Interdicta plena: Morte'nte caligine
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Re: Interdicta plena: Morte'nte caligine
Es claro que se conocen epistolarmente, pero definitivamente es la primera vez que se encuentran. Tu padre ha salido de la mansión sin la ayuda de Bouvier, quién no ha estado allí todavía.
Y, entonces, tus divagaciones se interrumpen con un golpe brutal en el acceso. Una fuerza descomunal ha tumbado la gruesa puerta y una silueta enorme ingresa para sobresalto de la concurrencia.
Lo reconoces de inmediato, el gigante Angelino Polo, los ojos saltones y sanguinolientos. Babeando profusamente y balbuceando palabras incomprehensibles. A contraluz, se ven guardias aturdidos en el piso y armas de hierro sólido dobladas como filamentos de cobre.
Toda la concurrencia parece atada a sus asientos, nadie se atreve a detenerle. Sus pasos retumban en el piso, casi como si de pronto su masa corporal es la de una gran carroza. Llega al altar y parece decidido a atacar al arzobispo, pero solamente le entrega un sucio pergamino con algunas letras en griego antiguo… luego se desploma partiendo la gruesa roca en dos. Al tocar el piso, un hilo de sangre comienza a salir de su cabeza.
Tu padre salta, como empujado por un ángel, llegando inmediatamente a un costado del pobre gigante. Ayudado por un par de monaguillos, lo voltean para dejarlo de cara hacia arriba, mientras el arzobispo trata de comprender el mensaje.
Angelino luce tremendamente pálido y se le nota más demacrado incluso que Alessandro el flacucho. Imposible que haya perdido tanto en tan poco tiempo, pero hay una sola explicación: te ha ayudado y ha pagado las consecuencias.
Tu padre te mira y, con un gesto, te hace saber que está respirando. Los guardias están comenzando a levantarse y en unos instantes llegarán al altar… lo cuál podría ser nefasto para el otrora señor del submundo, convertido en una pálida sombra de su existencia inmediatamente anterior.
Y, entonces, tus divagaciones se interrumpen con un golpe brutal en el acceso. Una fuerza descomunal ha tumbado la gruesa puerta y una silueta enorme ingresa para sobresalto de la concurrencia.
Lo reconoces de inmediato, el gigante Angelino Polo, los ojos saltones y sanguinolientos. Babeando profusamente y balbuceando palabras incomprehensibles. A contraluz, se ven guardias aturdidos en el piso y armas de hierro sólido dobladas como filamentos de cobre.
Toda la concurrencia parece atada a sus asientos, nadie se atreve a detenerle. Sus pasos retumban en el piso, casi como si de pronto su masa corporal es la de una gran carroza. Llega al altar y parece decidido a atacar al arzobispo, pero solamente le entrega un sucio pergamino con algunas letras en griego antiguo… luego se desploma partiendo la gruesa roca en dos. Al tocar el piso, un hilo de sangre comienza a salir de su cabeza.
Tu padre salta, como empujado por un ángel, llegando inmediatamente a un costado del pobre gigante. Ayudado por un par de monaguillos, lo voltean para dejarlo de cara hacia arriba, mientras el arzobispo trata de comprender el mensaje.
Angelino luce tremendamente pálido y se le nota más demacrado incluso que Alessandro el flacucho. Imposible que haya perdido tanto en tan poco tiempo, pero hay una sola explicación: te ha ayudado y ha pagado las consecuencias.
Tu padre te mira y, con un gesto, te hace saber que está respirando. Los guardias están comenzando a levantarse y en unos instantes llegarán al altar… lo cuál podría ser nefasto para el otrora señor del submundo, convertido en una pálida sombra de su existencia inmediatamente anterior.
- Leohan
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Re: Interdicta plena: Morte'nte caligine
¿Angelino? ¿Pero qué le ha sucedido? Parece que lo han molido a golpes ¿Qué está haciendo aquí? ¿Qué es lo que le ha entregado al arzobispo?
La llegada de la guardia no pinta nada bien. Es obvio que han tenido un enfrentamiento hace poco, y ellos podrían estar viniendo a empeorar las cosas.
