Re: Taller de Edad Romana: Asia
Publicado: 28 Mar 2020, 01:16
VENTRUE
Varios vampiros del clan Ventrue, descendientes del anciano Medón se extendieron por las ciudades griegas después de su muerte. La mayoría marcharon hacia el oeste, pero unos pocos, atraídos por la prosperidad de los puertos y ciudades de Anatolia, permanecieron en el este. A menudo permanecieron en un segundo plano frente a otros clanes, más numerosos y con más influencia, como los Lasombra o los Toreador, y en las cortes vampíricas solían ocupar posiciones como consejeros.
A medida que los poderes establecidos se debilitaban y cuando surgieron nuevas oportunidades de poder en el siglo II a.C., varios Ventrue romanos, en su mayor parte del linaje de Tinia, acudieron a Oriente, dispuestos a ocupar los dominios que ocupaban bacantes. Se produjeron varios conflictos, pero con el poder de Roma y del Senado Eterno de su lado, los Ventrue consiguieron establecer su influencia con fuerza en la provincia de Asia.
Pérgamo se convierte en el principal dominio de los Ventrue asiáticos, representados por un poderoso Princeps. Sin embargo, en la rivalidad entre las ciudades de la provincia, Pérgamo comienza a ocupar un lugar más secundario, especialmente durante la crisis del siglo III. Por otra parte los Ventrue perciben el cristianismo como una amenaza, y fortalecen su influencia sobre las instituciones paganas, especialmente entre los colonos romanos y no consiguen adaptarse al cambio hasta que resultó demasiado tarde.
Durante el siglo IV se producen enfrentamientos entre los Ventrue paganos y los Lasombra cristianos, pero de la misma forma que había ocurrido con Roma y los poderes locales en siglos anteriores, los vampiros cristianos terminan imponiéndose. Varios Ventrue resultan destruidos y los supervivientes se alían con el nuevo poder en alza de Constantinopla, donde se encuentra el anciano Ventrue Antonius, que con su linaje proporciona una nueva época de esplendor para el clan de los Patricios.
Servio Cornelio Lutaciano, Princeps de Pérgamo (6ª Generación): Servio nació a principios del siglo III a.C. en Roma, en el seno de una familia de patricios. Recibió una educación esmerada, y al mismo tiempo, apoyado por su padre, inició una carrera militar en el ejército. Participó en la Primera Guerra Púnica, y aunque su papel fue en gran parte organizativo, le sirvió para volver a casa rodeado de honores y fundar una familia. Con cuarenta años se encontraba en su plenitud, pero ansiaba más.
Su familia pertenecía al orgulloso clan de los Cornelios, y a través de sus contactos entró a formar parte de un grupo más exclusivo, un culto familiar que realizaba ofrendas a un dios protector de la familia. Ese dios era nada menos que Tito Venturo Camilo, el Princeps de Roma. Servio consiguió caerle en gracia y recibió su sangre, primero como novicio y posteriormente como su filius.
Embriagado por su nuevo poder, Servio aterrorizó a su familia, gobernando con mano de hierro. Sin embargo, su precio era servir a su pater. En los siglos siguientes con otros Ventrue luchó contra los enemigos de Roma, especialmente los inmortales. Participó en las Guerras Púnicas con sus hermanos Ventrue, y dirigió varias campañas contra los pueblos galos más allá de los Alpes. Se convirtió en uno de los Ventrue más destacados de Roma y uno de los favoritos de Camilo, pero con el tiempo ansiaba más, quizás llegar a gobernar la propia Roma.
Quizás su pater percibió la ambición de su chiquillo, por lo que constituyó toda una sorpresa cuando en el siglo I a.C. su pater lo llamó a su presencia y le dijo que representaría a su linaje en un triunvirato que gobernaría la provincia de Asia. Sin embargo, primero sería necesario pacificarla.
Aunque orgulloso, la lucha por la pacificación de Asia le llevó a estrechar lazos con sus compañeros de triunvirato, Cneo Vespasio y Claudia Secunda. No hubo discusiones a la hora de repartirse dominios, y Servio se quedó con la capital de la provincia, Pérgamo, extendiendo su protección a los vampiros de la ciudad y siendo proclamado Princeps.
