Madrid místico
Las Tradiciones
Ahl-i-Batin
Aunque muchos afirman que los Ahl-i-Batin abandonaron la península ibérica con el fin de los reinos musulmanes a finales del siglo XV, todavía permanecen, entre las sombras, utilizando la influencia histórica de Al-Ándalus en su provecho. Aunque su presencia terminó siglos atrás, la herencia árabe y musulmana todavía siguen presentes en la arquitectura, el folklore, y ciertos círculos intelectuales que estudian el “arabismo”. Algunos magos de la Tradición pueden incluso remontar sus raíces a familias moriscas y mudéjares de hace siglos, y tejen redes de contactos e información entre nobles, artistas, y marginados. Los Batini aprovechan para actuar con su característica sutileza desde las sombras, y cuando se hacen ver entre sus aliados de las Tradiciones, suelen presentarse como embajadores o diplomáticos, sin revelar el alcance de su verdadera influencia. Su presencia se concentra en el sur de España, pero ven Madrid como un crisol de ideas donde moldear el futuro del país, y por extensión, del mundo.
María Cuevas
María nació a mediados del siglo XIX en un pequeño pueblo de Granada, en el seno de una familia morisca que consiguió evitar la expulsión del siglo XVII. Sus antepasados utilizaron la magia sutil de los Ahl-i-Batin para borrar su rastro y adoptar identidades cristianas mientras preservaban en secreto sus tradiciones.
En su juventud, María creció entre susurros de poesía mística, diagramas geométricos y rituales alquímicos. Su Despertar se produjo durante una ceremonia de meditación en la Alhambra, cuando vislumbró un patrón geométrico que parecía conectar las estrellas con la Tierra.
Se traslada a Madrid en 1870, atraída por rumores de los Ahl-í-Batin sobre un Nodo antiguo oculto en la ciudad, estableciéndose como traductora de textos árabes y persas para los académicos de la Universidad Central, una fachada para justificar su interés en los manuscritos esotéricos y su presencia en círculos intelectuales. Entre los magos de las Tradiciones, actúa como embajadora de los Ahl-i-Batin, aunque ocultando la presencia de su familia y su Tradición en España, presentándose como Miriam, originaria de Marruecos.
Coro Celestial
Son una de las Tradiciones más poderosas de Madrid, aunque su influencia comienza a reducirse en el siglo XIX debido a la expansión de ideas racionalistas y las desamortizaciones, que despojan muchas de sus sedes de poder. La disolución y persecución de la Cábala del Pensamiento Puro lleva a muchos miembros de la Cábala a buscar refugio entre los Coristas, que ven fortalecidas sus ramas más militantes.
Aunque el Coro Celestial, y muy especialmente los antiguos miembros de la Cábala del Pensamiento Puro, a menudo apoyan el movimiento carlista y reclutan entre sus partidarios, lo cierto es que durante el siglo XIX, tras la disolución de muchos conventos y monasterios, la Tradición se vuelve más “laica”, aunque puede decirse que existe una división entre “sacerdotes” y “caballeros.” Los sacerdotes surgen de las instituciones eclesiásticas, donde encuentran una base sólida, pero también los vinculan a un sistema que reprime misticismos heterodoxos, creando dilemas internos. Los caballeros suelen ser reclutados entre aristócratas o militares, muchos de ellos alineados con el absolutismo católico y el carlismo. En cualquier caso, para la Tradición hay tanto oportunidades como desafíos: la fe es el principal canal para su magia, pero la creciente influencia de la Tecnocracia amenaza con erosionarla.
En conjunto, Madrid es un centro espiritual clave para el Coro Celestial, debido a su importancia religiosa y estratégica. La Almudena, el Monasterio de las Descalzas Reales y varias iglesias forman una telaraña de Nodos místicos.
Ciríaco González
Ciríaco nació en 1838 en el seno de una familia humilde de artesanos. Hijo de un zapatero, su infancia estuvo marcada por la pobreza, pero también por la profunda fe católica inculcada por su madre, que lo llevaba a misa a la Iglesia de San Lorenzo. Desde que era joven destacó como un joven carismático y elocuente, ingresando en el seminario con 16 años. Ordenado sacerdote, ganó popularidad en Madrid por sus sermones apasionados, que atraían tanto a los humildes como a burgueses curiosos.