Tendrán que hacerlo pasar encima de mi frío cadaver.
Me coloco entre medio de los guardias y Angelino. Miro al arzobispo y le hablo.
Che è? Le pregunto, respecto al pergamino. Imagino que lo más probable sea que no lo entienda, pero realmente me intriga que Angelino llegue tan lejos para dárselo.
Luego miro a la guardia.
Il mio padre è medico, lui li aiutarà, les digo, para justificar mi intervención. Por supuesto que no pretendo moverme. Y aunque ya he confirmado que la seguridad de ésta ciudad es capaz de lastimar a una mujer indefensa...
¿Levantarle la mano en una iglesia? ¿En medio de la misa matutina? ¿Mientras un hombre herido está siendo atendido? Ni siquiera Elizabeta tendría suficiente poder para encubrir éso.
La llegada de la guardia no pinta nada bien. Es obvio que han tenido un enfrentamiento hace poco, y ellos podrían estar viniendo a empeorar las cosas.
Tendrán que hacerlo pasar encima de mi frío cadaver.
Me coloco entre medio de los guardias y Angelino. Miro al arzobispo y le hablo.
Che è? Le pregunto, respecto al pergamino. Imagino que lo más probable sea que no lo entienda, pero realmente me intriga que Angelino llegue tan lejos para dárselo.
Luego miro a la guardia.
Il mio padre è medico, lui li aiutarà, les digo, para justificar mi intervención. Por supuesto que no pretendo moverme. Y aunque ya he confirmado que la seguridad de ésta ciudad es capaz de lastimar a una mujer indefensa...
¿Levantarle la mano en una iglesia? ¿En medio de la misa matutina? ¿Mientras un hombre herido está siendo atendido? Ni siquiera Elizabeta tendría suficiente poder para encubrir éso.
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Re: Interdicta plena: Morte'nte caligine
Un poco más atrás el capitán de la guardia se acerca al círculo que forman sus hombres, mira al que está más cerca del arzobispo y le hace un gesto. Entonces, un único golpe con el revés de su guantelete metálico derriba al sacerdote. Observas como cae aturdido, mientras sangra levemente por la nariz y la boca.
Otro gesto, y entre 4 guardias rodean a Angelino, tu padre retrocede por precaución mientras otros 2 guardias te ponen sus alabardas al cuello. Hasta te dan ganas que sean el duque y la duquesa, pero son peores. Engrillan completamente al gigante y sin miramientos los arrastran hacia el pasillo central.
Tu padre intenta acercarse a ver al arzobispo, pero el guardia que lo había golpeado también le planta una alabarda a unas cuantas pulgadas del cuello. El silencio en la iglesia es sepulcral, solamente los monaguillos consiguen llegar junto al arzobispo.
Los últimos 4 guardias ayudan a los 4 primeros para poner a a Angelino sobre una litera. Entre los 8 lo levantan para sacarlo de la catedral, sin que haya persona alguna que mueva un músculo o reaccione. La estupefacción es generalizada.
Uno con el arzobispo, el capitán, los 2 que están contigo y los 8 que llevan al pobre gigante. Una docena completa de guardias solamente para esta horrible escena. Hasta te parece algo más amable el ritual del inframundo con sus cánticos guturales y las criaturas que intentaban el sacrificio de Museo te brindan más humanidad que la que notas ahora.
Angelino está a las puertas de la muerte, pues logras ver incluso un trozo de su cráneo expuesto, en la cárcel fallecerá si nadie le brinda atención. El arzobispo tampoco está en condiciones y los monaguillos poco pueden hacer.
El capitán, finalmente, le habla a tu padre.
Revisa al arzobispo y luego vienes conmigo para que el gigante sobreviva.
El guardia que lo retenía baja su arma para permitirle moverse, pero él se niega. Entonces el capitán se gira hacia ti y coloca la mano sobre las armas de los otros dos guardias.
Has entrar en razón a tu padre o yo mismo te cortaré la cabeza.
Los ojos del capitán te dicen que habla en serio, su rostro parece lleno de ira o casi poseído por fuerzas infernales. Su voz es muy profunda y de verdad te sientes muy intimidada, porque comienza a sacar su espada.
