Una de las cosas más aterradoras en las películas de terror es reducir el nivel de edad de los no muertos. En principio, parece que sólo los adultos pueden ser convertidos en no muertos, y aunque los niños pueden morir en pantalla durante un apocalipsis zombie, no se convierten en muertos vivientes. Sólo en los últimos tiempos los niños han encontrado la inmortalidad de los malditos.
Ya sean bebés zombies, niños vampiros, o inquietantes niños fantasmales, el público recibe terror a varios niveles. ¡Veamos!
Por una parte, se trata de niños, la idea de que la no muerte (y especialmente una no muerte con consciencia) no sólo mate sino que transforme a un inocente en un ser maldito no es fácil de asumir. Que un niño se quede en este mundo como fantasma no es menos cruel, ya que implica que el niño se encuentra retenido contra su voluntad o se ha convertido en una criatura que quiere venganza. Por otra parte, el cuerpo sigue siendo el de un niño, y la mayoría de la gente instintiamente tratará de ayudarle creyendo erróneamente que no es un zombi o un vampiro, sin importar su palidez o podredumbre. En tercer lugar, aunque un niño conserve su mente y moralidad (una posibilidad ligera, pero presente), ahora en esencia tienes un Pinocho inmortal sediento de sangre. Y por último, pero no menos importante, cuando un niño te ataca tienes que superar todo lo que hemos mencionado y superar el instinto natural de no hacer daño a un niño (si todavía es una criatura sensible podría provocar un movimiento de sorpresa y duda que le permitan atrapar a sus víctimas). Enfrentarse a un niño monstruoso es más sencillo si no sólo es aterrador, sino deforme y grotesco.
Por último, si la forma de la no muerte es sensible y consciente, puede provocar en el niño angustia por no poder crecer o madurar físicamente y con el tiempo su mente puede volverse mayor que su aspecto.
De: TV Troupers.