En 1865 Ciríaco experimentó una visión de la Virgen de la Almudena mientras rezaba en la iglesia. La Virgen le habló de un coro de voces que unían todas las cosas bajo la voluntad de Dios, y al oír la voz divina Despertó. Poco después se unió al Coro Celestial, y desde entonces ha equilibrado su vida como sacerdote adjunto de San Lorenzo con su posición como mago, utilizando su magia para proteger a los desfavorecidos y combatir las influencias “impías,” especialmente a la Tecnocracia.
Desde su púlpito en Lavapiés, Ciríaco predica un mensaje de esperanza y caridad, pero también de resistencia frente a la modernización atea y sin alma. Su labor caritativa en los barrios pobres de Madrid lo ha convertido en una figura querida, pero también en un objetivo para quienes ven su popularidad como una amenaza.
Manuel Imaz
Manuel Imaz nació en 1852 en Bilbao, hijo de un estibador y una costurera, en un ambiente humilde con una educación católica básica pero sin una conexión profunda con la fe. Con el estallido de la Revolución Gloriosa en 1868 fue reclutado por una milicia carlista, que quería aprovechar los tumultos para llevar a cabo un levantamiento contra el gobierno. Sin ideales firmes ni comprensión real de su causa, Manuel fue arrojado a la batalla con un fusil en las manos. En su primera y única batalla en un enfrentamiento menor, resultó herido de gravedad por un disparo en el pecho y cayó inconsciente, convencido de que iba a morir.
Al borde de la muerte, tuvo una visión: una figura luminosa como un ángel lo envolvió en una luz cálida y lo sanó milagrosamente. Cuando despertó, se encontraba en un monasterio, atendido con un grupo que monjes del Coro Celestial. Los monjes reconocieron su Despertar y lo acogieron como aprendiz. Desde entonces, aunque agradecido a sus salvadores, la fe de Manuel y su creencia en los ideales del Coro Celestial no son tan firmes como le gustaría.
Ahora se encuentra en Madrid, enviado para apoyar las actividades del Coro Celestial en la capital, un hervidero de intrigas. Todavía con las cicatrices físicas y emocionales de la guerra, se siente fuera de lugar en la Guerra de la Ascensión, pero su obediencia y gratitud lo mantienen unido al Coro. A menudo colabora con Ciríaco Gonzáles, que lo considera un aliado pero también alguien que necesita guía espiritual.
Cuentasueños
A primera vista parece que la Tradición de los Cuentasueños ha evitado Madrid, pero en los registros de los místicos se recuerdan varios individuos con especial habilidad para tratar con los espíritus y fenómenos extraños de la ciudad. Alguno terminó encontrando cobijo en las Tradiciones, pero con más frecuencia terminaron desaparecieron o cayendo víctimas de la Guerra de la Ascensión.
El siglo XIX trae a un nuevo tipo de Cuentasueños a Madrid. A mediados del siglo XIX existe un salón que experimenta con la comunicación espiritual, de la que derivará la Sociedad Espiritista Española. Estos espiritistas son considerados un fraude por parte de la Tecnocracia, que no obstante los mantiene vigilados. En 1861 se traduce al castellano “El libro de los espíritus”, obra fundamental del espiritismo. En 1873 Don Joaquín Bassols, Ministro de la Guerra, crea la sociedad “Progreso espiritista.” Lugares como El Prado, los teatros, y las tertulias de los cafés son el principal escenario de los espiritistas.
Otros Cuentasueños o magos de Espíritu se mezclan con los artistas de la época, utilizando su arte como vehículo para su magia. Poemas, cuadros, y obras teatrales pueden servir como focos para hechizos que abren portales a la Umbra o inspiran visiones místicas.
En este escenario surgen algunos individuos que consiguen contactar con los espíritus, y que son debidamente “neutralizados” por la Tecnocracia, o consiguen unirse de forma individual a las Tradiciones, recibiendo maestría en las artes de Espíritu. Entre ellos se encuentran artistas de vida bohemia y marginados debido a su “don.”
Alejandro Aguirre
Alejandro Aguirre nació en 1818 nació en el seno de una familia aristocrática, cuya fortuna procedía de tierras en Extremadura y conexiones con la corte del rey Fernando VII. Desde que era niño, demostró una considerable sensibilidad: veía sombras danzando en los tapices de su mansión y escuchaba susurros en los jardines. Sus padres, devotos católicos, atribuyeron sus fantasías a una imaginación desbordada. Su talento para la pintura y la poesía lo convirtió en una figura destacada en los círculos románticos de Madrid.
