[SOLO] Capítulo 1 - Llegada a la Tierra de los faraones

[Baudelaire]

Después de dos siglos en letargo, lo menos que tengo es prisa. Supongo que podré partir por la primera opción y si tuviere la oportunidad, pasaré a la segunda. Me resulta muy sencillo crear disfraces físicos. SIn embargo, para adquirir los manierismos y las peculiaridades de un círculo tan particular, siempre he necesitado observar directamente para aprender.

Agradezco la sugerencia y le indico que estoy en deuda haciendo una profunda reverencia.

[Toxizer]

- Vuelve mañana e intentaremos reunirnos con unos eruditos - sonríe - deberías ofrecerle algo que les interese, algún tipo de información o conocimientos. Ahora si me disculpas debo atender unos asuntos.

El vástago te acompaña sutilmente hacia el pasillo por el que entraste al patio.

- Mantente alerta amigo, estás antiguas callejas ocultan todo tipo de peligros. Nos vemos mañana a las 10 de la noche. Laïla sa'ida ( buenas noches).

[Baudelaire]

Me retiro cuándo se me indica y recibo la indicación gentil recomendación. Hago apreciación de la amabilidad y respondo cordialmente al saludo.

Será la oportunidad de recorrer mejor la ciudad, para ello me propongo hacer un barrido más profundo de los barrios importantes. Un par de horas por cada uno, para terminar en aquél dónde había encontrado a Abdul. Me aseguro de aceptar su hospitalidad para el día.

Le comento que he contactado con Yakub y que me ayudará con la infiltración. Le ofrezco compartir mis hallazgos en compensación por la gentileza y la buena voluntad.

[Toxizer]

Recorres las calles bulliciosas del zoco, las callejas bien vigiladas de la ciudadela, los barrios residenciales silenciosos y los descampados que llevan al barrio marginal de Abdul. Durante todo el trayecto te sientes vigilado pero no llegas a descubrir a tu acosador. Tras pasar la noche callejeando sabes dónde se encuentran los principales edificios de la ciudad, la actividad nocturna de cada uno y el tipo de gente que se mueve por ellos.

Aunque Abdul ya conoce la información que le das, te da las gracias igualmente. Tu anfitrión te ofrece un jergón en una esquina de su refugio, se asegura de trabar la puerta de acceso al sótano y se tumba silencioso en su propio jergón.

[Baudelaire]

Tomo el jergón y le doy la paz. Le expreso mi aprecio por su gentileza y su sentido de la igualdad.

Ha sido muy amable y, sin duda, está igual que yo entre el cielo y la tierra. Entre la gloria de Tengri y la clemencia de Kagan, pero él es un visionario. Sin importarle mi origen o mi sangre, me ha brindado un espacio. Lo mismo con el príncipe, algo que solamente conozco de la horda o la Tal'Mahe'Ra y que me habían advertido que jamás encontraría en otras organizaciones vampíricas.

Además, la cooperación de otras criaturas sobrenaturales ha sido igualmente generosas. Egipto parece un lugar de ensueño, salvo por la ocupación francesa o la mameluca precedente.

Sin embargo, el faraón ha regresado de entre los muertos y el orden debería cambiar. Lo importante es que tal proceso sea para bien.


Divagando entre mi torbellino de pensamientos, finalmente caigo presa del sueño diurno.

[Toxizer]

Despiertas al anochecer, te despides de tu anfitrión y te encaminas a la casa del otomano. Cuando vas atravesando una zona descampada en la que sólo se aprecian algunas antiguas casas abandonadas, aparece una niña en el camino.

- Por favor señor, ayúdeme - te dice suplicante - estábamos jugando y mi hermana ha quedado atrapada en unos escombros - te señala un edificio en ruinas.

Notas que la niña es humana.

[Baudelaire]

Miro alrededor para verificar que nadie más podría ayudarla.

¿Se trata en realidad de un lugar tan solitario como para que la niña se acerque a mí, un mendigo, para ayudarle con su hermana.

Observo detenidamente su gestualidad, si tiene una actitud de angustia y si su voz se muestra sollozante por el incidente. Al mismo tiempo que analizo el color de su aura.

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Activación Áuspex 2.

Si la niña muestra todo lo que se requiere y sus sentimientos lo confirman, corro hacia el lugar y me aseguro de liberar a su hermana. En caso contrario, la miro con duda y me acerco con cautela.

[Toxizer]

El color del aura de la chica es naranja. El lugar es bastante solitario. Está llorando y te guía hasta el sitio. Un edificio de dos plantas al que le falta un muro entero y distintas partes. Ves a otra niña bajo una viga de madera, está inmóvil, posiblemente inconsciente.

- Ahí está, le cayó esa madera y no se mueve - dice la niña asustada - solo estábamos jugando.

[Baudelaire]

Por favor, retrocede. Podría caer algo más, gira y cúbrete la cabeza.

Me aseguro que ya no puede verme, porque está de espaldas a mí, antes de indicarle a su hermana que cierre los ojos. Si no reacciona, entiendo que está desmayada. Verifico que nadie más me observe y utilizo mi fuerza sobrenatural para levantar la viga con una mano. Mientras con muchísimo cuidado, deslizo a la pequeña lejos de la zona derrumbada.

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Fuerza + Potencia = 8 (suficientes para la proeza)
Destreza + Atletismo = [8, 5, 8, 1, 2, 8] = fracaso si la dificultad es 9 ó 10, 2 éxitos si está entre 6 y 8, 3 éxitos si está entre 3 y 5, 4 éxitos si es 2.

Dejo la viga dónde estaba y me acerco a verificar el estado de salud de la herida, al tiempo que aviso a su hermana que venga a asistirme.

[Toxizer]

Levantas el madero sin problema. Cuando te giras para avisar a la hermana te percatas de que la llorosa muchacha ya no se encuentra allí. Al volver a mirar a la niña inconsciente, compruebas con asombro como su boca se abre monstruosamente y una extraña lengua sale disparada hacia tu cuello.

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