Webvampiro

Avanzo levemente mi pierna izquierda y dejo que el ataque se clave en el brazo del mismo lado. Con la mano derecha saco mi daga y le doy un tajo vertical a la monstruosa lengua para cortarla.
Consigo reaccionar oportunamente, para conseguir mi objetivo. Retrocedo lentamente para ver lo que ocurre observando el entorno por un eventual nuevo ataque de la niña que he liberado, de su supuesta hermana o de algún otro ataque.

Intentas esquivar la lengua, pero esta te perfora el brazo.
Notas un dolor intenso recorriendo tu extremidad.
Gracias a tu entrenamiento marcial logras superar el dolor y cortar la sucia lengua de esa pequeña monstruosidad.

Ambos estáis de pie a un escaso metro y medio de distancia.

Me concentro para activar mis reflejos sobrenaturales.
La invito a venir hacia mí, mostrándole nuevamente mi brazo ya herido. Salvo que, en esta ocasión, esquivaré el ataque saltando sobre uno de los techos.
Desde las alturas, arco en mano con una flecha en posición y otra en espera, estoy listo para atravesarle la garganta.

Observo siendo mi flecha, como fundido con su punta. Surco el tramo que me separa de la supuesta niña y me incrusto directamente en su garganta.

Para mi sorpresa, ha sido suficiente para convertirla en un cadáver.

Se trataba de un vampiro, aunque su aura parecía mostrar lo contrario.

Desciendo con otro salto y recupero mi flecha.

Quizás ahora se convierta en cenizas, si su abrazo ocurrió hace más de un siglo.

Efectivamente lo hace, pero sin dejar restos… muy a mi pesar. Con mis sentidos todavía aguzados; huelo, escucho e intento detectar las vibraciones de la otra niña.

Reacciono rápidamente, con movimiento vertiginoso y sobrenatural.
Le corto el paso por el lado opuesto y, sin mayores dificultades, la levanto de un tobillo.

Buenas noches, señorita… me temo que tenemos una conversación pendiente.

Extiendo la flecha ensangrentada y la pongo justo frente a su nariz.

Tendremos una hermosa cena con un amigo y me vas a ir explicando de camino hacia allá. Tu amiga ya nunca más volverá a molestarte.

Le digo mientras pasamos justo frente al lugar en que la he derrotado.

Sin mayores miramientos, me dirijo directamente al lugar de la cita, pasando a dejar a la niña en manos de Abdul.

Por favor, cuídala por un rato. Ya vuelvo, tan pronto habré conversado con mi contacto.

Le entrego la flecha y le explico de dónde viene la sangre.

Cuando atrapas a tu presa, notas como tú bestia interior ruge hambrienta; aunque al tranquilizarte logras contenerla.

- Señor, por favor, no sabía que hacer, dijo que mataría a toda mi familia - la niña llora desconsolada.

Al ver a Abdul se asusta aún más.

- No, no, solo intentaba salvar a mi gente - la pequeña está totalmente descompuesta.

En un barrio residencial, mientras caminas con paso rápido para no llegar tarde a tu cita notas una presencia que te sigue. ¿ Será la paranoia que te produce esta ciudad o realmente hay alguien tras tus pasos?

Nada es como parece, pequeña. Si Abdul, aquí presente, o yo… pensábamos en dañarte, lo habríamos hecho sin miramientos. Pero hay quiénes en la noche guardamos todavía ciertos códigos morales.
Algo podría estar por allí. Sin embargo debo llegar a tiempo.

Doy un pequeño rodeo antes de llegar al lugar indicado a la hora exacta, con la intención de verificar si efectivamente se trata solamente de paranoia.
Sin mirar atrás, entro.