Otro gesto, y entre 4 guardias rodean a Angelino, tu padre retrocede por precaución mientras otros 2 guardias te ponen sus alabardas al cuello. Hasta te dan ganas que sean el duque y la duquesa, pero son peores. Engrillan completamente al gigante y sin miramientos los arrastran hacia el pasillo central.
Tu padre intenta acercarse a ver al arzobispo, pero el guardia que lo había golpeado también le planta una alabarda a unas cuantas pulgadas del cuello. El silencio en la iglesia es sepulcral, solamente los monaguillos consiguen llegar junto al arzobispo.
Los últimos 4 guardias ayudan a los 4 primeros para poner a a Angelino sobre una litera. Entre los 8 lo levantan para sacarlo de la catedral, sin que haya persona alguna que mueva un músculo o reaccione. La estupefacción es generalizada.
Uno con el arzobispo, el capitán, los 2 que están contigo y los 8 que llevan al pobre gigante. Una docena completa de guardias solamente para esta horrible escena. Hasta te parece algo más amable el ritual del inframundo con sus cánticos guturales y las criaturas que intentaban el sacrificio de Museo te brindan más humanidad que la que notas ahora.
Angelino está a las puertas de la muerte, pues logras ver incluso un trozo de su cráneo expuesto, en la cárcel fallecerá si nadie le brinda atención. El arzobispo tampoco está en condiciones y los monaguillos poco pueden hacer.
El capitán, finalmente, le habla a tu padre.
Revisa al arzobispo y luego vienes conmigo para que el gigante sobreviva.
El guardia que lo retenía baja su arma para permitirle moverse, pero él se niega. Entonces el capitán se gira hacia ti y coloca la mano sobre las armas de los otros dos guardias.
Has entrar en razón a tu padre o yo mismo te cortaré la cabeza.
Los ojos del capitán te dicen que habla en serio, su rostro parece lleno de ira o casi poseído por fuerzas infernales. Su voz es muy profunda y de verdad te sientes muy intimidada, porque comienza a sacar su espada.
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Re: Interdicta plena: Morte'nte caligine
¿En serio? ¿Realmente se atreven a desenvainar armas en medio de la misa? ...Bueno, por supuesto que lo harían, si están dispuestos a asaltar al arzobispo.
Miro a la gente alrededor de la iglesia, y luego a mi padre. No estoy seguro de las intenciones de éstos hombres, pero lo que conviene ahora mismo es obedecerlos.
Padre, digo en tono autoritario. Ve como se encuentra el obispo, y luego ve a ayudar al gigante. No conviene revelar que nos conocemos, y mucho menos nuestro posible parentezco. Debo parecer inemocional. Mientras más rápido lo hagas, más rápido solucionaremos todo ésto. Miro fijamente al guardia de la alabarda.
Yo tengo conocimientos de medicina que podrían ayudarlo, si ustedes me lo permiten. Hablo alto y claro, no sólo para ellos, sino para toda la iglesia.
Miro a la gente alrededor de la iglesia, y luego a mi padre. No estoy seguro de las intenciones de éstos hombres, pero lo que conviene ahora mismo es obedecerlos.
Padre, digo en tono autoritario. Ve como se encuentra el obispo, y luego ve a ayudar al gigante. No conviene revelar que nos conocemos, y mucho menos nuestro posible parentezco. Debo parecer inemocional. Mientras más rápido lo hagas, más rápido solucionaremos todo ésto. Miro fijamente al guardia de la alabarda.
Yo tengo conocimientos de medicina que podrían ayudarlo, si ustedes me lo permiten. Hablo alto y claro, no sólo para ellos, sino para toda la iglesia.
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Re: Interdicta plena: Morte'nte caligine
Tu padre sigue sin mover un músculo, pero te responde airadamente. Jamás lo habías visto con tanto enojo.
¡Córtame también a mí la cabeza, capitanucho! Quizás pueda hacer algo por el arzobispo y ese golpe de guantelete aquí. Sin embargo, el gigante necesitará un hospital…. morirá en prisión.
El hombre hace un gesto rápido y el guardia frente a él corre hacia la puerta.