Su Despertar se produjo en 1837, durante un viaje a Italia, visitando las ruinas romanas en busca de inspiración. Se perdió en un trance contemplando un mosaico antiguo en una catacumba, y su alma fue arrastrada a la Umbra. El encuentro lo dejó al borde de la muerte, postrado durante semanas en una posada. Una curandera romaní, una Cuentasueños errante, reconoció los signos del Despertar y lo ayudó a regresar al mundo físico, enseñándole los rudimentos de la magia de espíritu.
Desde entonces Alejandro ve el mundo como un tapiz de espíritus, y su arte es tanto un refugio como un medio para canalizar su magia. Es un aristócrata que alterna entre los salones de la nobleza y los cafés bohemios de Lavapiés, buscando inspiración en las historias de los marginados. Sus cuadros, alabados por su intensidad onírica esconden secretos esotéricos, imbuidos con el poder espiritual de rituales y su propia sangre.
Su obra maestra, “El sueño de Madrid” es un lienzo que retrata una ciudad de torres góticas y un cielo cuajado de estrellas imposibles. En realidad es un portal a un reino umbral, “La ciudad de los ecos”, que visitó en su Despertar, un lugar donde los espíritus susurran secretos y profecías, y donde también acecha un Umbrole peligroso, “El pintor de cenizas”, que intenta impulsarlo a crear nuevos portales al más allá.
Culto de Baco (Sahajiya)
Madrid siempre ha atraído a algunos magos de esta Tradición, si bien no han conseguido una presencia fuerte y organizada hasta el siglo XIX. Vinculados al “espíritu madrileño”, el surgimiento de cafés y tertulias de naturaleza política y artística llevan a la formalización de la Tradición, especialmente durante el período romántico posterior a la Guerra de la Independencia.
Madrid es una ciudad de contrastes entre la rigidez tradicionalista y el auge del romanticismo, que exalta la pasión, la individualidad, y lo sobrenatural. Las tertulias literarias, los teatros, los cafés y tabernas, son espacios donde poetas, artistas, y vividores desafían las convenciones sociales. Al mismo tiempo la represión política (como la censura de prensa) dificulta sus prácticas más abiertas, obligándolos a actuar con cuidado.
Los Cultistas prosperan entre las clases populares, aprovechando el espíritu de artes y festejos en su provecho, pero a medida que avanza el siglo, el Culto de Baco va adquiriendo una connotación política cada vez más comprometida, sobre todo con los avances y la modernización social. No sólo se trata de las ideas liberales y progresistas, sino sus aplicaciones sociales, como los avances en los derechos de la mujer y el laicismo. Muchos pronunciamientos y revueltas populares a menudo cuentan con el apoyo de los Cultistas de Baco, cuando no de su participación directa.
Aunque los Cultistas prefieren los espacios vivos y efímeros, en Madrid han creado una tertulia en torno a varias tertulias y tabernas populares, y la Sonata de Primavera, una capilla donde celebran sus reuniones y ceremonias. La ubicación de este espacio es...peculiar, encontrándose en un reino umbral al que se accede en lugares concretos en el momento adecuado, como la trastienda de una librería los martes, los reservados de un café los viernes, etc.
Carmen “La gitana”
Carmen Jiménez nació en 1830 en el barrio de Triana, en Sevilla, en el seno de una familia romaní dedicada al flamenco y las tradiciones orales. Desde niña, su voz y baile resultaban fascinantes, y a los quince años, durante una noche de fiesta bajo las estrellas, Carmen danzó junto a una hoguera hasta caer en un trance profundo. El tiempo se detuvo a su alrededor, las llamas se congelaron, las estrellas cantaron y un espíritu antiguo que ella describe como “La voz del viento,” le habló de su destino como maga y marcando su Despertar.
“La vieja Rosario”, su bisabuela y una anciana del Culto de de Baco, la inició en los secretos de la Tradición. Rosario le enseñó a utilizar el flamenco y los cantes en su magia. Aprendió a “bailar el tiempo”para manipular momentos fugaces y alterar la realidad, y a “cantar el alma” para tocar las emociones.
Carmen y su maestra viajaron a Madrid en 1840, donde fue presentada a otros magos del Culto de Baco, y se convirtió en una figura carismática que brilla en los tablaos de la ciudad. Su cante jondo y su baile hechicero atraen a poetas, revolucionarios y soñadores, muchos de los cuales se han convertido en acólitos informales.
