Re: [Narrativa] Guerra de Pieles: Letanía de Sangre
Publicado: 01 Oct 2020, 18:32
- ¿Amigo? Yo no lo llamaría así precisamente. - dijo William sin atreversa a mirar atrás. Debía centrarse en lograr atraer a los niños. - Sé que es peligroso y que tienes miedo, pero nos pueden ayudar ... yo .. yo ... puedo ayudarles.
El brujo casi gruñó de rabia ante sus propias palabras y sus sentimientos, ya que no sabía a quién realmente estaba ayudando si a los niños, a Ingrid o a él. Ser humano era complicado pero ser un vampiro que no había olvidado ser humano era peor.
De repente, una mano de uno de los doctores espectrales atravesó la puerta y agarró a William atrayéndolo hacia sí; otra apareció y comenzó a sajar el aire con un bisturí de un metal negro que parecía tan afilado como los reales. El Tremere forcejeó hasta que logró zafarse de su presa y golpeó los brazos como pudo.
- Y así es como acaba la existencia del inefable William Scarambough, mago, vampiro y, principalmente, el mayor loco que he conocido.
- Aún no estoy acabado, demonio de pacotilla.
- Yo creo que sí. No eres capaz de salir aquí tú solo, mucho menos sin ella.
Algo en el tono usado por el ser infernal hizo que un escalofrío recorriera la espina dorsal de William. No era por la crueldad de las palabras de Nelchael propiamente dicho sino por la verdad que encerraban. Más brazos con manos de uñas negras y bisturís aún más oscuros aparecieron y un coro de voces sacada del lugar más espantoso que podía haber imaginado William comenzó a gritar obscenidades y amenazas. Ingrid se acurrucó bajo los pies del vampiro y este se agarró la cabeza tratando de pensar.
La voz de la mujer. La voz de la mujer. ¿Quién eres, maldita sea?¿Cómo traigo a los niños?¿Qué relación tienen los niños con la voz? Y si ... y si los niños le dan el poder a la mujer para acabar con los doctores, ¿cómo consigo traerlos desde abajo?
Uno de los espectros atravesó una pared y su cuerpo deforme quedó atrapado en el hueco mientras intentaba seguir adelante; William se limitó a mirarlo con impotencia. Nelchael estaba a su espalda y no pudo ver el rostro del brujo pues si así fuera sabría que había vencido, que la derrota del mago era inminente.
William se agachó y miró a los ojos de Ingrid; al borde de los párpados del Tremere se asomaban lágrimas carmesíes.
- Ingrid, cariño, necesito que hagas algo. ¿Confías en mí? - La pequeña asintió como pudo al borde del shock. William tragó saliva. - Según las leyes del Cielo, la Tierra y el Infierno, bajo la sanción de Azrael, Hermes Trimegisto y Belcebú, firmemos un contrato. Encomiéndomae tu alma y otórgamela como pago a cobrar; hazlo y a cambio acabaré con todo esto.
La niña miró con ojos extrañados a William, lo que le pedía le sonaba raro y peligroso, pero confiaba en él. Si aceptando ayudaba a acabar con los doctores y salvar a los demás niños, lo haría. William los salvaría.
- Vale.
El brujo se mordió los labios al escuchar aquellas palabras; besó en la frente a Ingrid y dejó una marca en la misma con su sangre. Se levantó y miró a la pequeña con lágrimas en los ojos.
- Lo siento mucho, pequeña. - Si aún respirara hubiera dejado de hacerlo para coger valor, pero no lo necesitaba. Se giró y miró a Nelchael que no daba crédito a lo que estaba a punto de pasar. - Nelchael, te ofrezco un trato. El alma de Ingrid por el poder para traer aquí a todos los niños atrapados ahí abajo. Sí o no.
- Sí, bastardo de mil madres, claro que sí. - Nelchael rió a carcajadas por lo fácil que había sido aquello. - Voy a disfrutar con esto, Scarambough. Jaime tendrá una amiguita con la que llorar.
Dicho aquello tomó a Ingrid de la mano; la pequeña quería negarse pero una fuerza invisible la obligaba a acompañar al demonio. Su rostro pasó del terror hasta el más absoluto de los horrores.
- ¡William!¡William!¿Qué me has hecho?¿Por qué?¡William!
- Lo siento de veras, cariño. Un alma por miles. - contestó el mago quien se obligó a mirar a Ingrid mientras se la llevaba Nelchael. - Lo siento.
El demonio abrió un portal y se giró hacia William sonriendo; el mago adivinó que había algo más en aquella expresión. Era algo parecido al respeto lo cual le revolvió el estómago hasta lo indecible.
- Arriba.
William asintió y se giró. No podía aguantar más mirando aquello. Justo en ese momento los doctores acabaron con todas las barreras y comenzaron a rodear como depredadores hambrientos a William. Este cerró los puños y cerró los ojos.
- ¡Arriba!