Pasaremos por el hospital entonces, pero no se quedará allí.
Mientras le habla a tu padre, da un movimiento rápido con su espada y te hace un leve corte en la muñeca izquierda.
El siguiente será al cuello.
Enfunda la espada esperando su reacción. Alessandro Perugi frunce en ceño y se acerca al arzobispo.
Su nariz está rota y ha perdido un diente. También deberá ir al hospital.
Los dos guardias que te retenían toman al arzobispo y lo sacan. El capitán espera que avances y, cuándo lo haces, tu padre camina tras de ti. Nadie en la iglesia mueve un músculo. Tras salir de la catedral, hay varias góndolas afuera. Una con Angelino y los 8 guardias. Y tres más, cada una con otra docena de guardias. Todo fríamente planificado.
El capitán, tu padre y tú suben en la que está Angelino. Los otros 3 guardias se reparten uno en cada una de las otras 3 góndolas. Unos instantes después llegan al hospital.
¡Córtame también a mí la cabeza, capitanucho! Quizás pueda hacer algo por el arzobispo y ese golpe de guantelete aquí. Sin embargo, el gigante necesitará un hospital…. morirá en prisión.
El hombre hace un gesto rápido y el guardia frente a él corre hacia la puerta.
Pasaremos por el hospital entonces, pero no se quedará allí.
Mientras le habla a tu padre, da un movimiento rápido con su espada y te hace un leve corte en la muñeca izquierda.
El siguiente será al cuello.
Enfunda la espada esperando su reacción. Alessandro Perugi frunce en ceño y se acerca al arzobispo.
Su nariz está rota y ha perdido un diente. También deberá ir al hospital.
Los dos guardias que te retenían toman al arzobispo y lo sacan. El capitán espera que avances y, cuándo lo haces, tu padre camina tras de ti. Nadie en la iglesia mueve un músculo. Tras salir de la catedral, hay varias góndolas afuera. Una con Angelino y los 8 guardias. Y tres más, cada una con otra docena de guardias. Todo fríamente planificado.
El capitán, tu padre y tú suben en la que está Angelino. Los otros 3 guardias se reparten uno en cada una de las otras 3 góndolas. Unos instantes después llegan al hospital.
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Re: Interdicta plena: Morte'nte caligine
Recuerdo los momentos antes de salir de la iglesia: los monaguillos son quienes tomaron el pergamino que Angelino le había dado al sacerdote; fueran cuales sean sus contenidos, eran lo suficientemente importantes como para que Angelino se enfrentara a todos esos hombres, y para que los guardias le rompieran la nariz al arzobispo. Me gustaría pensar que está ahora en buenas manos, pero la verdad es que temo por la vida y salud de los monaguillos, en este momento.
Durante el viaje observo a Angelino, junto a mi padre, y me mantengo ayudándole en cualquier forma posible. Por supuesto, ellos saben que conozco a Angelino... si aplica que, como dijeron los guardias del palacio de Elizabeta, toda la guardia sabe lo que me ha ocurrido. Sin embargo, no puedo revelar nada más de lo estrictamente necesario. Definitivamente no debo demostrar que ésto es personal, y tampoco decir el nombre del "gigante" en voz alta, algo de lo que también mi padre parece percatarse.
Si fuere a hablar de más, o a llamar la atención, quizás las cosas se seguirán poniendo tensas. Éso es lo que no quiero.
Lo que yo quiero ser una sutil sombra de mi padre. En el hospital hay muchísimo personal médico, y cualquier asistencia que yo pueda dar es irrelevante. Pero si actúo con suficiente naturalidad, es posible que ellos no se den cuenta.
Durante el viaje observo a Angelino, junto a mi padre, y me mantengo ayudándole en cualquier forma posible. Por supuesto, ellos saben que conozco a Angelino... si aplica que, como dijeron los guardias del palacio de Elizabeta, toda la guardia sabe lo que me ha ocurrido. Sin embargo, no puedo revelar nada más de lo estrictamente necesario. Definitivamente no debo demostrar que ésto es personal, y tampoco decir el nombre del "gigante" en voz alta, algo de lo que también mi padre parece percatarse.