María del Pilar Amades “Celeste”
María del Pilar Amades nació en 1805 en una mansión del barrio de Salamanca, hija de una familia noble y criada para ser la esposa perfecta. Aprendió a tocar el piano, bordar, y comportarse con la gracia de una dama de su posición. Sin embargo, su mente inquieta se rebelaba contra las cadenas de su destino. En la biblioteca de su padre, un volumen polvoriento de poesía mística se convirtió en su refugio. Enseñándose a sí misma a copiar las letras de ese libro, María del Pilar Despertó una noche, cuando las palabras de la página parecieron bailar y revelar verdades ocultas. En ese instante, su mente se abrió al cosmos y supo que podía reescribir su vida.
Esa noche, María del Pilar desapareció y buscó a otros magos de Madrid, conectando primero con los Huérfanos que vivían en los márgenes de la sociedad, pero pronto se unió al Culto de Baco, que reconocieron en ella un alma poderosa. Bajo la tutela del Culto, María del Pilar perfeccionó su magia, utilizando la música, la poesía, y las palabras como sus herramientas. Pronto abrió un salón en el barrio de las Letras “Sonata de Primavera”, que se convirtió en un refugio de vividores bohemios.
Décadas después, María del Pilar es una Maestra por derecho propio, reconocida no sólo en Madrid, sino también en toda España. Ha formado una cábala de artistas, anarquistas y magos que ven en ella su guía espiritual. Su habilidad para mediar entre facciones la han convertido en una figura clave para mediar entre las Tradiciones. También tiene un lugar especial para los Huérfanos, a los que acoge y enseña, ayudándolos a encontrar su camino en un mundo hostil hacia la magia.
Euthanatoi (Chakravanti)
Los magos de la muerte siempre han dispuesto de una presencia más antigua de lo que se cree en Madrid, asociados a ritos de origen grecorromano. Durante el siglo XIX, varios magos de esta Tradición son reclutados entre soldados, guerrilleros, y víctimas de la guerra y la violencia. Dirigidos el anciano Senex, los Euthanatoi madrileños se organizan, y no dudan en golpear a sus enemigos, aunque su responsabilidad en diversos atentados y asesinatos se ve exagerada, incrementando su ya siniestra reputación. Aún así, los Tecnócratas madrileños desarrollan un temor justificado hacia los agentes Euthanatoi.
En el siglo XIX Madrid es una ciudad de extremos: la opulencia de la corte real contrasta con la miseria de algunos barrios, mientras las guerras carlistas y las revoluciones liberales dividen a la sociedad. Sin embargo, la pobreza, la enfermedad, y la violencia proporcionan a los Euthanatoi un entorno donde su papel como “cirujanos del destino” es tan necesario como peligroso. Nobles corruptos caen en accidentes o duelos, pero algunos individuos también son sanados para que sigan luchando por el cambio social.
Los Euthanatoi ven Madrid como un cruce de caminos, donde las decisiones políticas y sociales afectan al conjunto de España. La ciudad con sus nodos místicos y su efervescencia cultural, es un lugar desde donde pueden intervenir para corregir desequilibrios, pero también lleno de amenazas debido a la vigilancia de la Tecnocracia.
La Tradición no tiene muchas bases permanentes, prefiriendo lugares transitorios como hospitales, cementerios como el de San Isidro, o las tabernas de Lavapiés.
María de las Mercedes Gonzaga
Mercedes nació en 1785 en un pueblo de la Sierra de Guadarrama. Se casó y acompañó a su marido a Madrid en busca de un futuro mejor, y allí tuvieron una familia que fue bendecida con un hijo. Sin embargo, su vida cambió drásticamente durante la invasión napoleónica y la guerra contra los franceses. Los soldados arrasaron su hogar, y asesinaron brutalmente a su hijo, apenas un adolescente.
Mercedes Despertó tras enterrar a su hijo, que había muerto a manos de los franceses. Bajo un cielo de tormenta, el dolor y la rabia la conectaron con la Rueda del Destino. Fue entonces cuando un anciano llamado Senex, que recorría los campos de batalla, la ayudó. Se convirtió en una aprendiz prodigio, y adoptó los cuchillos como su arma preferida.
Desde entonces Mercedes ha viajado mucho, pero a menudo regresa a Madrid cumpliendo las órdenes de su maestro y eliminando a los corruptos, ya sean mundanos o Despertados, pero también para ayudar e instruir a los jóvenes Euthanatoi que viven en la ciudad, entre los que se encuentran veteranos de la Guerra de la Independencia que han sido amigos suyos durante décadas, y en algunos casos acólitos y aprendices a los que ella misma ha entrenado.
Mercedes inspira respeto, pero lo cierto es que sus viajes a Madrid se deben a menudo a una búsqueda de descanso entre sus viajes, así que se muestra extrovertida y desenfadada, dejando de lado los entresijos de la política y la buena muerte. Sin embargo, siempre está dispuesta para entrar en acción si se produce algún problema.
