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"Las cintas de Nilsen"



Netflix lleva ya tiempo produciendo documentales sobre asesinos en serie, algunos están más logrados que otros, todos tienden a lo macabro (los protagonistas pues dan para ello, lógicamente), pero pocos pueden considerarse "inspiradores" de cara a una narrativa rolera. Este es quizá una de esas excepciones. Basándose en las grabaciones del propio Dennis Nilsen, y siguiendo el trabajo de los investigadores, se despliega una historia de sexualidad reprimida, asesinatos, necrofilia y periodismo homófobo en el Londres de los años 80 que tiene todos los ingredientes de lo peor que se nos puede ocurrir para una historia de Mundo de Tinieblas.

Ayer participé en las X jornadas de "Noites de cine e lúa", un ciclo de cine de terror al aire libre y de noche, en las profundidades del bosque de Conxo.

La película de este año fue "El amanecer de los muertos" (1978), con motivo de la reciente pandemia. Como datos curiosos, en la película aparecen negacionistas de la plaga, gente que protesta por la actitud implacable del gobierno de exterminar a los zombis, y quienes proponen extrañas soluciones como alimentarlos. Asimismo, aparecen personas que se saltan las órdenes del gobierno para contener la pandemia, así como una banda desafiante liderada por individuo que se parece a Miguel Bosé.

Junto a la proyección de la película también se emitieron algunos cortometrajes de terror.

https://www.youtube.com/watch?v=LtJFx5sAzDo

https://www.youtube.com/watch?v=zyXhzoKrE3U

https://www.youtube.com/watch?v=P0lKDy6E918

https://www.youtube.com/watch?v=oXMFXlN1rjM

Es la naturaleza humana, algunos no se creerían la pandemia hasta que les comieran, otros defenderían a los zombies y seguro que habría alguien que se saltara las medidas de protección. Si me apuras, también habría quien la usara como un arma, como las mantas con viruela que se dice que los estadounidenses entregaban a los indios. Y no poca gente cree que el coronavirus es un arma china para hundir la econonomía de occidente.

Sí, es curioso que hace casi cincuenta años (o 100, si tenemos en cuenta la pandemia de gripe española) se repitieran los mismos tópicos negacionistas, de desobediencia e insolidaridad. La tecnología ha mejorado, pero en el fondo la humanidad sigue siendo la misma.