Servio hizo traer a varios de sus descendientes de Roma, situándolos en posiciones de poder en el gobierno de Asia, al mismo tiempo que creaba una progenie. Cuando Marco Antonio y Cleopatra visitaron la ciudad, pensó en asesinarlos, especialmente porque su aliado Filetaro estaba furioso por el expolio de la Biblioteca de Pérgamo. Servio vio la oportunidad y ordenó hacerlo desaparecer, junto con varios vampiros que lo apoyaban, fortaleciendo su poder sobre el dominio.
Sin embargo, en el año 27 a.C. recibió un duro golpe cuando la capital de la provincia de Asia fue trasladada a Éfeso, donde gobernaba su aliado Cneo Vespasio del clan Lasombra. Servio esperaba que su aliado revirtiera la situación, o al menos lo compensara ofreciéndole el dominio en Éfeso en lugar de Pérgamo, pero Cneo guardó silencio. Sintiéndose agraviado por lo que consideraba las manipulaciones de los Lasombra, Servio dedicó todos sus esfuerzos a incrementar el poder de Pérgamo y fomentó su rivalidad con Éfeso. Las intrigas entre Ventrue y Lasombra de Asia continuarían durante los siglos siguientes.
En el año 122 consiguió una gran victoria cuando tras la muerte de su aliada Claudia Secunda (que se creía había sid asesinada por los cultistas de Cibeles), consiguió que su chiquillo y consejero de Claudia, Lucio Salvio, asumiera el control del dominio de Esmirna. Los Malkavian no se opusieron, aunque los Lasombra vieron en el gesto una amenaza a su poder.
El enfrentamiento final tuvo lugar en el año 313 cuando el Prínceps Cneo Vespasio de Éfeso proclamó que era cristiano y rechazó la exigencia de Servio de que abandonara el poder. Las luchas entre Lasombra cristianos y Ventrue paganos se intensificaron, pero finalmente Servio fue destruido en un incendio que arrasó su refugio hacia el año 380. Con su muerte, los vampiros paganos de Asia perdieron a su principal líder, y poco a poco fueron cediendo terreno ante el avance del cristianismo.
Servio Cornelio Lutaciano tenía unos cuarenta años cuando fue Abrazado. Es un hombre alto y fibrado, de porte orgulloso y autoritario, que viste con los atributos de una familia patricia romana. Sus ojos oscuros miran con firmeza e intimidación y su cuerpo robusto parece rodeado de un aura de poder. Siempre correcto, es un enemigo implacable.
Nota: Servio sólo se alimenta de los miembros de su familia. Además de sus descendientes, se incluyen a los esclavos que son legalmente de su propiedad.
Lucio Salvio, Princeps de Esmirna (7ª Generación): Lucio nació en una familia de comerciantes romanos de Mesina. Aprendió el negocio de su padre. Sin embargo, después de una mala racha en unos envíos de vino, Lucio recuperó su fortuna descubriendo que el verdadero negocio estaba en la recaudación de impuestos. Con varios préstamos pagó una elevada suma para comprarle al estado los derechos de recaudar tributos en la provincia de Asia.
Y fue todo un éxito. Lucio se enriqueció exprimiendo impuestos a las poblaciones de la provincia y pronto se divorció de su esposa romana para marcharse a vivir a Pérgamo y contraer de nuevo matrimonio con una hermosa mujer griega a la que colmó de dones.
En medio de su riqueza permanecía completamente ajeno al descontento que se estaba gestando contra los romanos. La victoria del rey Mitrídates del Ponto lo asustó, y se preparó para marcharse, pero el estallido de las Vísperas Asiáticas y la matanza de romanos lo aterrorizaron. En cuestión de noches perdió su fortuna y apenas consiguió salvar la vida. Su esposa y sus hijos murieron asesinados.
Cuando llegaron las tropas liberadoras del general Sila Lucio regresó desolado a su hogar, que había sido saqueado. Se encontraba en la ruina y a punto de suicidarse cuando recibió una inesperada propuesta.
Un militar romano recién llegado a Asia necesitaba un administrador leal, y Lucio conocía bien la provincia. Después de que su lealtad fuera asegurada mediante la sangre, Lucio pasó a ser servidor del Princeps Servio Cornelio Lucitano de Pérgamo, ocupándose con alegría de su considerable fortuna. De nuevo volvía a vestir como un hombre rico y a disfrutar de los placeres de la vida.
Con el tiempo y satisfecho con su gestión, el Princeps Servio le dio el Abrazo para convertirlo en su representante en el dominio de Esmirna. La Princeps Claudia estaba más atenta a los asuntos espirituales que a la gestión de su dominio y necesitaba un asesor de confianza que se ocupara de los asuntos temporales y Lucio era el hombre adecuado.