Jorge Benigno “Gito”
Jorge Benigno, conocido como “Gito” en las calles de Lavapiés, nació en los arrabales de Madrid. Su infancia quedó marcada por la tragedia cuando un incendio arrasó la modesta vivienda de su familia, dejándolo huérfano con siete años. Sin hogar ni recursos, sobrevivió como pudo en las callejuelas de Madrid, robando comida y viviendo de la caridad de los vecinos que lo veían como un pilluelo de buen corazón.
Con quince años, durante una redada en Lavapiés, un guardia lo acorraló y golpeó brutalmente, acusándolo de un robo que no había cometido. En un momento de desesperación, el instinto de Gito tomó el control, y con una navaja que llevaba consigo mató al guardia. En ese tiempo, mientras contemplaba la agonía de su víctima, Despertó, comprendiendo el flujo entre la vida y la muerte.
Asustado y perdido, Gito huyó a los suburbios, donde se encontró con el Zurdo, un mago veterano de la Guerra de Independencia y un Euthanatoi, que lo ayudó a asumir la culpa de su acto y le presentó a otros magos de la muerte. Bajo su guía colectiva, Gito terminó atravesando los rigurosos ritos de iniciación y a ver la muerte no como un fin, sino como una herramienta de equilibrio. Su navaja, ahora grabada con símbolos mágicos, se convirtió en su principal foco.
Gito es un joven serio y reservado que trabaja como jornalero en los mercados y obras de Madrid, mezclándose con las multitudes para observar y juzgar. Su vida en las calles le ha dado una habilidad innata para pasar desapercibido, pero sus ojos siempre están alerta. Al mismo tiempo ha encontrado una familia adoptiva, entre una viuda llamada María López y sus dos hijos pequeños, a los que protege y sostiene con su trabajo y su magia. Esta familia es su escudo contra el Jhor y evitar perderse en el abrazo entrópico de la muerte.
Orden de Hermes
Desde su fortaleza en Toledo, la Orden de Hermes ha visto con frustración cómo el crecimiento y poder de Madrid como capital de España se les escapaba de las manos, y desde hace siglos han competido con la Orden de la Razón y el Coro Celestial por extender su influencia en la ciudad. Algunas cábalas lo han intentado, fracasando en el empeño.
Durante el siglo XIX, la Orden de Hermes aprovecha los cambios para llevar a cabo un nuevo plan. Un grupo de Herméticos idealistas utiliza el traslado de la Universidad de Alcalá de Henares en su beneficio, infiltrándose en el entorno universitario, mientras que otros buscan su poder entre la masonería, muy perseguida durante los períodos de dominio conservador. En conjunto, entre victorias y derrotas, los Herméticos prosperan en Madrid durante este período, especialmente a partir de la Restauración. Las bibliotecas, museos, y logias secretas de Madrid son un tesoro de conocimiento arcano, pero también campos de batalla donde un mago puede demostrar su valía.
Instituciones como el Museo Real de Pintura, la Biblioteca Real, y las Universidades son repositorios de poder místico. Al mismo tiempo, los Herméticos han conseguido canalizar varios Nodos, especialmente en Alcalá de Henares, pero también en varios túneles y catacumbas antiguos, que fortalecen sus rituales y ceremonias.
Los Herméticos madrileños proceden en su mayoría de las Casas Ex-Miscelánea, Flambeau y Quaesitor.
Doña Clara Montalbán (Casa Jerbiton)
Clara nació en 1770 en un pequeño pueblo manchego, hija de campesinos que apenas conseguían lo suficiente para sobrevivir. Desde niña mostró una mente prodigiosa, aprendiendo a leer con los libros de un cura local y demostrando la sensibilidad para ver conexiones entre las estrellas y los caminos. Esta chispa atrajo la atención de Minerva, una maga de Casa Jerbiton que detectó el don latente en la niña. Convencida de su potencial, negoció con sus padres para educarla como dama de compañía para evitar sospechas, y se la llevó a Toledo a la capilla de la Sociedad de la Luz Exterior. Clara brilló con luz propia, dominando las artes Herméticas con una pasión que rivalizaba con los magos más experimentados.
Sin embargo, la capilla de Toledo, un bastión de intrigas y rivalidades entre los Herméticos, no era lugar para Clara. Su desinterés por la política de la Orden de Hermes y su rechazo a los compañeros más aristocráticos que denigraban su origen campesino, le impidieron ascender en la jerarquía. En lugar de luchar por el poder, Clara prefierió sumergirse en la investigación y los estudios.
