejos, y una especie de diario lleno de lo que parecían delirios sobre vampiros, hombres lobo y demonios. El padre de Will los responsabilizaba de la muerte de su madre.
Y eso era le herencia de Will: una serie de delirios de alguien que se consideraba un cruzado contra las fuerzas del mal. Aquel diario era producto de las fantasías de un viejo loco, tenía que serlo.
En cierto modo, sentía cierta compasión por él, de alguien que había desperdiciado su vida a la caza de "monstruos."
Will alzó la vista, sintiendo como si algo la mirada. Y su corazón se lleno de una mezcla de sorpresa, dudas y terror. Porque en la pared del desván, crucificada con estacas, había una criatura que parecía un murciélago gigante disecado.
Muerto. Tenía que estarlo.
No quería heredar la locura de su padre.
Y mi imagen de IA
DÍA TREINTA: HERENCIA
Will Hampton no pudo evitar un gruñido de desánimo cuando la puerta de la casa de su padre se abrió con un chirrido. Las sombras retrocedieron, y minúsculas alimañas huyeron a la oscuridad. El interior olía a humedad y a cerrado, y le llevaría buena parte del día deshacerse de todos los tratos y hacer algo parecido a un inventario si quería sacar algo de provecho de lo que podía haber dentro.
Desde la muerte de su madre, Will y su padre se habían distanciado. Le había dicho que necesitaba viajar, seguir los pasos de ella, y Will aceptó que quizás necesitara algo de tiempo de duelo.
Sin embargo, la ausencia del padre de Will se prolongó durante semanas, después, meses y después años. Cuando regresó, había cambiado. Él le echó en cara que los había abandonado, discutieron y su padre había vuelto a marcharse.
De vez en cuando recibía una postal desde un lugar lejano, en un hotel de carretera. Un amago de disculpa y perdón, pero después de nuevo la ausencia.
Y finalmente, un día Will había recibido una carta llena de documentación. Su padre había muerto y quería dejarle algo. Will pensó en renunciar, ya que no quería nada de aquel hombre que se había convertido en un desconocido. Había hecho una vida sin él, y no le había ido nada mal, pero al mismo tiempo quería echar un vistazo para encontrar respuestas sobre su pasado.
Rebuscó en la casa llena de trastos, a la caza de fotos viejas de sus padres y sus abuelos, y finalmente encontró un maletín escondido en un rincón, lleno de armas y libros viejos, y una especie de diario lleno de lo que parecían delirios sobre vampiros, hombres lobo y demonios. El padre de Will los responsabilizaba de la muerte de su madre.
Y eso era le herencia de Will: una serie de delirios de alguien que se consideraba un cruzado contra las fuerzas del mal. Aquel diario era producto de las fantasías de un viejo loco, tenía que serlo.
En cierto modo, sentía cierta compasión por él, de alguien que había desperdiciado su vida a la caza de "monstruos."
Will alzó la vista, sintiendo como si algo la mirada. Y su corazón se lleno de una mezcla de sorpresa, dudas y terror. Porque en la pared del desván, crucificada con estacas, había una criatura que parecía un murciélago gigante disecado.
Muerto. Tenía que estarlo.
No quería heredar la locura de su padre.
Y mi imagen de IA