Si fuere a hablar de más, o a llamar la atención, quizás las cosas se seguirán poniendo tensas. Éso es lo que no quiero.
Lo que yo quiero ser una sutil sombra de mi padre. En el hospital hay muchísimo personal médico, y cualquier asistencia que yo pueda dar es irrelevante. Pero si actúo con suficiente naturalidad, es posible que ellos no se den cuenta.
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Re: Interdicta plena: Morte'nte caligine
Mientras tu padre hace lo que puede, auscultando a Angelino, te das cuenta que solamente queda rezar para que siga vivo hasta llegar al hospital. Sabes que la salida de Alessandro Perugi de la mansión ha sido providencial y su ocurrencia es independiente de la presencia de Bouvier en Venecia.
Le ayudas comprimiendo las zonas más dañadas para intentar contener las hemorragias externas… las que van por dentro requerirán intervenciones más profundas. Sin embargo, alguna razón en particular tienen estos 35 guardias y su capitán para mantener con vida al gigante. Que quieran al arzobispo respirando es más razonable, pero es igualmente providencial que el pergamino haya terminado en manos de los monaguillos.
Unos canales antes de llegar a destino, 3 góndolas más se ven junto al muelle de acceso. Están sacando a todos los demás físicos y sus asistentes, definitivamente es un enorme e incompresible plan: dejar a tu padre en solitario en el hospital. Si se permite que te quedes, en algo podrás ayudarle. Sin embargo, intuyes que será algo sumamente complicado.
Más guardias comienzan a rodear el hospital, cercándolo. Casi toda la guarnición principal está allí, más de 60 hombres bien armados. Y otros tantos se están encargando de las idas y venidas con el personal hospitalario.
¿Qué demonios está ocurriendo en la hermosa Venecia? ¡Qué demonio está moviendo los hilos para este nefasto acontecimiento! Nadie que diga pertenecer a la humanidad idearía toda esta operación. Ni siquiera tiene sentido que hayan venido a desalojar, pues no tenían como saber que tu padre estaría en la catedral. O quizás lo han estado siguiendo tras salir de la mansión de algún modo que desconoces y por su propia cuenta.
¿Qué secretos esconde Angelino que lo quieran vivo… todavía? O, al menos, capaz de sobrellevar alguna tortura brutal.
¿Qué más preguntas quedarán sin respuesta por mucho tiempo? Difícil saber la cantidad, pero sabes que serán muchas las que vendrán.
Al menos vamos a pasar la mañana en nuestra mutua compañía, hija.
Tu padre te murmura mientras continúas las presiones sobre las zonas dañadas de Angelino. Al mismo tiempo, también lo haces sobre tu muñeca izquierda recientemente herida… que continúa sigue sangrando levemente. Tu dolor es mínimo comparado con lo que debe estar sintiendo el pobre.
Lamento haber arruinado tus planes, pero presentía que me necesitarías. Por ello tomé una escalera y una cuerda para saltar el muro. Caliope recupero la cuerda y desarmó la escalera.
Sin duda su medio de escape ha sido sencillo. Igual que sería para alguien hacerlo al revés, desde el canal hacia el interior. Y, con toda la guardia aquí… cualquiera podría acercarse. Con esta idea tus temores se acrecientan.
Será un gusto morir a tu lado, mi niña.
La última frase es apenas perceptible, porque el barullo ha aumentado mientras recalan junto al hospital que ya está prácticamente vacío. El capitán desciende primero, haciendo que tu padre lo siga. Los 8 encargados colocan a Angelino en el muelle. Luego te dejan sola en la góndola, mientras acomodan la litera para continuar hacia el interior. Tienes una oportunidad clara de entrar, pues tu padre está siendo escoltado por la misma espada que ha dañado tu muñeca.
Alessandro Perugi está casi en la puerta de acceso, cuándo finalmente pones un pie en el muelle.
Le ayudas comprimiendo las zonas más dañadas para intentar contener las hemorragias externas… las que van por dentro requerirán intervenciones más profundas. Sin embargo, alguna razón en particular tienen estos 35 guardias y su capitán para mantener con vida al gigante. Que quieran al arzobispo respirando es más razonable, pero es igualmente providencial que el pergamino haya terminado en manos de los monaguillos.