Cuando en 1836 se anunció el cierre de la Universidad de Alcalá de Henares y su traslado a Madrid, Clara vio una oportunidad. Mientras otros Herméticos minusvaloraban sus planes, ella abandonó Toledo para trasladarse a lo que se consideraba un terreno peligroso, demasiado cerca de la influencia de la Tecnocracia.
Con astucia y paciencia, Clara adquirió los edificios universitarios abandonados en Alcalá de Henares, y comenzó a construir la Universidad Invisible, una capilla disfrazada bajo las fachadas de los edificios mundanos. Con la ayuda de un pequeño grupo de Herméticos que compartían sus ideales, transformó el conjunto de edificios en un refugio para el estudio, protegido con rituales de ocultación. En las cercanías descubrió un pequeño Nodo que alimenta la capilla y sus investigaciones.
Actualmente Clara es una maga anciana pero vigorosa, respetada como líder que controla la cábala de la Universidad Invisible. Aunque prefiere dedicar su tiempo a la investigación y la escritura de tratados mágicos, sigue siendo una mentora dedicada, acogiendo aprendices con potencial y guiándolos con una mezcla de rigor y calidez.
Juan Antonio Rubio (Casa Quaesitor)
Juan Antonio Rubio nació en el siglo XVIII en Lugo, en una familia de clase media con fuertes lazos con la Iglesia. A los 16 años ingresó como novicio en la Compañía de Jesús, pero su mundo se derrumbó de improviso cuando la disolución de los jesuitas en España lo dejó sin hogar ni propósito. La frustración y sentimiento de traición provocaron su Despertar mientras hacía las maletas para marcharse de su seminario.
Este Despertar atrajo la atención de la Orden de Hermes, y Juan Antonio terminó uniéndose a la Casa Quaesitor, bajo la tutela de un mago llamado Veritas. Perfeccionó su magia combinando su formación teológica con los principios Herméticos.
En Madrid, Juan Antonio es el rostro más visible de los Herméticos, representando a su tradición en negociaciones con otras cábalas, y en raras ocasiones, con la Tecnocracia. Aunque está afiliado a la Universidad Invisible de Alcalá, prefiere vivir en Madrid, frecuentando círculos masónicos y tertulias de abogados en el Café de Lisboa. En estos lugares se mantiene en las sombras, escuchando con atención y hablando solo cuando es necesario, pero sus intervenciones siempre son decisivas y precisas. Su reputación como mediador le ha convertido en un árbitro respetado de las Tradiciones, resolviendo disputas entre magos y asegurando que las leyes místicas se cumplan.
Rueda de Oro (Akashayana)
El desarrollo de la esgrima española atrajo a un grupo de místicos que lo utilizaron como arte para desempeñar su magia, y que formaban parte de la facción conocida como la Rueda de Oro, una rama de los Akashayana. Estos místicos compitieron con el Gremio de la Rosa, afiliado a la Orden de la Razón, y durante siglos reclutarían adeptos entre soldados y maestros de esgrima, o adiestrarían discípulos.
En el siglo XIX la Rueda de Oro se encuentra en decadencia, y muchos de sus miembros han emigrado al Nuevo Mundo. No obstante, un viejo maestro permanece afincado en Madrid, tomando ocasionalmente discípulos a los que transmitir su arte. Es bien conocido entre las Tradiciones, especialmente entre los magos veteranos, aunque muchos creen que su momento ha pasado y se avecina su Crepúsculo final.
Millán Guijarro
Millán Guijarro nació en 1666 en Logroño, hijo de un vinatero y una tejedora. A los 17 años, decidió unirse a los tercios españoles, sirviendo en las guerras de la Corona. Su vida como soldado estaba marcada por la disciplina y el honor, pero también por la brutalidad de los campos de batalla. Durante una de las batallas de la Guerra de Sucesión, Millán experimentó su Despertar, herido y rodeado de cadáveres, donde vio su vida y la de sus compañeros como hilos de un tapiz infinito. Ese momento lo transformó, despertando en él un anhelo de paz y equilibrio que chocaba con su realidad como soldado.
Tras la guerra, Millán intentó dejar las armas, pero el destino lo arrastró a las batallas de la Guerra de la Ascensión. Su talento con la espada lo llevó hasta la Rueda de Oro, una facción de la Hermandad Akáshica, combinando el combate físico con una filosofía de equilibrio.
