Re: La extraña muerte de Esteban Espinosa (C)
Publicado: 01 Jul 2020, 03:08
Casi ni se dio cuenta de la existencia de un bibliotecario y siguió, allí, a lo suyo hasta que completó su scan con mirada un tanto ausente. No se le iba de la cabeza ese dato... 26 son muchas puñaladas para un robo que salió mal. Excesivas. Tantas eran propias o bien de alguien que tenía un motivo muy personal -por no decir pasional- o bien, sabiendo lo que sabía ahora podía intentar encubrir que se habían alimentado del mortal, en ese caso su padre. La sangre era muy escandalosa. Un trago no parecía nada en la boca pero si ese mismo pequeño trago lo escupía quedaba un manchurrón tan llamativo que parecía que habían matado a un pájaro.
¿Era un engaño? ¿Había habido suficiente sangre como para justificar la pérdida de un 90%?
Perdida en sus pensamientos accionó el botón de llave de Rocinante. Las luces se encendieron con un pitido que le daba la bienvenida mientras se desbloqueaban las puertas. Se montón en el asiento del conductor y dejó la mochila a su lado, en el del copiloto.
¿Quién podría tener tal rabia como para darle tantas puñaladas? No, no colaba que fueran los yonkis ni una agresión. Como mucho, suponiendo la clase de tipejos que le habían descrito, suponía que le darían un par de puñaladas y se irían corriendo después de esquilmar la caja. No tendrían el menor interés en darle tantas puñaladas.
Aunque, si suponía que era algo pasional... ¿no era Raúl quién se había sentido abandonado por su padre? Aunque culpaba a Daniel por ello, sí. De haber estado viva se habría sentido fatal por pensar así de su antiguo segundo padre. Lo otro que suponía es que, sabiendo que lo último que había investigado eran Los Otros, hubieran sido ellos pero... ¿por qué 26 puñaladas? ¿Acaso Daniel le había ofrecido también su vitae para protegerlo y fueron necesarias tantas puñaladas para finalmente acabar con su vida? En ese caso, ya que su modus operandi solía ser el incendio... ¿por qué no haber provocado uno?
Tenía en la cabeza la horrible idea de que alguien se había alimentado de él y había tapado lo que había hecho a base de puñaladas. Pero, en ese momento, lo que tenía más en la cabeza era que ella jamás había visto el cuerpo. Todo había sido rápido. No era un desaparecido y no seguía el mismo procedimiento. Los del seguro se hicieron cargo de todo y ella solo había tenido que asentir y firmar papeles que ni sabía qué ponían. En su familia no eran religiosos, así que no hubo misa, ni responsos. Hubo un breve tiempo en el que podían ver el féretro a través de un cristal lleno de coronas de flores, frente a una sala llena de sillas justo antes de que lo llevaran al cementerio de San Isidro, donde su familia poseía tumbas y nichos en propiedad. Ella también tenía el suyo destinado. Aunque quedaría vacío por siempre....
Arrancó a Rocinante y comenzó a conducir. No sabía realmente dónde iba. Su idea, en un principio, había sido ir a la tienda. Después, había cambiado de opinión para irse a casa a programar el "eco". Pero ahora... ahora necesitó ir a visitar la tumba del que había sido su padre en vida. Se dirigió al cementerio sacramental de San Isidro.
¿Era un engaño? ¿Había habido suficiente sangre como para justificar la pérdida de un 90%?
Perdida en sus pensamientos accionó el botón de llave de Rocinante. Las luces se encendieron con un pitido que le daba la bienvenida mientras se desbloqueaban las puertas. Se montón en el asiento del conductor y dejó la mochila a su lado, en el del copiloto.
¿Quién podría tener tal rabia como para darle tantas puñaladas? No, no colaba que fueran los yonkis ni una agresión. Como mucho, suponiendo la clase de tipejos que le habían descrito, suponía que le darían un par de puñaladas y se irían corriendo después de esquilmar la caja. No tendrían el menor interés en darle tantas puñaladas.
Aunque, si suponía que era algo pasional... ¿no era Raúl quién se había sentido abandonado por su padre? Aunque culpaba a Daniel por ello, sí. De haber estado viva se habría sentido fatal por pensar así de su antiguo segundo padre. Lo otro que suponía es que, sabiendo que lo último que había investigado eran Los Otros, hubieran sido ellos pero... ¿por qué 26 puñaladas? ¿Acaso Daniel le había ofrecido también su vitae para protegerlo y fueron necesarias tantas puñaladas para finalmente acabar con su vida? En ese caso, ya que su modus operandi solía ser el incendio... ¿por qué no haber provocado uno?
Tenía en la cabeza la horrible idea de que alguien se había alimentado de él y había tapado lo que había hecho a base de puñaladas. Pero, en ese momento, lo que tenía más en la cabeza era que ella jamás había visto el cuerpo. Todo había sido rápido. No era un desaparecido y no seguía el mismo procedimiento. Los del seguro se hicieron cargo de todo y ella solo había tenido que asentir y firmar papeles que ni sabía qué ponían. En su familia no eran religiosos, así que no hubo misa, ni responsos. Hubo un breve tiempo en el que podían ver el féretro a través de un cristal lleno de coronas de flores, frente a una sala llena de sillas justo antes de que lo llevaran al cementerio de San Isidro, donde su familia poseía tumbas y nichos en propiedad. Ella también tenía el suyo destinado. Aunque quedaría vacío por siempre....
Arrancó a Rocinante y comenzó a conducir. No sabía realmente dónde iba. Su idea, en un principio, había sido ir a la tienda. Después, había cambiado de opinión para irse a casa a programar el "eco". Pero ahora... ahora necesitó ir a visitar la tumba del que había sido su padre en vida. Se dirigió al cementerio sacramental de San Isidro.