Re: [Gremio] Monitores
Publicado: 24 Feb 2024, 23:58
El Infiltrado
Benjamin Fuller nació a finales del siglo XIX en la ciudad de Chicago, en una familia de inmigrantes judíos originarios de Londres. Era hijo de un vendedor ambulante y tenía una familia numerosa. Vivió mucho tiempo en la calle, y terminó uniéndose a una pandilla callejera y posteriormente, atraído por el encanto del dinero rápido, el poder y el atractivo de la vida criminal se unió a una banda de mafiosos. Benjamin era un chico atractivo, de sonrisa fácil, y muy hábil con el gatillo. La vida criminal le parecía un juego, y hubo quien le advirtió que debía tomarse en serio el negocio. No hacía caso, y cuando lo hacía, antes o después volvía a las andanzas. Su lengua afilada y provocadora le ganaron muchos enemigos, pero siempre parecía salirse con la suya, incluso cuando se metía en peleas con tipos aparentemente más peligrosos que él.
Muchos veían que Benjamin iba a terminar mal. La pregunta era cuándo.
Y llegó un día en que a Ben se le terminó la suerte en medio de un tiroteo entre bandas en los comienzos de la Prohibición. La bala llegó de repente, por la espalda. Nunca llegó a saber si había sido uno de sus rivales, fuego amigo, traición, o una bala perdida. La carrera de “Gallant Ben” había terminado pronto, y su nombre pronto se perdió en medio de los disparos y tumultos de la época de la Ley Seca.
Sin embargo, Ben tuvo un nuevo comienzo en las Tierras de las Sombras. Reapareció en la Necrópolis de Chicago en medio del Cuarto Maelstrom, cuando las Furias y Monitores se enfrentaban en una guerra total por el control de los negocios clandestinos de la Necrópolis. Las bajas eran tremendas entre ambos bandos, tanto por la ferocidad de los combates, como por las circunstancias extremas ocasionadas por el Maelstrom.
Ben fue reclutado por los Monitores, aunque igualmente podría haber sido reclutado por las Furias. Pronto recibió un arma y se puso a luchar en una guerra que no acababa de entender, pero que no resultaba tan distinta de las guerras entre bandas del mundo de los vivos. Procuró mantener un perfil bajo, y aprendió pronto a sorprender a sus enemigos y a buscar sus Grilletes para mandarlos directos a un Tormento.
Fue entonces cuando el líder local del Gremio de Hilanderos lo reclutó para una misión especial: se uniría a las Furias y actuaría como un topo infiltrado. Fue preparado en las habilidades básicas de Ultraje y se le dio una historia convincente para que fuera reclutado por sus enemigos.
La estratagema funcionó, y Gallant Ben pasó los años de la Ley Seca y del Cuarto Maelstrom entre las Furias, aprendiendo lo que pudo y transmitiendo información vital. En más de una ocasión estuvo a punto de ser eliminado por los Monitores, lo que sirvió para fortalecer su fachada. A medida que los Monitores iban ganando la guerra y estaba claro que se aproximaba a su fin, Gallant Ben desapareció en un Tormento de destrucción tras la explosión de una Morada para reaparecer entre los Monitores como si nada hubiera ocurrido.
Los Monitores obligaron a las Furias a aceptar sus condiciones y mantuvieron su predominio en la Necrópolis de Chicago hasta el estallido del Quinto Maelstrom, que dejó a los Hilanderos de la Necrópolis en ruinas. Las Furias retomaron la ofensiva y recuperaron el terreno perdido, obligando a sus enemigos a aceptar su propia paz.
Este cambio de fortuna permitió a Gallant Ben hacerse con el liderazgo de los Monitores de Chicago. Reorganizó el Gremio a semejanza de las Furias, y en cuestión de décadas había dejado el conflicto entre ambos Gremios en tablas, forzando una tregua. Ben se sentó con Niccolo Cianfrocco, el Maestro de las Furias, y resultó ser un hábil negociador, convenciendo a su rival de repartirse el territorio y asegurar una paz adecuada para los negocios de ambos.
En estos momentos Gallant Ben es uno de los Maestros Monitores más poderosos de los Estados Unidos, aunque su política de entendimiento con las Furias no es compartida por todos. Los Hilanderos de Nueva York, que todavía mantienen un largo conflicto con las Furias, consideran que está cerca de la traición.
A Gallant Ben no le preocupan mucho los insultos y críticas de sus oponentes en el Gremio, y se limita a presentar sus resultados. Desde su infiltración entre las Furias ha llegado a comprender mucho mejor a sus enemigos, y cree que si ambos Gremios se aliaran y colaboraran, podrían unir a los Gremios “criminales” y presentar un frente temible frente a la Jerarquía.
A estas alturas, Ben también ha aprendido bien la lección de su muerte, y se cuida bien las espaldas. Si alguna vez los Monitores se volvieran contra él, podría reclamar uno o dos favores de lugares inesperados, y tiene una identidad preparada en el Gremio de Furias si las cosas se pusieran realmente feas.