En Madrid participó en duelos clandestinos contra el Gremio de la Rosa, defendiendo los intereses de las Tradiciones. Estos enfrentamientos dejaron cicatrices en su cuerpo y alma, pero también le permitieron forjar amistades con otros magos que aún lo llenan de nostalgia.
La tragedia lo golpeó de nuevo cuando su esposa Inés y su hijo murieron en un parto especialmente difícil en 1730. Devastado, Millán se retiró progresivamente del mundo mágico, especialmente tras la muerte progresiva de varios de sus compañeros, viviendo como un ermitaño en un modesto apartamento del barrio de Malasaña. Durante décadas ayudó a sus vecinos con pequeños actos de bondad, usando su magia con discreción para sanar y proteger.
Sin embargo, en los últimos años su vida ha cambiado de nuevo al conocer a Daniel Rosado y Julia Travesa, dos jóvenes de espíritu inquieto y talento innato para la esgrima, y reconociendo en ellos un eco de su pasado, los ha tomado como aprendices, encontrando un nuevo propósito en la enseñanza.
Millán es uno de los magos más ancianos de España. Ha fundado una escuela de esgrima en un patio escondido de Madrid, donde adiestra tanto a aprendices místicos como mundanos. Su escuela es un refugio para los magos que buscan aprender el arte de la espada como un camino hacia el equilibrio. Millán prepara a Daniel para que herede su legado, consciente de que su tiempo se agota. Aunque su cuerpo es frágil, su mente y su espada siguen siendo letales, y un consejero valioso para los magos de las Tradiciones.
Verbena
En los barrios populares de Madrid y en los pueblos cercanos, se preservan tradiciones que descienden de las prácticas paganas y del curanderismo. Los Verbena se mueven entre tabernas y mercados, romerías y fiestas populares, a menudo enmascarando sus prácticas con la religiosidad. De hecho, algunas procesiones se convierten en momentos de reunión de estos magos y brujas campesinos, y se dice que en esos momentos son capaces de manifestar “milagros” y eventos de gran poder.
Existe cierta rivalidad entre el Coro Celestial y los Verbena por el control de la religiosidad popular en Madrid. No obstante, los Coristas a menudo pecan de elitismo, y prefieren dejar que los Verbena recojan las migajas de poder de los barrios campesinos y obreros, negándose a “bajar al barro.”
Los Verbena ven Madrid como un campo de batalla donde la magia ancestral está siendo sofocada por la razón y la modernización. Lugares como el Retiro, los campos y huertos de la periferia y los mercados populares son sus dominios, y también controlan algunos Nodos, aunque prefieren mantenerlos ocultos.
Maríana Rodríguez, “La bruja de Vallecas”
Mariana Rodríguez nació en 1780 en un pueblo de la comarca de Verín, en una familia de mujeres que durante generaciones habían practicado la brujería: curaciones con hierbas, augurios en las cenizas, y rituales bajo la luna. Desde niña, Mariana aprendió los secretos de su linaje, mezclando sabiduría popular con la sensibilidad hacia la magia. Su Despertar se produjo una Noche de Difuntos, mientras honraba a sus muertos. Los espíritus de sus antepasadas le hablaron, guiándola hacia las Verbena.
Tras casarse con un carpintero, Mariana emigró a Madrid en 1805, buscando una nueva vida. Se establecieron en Vallecas, entonces un barrio rural en las afueras de la ciudad, donde construyeron una modesta casa. Allí Mariana crió a sus tres hijos mientras atendía discretamente a las mujeres del barrio, ofreciendo remedios para enfermedades, partos y mal de ojo, envolviendo su magia en el saber popular.
Décadas después Mariana se ha convertido en líder de un aquelarre de brujas Verbena que opera en los barrios populares de Madrid (Vallecas, Carabanchel, Lavapiés), y también en algunos lugares del centro, atendiendo a mujeres de clase media e incluso de la alta sociedad en busca de soluciones mágicas a sus problemas.
El aquelarre de Mariana es una red de mujeres (y algunos hombres) que combinan magia estática y Despertada, trabajando en las sombras para proteger a sus comunidades. Sus acólitos, desde curanderas a criadas de casas nobles, le proporcionan información y muchas puertas abiertas.
Mariana se comporta de forma maternal pero implacable: protegiendo la vida con su magia, pero que no duda en utilizar su hoz para castigar a quienes amenazan a los suyos. Aunque prefiere evitar los conflictos abiertos, su ira y sus maldiciones son muy temidas.