Algo sacudió los cimientos del hospital, como si estuviera sobre un volcán que entrara en erupción. Y se empezó a escuchar. El sonido de mil gritos de rabia, dolor y liberación. El sonido de mil niños ascendiendo. Mil voces que no fueron capaces de tapar las palabras de William.
- Lo siento.
El brujo casi gruñó de rabia ante sus propias palabras y sus sentimientos, ya que no sabía a quién realmente estaba ayudando si a los niños, a Ingrid o a él. Ser humano era complicado pero ser un vampiro que no había olvidado ser humano era peor.
De repente, una mano de uno de los doctores espectrales atravesó la puerta y agarró a William atrayéndolo hacia sí; otra apareció y comenzó a sajar el aire con un bisturí de un metal negro que parecía tan afilado como los reales. El Tremere forcejeó hasta que logró zafarse de su presa y golpeó los brazos como pudo.
- Y así es como acaba la existencia del inefable William Scarambough, mago, vampiro y, principalmente, el mayor loco que he conocido.
- Aún no estoy acabado, demonio de pacotilla.
- Yo creo que sí. No eres capaz de salir aquí tú solo, mucho menos sin ella.
Algo en el tono usado por el ser infernal hizo que un escalofrío recorriera la espina dorsal de William. No era por la crueldad de las palabras de Nelchael propiamente dicho sino por la verdad que encerraban. Más brazos con manos de uñas negras y bisturís aún más oscuros aparecieron y un coro de voces sacada del lugar más espantoso que podía haber imaginado William comenzó a gritar obscenidades y amenazas. Ingrid se acurrucó bajo los pies del vampiro y este se agarró la cabeza tratando de pensar.
La voz de la mujer. La voz de la mujer. ¿Quién eres, maldita sea?¿Cómo traigo a los niños?¿Qué relación tienen los niños con la voz? Y si ... y si los niños le dan el poder a la mujer para acabar con los doctores, ¿cómo consigo traerlos desde abajo?
Uno de los espectros atravesó una pared y su cuerpo deforme quedó atrapado en el hueco mientras intentaba seguir adelante; William se limitó a mirarlo con impotencia. Nelchael estaba a su espalda y no pudo ver el rostro del brujo pues si así fuera sabría que había vencido, que la derrota del mago era inminente.
William se agachó y miró a los ojos de Ingrid; al borde de los párpados del Tremere se asomaban lágrimas carmesíes.
- Ingrid, cariño, necesito que hagas algo. ¿Confías en mí? - La pequeña asintió como pudo al borde del shock. William tragó saliva. - Según las leyes del Cielo, la Tierra y el Infierno, bajo la sanción de Azrael, Hermes Trimegisto y Belcebú, firmemos un contrato. Encomiéndomae tu alma y otórgamela como pago a cobrar; hazlo y a cambio acabaré con todo esto.
La niña miró con ojos extrañados a William, lo que le pedía le sonaba raro y peligroso, pero confiaba en él. Si aceptando ayudaba a acabar con los doctores y salvar a los demás niños, lo haría. William los salvaría.
- Vale.
El brujo se mordió los labios al escuchar aquellas palabras; besó en la frente a Ingrid y dejó una marca en la misma con su sangre. Se levantó y miró a la pequeña con lágrimas en los ojos.
- Lo siento mucho, pequeña. - Si aún respirara hubiera dejado de hacerlo para coger valor, pero no lo necesitaba. Se giró y miró a Nelchael que no daba crédito a lo que estaba a punto de pasar. - Nelchael, te ofrezco un trato. El alma de Ingrid por el poder para traer aquí a todos los niños atrapados ahí abajo. Sí o no.
- Sí, bastardo de mil madres, claro que sí. - Nelchael rió a carcajadas por lo fácil que había sido aquello. - Voy a disfrutar con esto, Scarambough. Jaime tendrá una amiguita con la que llorar.
Dicho aquello tomó a Ingrid de la mano; la pequeña quería negarse pero una fuerza invisible la obligaba a acompañar al demonio. Su rostro pasó del terror hasta el más absoluto de los horrores.
- ¡William!¡William!¿Qué me has hecho?¿Por qué?¡William!
- Lo siento de veras, cariño. Un alma por miles. - contestó el mago quien se obligó a mirar a Ingrid mientras se la llevaba Nelchael. - Lo siento.
El demonio abrió un portal y se giró hacia William sonriendo; el mago adivinó que había algo más en aquella expresión. Era algo parecido al respeto lo cual le revolvió el estómago hasta lo indecible.
- Arriba.
William asintió y se giró. No podía aguantar más mirando aquello. Justo en ese momento los doctores acabaron con todas las barreras y comenzaron a rodear como depredadores hambrientos a William. Este cerró los puños y cerró los ojos.
- ¡Arriba!
Algo sacudió los cimientos del hospital, como si estuviera sobre un volcán que entrara en erupción. Y se empezó a escuchar. El sonido de mil gritos de rabia, dolor y liberación. El sonido de mil niños ascendiendo. Mil voces que no fueron capaces de tapar las palabras de William.
- Lo siento.