Unos canales antes de llegar a destino, 3 góndolas más se ven junto al muelle de acceso. Están sacando a todos los demás físicos y sus asistentes, definitivamente es un enorme e incompresible plan: dejar a tu padre en solitario en el hospital. Si se permite que te quedes, en algo podrás ayudarle. Sin embargo, intuyes que será algo sumamente complicado.
Más guardias comienzan a rodear el hospital, cercándolo. Casi toda la guarnición principal está allí, más de 60 hombres bien armados. Y otros tantos se están encargando de las idas y venidas con el personal hospitalario.
¿Qué demonios está ocurriendo en la hermosa Venecia? ¡Qué demonio está moviendo los hilos para este nefasto acontecimiento! Nadie que diga pertenecer a la humanidad idearía toda esta operación. Ni siquiera tiene sentido que hayan venido a desalojar, pues no tenían como saber que tu padre estaría en la catedral. O quizás lo han estado siguiendo tras salir de la mansión de algún modo que desconoces y por su propia cuenta.
¿Qué secretos esconde Angelino que lo quieran vivo… todavía? O, al menos, capaz de sobrellevar alguna tortura brutal.
¿Qué más preguntas quedarán sin respuesta por mucho tiempo? Difícil saber la cantidad, pero sabes que serán muchas las que vendrán.
Al menos vamos a pasar la mañana en nuestra mutua compañía, hija.
Tu padre te murmura mientras continúas las presiones sobre las zonas dañadas de Angelino. Al mismo tiempo, también lo haces sobre tu muñeca izquierda recientemente herida… que continúa sigue sangrando levemente. Tu dolor es mínimo comparado con lo que debe estar sintiendo el pobre.
Lamento haber arruinado tus planes, pero presentía que me necesitarías. Por ello tomé una escalera y una cuerda para saltar el muro. Caliope recupero la cuerda y desarmó la escalera.
Sin duda su medio de escape ha sido sencillo. Igual que sería para alguien hacerlo al revés, desde el canal hacia el interior. Y, con toda la guardia aquí… cualquiera podría acercarse. Con esta idea tus temores se acrecientan.
Será un gusto morir a tu lado, mi niña.
La última frase es apenas perceptible, porque el barullo ha aumentado mientras recalan junto al hospital que ya está prácticamente vacío. El capitán desciende primero, haciendo que tu padre lo siga. Los 8 encargados colocan a Angelino en el muelle. Luego te dejan sola en la góndola, mientras acomodan la litera para continuar hacia el interior. Tienes una oportunidad clara de entrar, pues tu padre está siendo escoltado por la misma espada que ha dañado tu muñeca.
Alessandro Perugi está casi en la puerta de acceso, cuándo finalmente pones un pie en el muelle.
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Re: Interdicta plena: Morte'nte caligine
Todo es extremadamente confuso ¿Qué hace toda ésta gente aquí? ¿Por qué, si quieren proteger a los heridos, desalojan el hospital más allá de mi padre? ...Dios ¿Seguirán habiendo pacientes adentro, que tuvieren que ser abandonados en función de este terrible espectáculo?
Parece que todos, mi padre inclusive, saben más que yo acerca de lo que está ocurriendo. Y su pronóstico es nefasto.
Me atengo al plan. Seguir a mi padre a donde sea que se dirija. Miro a mi alrededor, para ver qué ha pasado con el arzobispo.
Parece que todos, mi padre inclusive, saben más que yo acerca de lo que está ocurriendo. Y su pronóstico es nefasto.
Me atengo al plan. Seguir a mi padre a donde sea que se dirija. Miro a mi alrededor, para ver qué ha pasado con el arzobispo.
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Re: Interdicta plena: Morte'nte caligine
¿Quién podría querer arruinar aún más a la familia Perugi? A estas alturas, la mitad de las familias nobles de Venecia. Cualquiera entre ellas podría haber movido los hilos para provocar algunos inconvenientes, pero se requiere habilidad política y posición superior para hacer que todas apoyen esta extraña causa.