Durante años Lucio vivió aterrado a la sombra de la inquietante Claudia y de los Malkavian, pero cuando la Princeps de Esmirna fue destruida en el año 122 su pater intervino y lo nombró Princeps del dominio, dándole públicamente su apoyo. De esta manera Lucio se encontró inesperadamente ascendido y con el poder en sus manos.
Lucio se convirtió en un administrador eficaz, al mismo tiempo que mantenía la lealtad a su pater, en gran parte por la intimidación que le causaba. Con frecuencia le realizaba “regalos” en forma de generosas donaciones, y le apoyaba en su política de rivalidad contra Éfeso. Cuando el Princeps de Éfeso proclamó abiertamente su cristianismo en el año 313, Lucio se mantuvo al lado de su pater, atacando a los vampiros cristianos y prohibiendo su permanencia en su dominio.
Poco después de la muerte en un incendio del Princeps Servio de Pérgamo, Lucio encontró conveniente mantener buenas relaciones con sus vecinos cristianos, bautizándose en el año 382. Los demás vampiros paganos lo consideran un traidor, pero el Príncipe de Esmirna consigue mantenerse en el poder mostrando su lealtad a los vampiros de Constantinopla, que se convierten en sus nuevos aliados.
El Príncipe Lucio encuentra su Muerte Definitiva en el año 1076, cuando los turcos selyúcidas toman Esmirna. Un guerrero Assamita consigue abrirse paso hasta su refugio durante el asedio de la ciudad y lo destruye, provocando el pánico entre los vampiros cristianos.
Lucio era un hombre de unos cincuenta años cuando fue Abrazado. De estatura baja y bastante orondo, con piel bronceada, tiene unos ojos almendrados de mirada adormilada y risueña, siempre atento a cualquier placer y dispuesto a compartirlo con sus invitados. Su escaso cabello es rizado y gris, y suele vestir con cierto lujo, aunque sin realizar demasiada ostentación, especialmente cuando hay otras personas poderosas cerca. Aunque con una mentalidad calculadora y oportunista, cuando su ambición está saciada suele mostrarse amable y generoso.
Nota: Lucio se alimenta sólo de la gente que ha contraído algún tipo de deuda con él.
Varios vampiros del clan Ventrue, descendientes del anciano Medón se extendieron por las ciudades griegas después de su muerte. La mayoría marcharon hacia el oeste, pero unos pocos, atraídos por la prosperidad de los puertos y ciudades de Anatolia, permanecieron en el este. A menudo permanecieron en un segundo plano frente a otros clanes, más numerosos y con más influencia, como los Lasombra o los Toreador, y en las cortes vampíricas solían ocupar posiciones como consejeros.
A medida que los poderes establecidos se debilitaban y cuando surgieron nuevas oportunidades de poder en el siglo II a.C., varios Ventrue romanos, en su mayor parte del linaje de Tinia, acudieron a Oriente, dispuestos a ocupar los dominios que ocupaban bacantes. Se produjeron varios conflictos, pero con el poder de Roma y del Senado Eterno de su lado, los Ventrue consiguieron establecer su influencia con fuerza en la provincia de Asia.
Pérgamo se convierte en el principal dominio de los Ventrue asiáticos, representados por un poderoso Princeps. Sin embargo, en la rivalidad entre las ciudades de la provincia, Pérgamo comienza a ocupar un lugar más secundario, especialmente durante la crisis del siglo III. Por otra parte los Ventrue perciben el cristianismo como una amenaza, y fortalecen su influencia sobre las instituciones paganas, especialmente entre los colonos romanos y no consiguen adaptarse al cambio hasta que resultó demasiado tarde.
Durante el siglo IV se producen enfrentamientos entre los Ventrue paganos y los Lasombra cristianos, pero de la misma forma que había ocurrido con Roma y los poderes locales en siglos anteriores, los vampiros cristianos terminan imponiéndose. Varios Ventrue resultan destruidos y los supervivientes se alían con el nuevo poder en alza de Constantinopla, donde se encuentra el anciano Ventrue Antonius, que con su linaje proporciona una nueva época de esplendor para el clan de los Patricios.