Benjamin Fuller nació a finales del siglo XIX en la ciudad de Chicago, en una familia de inmigrantes judíos originarios de Londres. Era hijo de un vendedor ambulante y tenía una familia numerosa. Vivió mucho tiempo en la calle, y terminó uniéndose a una pandilla callejera y posteriormente, atraído por el encanto del dinero rápido, el poder y el atractivo de la vida criminal se unió a una banda de mafiosos. Benjamin era un chico atractivo, de sonrisa fácil, y muy hábil con el gatillo. La vida criminal le parecía un juego, y hubo quien le advirtió que debía tomarse en serio el negocio. No hacía caso, y cuando lo hacía, antes o después volvía a las andanzas. Su lengua afilada y provocadora le ganaron muchos enemigos, pero siempre parecía salirse con la suya, incluso cuando se metía en peleas con tipos aparentemente más peligrosos que él.
Muchos veían que Benjamin iba a terminar mal. La pregunta era cuándo.
Y llegó un día en que a Ben se le terminó la suerte en medio de un tiroteo entre bandas en los comienzos de la Prohibición. La bala llegó de repente, por la espalda. Nunca llegó a saber si había sido uno de sus rivales, fuego amigo, traición, o una bala perdida. La carrera de “Gallant Ben” había terminado pronto, y su nombre pronto se perdió en medio de los disparos y tumultos de la época de la Ley Seca.
Sin embargo, Ben tuvo un nuevo comienzo en las Tierras de las Sombras. Reapareció en la Necrópolis de Chicago en medio del Cuarto Maelstrom, cuando las Furias y Monitores se enfrentaban en una guerra total por el control de los negocios clandestinos de la Necrópolis. Las bajas eran tremendas entre ambos bandos, tanto por la ferocidad de los combates, como por las circunstancias extremas ocasionadas por el Maelstrom.
Ben fue reclutado por los Monitores, aunque igualmente podría haber sido reclutado por las Furias. Pronto recibió un arma y se puso a luchar en una guerra que no acababa de entender, pero que no resultaba tan distinta de las guerras entre bandas del mundo de los vivos. Procuró mantener un perfil bajo, y aprendió pronto a sorprender a sus enemigos y a buscar sus Grilletes para mandarlos directos a un Tormento.
Fue entonces cuando el líder local del Gremio de Hilanderos lo reclutó para una misión especial: se uniría a las Furias y actuaría como un topo infiltrado. Fue preparado en las habilidades básicas de Ultraje y se le dio una historia convincente para que fuera reclutado por sus enemigos.
La estratagema funcionó, y Gallant Ben pasó los años de la Ley Seca y del Cuarto Maelstrom entre las Furias, aprendiendo lo que pudo y transmitiendo información vital. En más de una ocasión estuvo a punto de ser eliminado por los Monitores, lo que sirvió para fortalecer su fachada. A medida que los Monitores iban ganando la guerra y estaba claro que se aproximaba a su fin, Gallant Ben desapareció en un Tormento de destrucción tras la explosión de una Morada para reaparecer entre los Monitores como si nada hubiera ocurrido.
Los Monitores obligaron a las Furias a aceptar sus condiciones y mantuvieron su predominio en la Necrópolis de Chicago hasta el estallido del Quinto Maelstrom, que dejó a los Hilanderos de la Necrópolis en ruinas. Las Furias retomaron la ofensiva y recuperaron el terreno perdido, obligando a sus enemigos a aceptar su propia paz.
Este cambio de fortuna permitió a Gallant Ben hacerse con el liderazgo de los Monitores de Chicago. Reorganizó el Gremio a semejanza de las Furias, y en cuestión de décadas había dejado el conflicto entre ambos Gremios en tablas, forzando una tregua. Ben se sentó con Niccolo Cianfrocco, el Maestro de las Furias, y resultó ser un hábil negociador, convenciendo a su rival de repartirse el territorio y asegurar una paz adecuada para los negocios de ambos.
En estos momentos Gallant Ben es uno de los Maestros Monitores más poderosos de los Estados Unidos, aunque su política de entendimiento con las Furias no es compartida por todos. Los Hilanderos de Nueva York, que todavía mantienen un largo conflicto con las Furias, consideran que está cerca de la traición.
A Gallant Ben no le preocupan mucho los insultos y críticas de sus oponentes en el Gremio, y se limita a presentar sus resultados. Desde su infiltración entre las Furias ha llegado a comprender mucho mejor a sus enemigos, y cree que si ambos Gremios se aliaran y colaboraran, podrían unir a los Gremios “criminales” y presentar un frente temible frente a la Jerarquía.
A estas alturas, Ben también ha aprendido bien la lección de su muerte, y se cuida bien las espaldas. Si alguna vez los Monitores se volvieran contra él, podría reclamar uno o dos favores de lugares inesperados, y tiene una identidad preparada en el Gremio de Furias si las cosas se pusieran realmente feas.