Llegas junto a tu padre mientras divagas, los dos guardias que traían al arzobispo lo bajan de otra góndola y cierran el macabro cortejo marchando detrás tuyo. Solamente guardias y pacientes han sido testigos de todo ésto, ningún físico o asistente sabrá que tu padre y tú han venido hasta allí.
Al traspasar el umbral, notas que el capitán sigue guiando a tu padre a punta de espada. Entran a una habitación y les sigues para comprobar que es adónde han llevado la litera sobre la que yace un moribundo Angelino. La intervención ha comenzado, una aguja e hilo cosen el orificio en su cabeza… son las manos flacuchas que están algo dañadas por descender de una cuerda para venir hasta aquí. Ahora entiendes el deseo de tu madre de golpearlo. Alessandro Perugi es una alma demasiado generosa que corre riesgos innecesarios para ayudar a todo el mundo. Vaya ejemplo que te ha dado, lo has terminado copiando casi al pie de la letra.
En una secuencia casi coreográfica, el arzobispo es colocado en un camastro al otro costado de la misma habitación. Las gotas de sangre fresca de tu muñeca gotean de la hoja maldita del capitán. Se gira hacia ti y sin decir palabra, mira hacia la nariz rota. Por supuesto que te lanzas a ajustarla, luego de recibir un gesto de aprobación de tu padre que sigue concentradísimo en la sutura.
El pronóstico es ahora menos horrible, pues el hospital ofrece más utensilios. Así que te pones manos a la obra, cogiendo rápidamente una buena gasa para vendar tu muñeca y acomodas la cabeza del arzobispo para efectuar los movimientos necesarios para ajustar el tabique. Por supuesto, lo haces con muchísima lentitud, sabes que cualquier error seria fatal.
Parece una eternidad, pero solamente son unos cuántos minutos. Todo parece haber resultado bien, has realizado una buena alineación y el pobre sacerdote respira mejor. Sobrevivirá, pero del gigante es otra historia. Notas que tu padre mira al capitán y le conmina a que consiga ciertas hierbas para una infusión. Según parece, ha sido intoxicado y requiere tal antídoto. Da la orden a los dos guardias que trajeron al arzobispo y parten a la carrera a buscarlas. Regresan como un torbellino con ellas y agua recién hervida.
En ningún momento los otros 8 guardias han dejado de mantener un círculo alrededor de Angelino, salvo para permitirle al capitán recibir los ingredientes. Él mismo preparara todo según las indicaciones de tu padre y, tanto él como tú son desalojados del hospital. Una góndola pequeña y los dos guardias que traían al arzobispo les obligan a subir blandiendo sus alabardas.
Con la misma rapidez, les llevan hasta el cementerio. Nada más necesitas para comprender que saben exactamente quién eres y hacia dónde debías ir. Les dejan en la puerta y te lanzan tu bolso grande con las herramientas. Luego se marchan, otra vez atrapada en la isla.
Se escuchan unos pasos que vienen desde el interior, un rostro conocido por ti abre la reja.
Buenos días, signora Anaís. Llega temprano.
Es el sepulturero, el otro Angelino Polo. En carne y hueso. Miras a tu padre y él te devuelve una confirmación sutil. Sabes que él también lo está viendo.
Llegas junto a tu padre mientras divagas, los dos guardias que traían al arzobispo lo bajan de otra góndola y cierran el macabro cortejo marchando detrás tuyo. Solamente guardias y pacientes han sido testigos de todo ésto, ningún físico o asistente sabrá que tu padre y tú han venido hasta allí.
Al traspasar el umbral, notas que el capitán sigue guiando a tu padre a punta de espada. Entran a una habitación y les sigues para comprobar que es adónde han llevado la litera sobre la que yace un moribundo Angelino. La intervención ha comenzado, una aguja e hilo cosen el orificio en su cabeza… son las manos flacuchas que están algo dañadas por descender de una cuerda para venir hasta aquí. Ahora entiendes el deseo de tu madre de golpearlo. Alessandro Perugi es una alma demasiado generosa que corre riesgos innecesarios para ayudar a todo el mundo. Vaya ejemplo que te ha dado, lo has terminado copiando casi al pie de la letra.