Servio Cornelio Lutaciano, Princeps de Pérgamo (6ª Generación): Servio nació a principios del siglo III a.C. en Roma, en el seno de una familia de patricios. Recibió una educación esmerada, y al mismo tiempo, apoyado por su padre, inició una carrera militar en el ejército. Participó en la Primera Guerra Púnica, y aunque su papel fue en gran parte organizativo, le sirvió para volver a casa rodeado de honores y fundar una familia. Con cuarenta años se encontraba en su plenitud, pero ansiaba más.
Su familia pertenecía al orgulloso clan de los Cornelios, y a través de sus contactos entró a formar parte de un grupo más exclusivo, un culto familiar que realizaba ofrendas a un dios protector de la familia. Ese dios era nada menos que Tito Venturo Camilo, el Princeps de Roma. Servio consiguió caerle en gracia y recibió su sangre, primero como novicio y posteriormente como su filius.
Embriagado por su nuevo poder, Servio aterrorizó a su familia, gobernando con mano de hierro. Sin embargo, su precio era servir a su pater. En los siglos siguientes con otros Ventrue luchó contra los enemigos de Roma, especialmente los inmortales. Participó en las Guerras Púnicas con sus hermanos Ventrue, y dirigió varias campañas contra los pueblos galos más allá de los Alpes. Se convirtió en uno de los Ventrue más destacados de Roma y uno de los favoritos de Camilo, pero con el tiempo ansiaba más, quizás llegar a gobernar la propia Roma.
Quizás su pater percibió la ambición de su chiquillo, por lo que constituyó toda una sorpresa cuando en el siglo I a.C. su pater lo llamó a su presencia y le dijo que representaría a su linaje en un triunvirato que gobernaría la provincia de Asia. Sin embargo, primero sería necesario pacificarla.
Aunque orgulloso, la lucha por la pacificación de Asia le llevó a estrechar lazos con sus compañeros de triunvirato, Cneo Vespasio y Claudia Secunda. No hubo discusiones a la hora de repartirse dominios, y Servio se quedó con la capital de la provincia, Pérgamo, extendiendo su protección a los vampiros de la ciudad y siendo proclamado Princeps.
Servio hizo traer a varios de sus descendientes de Roma, situándolos en posiciones de poder en el gobierno de Asia, al mismo tiempo que creaba una progenie. Cuando Marco Antonio y Cleopatra visitaron la ciudad, pensó en asesinarlos, especialmente porque su aliado Filetaro estaba furioso por el expolio de la Biblioteca de Pérgamo. Servio vio la oportunidad y ordenó hacerlo desaparecer, junto con varios vampiros que lo apoyaban, fortaleciendo su poder sobre el dominio.
Sin embargo, en el año 27 a.C. recibió un duro golpe cuando la capital de la provincia de Asia fue trasladada a Éfeso, donde gobernaba su aliado Cneo Vespasio del clan Lasombra. Servio esperaba que su aliado revirtiera la situación, o al menos lo compensara ofreciéndole el dominio en Éfeso en lugar de Pérgamo, pero Cneo guardó silencio. Sintiéndose agraviado por lo que consideraba las manipulaciones de los Lasombra, Servio dedicó todos sus esfuerzos a incrementar el poder de Pérgamo y fomentó su rivalidad con Éfeso. Las intrigas entre Ventrue y Lasombra de Asia continuarían durante los siglos siguientes.
En el año 122 consiguió una gran victoria cuando tras la muerte de su aliada Claudia Secunda (que se creía había sid asesinada por los cultistas de Cibeles), consiguió que su chiquillo y consejero de Claudia, Lucio Salvio, asumiera el control del dominio de Esmirna. Los Malkavian no se opusieron, aunque los Lasombra vieron en el gesto una amenaza a su poder.
El enfrentamiento final tuvo lugar en el año 313 cuando el Prínceps Cneo Vespasio de Éfeso proclamó que era cristiano y rechazó la exigencia de Servio de que abandonara el poder. Las luchas entre Lasombra cristianos y Ventrue paganos se intensificaron, pero finalmente Servio fue destruido en un incendio que arrasó su refugio hacia el año 380. Con su muerte, los vampiros paganos de Asia perdieron a su principal líder, y poco a poco fueron cediendo terreno ante el avance del cristianismo.
Servio Cornelio Lutaciano tenía unos cuarenta años cuando fue Abrazado. Es un hombre alto y fibrado, de porte orgulloso y autoritario, que viste con los atributos de una familia patricia romana. Sus ojos oscuros miran con firmeza e intimidación y su cuerpo robusto parece rodeado de un aura de poder. Siempre correcto, es un enemigo implacable.
