[SOLO] Capítulo 2 - Una nueva oportunidad

[Toxizer]

Pasas un tiempo perdido en tus pensamientos, imitando los gestos que ves a tu alrededor. Sientes la mullida alfombra y escuchas los rezos a tu alrededor. En un momento determinado oyes frases inconexas.

- Esta semana va a empezar... hablé con los chicos están...malditos franceses...hay que prepararse...

Cada vez hay menos gente en el edificio, al final un hombre te pide que te marches, pues van a cerrar.

[Baudelaire]

Regreso al refugio de Yakup, para poder avisarle que sus sospechas son ciertas. Le comento mi visita a la mezquita y salgo nuevamente para volver a observar el destacamento francés desde la distancia. Tratando de comparar como está el ambiente en comparación con la agitación que había provocado con el asunto de la pólvora y el alcohol.

Si todo luce tranquilo, me acerco un poco más sin llamar la atención para dejar una nota de advertencia.

Debo impedir que los tomen por sorpresa si pretendo que la reunión con Napoleón se lleve a cabo.

[Toxizer]

Realizas las tareas descritas. El campamento está tranquilo, y puedes dejar una nota clavada en alguna tienda. Vuelves desde Guiza hasta el centro de la ciudad, el amanecer está próximo. Un murciélago parece seguirte durante todo el camino. Eres consciente de que debes encontrar un sitio en el que pasar el día.

[Baudelaire]

Me giro hacia el murciélgo y emito un chillido para comunicarme con él.

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Activación de Animalismo 1.

Le pregunto directamente por qué me sigue y si alguien le ha ordenado que lo haga. Espero a que me responda solamente por un minuto y luego me dirijo hacia el refugio de Abdul para pasar el día.

[Toxizer]

La orden es un tanto confusa para el murciélago, solo susurra "amo" antes de perderse en la noche. Cuando llegas al refugio Abdul ya está preparado para pasar el día.

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Despiertas hambriento, horribles pesadillas han azotado tu mente. Abdul no está en el sótano.

[Baudelaire]

Me concentro para apaciguar a la bestia interior y sus urgencias.

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Autocontrol = [4, 4, 6, 7] = 2 éxitos.

Rezo una plegaria a Tengri y Kagan antes de salir a cazar, junto con una breve nota para Abdul sobre mis devenires. Incluyo el asunto de la mezquita y que regresaré con el mismo donativo de vitæ que anteriormente.

Que pueda dejar el desasosiego atrás para concentrarme en lo importante y que traerá la paz a este país tan azotado por las injusticias.

Me dirijo a buscar, nuevamente, alguna manada de animales en un rincón alejado para beber moderadamente de cada integrante y agradecerle por la gentileza.

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Autocontrol = [8, 5, 8, 6] = 3 éxitos.
Uno o dos puntos de sangre en cada mordida hasta lo que determines que sería posible.

Cierro cuidadosamente las heridas y preparo dos cuencos para Abdul al regresar.

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Si alcanza, Ulagan se sanará de una segunda herida agravada por 5 puntos de sangre y un punto temporal de F.V., nuevamente son 2 para su anfitrión. Me imagino que prontamente actualizarás el contador.

Si me encuentro con él, se los entrego personalmente. En caso contrario, los dejo en el mismo lugar que antes con otra nota.

Me dirijo a reconocer el terreno en torno al palacio dónde será la fiesta. Si el murciélago vuelve a aparecer, le ofrezco una rata y le pido que me guíe dónde su amo.

[Toxizer]

Al acercarte al palacio puedes ver varias patrullas de soldados, si te acercas demasiado a una de las calles cercanas, te invitarán a marcharte. Es la residencia de Napoleón, está fuertemente custodiada. Parece que esta noche no tienes ningún murciélago persiguiéndote.

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Si te parece pasamos a la siguiente noche, que es la noche de la fiesta

[Baudelaire]

Por lo menos está bien protegido.

Me dirijo a una callejuela relativamente lejana y solitaria, saco mi traje de soldado francés y me lo enfundo. Ensamblo mi fusil y lo cuelgo sobre mi hombro, me maquillo cuidadosamente para parecer ligeramente herido con el rostro algo golpeado.

Escribo, en francés, una nota de advertencia simular a la que había dejado en el campamento. Me acerco levemente tambaleante hacia otro soldado que parezca ingenuo y con poca experiencia, para deslizarla en su bolsillo. Le susurro al mismo tiempo algunas palabras que lo alerten.

Camarade, j'ai pu observer ce que j'avais écrit sur le papier. C''est vraiment important.

Dejo que me vea el rostro dañado y rápidamente me alejo por dónde vine antes de llamar más la atención. Vuelvo a la callejuela, para volver a vestirme con el traje otomano y regresar al refugio de Abdul.

Espero que haya podido aprovechar la sangre fresca que le había dejado, le agradezco por la hospitalidad y antes que llegue el alba me aseguro de lavar prolijamente toda la ropa que utilizaré. Luego me acomodo y me preparo para pasar el día.

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Hecho…

[Toxizer]

Cuando despiertas Abdul te está esperando.

- Yashid ándate con ojo, los soldados franceses están como locos. Llevan todo el día realizando detenciones y registros. Creo que se han enterado del levantamiento - te mira sonriente - doy por hecho que estás informado. Yo no tomaré partida por nadie en todo esto, hace tiempo que renuncié a la violencia. Tomes la decisión que tomes seguirás siendo bienvenido en este refugio, pero las cosas se pondrán tensas, intenta que no te sigan.

Si quieres llegar a la fiesta tienes que partir de inmediato, tienes seco y preparado el modelo otomano. Yakup ha quedado contigo en las cercanías del palacio. Sientes hambre pero no tienes tiempo para alimentarte.

[Baudelaire]

De mi parte, buen Abdul… solamente esgrimo la violencia para defender a quiénes fomentan la opresión. Mi vida y mi no-vida siempre han girado en torno a las batallas. Odio la guerra tanto como tú, pero odio más que se eternicen o que sirvan a propósitos egoístas. Luciré como los antiguos gobernantes, si es que son ellos quiénes han hecho levantarse a los egipcios. Desconozco si se tratará de una revuelta por la libertad del país, sin tiranos… ni mamelucos ni otomanos ni franceses. Especialmente considerando que Kufu está de regreso.

Le pongo una mano sobre el hombro, le doy la paz, me visto rápidamente asegurándome de retocar mi maquillaje para verme elegante.

Espero que la sangre os haya sido de provecho. Es lo menos que puedo ofreceros después de cada cacería.

Me despido, pongo el sobre con la invitación en la chaqueta y salgo raudamente con rumbo al palacio.