En una secuencia casi coreográfica, el arzobispo es colocado en un camastro al otro costado de la misma habitación. Las gotas de sangre fresca de tu muñeca gotean de la hoja maldita del capitán. Se gira hacia ti y sin decir palabra, mira hacia la nariz rota. Por supuesto que te lanzas a ajustarla, luego de recibir un gesto de aprobación de tu padre que sigue concentradísimo en la sutura.
El pronóstico es ahora menos horrible, pues el hospital ofrece más utensilios. Así que te pones manos a la obra, cogiendo rápidamente una buena gasa para vendar tu muñeca y acomodas la cabeza del arzobispo para efectuar los movimientos necesarios para ajustar el tabique. Por supuesto, lo haces con muchísima lentitud, sabes que cualquier error seria fatal.
Parece una eternidad, pero solamente son unos cuántos minutos. Todo parece haber resultado bien, has realizado una buena alineación y el pobre sacerdote respira mejor. Sobrevivirá, pero del gigante es otra historia. Notas que tu padre mira al capitán y le conmina a que consiga ciertas hierbas para una infusión. Según parece, ha sido intoxicado y requiere tal antídoto. Da la orden a los dos guardias que trajeron al arzobispo y parten a la carrera a buscarlas. Regresan como un torbellino con ellas y agua recién hervida.
En ningún momento los otros 8 guardias han dejado de mantener un círculo alrededor de Angelino, salvo para permitirle al capitán recibir los ingredientes. Él mismo preparara todo según las indicaciones de tu padre y, tanto él como tú son desalojados del hospital. Una góndola pequeña y los dos guardias que traían al arzobispo les obligan a subir blandiendo sus alabardas.
Con la misma rapidez, les llevan hasta el cementerio. Nada más necesitas para comprender que saben exactamente quién eres y hacia dónde debías ir. Les dejan en la puerta y te lanzan tu bolso grande con las herramientas. Luego se marchan, otra vez atrapada en la isla.
Se escuchan unos pasos que vienen desde el interior, un rostro conocido por ti abre la reja.
Buenos días, signora Anaís. Llega temprano.
Es el sepulturero, el otro Angelino Polo. En carne y hueso. Miras a tu padre y él te devuelve una confirmación sutil. Sabes que él también lo está viendo.
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Re: Interdicta plena: Morte'nte caligine
Todo ésto es muy confuso ¿En qué están pensando todos? ¿Quien en su sano juicio dejaría que yo, que puedo ser vista como una simple cerrajera, trate las heridas de alguien tan importante como el arzobispo? Mi padre mencionó que esperaba morir esta mañana… ¿acaso incluso él sabe algo que yo no sé?
Aunque lo que quiero es permanecer en el hospital y asegurarme de que Angelino sane bien, los guardias no nos dan una opción, y nos llevan inmediatamente afuera... ¿Al cementerio?
Éso lo cierra. Sólo una persona podría estar detrás de ésto para dar las órdenes de que yo venga aquí: Elizabeta.
Y ahora no nos ha dado opción. Mi padre no tiene la condición física como para salir nadando. Estamos atrapados y sin respuestas.
Pero al llegar, un rostro amigable nos da la bienvenida ¿Un espectro de nuevo entre los vivos?
Buongiorno, Angelino, le digo. Dove sei andato ieri alla notte? Non ti ho visto.
Miro al rostro de mi padre para confirmar si es que él entiende algo más que yo.
Aunque lo que quiero es permanecer en el hospital y asegurarme de que Angelino sane bien, los guardias no nos dan una opción, y nos llevan inmediatamente afuera... ¿Al cementerio?
Éso lo cierra. Sólo una persona podría estar detrás de ésto para dar las órdenes de que yo venga aquí: Elizabeta.
Y ahora no nos ha dado opción. Mi padre no tiene la condición física como para salir nadando. Estamos atrapados y sin respuestas.
Pero al llegar, un rostro amigable nos da la bienvenida ¿Un espectro de nuevo entre los vivos?
Buongiorno, Angelino, le digo. Dove sei andato ieri alla notte? Non ti ho visto.
Miro al rostro de mi padre para confirmar si es que él entiende algo más que yo.