Nota: Servio sólo se alimenta de los miembros de su familia. Además de sus descendientes, se incluyen a los esclavos que son legalmente de su propiedad.
Lucio Salvio, Princeps de Esmirna (7ª Generación): Lucio nació en una familia de comerciantes romanos de Mesina. Aprendió el negocio de su padre. Sin embargo, después de una mala racha en unos envíos de vino, Lucio recuperó su fortuna descubriendo que el verdadero negocio estaba en la recaudación de impuestos. Con varios préstamos pagó una elevada suma para comprarle al estado los derechos de recaudar tributos en la provincia de Asia.
Y fue todo un éxito. Lucio se enriqueció exprimiendo impuestos a las poblaciones de la provincia y pronto se divorció de su esposa romana para marcharse a vivir a Pérgamo y contraer de nuevo matrimonio con una hermosa mujer griega a la que colmó de dones.
En medio de su riqueza permanecía completamente ajeno al descontento que se estaba gestando contra los romanos. La victoria del rey Mitrídates del Ponto lo asustó, y se preparó para marcharse, pero el estallido de las Vísperas Asiáticas y la matanza de romanos lo aterrorizaron. En cuestión de noches perdió su fortuna y apenas consiguió salvar la vida. Su esposa y sus hijos murieron asesinados.
Cuando llegaron las tropas liberadoras del general Sila Lucio regresó desolado a su hogar, que había sido saqueado. Se encontraba en la ruina y a punto de suicidarse cuando recibió una inesperada propuesta.
Un militar romano recién llegado a Asia necesitaba un administrador leal, y Lucio conocía bien la provincia. Después de que su lealtad fuera asegurada mediante la sangre, Lucio pasó a ser servidor del Princeps Servio Cornelio Lucitano de Pérgamo, ocupándose con alegría de su considerable fortuna. De nuevo volvía a vestir como un hombre rico y a disfrutar de los placeres de la vida.
Con el tiempo y satisfecho con su gestión, el Princeps Servio le dio el Abrazo para convertirlo en su representante en el dominio de Esmirna. La Princeps Claudia estaba más atenta a los asuntos espirituales que a la gestión de su dominio y necesitaba un asesor de confianza que se ocupara de los asuntos temporales y Lucio era el hombre adecuado.
Durante años Lucio vivió aterrado a la sombra de la inquietante Claudia y de los Malkavian, pero cuando la Princeps de Esmirna fue destruida en el año 122 su pater intervino y lo nombró Princeps del dominio, dándole públicamente su apoyo. De esta manera Lucio se encontró inesperadamente ascendido y con el poder en sus manos.
Lucio se convirtió en un administrador eficaz, al mismo tiempo que mantenía la lealtad a su pater, en gran parte por la intimidación que le causaba. Con frecuencia le realizaba “regalos” en forma de generosas donaciones, y le apoyaba en su política de rivalidad contra Éfeso. Cuando el Princeps de Éfeso proclamó abiertamente su cristianismo en el año 313, Lucio se mantuvo al lado de su pater, atacando a los vampiros cristianos y prohibiendo su permanencia en su dominio.
Poco después de la muerte en un incendio del Princeps Servio de Pérgamo, Lucio encontró conveniente mantener buenas relaciones con sus vecinos cristianos, bautizándose en el año 382. Los demás vampiros paganos lo consideran un traidor, pero el Príncipe de Esmirna consigue mantenerse en el poder mostrando su lealtad a los vampiros de Constantinopla, que se convierten en sus nuevos aliados.
El Príncipe Lucio encuentra su Muerte Definitiva en el año 1076, cuando los turcos selyúcidas toman Esmirna. Un guerrero Assamita consigue abrirse paso hasta su refugio durante el asedio de la ciudad y lo destruye, provocando el pánico entre los vampiros cristianos.
Lucio era un hombre de unos cincuenta años cuando fue Abrazado. De estatura baja y bastante orondo, con piel bronceada, tiene unos ojos almendrados de mirada adormilada y risueña, siempre atento a cualquier placer y dispuesto a compartirlo con sus invitados. Su escaso cabello es rizado y gris, y suele vestir con cierto lujo, aunque sin realizar demasiada ostentación, especialmente cuando hay otras personas poderosas cerca. Aunque con una mentalidad calculadora y oportunista, cuando su ambición está saciada suele mostrarse amable y generoso.
Nota: Lucio se alimenta sólo de la gente que ha contraído algún tipo de deuda con él.