Algunas cábalas madrileñas
Las Cigarreras: Esta cábala se reúne en torno a la antigua Fábrica de Tabacos de Madrid, y está formada por varias magas de la Tradición Verbena. Dirigidas por la Bruja de Vallecas, son un aquelarre que comparte hechizos y pociones tradicionales, además de tomar medidas contra sus enemigos.
Entre las Cigarreras no sólo hay magas Despertadas, también hay varias hechiceras que se benefician de la enseñanza mística de la cábala. Desde finales del siglo XVIII también han tejido una extensa telaraña de acólitos y seguidores en los arrabales y barrios más humildes de Madrid, y se muestran muy sensibles hacia sus necesidades. De hecho, las Cigarreras han provocado y apoyado varias huelgas y levantamientos populares pidiendo mejores precios y sueldos para sus protegidos.
Los Discordantes: Los Discordantes son una cábala militante y heredera de una partida de místicos guerrilleros conocidos como los Empecinados. Hacia 1840, tras un encarnizado enfrentamiento contra la Orden de la Razón, varios Empecinados resultaron muertos. Los supervivientes encontraron refugio en “Sonata de Primavera”, un café y salón místico dirigido por Pilar Amades, del Culto de Baco.
Actualmente la cábala está formada por una alianza entre el Culto de Baco y los Euthanatoi de Madrid, con Pilar Amades como su líder, aunque también aceptan Huérfanos entre sus filas. La cábala ofrece refugio y ayuda a quienes se encuentran perseguidos por la Tecnocracia, pero no son tan beligerantes como en el pasado. Aún así, se dedican a desarrollar y extender ideas radicales y consideradas subversivas, además de educar y proteger discretamente a varios políticos progresistas.
La Hermandad del Divino Silencio: La Hermandad del Divino Silencio surge a raíz de las purgas del Edicto de Judas en 1837, cuando la Cábala del Pensamiento Puro es disuelta. Varios magos de la Cábala consiguieron huir y buscaron refugio en el Coro Celestial. Con el tiempo, restablecieron contacto con sus compañeros y terminaron formando una cábala secreta.
Aunque nominalmente parte del Coro, los Hermanos del Divino Silencio no están conformes con la política de su Tradición, especialmente en lo que se refiere a sus relaciones con otros magos y hechiceros. Los Hermanos colaboran con otros Coristas en asuntos de fe, pero prefieren no codearse con “herejes y paganos.” Por otra parte, también se dedican a planificar su venganza contra los traidores de la Orden de la Razón, realizando sabotajes o vigilando a futuros objetivos.
Las Musas Silenciadas: Se trata de una cábala en gran parte secreta y exclusivamente femenina, formada por varias magas de las Tradiciones que se consideran minusvaloradas por sus compañeros, y que creen que fomentando una mayor participación social de las mujeres Durmientes y cambios sociales que permitan que sus voces se escuchen, también contribuirán a mejorar su propia situación. Las Musas se reúnen en varios lugares distintos en cada ocasión, analizando la situación de las mujeres en Madrid, y presentando proposiciones de futuros planes. Durante el siglo XIX se muestran especialmente interesadas por la igualdad de las mujeres ante la ley y el apoyo al sufragismo político.
La cábala está abierta a todas las Tradiciones, y está formada principalmente por magas Herméticas, del Culto de Baco, y también del Coro Celestial. Sin embargo, a pesar de sus buenas intenciones, lo cierto es que la mayor parte del tiempo las Musas se quedan en el plano teórico, dedicándose a charlar y compartir ideas, pero en pocas ocasiones toman acciones decisivas. Algunas magas han abandonado las reuniones de la cábala decepcionadas, mientras que otras creen que deberían hacer algo para romper su actitud pasiva.
La Universidad Invisible de Alcalá: La Universidad Invisible es la principal cábala de la Orden de Hermes en Madrid. Cuando la universidad fue trasladada de Alcalá de Henares a Madrid, Doña Clara bani Jerbiton adquirió varios edificios de la universidad, y reclutó a varios magos Herméticos para que la ayudaran a construir una capilla.
Tras varias décadas de trabajo sutil, y desviando varios Nodos cercanos, los Herméticos han construido su propia universidad, utilizando los edificios universitarios mundanos como fachada de un reino dedicado a la búsqueda de conocimiento, pero también como fortaleza Hermética en la ciudad. Doña Clara es la líder de la cábala, pero otros magos de las Casas Flambeau y Quaesitor se encargan de la seguridad de los magos que estudian en la capilla. La cábala también dispone de varios acólitos y agentes entre universitarios que reciben una enseñanza “especial.”